El eclipse
(Desde el punto de vista de Dániel)
Estoy seguro que la manada aceptara la decisión que tome respecto a mi Luna.
Ellos me seguirían hasta el fin del mundo.
Pero no quiero ponerlos en riesgo.
Flashback
Luego de un largo y doloroso trabajo de parto por fin se escucha el llanto del bebé.
-Son niños. Felicidades ha tenido dos varones- le dice el doctor.
Ella era una luna fuerte.
Había soñado con tener un parto bajo la luna llena, escuchando a su manada aullar mientras ella pujaba, añoraba tener a su compañero al lado tomando su mano, limpiando su frente, dándole fuerza.
Pero en cambio estaba en esa fría sala de partos en un hospital rodeada de humanos.
Jamás había tenido contacto con ellos, nunca antes había salido de su manada.
Luego de que había nacido a duras penas se los habían dejado ver, después las enfermeras habían corrido a meterlos en las incubadoras.
O eso había escuchado decir.
Su parto se había adelantado 10 semanas, pero a pesar de eso los niños habían nacido fuertes y grandes.
¡Eran dos hermosos Alfas!
Cuando su compañero se enterará su corazón se llenaría de felicidad.
Afuera solo la esperaba Mary su madre, el viaje había sido extenuante, debieron cambiar de sitio constantemente, pero había valido el esfuerzo.
Su recuperación fue rápida, tenía una visión diferente de los humanos, pero resultaron ser mejores de lo que ella pensaba, habían sido muy amables.
Pronto emprendieron el largo viaje de regreso a casa.
¡Las horas se le hicieron eternas! ¡Estar lejos de su compañero era un castigo a su corazón!
Pero sabía que él los esperaba ansioso.
Fueron varios días de viaje, ¡pero al fin estaba en casa!
Él estaba en la entrada y sus ojos brillaron al verla aparecer.
Su cuerpo soltó la tensión que venía sosteniendo desde el día que la vio partir.
Un descanso inmenso lo recorrió.
¡Sus oraciones surtieron efecto y su luna regresaba sana y salva! Además, conocería a su primogénito.
Habría querido vivir esa etapa junto a ella, pero el peligro los acechaba y para mantenerlos a salvo habían decidido pese a su descontento que lo mejor era que se alejaran mientras pasaba el embarazo.
Cada 30 años con el eclipse de luna negra, la diosa los bendecía permitiendo que naciera un Alfa especial, su sangre fortalecía a la manada premiada con ese privilegio.
Pero no sólo los licántropos anhelaban este suceso.
Otros seres sobrenaturales también estaban interesados en robar esa sangre poderosa.
Este eclipse había hecho que dos viejos enemigos se unieran para buscar a la luna encargada de dar vida al elegido.
Cada que se acercaba el eclipse un gran número de lunas en cinta desaparecían y con ellas caían sus compañeros Alfas presas del dolor y la desesperación por la pérdida de sus amadas y sus cachorros.
Esas manadas que quedaban sin líder eran presa fácil de los cazadores.
Pero ella ya estaba en casa, ¡eso era lo único importante!
Cuando por fin los tuvo cerca sintió que el alma le volvía al cuerpo, tomo en sus brazos a su Alice.
¡Cuánto amaba a esa mujer! Habían sido 7 meses de agonía al tenerla lejos.
La beso con la misma pasión que el día que la encontró.
Ahora su aura había cambiado, se veía más serena, más bella.
Le había sentado mucho el parto.
-Alfa George- Son gemelos! Dijo Mary, su suegra entregándole esos pequeños bebés.
¡Las lágrimas caían de por sus mejillas!
Su corazón latía fuerte, y el calor recorría su cuerpo.
-Gemelos! ¡Gracias mi Luna! ¡Gracias!!!!- No lo podía creer.
Su manada estaba reunida, esta era una noche de celebración y júbilo.
-Les presento a los futuros Alfas de la manada MoonBlast. - Les dijo levantando a esos pequeños bebés.
Hacía muchos años no nacían gemelos y la diosa los había bendecido a ellos.
-Ellos cumplirán la profecía que hace tanto nos espera, ellos unirán las manadas con su fuerza, serán dos ríos que se fundirán en un solo mar- Dijo uno de los ancianos.
- ¡Este no será un camino fácil, pero estaremos nosotros, su familia para ayudarlos! - Dijeron los otros.
Esa profecía pasaba de generación en generación, él la conocía.
Sintió alegría y temor por la inmensa responsabilidad que se le venía encima.
Eran gemelos idénticos y el aura de mando se les sentía desde ya.
Fin del Flashback
Recordó su infancia, eran fuertes, competitivos, orgullosos, inteligentes y astutos.
El tiempo paso rápido, sus cuerpos se desarrollaron, y pasaron de ser dos niños unidos y amorosos a ser dos adolescentes irritables y territoriales.
Los genes de liderazgo corrían por sus venas y la manada era muy chica para dos machos Alfas dominantes.
Con la llegada de sus lobos las cosas se complicaron a un más.
La rivalidad creció, se interesaban en las mismas mujeres y querían las mismas cosas al tiempo y eso desencadeno en una pelea constante.
Tras la pronta muerte de sus padres ya no hubo nada más que los uniera.
Uno de los dos debía tomar el control.
Dániel al haber sido el primer gemelo en nacer reclamo su derecho a continuar como Alfa.
El consejo estuvo de acuerdo, y lo apoyo.
Le ofrecieron a Daimon ser su Beta, pero este era demasiado orgulloso para aceptar un segundo lugar.
Daimon eligió abandonarlos, alejarse y formar su propia manada, pero en sus ojos se veía el rencor, se sentía traicionado.
Hacia 10 años que había sucedió esto y desde ese día no se volvieron
a ver, rompieron sus lazos...
Pero las cosas cambiarían muy pronto.
Este año sería el eclipse y mucha sangre y dolor correrían si no se mantenían unidos, haciendo frente a este poderoso enemigo.
Ellos tenían un destino escrito y nadie escapa de su misión.
A pesar de sus esfuerzos por estar lejos y sus ansias de venganza, pronto encontrarían una poderosa razón que los haría unir nuevamente y esta vez de manera definitiva.
El amor es el arma más poderosa que existe y ellos lo comprobarían, acá no habría espacio para el orgullo.
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