Los invitados


(Desde el punto de vista de Dániel)

Frank me ha pedido que terminemos los detalles de la reunión.

La cara de sorpresa que ella pone al escuchar me hace notar que no le había contado nada.

Le pido que me acompañe y vallamos juntos a ver el avance y pregunta lo que temo.

Quiere saber si él también vendrá.

Trato de cambiar de tema le doy cifras de cuantos somos y pronto ella se levanta a organizarse para salir de mi mano.

No permitiré que ese fantasma me siga arruinando.

Nuestra felicidad depende de nosotros y yo no la quiero seguir dañando.

El campamento está listo, los glamping armados. Todo ha quedado mejor de lo que pensé.

Ella mira todo emocionada.

- ¿Existen más lunas humanas como yo? - Me pregunta nerviosa.

- No amor, tu eres la primera. ¡Pero eso es bueno! No te preocupes, nadie te va a juzgar o rechazar. Estaremos en nuestro territorio. Tu manada te respaldará. - Ella respira nerviosa.

- ¿Debo vestirme de algún modo especifico? ¿Esta noche pasará algo especial?

¿Un aro de fuego para la iniciación o algo así? - Dice riendo.

Me encanta verla divertida, no había tenido la oportunidad de ver su lado gracioso.

- No amor! Nada de eso. Solo deberás trepar algunos árboles y asomas los colmillos.

¡Cosas normales! jajaja - Ella ríe, está contenta.

Así es como deberíamos estar siempre.

Le doy una vuelta rápida y la llevo a casa, las chicas tardan más en organizarse y no quiero presionarla.

Las horas pasan rápido, todo está listo y ellos llegarán pronto.

Subo a la habitación a cambiarme y ella esta lista.

Tiene un vestido a medio muslo, color lila que queda perfecto en su tono canela, a pesar de no ser tan ajustado resalta mucho en su cuerpo y es que con esas curvas todo le queda perfecto.

El escote no es pronunciado, sé que trata de no verse tan llamativa.

Las sandalias son altas en tacón grueso para poder caminar sin dificultad.

La altura hace que sus piernas se vean más torneadas.

Lleva el cabello suelto y liso con las puntas rizadas.

¡Por Dios!!! ¡Como puede ser tan perfecta!!!!

El brillo que tiene puesto le hace ver los labios muy apetecibles.

Me baño y cambio rápidamente y salimos. Si sigo viéndola así voy a perder el control y terminaré rompiendo su vestido.

El camino es corto y pronto estamos en el campamento.

-Alfa ya cruzaron la entrada. Van todos en caravana. - Me dice Frank.

- De acuerdo, deja encargados a los deltas de los límites y no tardes tanto. - Él sabe la razón de que desee su presencia cerca.

Ella mueve el anillo que tiene en su dedo con ansiedad.

Pronto el ruido de los carros nos da el aviso de ya están acá.

Tomo su mano y la tranquilizo.

Siento su presencia, ¡él está acá! Pensé que no vendría, tenía la esperanza de que enviara a su Beta.

Ellos van entrando en fila según la ubicación geográfica.

Primero van entrando dos de los Alfas que vienen del sur, los acompañan sus lunas que están en cinta, ellas tienen sus vientres abultados.

Cuando les presento a Victoria ellos no pueden evitar su asombro.

-Tu Luna ha viajado mucho para llegar a tu encuentro. Eres afortunado de tener una cálida latina. - Me dice el Alfa de mayor edad.

- Si es verdad, ¡gracias!!! La diosa ha sido bondadosa conmigo - Confirmo con una gran sonrisa.

Ella saluda y se ve cómoda.

Cuando ellos terminan de entrar y sentarse, pasan los tres que faltan de esa zona, ellos han sido los desafortunados que han perdido a sus compañeras, sus ojos se ven vacíos, la tristeza se siente en su aura.

No puedo imaginar el dolor que han vivido.

Les doy mi condolencia y los ojos de Victoria se llenan de lágrimas al escuchar lo que les pasó, debí haberla puesto al tanto para evitarle el estupor.

Pasados unos minutos de respeto se acercan el que viene de centro América y uno de los de la parte alta, vienen solos porque sus lunas no están embarazadas.

Y por último los 2 que no tienen pareja, el Alfa que limita con mi territorio que es bastante joven e irritable y mi hermano.

Lo he visto varias veces alejarse y hablar con su Beta.

Él está al final de la fila.

Hace demasiado que no estamos tan cerca, trato de controlar a Logan, no quiero una pelea en este momento.

El joven entra y mi hermano tarda un momento en decidirse a dar el paso.

- Buenas noches Alfa Daimon. - Le digo estirando mi mano. Debo demostrarle que yo tengo todo el control.

-Buenas noches Da... Alfa Dániel - Me dice apretando mi mano. Esta sudando, sé que está nervioso y se la razón.

- Te presento a mi compañera. Mi Luna, Victoria- Sus ojos se clavan en los de ella, lo observo atento, pero no la recorre, solo se centra en su cara y el sudor corre por su frente.

La mano que le sujeto a ella tiembla y su ritmo cardíaco esta tan acelerado que pareciera que su corazón se va a salir.

Ella estira su manita y quisiera halarla y evitar que lo toque, me incomoda profundamente que este tan nerviosa.

Estamos los tres en la puerta y no hay nadie más cerca.

Él estira la suya para saludarla, pero antes de que pueda tocarla, siento que mi mano pierde su agarre, ¡y ella se cuelga a su cuello!

Mis ojos parece que se saldrán de sus órbitas.

Lo está abrazando.

¡No!!! ¡Esto no me puede estar pasando!!!

Él se ha quedado absolutamente petrificado, su pecho sube y baja con fuerza. No mueve un solo musculo de sí cuerpo, su mano aún esta estirada.

Ella lo suelta y me mira aterrorizada.

- ¡Perdón! ¡Perdón! ¡No sé qué me pasó! ¡Perdón por favor! - Dice mientras las lágrimas le surcan el rostro.

- Tranquila Victoria, cálmate, no llores. - Dice mi hermano mientras se deja caer sentado en el escalón de la entrada.

Yo solo la miro incrédulo, incapaz de entender porque lo que ha hecho.

Un anciano de pelo blanco y trenza hasta casi la rodilla, se acerca a nosotros y empieza a hablar.

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