Sus brazos
(Desde el punto de vista de Victoria)
Despierto y el dolor ha cedido considerablemente dando paso a una pequeña molestia apenas, siento que he dormido muchísimo, estoy en sus brazos pegadas como si fuéramos uno solo.
Me tiene atrapada y su calor me hace sentir que estoy en mi hogar.
Debería sentir miedo, me trajo en contra de mi voluntad, puede ser un psicópata, un asesino serial, yo que sé.
Ver tantos programas de esos hace que mi mente maquine escenarios terribles.
Pero no, yo me siento segura y cómoda en sus brazos
¿Cómo puedo sentir eso por él?
Recuerdo lo que pasó ayer y siento como si todo fuera una pesadilla, perdí mi virginidad, mi libertad, mi trabajo...
Es increíble cómo puede la vida cambiar tanto de un instante a otro.
¡Mi madre!!! Pienso en ella y la angustia regresa.
¿Qué será de ella si me pasa algo?
Debe haber llamado muchas veces, debe estar preocupada.
Solo eso le faltaba, ¡ella enferma y yo perdida!
Vuelvo a llorar y él me abraza.
- Victoria esa no es la manera de recibir el día mi vida, no me gusta verte llorar- Me dice mientras me besa los hombros.
Me giro y me escondo en su pecho.
-Dániel, compréndeme, debes dejarme ir, mi familia me debe estar buscando, por favor- Él me levanta la cara y me obliga a mirarlo.
-Me contaste que estabas sola en este país.
En el hotel saben que ahora estas acá, nadie te está buscando. ¡Este es tu lugar! Ahora, dijiste que trabajabas para ayudar a tu familia. Si lo que te preocupa es el dinero yo te lo daré, si deseas llamarlos te dejare. Pero no te dejaré ir, eso no- Me dice mientras se incorpora.
Las lágrimas caen por mis mejillas.
- Dime, ¿Te parece? ¿Estás de acuerdo con esa solución? - Se levanta de la cama y abre un cajón en la cómoda, de ahí saca mi teléfono, lo prende y me lo pasa.
-Llama a tu familia, diles que estas bien. Dame el número de cuenta y mandaremos el dinero que necesites. Pero por favor deja de llorar amor, no te he traído a mi lado para que sufras- Lo miro y no sé qué pensar.
Tomo el teléfono y veo los mensajes y llamadas de mi madre y de la enfermera.
Dios que no le haya pasado nada malo, ruego mientras espero con impaciencia que me atiendan la llamada.
-VICTORIA!! ¿Por Dios que sucedió? ¿Porque no contestabas? ¿Sabes la angustia que sentí? ¿Porque me hiciste eso hija? ¿Cómo estás? - Su voz es temblorosa.
- ¡Mami, mamita! ¡Tranquila! ¡Estoy bien! ¡Cálmate! No fue mi intención no contestar, tuve mucho trabajo, caí rendida. ¡Perdóname! - No puedo ponerme a llorar, debo ser fuerte por ella.
- ¿Cómo estás? ¿Cómo salieron los exámenes? ¿Qué te dijo el médico? - Le pregunto
-Hijita, los exámenes salieron bien, solo debo iniciar el tratamiento.
Ayer tuve un mal presentimiento, temí que te hubiera pasado algo malo. Tu siempre llamas y pensé que algo te había pasado cuando no respondías- La escucho respirar ahogada, pobrecita.
Lo último que quiero es angustiarla.
-Estoy bien, no te preocupes. Me han cambiado de área y la conexión no es muy buena. Pero yo estoy bien. Además, ¡habíamos quedado en que tú te ibas a concentrar en tu salud y nada más! ¿Vale? -
- ¡Si hijita, tienes razón! - Responde más calmada.
¡Le pido que me pase a la enfermera y me despido de ella!
-Te llamare más tarde! Sigue luchando, ¡venceremos la enfermedad y pronto volveremos a estar juntas! - Le digo con un nudo en la garganta.
Pasa María y me da detalles del parte médico. Mi madre debe iniciar un tratamiento urgente, los exámenes no salieron como se esperaba.
-Entre más rápido logres enviar el pago, más rápido podrán empezar a tratarla, la enfermedad avanza rápido, lo sabes Victoria- Me dice ella en voz baja.
Lloro profusamente... Siento impotencia.
Ni siquiera sé que pasara con mi vida de ahora en adelante.
Escucho su voz gruesa a mi espalda.
-Dile que hoy mismo envías el pago- Dice Dániel -Que inicien lo que se deba hacer. No la vamos a dejar morir. - Me dice mientras se acerca.
Cuelgo e inmediatamente me cubre con sus brazos tratando de consolarme, me besa la frente.
Me siento como una niña en sus brazos.
No sé si confiar en él. No sé qué pensar.
A pesar de todo lo que pasó mi corazón me dice que estamos donde debemos estar. Que todo saldrá bien.
-Gracias Dániel... Ella es todo lo que tengo en la vida, si le pasa algo... Yo no me lo perdonaré- Le confieso un poco más calmada.
-Ahora me tienes a mi pequeña. Nada te hará falta, yo siempre te protegeré - Me dice y me sujeta la cara para darme un suave beso en los labios.
No lo había detallado bien.
Pero es un hombre demasiado guapo, tiene unos rasgos muy atractivos, varoniles. Sus cejas negras y pobladas hacen resaltar esos hermosos ojos grises, que me miran con tanto amor.
Es bastante alto, bueno también es cierto que mi metro con cincuenta y ocho hacen que todo se vea grande, pero él es de verdad grande.
Su cuerpo es muy musculoso, seguramente debe tener un entrenamiento exigente.
Mientras lo escucho hablar mis ojos no se despegan de esos labios carnosos, es como si me tuviera hipnotizada.
Todo en el me atrae.
Un hombre como él no debe tener ningún tipo de problemas para conseguir pareja, ¡estoy segura!
Las mujeres deben perseguirlo de manera incansable.
¿Entonces porque me hizo esto? ¿Por qué me eligió precisamente a mí? ¿Cuál es la razón de que se vea tan obsesionado conmigo?
Siendo honesta, no me siento tan especial como para llamar su atención de esta manera.
¿Cuánto tiempo durará esto? ¿Será que pronto poder recuperar mi libertad?
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