Vergüenza


Ha pasado poco más de una semana desde esos días de intensa actividad y la manada ha vuelto a su cauce normal.

Nos hemos turnado para supervisar la construcción de la casa que ya prácticamente esta lista y asegurarnos de que Victoria este siempre acompañada por uno de nosotros.

Ella durmió casi por dos días, pero al despertar algo le pasaba.

Sus sueños estos días ha sido intranquilos, se despierta a mitad de la noche sudando y gruesas lágrimas caen de sus hermosos ojos.

Es miedo lo que siente.

Pero al preguntar por el contenido de las pesadillas ella no recuerda, o si recuerda no quiere contarnos.

Es como si el temor bloqueara su mente.

Daimon está con las pelotas azules a causa de la abstinencia a la que nos tiene sometidos.

Y yo estoy por las mismas, pero no la vamos presionar, aunque las ganas nos tengan con el genio alborotado.

No queda rastro del fuego que la había consumido y eso era bueno para ella teniendo en cuenta que se había debilitado físicamente por el exceso, pero ahora se veía avergonzada, y más callada de lo normal llevándose con su actitud las esperanzas de que pudiéramos tener una sexualidad más "activa y creativa ".

- ¿Que pasa mi pequeña? Si algo te está molestando debes decirnos y lo arreglaremos. - Le digo, pero ella no me sostiene la mirada.

- Victoria. Nadie te está juzgando, lo que pasó solo ha sido tu cuerpo hablando y nosotros estamos felices de que por fin estés dejando salir a flote tu instinto. Nos necesitas y deseas tanto como nosotros a ti. - Le dice Daimon tomando su cara entre sus manos. Pero ella solo guarda silencio.

Me frustra verla así. Yo puedo controlar a su fiera cuando entra en calor, puedo y conozco como complacer su cuerpo, pero no puedo entrar en su cabeza y sacar las ideas que la atormentan.

No sé qué hacer y eso me molesta.

Pero si se quiénes pueden convencerla y no pierdo más tiempo en contarle a Daimon a través del enlace para que busquemos la solución.

Nuestros ojos se ponen negros y le damos el control a ellos. Ellos sabrán que hacer.

- Victoria, no nos alejes, no ahora que la felicidad es palpable para nosotros. - Le dice Logan y ella deja salir un sollozo.

Sé que confía en él, que la hace sentir protegida.

- ¿Que te atormenta? Dinos y lo arreglaremos. Pero no te escondas de nosotros. No imaginas cuanto te hemos soñado.

Máximo y yo habíamos perdido la esperanza de encontrarte en esta vida.

A diferencia de los humanos nuestra espera por ti ha sido insufrible, no puedes imaginar el vacío que habíamos vivido añorando por ti. La cantidad de noches que aullamos a la Luna rogando para que el suplicio acabará y te pudiéramos encontrar. -

Se agacha y la levanta, él es imponente, fuerte y tiene la madurez que tal vez aún me hace falta.

La abraza y ella se pega fuerte a su pecho y por fin empieza a hablar.

- ¿Cómo es posible que hiciera todo eso?

¡Quiero abrir un hueco y desaparecer! ¡No puedo verlos a la cara! No sé qué me impulso a actuar de esa manera, pero yo no soy así. Los recuerdos que llegan a mi cabeza me avergüenzan y no me reconozco, mi comportamiento no es ese... me porte como una put... - Pero Máximo la interrumpe.

- NO! ¡NO TE ATREVAS A JUZGARTE DE ESA MANERA! Mi frágil humana.

Ese era el vínculo que se estaba creado en ti, un lazo que te une a nosotros. Y esos estúpidos humanos no sabían y no supieron guiarte.

Después de marcarte tu parte animal iba a despertar, tu deseo iba a crecer.

¡No debes sentir vergüenza! No has hecho nada malo. - Le dice Máximo y ella llora.

Veo como ellos se posicionan cada uno a su lado y sus lenguas pasan por sus mejillas. Es una demostración animal del amor que le tienen.

Ella los mira y cubre su cara para que no vean que las lágrimas mojaban sus mejillas.

- Te lo dije Logan, ¡ese celo lo debimos manejar nosotros! ¡No debimos dejarla en manos de esos niños! - Logan ríe al escucharlo. Pero Daimon y yo gruñimos por el apelativo que nos dio.

¡Maldito lobo engreído!

Sus manos bajan hasta su cadera y la acerca para que ella sienta la erección que crece en sus pantalones.

