¡Insaciable!


Me despierto y una punzada entre mis piernas me hace recordar la locura que ha pasado, pequeños fragmentos van llegando a mi mente haciéndome sonrojar.

Trato de moverme, pero Daimon me tiene fuertemente pegada a su pecho mientras Dániel sujeta mi cadera pegándola a su dura erección.

Es increíble que ni siquiera estando profundamente dormidos logren tener sus manos lejos de mi cuerpo y yo la verdad me siento feliz y complacida de tenerlos cerca.

Me giro hasta quedar de espaldas en el colchón y ellos gruñen cuando me intento levantar, se ven tan tranquilos, nobles y manejables mientras duermen.

¡Son extremadamente guapos! ¡Tan parecidos, pero a la vez tan distintos!

- ¿Amor... a dónde vas? Ven a dormir - Me dice Daimon sin abrir los ojos para no perder el sueño

Su voz ronca y sexi me enciende y el recuerdo de sus embestidas contra la pared del baño hacen que el deseo regrese nuevamente.

Y ahí voy yo, atraída sin control como una polilla a la luz.

No puedo pensar con claridad, mi deseo me guía y empujando su cuerpo logro que quede de espaldas al colchón y me siento sobre su cadera con las piernas abiertas.

- Amor quiero más de lo que me diste en la ducha. Quiero sentirte. - Le digo mientras sujeto su erección y me dejo caer lentamente hasta que siento su base.

- ¿Que paso en la ducha? - Pregunta Dániel, pero su tono no es molesto solo curioso.

- Bueno... Ella quería un poco más y yo no pude negarme. - A penas y logra hablar a causa del movimiento circular que hago con mi cadera y que nos tiene a los dos a punto de terminar.

Pero antes de que lleguemos al orgasmo Dániel se endereza y me levanta con fuerza sentándome ahora en su miembro, haciendo que Daimon gruña furioso al sentirse frustrado por falta del contacto.

- No me molesta que la tengas. Después de todo es tan tuya como mía. Pero si me enoja que me ocultes las cosas. Eso me lo pudiste contar antes de dormir.

Yo no hablo, no me interesa su conversación, solo deseo que me llenen y esa necesidad es lo único que ocupa mi mente y Dániel sabe muy bien cómo hacerlo.

Marcando el ritmo sujeta mi cadera fuertemente mientras me eleva y deja caer llegando hasta el fondo de mis entrañas.

- ¡Oh sí! ¡Justo así! - Gimo mientras él me atrae hacia al frente tomando mi pezón y mordiéndolo haciendo que me venga fuertemente mojándonos con mis jugos.

- ¿Disfrutas con él? Es eso lo único que ocupa tu mente. ¿Verdad? No te importa cuál de los dos sea, con tal de tenernos dentro. - Me dice Daimon poniéndose a mi espalda y acariciando mis nalgas para luego dejar caer una fuerte nalgada que me hace temblar de placer y mi cuerpo empieza a arder de nuevo pidiendo más.

En mi mente está claro lo que deseo.

¡Los quiero a los dos, los necesito!

¡Los quiero de manera insaciable, hambrienta y sucia! No deseo que me hagan el amor, ¡solo deseo que me follen duro! ¡Muy duro!

Me giro y ahora mi espalda reposa en el pecho de Dániel sin sacar aún su miembro de mi interior que ahora mismo parece una piscina a causa de la cantidad de jugos que salen.

- Ven amor - Le digo a Daimon abriendo mis piernas y bajando mi mano hasta que uno de mis dedos se resbala entrando a la par que la verga que ahora me está dando tanto placer.

- Dios mi pequeña! - Dice Dániel al sentir el contacto

- ¿Qué quieres amor? - Me dice Daimon con una erección tan fuerte que hace que sus venas se marquen haciéndolo ver más imponente de lo que ya es.

- Te quiero acá! - Le digo mientras ingreso otro de mis dedos.

- No podrás con los dos, superó con creces el pequeño espacio que están abriendo tus dedos. - Me dice mirándome con lujuria.

- Ven, ¡te necesito! - Jadeo moviendo mis dedos haciendo que un fuerte chorro salga estrellándose en su cadera.

Él me mira y luego mira a Dániel buscando su aprobación. Pero Dániel no dice nada, solo asiente quedándose quieto.

- Si te duele me detendré. ¿Me estas entendiendo? - Me dice y yo asiento mientras la excitación sube.

Él se acomoda de frente y sube mis piernas hasta ponerlas en sus hombros y Dániel me sujeta fuerte enterrando sus dedos en mi cadera.

Pronto siento como su gran cabeza masajea y da pequeños golpes en mi sensible clítoris. Los jadeos aumentan a medida que el sube y baja por mi raja provocándome cada vez más.

Las manos de Dániel van a mis pechos tomando mis pezones y apretándolos fuertemente haciendo que me estremezca y mi orgasmo llegue nuevamente esta vez más fuerte que antes.

- ¡Ahora Daimon, esta lista! - Le dice él apretando los dientes.

Y luego mis ojos se cierran mientras siento como Daimon se abre espacio empujando poco a poco su cabeza hasta que está enterrado cerca de la mitad.

La invasión es total y si no fuera por la lubricación excesiva, esto no sería posible.

- ¿Es leche lo que deseas? ¿Quieres que te llenemos amor? - Me dice Daimon mientras empiezan a moverse de manera tan coordinada que cuando una verga entra hasta el fondo machacando mis entrañas, la otra viaja hasta mi entrada sin salir generando tanta estimulación que los tres gemimos fuerte sintiendo el orgasmo crecer.

Las manos de Dániel siguen trabajando en mis senos y dando pequeños mordiscos en mi cuello, cosa que me enloquece.

Y Daimon se centra en atacar mi clítoris haciendo que mis dientes se claven en mi labio inferior.

De pronto una oleada de calor me consume llevándolos conmigo, las pulsaciones, contracciones y gritos de placer junto con el fuego que ahora desborda por mi centro mientras me vengo hace que los movimientos de ellos se aceleren y empiecen a embestir sin control haciendo que termine primero Dániel y acto seguido Daimon.

Los tres respiramos con dificultad. El sudor nos envuelve y un fuerte olor a sexo y semen llena la habitación.

- Amor ha sido grandioso! No sé qué vas a hacer con nosotros, ¡porque yo solo quiero seguir probando cada vez más de ti! La diosa sabe que después de esto ya no tendremos vuelta atrás. ¡Y ese hermoso culo tuyo es demasiada tentación! - Me dice Daimon saliendo lentamente de mi cuerpo que ya empieza a resentir el exceso.

- Eres tan perfecta mi pequeña mujer ardiente!

Sin dudas este ha sido el mejor puto orgasmo de mi vida. ¡Somos tan afortunados de tenerte! - Me dice Dániel girándome para que quede de frente con su miembro aún dentro y se levanta para llevarme al baño cargada. Al bajarme y retirarse de mi centro sus semillas resbala por mis piernas dejándome completamente bañada.

El agua escuece en mi irritada vagina y ellos lavan mi cuerpo con tanta devoción y amor que no parece real.

Me secan y por primera vez desde que Dániel me trajo a este sitio dormiré con una pijama cubierta de pies a cabeza.

Daimon sube con la comida y me alimentan entre juntos, mientras yo lucho por mantenerme despierta.

El cansancio es evidente en mi rostro las ojeras marcadas bajo mis ojos, y el dolor muscular hacen que pronto caiga profundamente dormida en medio de los dos hombres que amo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top