El castigo
(Desde el punto de vista de Victoria)
La mañana fue hermosa, el calor de Logan hizo que tuviera un sueño realmente reparador.
Me desperté contenta interiorizando que este era el sitio al que yo pertenecía,
Desayunamos y Dániel me dice que daremos un paseo y me presentará a alguien.
Me encanta que él desee involucrarme en todas sus cosas.
Pregunto si es lejos. Y él me dice que no, que con Logan las distancias son cortas. Se transforma y siento un impulso de tocarlo.
Pego mi frente a la suya.
¡Amo verlo!
Él se inclina y yo me trepó con dificultad. ¡Es bastante alto!
Luego de que por fin me acomodo, ¡él empieza a correr y yo me siento dichosa!!!!
Me siento protegida. ¡Libre!
Pronto nos detenemos y cerca se ve un bungaló hermoso.
Se transforma y veo con vergüenza su desnudez. ¿Es que no le da pena?
Le paso rápidamente la ropa que alistamos antes de salir de casa.
Se cambia y me toma de la mano hasta llegar a la puerta donde nos espera una mujer mayor.
La veo y es como si viera a mi abuela, no me logro controlar y salgo corriendo a abrazarla.
Si nos llevamos bien podré venir a visitarla y caminar con ella, hablar, escuchar sus historias, sus anécdotas.
Amo pensar que tendré un sitio parecido al hogar.
Apunto mentalmente que debo decirle a Dániel lo mucho que me gusta esa cabaña.
Ella nos saluda emocionada. Recorremos el perímetro y todo es flores y rosas... ¡Me gusta tanto!
Al finalizar nos invita a seguir. Dentro es mucho más hermosa.
¡Es hogareña, cálida!
Dániel le pide que lo acompañe un momento para hablar solos.
Yo recorro el recibidor, tiene muchas fotos, todas de Dániel, eso supongo hasta que veo una donde están 2 chicos idénticos.
La tomo y lo reconozco. ¡Conozco esa mirada!
Sé que nos conocemos hace poco, pero me molesta que Dániel no me contará que tenía un gemelo. Es poco lo que se de él. Eso me hace sentir frustrada.
Ellos salen alegres y la curiosidad me puede.
- ¿Quién es él? - Les pregunto.
Dániel cambia inmediatamente su rostro, está molesto.
- Eso no importa, ya es hora de irnos. - Me dice ¿por qué se molesta tanto? no entiendo.
- ¿Dónde está tu hermano? ¿Por qué no vive en esta manada? - Le pregunto mirando la foto, son prácticamente idénticos físicamente
- Tenía un hermano, pero el murió cuando mis padres murieron. Es un tema del que no me gusta hablar. Es mejor que nos vallamos ahora. - Dice mientras me hace una señal con la cabeza para que lo siga hacia la puerta.
- ¿Cómo murió? - No puedo dejar de pensar en esto.
- Victoria, ya te dije que es hora de irnos. ¿Qué parte de no me gusta hablar del tema no me lograste comprender? Ya me estoy molestando. - Me dice y su tono ya es amenazante. Me toma el brazo y trata de sacarme a la fuerza.
- No me voy a ir hasta que me cuentes. ¿Cómo se llamaba? ¿Estás seguro que murió?
El día que estuve en el río yo creí verte en la otra orilla, por eso me metí para ir contigo, pero el tono de voz era distinto. La mirada era diferente. Ese no eras tú Dániel. - Quiero saber! Mi corazón está acelerado, necesito saber.
-Es Daimon- Dice suavemente la abuela, con cariño recordándolo tal vez.
Recuerdo ese día. ¿Él vivirá pasando el río?
- ÉL MURIO PARA TODOS. NO ES NADIE. ¡NO LO VOLVERÁS A VER JAMAS! - Sus gritos me hacen trastabillar.
- ¿Que paso con él? ¿Porque lo odias tanto? ¿Qué te hizo? - Mi voz suena quebrada, ¿Por qué me siento afectada al pensarlo?
- Victoria no tengo paciencia para esto. Ya te dije lo que necesitas saber. No deseo que nuestro día se arruine por su causa. Vamos a casa ahora. - Dice mientras me hala
- ¿Que paso con él abuela? - ¿Por qué ella no dice nada?
-La chica que expulsaron de la manada dijo que yo podría ser su pareja también. ¿Eso es posible? ¿Es por eso que lo odias tanto? - Pregunto a Dániel. ¿Será posible? ¿Esa sería la razón de que estuviera ese día parado ahí? ¿Acaso venia por mí?