- Vamos Victoria, no frenes tus deseos. - Le dice y besa sus labios de manera fuerte y demandante!

Es la primera vez que Máximo le habla y su voz Alfa ejerce control sobre ella.

- ¿Sabes cuál es la razón de tu celo? ¿La razón para que desees tanto recibir nuestro semen? - Le pregunta, pero ella tiene fija su mirada en el suelo. Su cara esta roja de pena.

- Es sencillo! ¡Victoria tu deseas reproducirte! Quieres tener una cría. Quieres complacernos. Seguramente con Dániel lo hablaron en algún momento y cuando inició tu ovulación tu cuerpo solo desea obedecer la orden de tu Alfa. - Su seriedad es absoluta.

- Claro que sí! Además, esos pechos están más que listos para alimentar a nuestros cachorros. - Remata Logan recorriéndola con una mirada lujuriosa sin tener nada de tacto para hablar.

Victoria levanta la cara y su mirada penetrante los atraviesa.

- ¿QUE? ¡Es que no se dan cuenta que yo no soy un animal! ¿Dónde queda mi libre albedrío? ¿Qué pasa si no quiero tener bebes en este momento? ¿No cuenta mi opinión? ¿Cómo es posible que ellos sabiendo eso no me advirtieran? ¡No me cuidarán! ¿Ninguno de los cuatro lo pensó siquiera? ¡Ustedes son unos abusivos!!! - Le grita saliendo de la habitación golpeando tan fuerte la puerta que casi la tumba.

- VICTORIA! - La llama Máximo pero mi pequeña ya está fuera de nuestra vista.

- Hay esta la loba que tanto pedías Máximo! ¡Sumisa y tranquila! Jajaja - Le dice Daimon tomando su cuerpo de nuevo.

Máximo gruñe enfurecido.

- Amo a esa humana y su capacidad de desafiarnos! ¡Menos mal no será mi culo el que va a patear! - Ríe Logan mientras se esconde en el fondo de mi cabeza y me da paso haciendo el cambio.

-Claro ellos la enojan y nosotros pagamos el plato roto. - Dice Daimon bajando las escaleras.

Salimos de la casa corriendo a buscarla a sabiendas de que nos va a azotar.

Nunca la había visto así, pero podría repetir mil veces la escena con tal de volver a disfrutar la cara que puso Máximo al recibir sus reclamos.

- No entiendo la razón de su enojo. ¿Por qué no desea tener hijos? - Me pregunta Daimon.

- Bueno no lo hablamos tanto la verdad. Yo le dije un día que quería descendencia pronto, pero ella no estuvo tan de acuerdo con la idea en ese momento. Creí que luego de la marca podría cambiar de opinión. - Le digo arrugado el entrecejo.

- Dániel si no está en cinta la pondremos en control de fertilidad. Pero si lo está no voy a permitir que interrumpan el embarazo - Me dice cuando llegamos al lago y la encontramos cerca de la orilla.

- ¿Crees que sería capaz de abortarlo Daimon? - Le dice ella mientras se acerca acabándolo con la mirada. - Si llego a estar embarazada lo voy a tener y le sobrara amor. Pero ese no es el tema. Ustedes me podrían haber dicho. - Esta muy molesta y por la diosa que se ve preciosa así! Pone sus manos en la cadera y nuestra mirada va inmediatamente a esa zona sin poder ocultar nuestra visible erección.

- Mi pequeña - me acerco tratando de tocar su cara, pero ella se mueve esquivando mi caricia - Ninguno podía pensar de manera clara con el delicioso olor que salía de tu cuerpo además no nos dejaste hablar ¿o es que acaso no recuerdas la forma tan rica en que nos montaste? Porque yo con solo recordar me pongo duro. - Le digo y ella nos recorre con la mirada

- Eso veo! ¡Increíble que ni siquiera en una discusión tan grave ustedes pueden pensar con la cabeza! ¡Vallan a bañarse con agua fría mejor! - Dice y se encamina al sendero de regreso a casa.

- No amor! Por favor no hagas eso. ¡Perdóname! ¡Lo lamento! - Le dice Daimon sujetándola por la espalda pegándose a ella con necesidad.

Yo me paro al frente y tomo su cara tratando de besarla pese a sus intentos por soltarse.

- No nos castigues de esa manera! Mira como nos pones amor. - Pero es implacable con nosotros. Y menea sus caderas mientras se aleja y los dos tragamos saliva.

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