La pesadilla
(Desde el punto de vista de Dániel)
- Essa lua tem uma alma dividida. São dois companheiros e um só coração - Le escucho decir, pero no entiendo nada.
Quisiera que la tierra se abriera y me tragara. Quisiera devolver el tiempo y no haberla traído, haberla dejado en casa segura.
Mi mente martilla con fuerza, no quiero perderla es lo único de lo que estoy seguro.
¡No podría seguir sin ella!
El anciano toma sus manos y trata de hacer que ella respire, se calme.
Los Betas que esperan afuera nos miran sorprendidos.
Mi hermano aún no levanta la cabeza.
Uno de ellos se acerca haciendo una reverencia.
- Buena noche Alfas, les ayudare a entender lo que él trata de decirles, si me lo permiten - Asiento
- Le pediré que me repita lo que les dijo y les traduciré. - Nos explica y luego se dirige a él.
- Macunaíma, repita o que disse por favor - Él anciano repite.
- Beta, eu estava lhe dizendo que esta lua tem uma alma dividida. Há dois companheiros e um só coração - Él arruga el entrecejo al escucharlo hablar.
- Es muy extraño lo que dice.
Él afirma que esta luna tiene un alma dividida. Hay dos compañeros y un corazón - Me mira avergonzado.
Sabe bien lo que esto significa, somos lobos, somos territoriales. Somos monógamos.
Los tres lo escuchamos sin emitir palabra.
Frank se acerca esta nervioso.
- Alfa ¿pasa algo malo? ¿Deseas que haga algo? ¿Te puedo ayudar? - Esta preocupado, debo tener una cara terrible.
Por fin las palabras salen de mi boca.
Victoria no deja de verme y llorar.
- Tranquila amor. - Le digo y tomo su mano temblorosa. Daimon levanta la cabeza y mira nuestras manos. Esta adolorido
- Frank, ayúdame a atender a los invitados, ellos han hecho un viaje largo, deben estar hambrientos.
Por favor, haz que les sirvan la comida a todos, avísales que luego de comer tendremos la reunión. - Le digo con la voz lo más calmada que puedo.
Me dirijo al Beta del amazonas, que me mira expectante.
- Beta, gracias por tu ayuda, deseo pedirte que esto que ha dicho tu anciano no salga de acá.
Esta reunión tiene una finalidad específica y no quisiera que nos desviáramos del tema.
¿Sería posible que luego de finalizar, nos acompañaras con tu anciano para poder hablar un poco más? - Él asiente y se lo traduce al anciano que nos ve con preocupación.
Daimon se incorpora y Victoria presiona mi mano con fuerza, ella trata, pero no puede evitar dejar de verlo.
¡Son espinas en mi corazón!
- Si deseas me retiro Dániel, esto está siendo doloroso para todos, sobre todo para ella. - Dice mirándola con ojos de amor.
Eso me hace enfurecer, pero la furia no
es con él o con ella, es conmigo.
Me hace enfurecer porque si la situación fuera al contrario yo no sé si sería capaz de alejarme.
Me duele pensar que ella podría estar mejor con él.
Ella me mira con ojos suplicantes, no me lo dice, pero sé que no quiere verlo partir.
- No es necesario. Somos adultos.
Después de la reunión vamos a aclarar esta situación. Ahora vamos a entrar todos, vamos a cenar, nos vamos a concentrar en solucionar el problema que nos convoca.
Un paso a la vez Daimon, eso decía mamá cada que teníamos un problema. - Le recuerdo.
Él me mira agradecido.
- Vamos a ir un momento a casa, Victoria necesita ir al tocador, no tardamos, puedes entrar - Le digo señalando el interior donde nos espera el resto.
Tiro suavemente la mano de ella y nos encaminamos a casa.
Esta en absoluto silencio. ¡Quisiera que dijera algo! Lo que fuera, pero no estar viviendo esta incertidumbre.
En cuanto entramos a la habitación ella rompe en llanto.
- ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué lo hice?
¿Por qué me siento así? Duele. - Me mira buscando respuestas en mis ojos.
La abrazo y ella pega su cara a mi pecho.
- Cálmate amor, así no vas a poder pensar, lávate la cara, organízate y regresamos si deseas. Considero que es importante que asistamos juntos. - Le digo tratando de que su llanto cese.
Ella obedece.
Usa algo de maquillaje para disimular lo irritado de sus ojos.
Estoy sentado en la cama esperando que salga.
Tengo la cabeza entre mis manos.
Mi mayor temor se está haciendo realidad
Siento su calor y levanto la cara, ella me empuja sobre la cama y se sienta sobre mi cadera.
Inclina su cabeza y me besa.
La giro inmediatamente poniéndome sobre ella.
La beso con necesidad!
- Te amo! ¿Lo sabes, verdad que sí?
Jamás te lastime con intención.
Yo puedo cambiar todo lo que me pidas. - Le digo presionando mi fuerte erección contra ella.
Solo me besa, sé que trata de aclarar sus sentimientos, de acabar con su confusión.
- Si amor, lo sé - Dice mientras me da pequeños besos.
- ¿Deseas que hagamos algo más? - Le digo con deseo recorriendo sus piernas con mi mano.
- No. Debemos regresar. - Me levanto con desgano y estiro mi mano para ayudarla a incorporar.
Ella entra rápidamente al baño y pronto estamos de regreso al campamento.
Susy diligente como siempre, está terminando de servir los platos.
Las mesas están organizadas en forma circular, Somos bastantes, pero todos hablan de forma amistosa. A excepción de Daimon que se ve retraído, su Beta me mira con preocupación.
Cuando todo está servido, los invito a que tomen asiento.
Ancianos, Beta, Luna y Alfa por manada.
Van pasando todos en ese llamado y en el mismo orden en que se presentaron.
Daimon queda a mi lado.
Ella ya está más calmada. ¡Pero no emite palabra alguna!
Sus piernas se mueven temblorosas.
- ¿Deseas sentarte en mi sitio? ¿Quieres que cambiemos? - Le pregunto en voz baja cuando noto su nerviosismo.
Ella lo mira de reojo, y sube su mano hasta la marca en su cuello acariciándola suavemente.
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