-Hija la diosa elige una pareja para cada uno, un complemento. Naturalmente las parejas son de 2.- Escucho hablar a la abuela.
-Pero en este caso es posi... - No logra terminar la frase cuando siento que mis pies se despegan del suelo, la voz potente de Dániel resuena en toda la casa
- Tú eres MI pareja, ¡solo mía! ¡De nadie más! ¡Llevas mi marca! ¡Cualquier macho que te vea, sabrá que tienes dueño! ¡Que me perteneces! - Grita, mientras me arroja a su hombro como si yo fuera un paquete.
-Bájame! ¡No puedes tratarme así! Le grito mientras doy puños en su espalda.
Pero él solo acelera el paso.
Levantó mi cabeza, la casa ya no se ve.
-Bájame ahora! Le grito.
Su mano recorre mis nalgas, ¡no quiero que me toque!
Vuelvo a golpear su espalda, cuando de repente una fuerte palmada me hace brincar. Mis ojos se llenan de lágrimas. ¿Me está dando Nalgadas?
Oigo el crujir de la madera cuando el pisa los escalones de la entrada de la casa.
Me cubro la cara con las manos, no quiero que nadie vea esto. ¿Por qué debe ser tan abusivo? Debió bajarme cuando nos acercábamos. ¿Qué necesidad de que todos se enteraran?
Sube rápido y entramos a la habitación. Por fin me baja.
¡Quiero gritarle! Reprocharle por portarse así, pero su orden me hace temblar las piernas
- Desnúdate - Me dice
- No! ¿Qué es lo que te pasa? ¡Quiero que salgas de la habitación ahora! ¡Quiero estar sola! - Le grito y trato de alejarme, ¡pero ya es tarde! Lo siento romper mi camiseta y gritar.
- ¡Tú me vas a obedecer, por las buenas o por las malas! ¡Yo soy tu Alfa! -
Subo mis manos de manera incentiva para cubrirme, y es cuando lo siento de un tirón bajar mi leggins y la ropa interior.
-No Dániel! ¡Espera! - Le grito llorando
De verdad deseo que se detenga.
- Quítate el tampón y métete en la bañera- vuelve a gritar.
- No quiero, ¡quiero que te vayas! - Lloro de miedo y frustración! ¡Rabia, impotencia!
- TE ESTOY DANDO UNA ORDEN! - y se agacha a hacerlo.
-Lo haré yo! ¡Lo haré yo! Pero sal un momento del baño, por favor. - Le suplico poniendo mis manos en mi entrepierna.
-No! ¡Tú no eres la que manda! ¡Te lo quitas ahora! - Esta demasiado molesto.
Obedezco y me meto a la bañera. Es humillante que haga esto.
Abro la llave y me empiezo a asear, tengo mi mirada fija en las manijas de la ducha cuando escucho la puerta abrirse.
Se acerca, me toma las manos y las sujeta por arriba de mi cabeza, está pegado a mi cuerpo, en mi espalda siento su miembro duro como hierro. A duras penas le llego a la altura del pecho, luego siento que me levanta, mis pies están en el aire.
Respira agitado, molesto.
Baja sus manos a mi cadera
-No me gusta tener que repetir las órdenes que doy. Esto será una lección para ti- Le escucho decir antes de que me suelte y lo sienta invadir por completo mi vagina.
Mis piernas tiemblan, trato de contener las lágrimas, no le voy a dar el gusto de ver que me está lastimando. Subo mi mano para tapar mi boca, deseo gritar, ¡duele!
El movimiento me lastima, lo hace con furia.
Pego mi frente a la pared y trato de alejarlo inútilmente.
-Me vas a respetar, me vas a obedecer-
- ¿Me estas entendiendo? - Me dice en el oído
-Si- Le respondo sin ganas
-Si Alfa! - Me grita mientras su mano frota mi clítoris.
-Sisisi Alfa! - Respondo y al tiempo que mi cuerpo es invadido por una oleada de placer. He tenido mi primer orgasmo.
¿Por qué mi cuerpo debía traicionarme de esa manera?
Cada una de mis células vibraban ante su presencia.
Mi vagina aún tiene contracciones mientras el baña mi cuerpo.
- ¿Te duele? - Todavía tiene el descaro de preguntar.
- Me puedes bajar por favor Alfa - Le respondo como él desea, soy solo uno más de sus súbditos.
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