Día gris

En cuanto me baja mis piernas pierden toda la fuerza y me dejo caer hasta tocar el suelo.

Abrazo mi cuerpo y me siento vulnerable, el agua que cae sobre mi cabeza se confunde con mis lágrimas.

No puedo creer que este sea el plan de Dios para mi vida.

Desde que llegue tratando de buscar un mejor futuro solo he encontrado dolor.

Los golpecitos en la puerta del baño me sobresaltan

- ¿Luna, estas bien? Llevas demasiado tiempo. ¿Necesitas ayuda? ¿Deseas que llame al Alfa? él debe estar cerca. - Es la voz preocupada de Susy.

Mi cuerpo se estremece de solo pensar que él va a regresar.

-No Susy, gracias, ya salgo, no pasa nada. - Respondo tratando de que mi voz no suene tan quebrada.

-Te he traído la cena, si deseas algo más solo llámame. -Es tan amable, que mis lágrimas vuelven a correr. ¿Por qué todos pueden ser amables y buenas personas menos él? ¿Por qué debe ser tan cruel conmigo?

Salgo y me cuesta hasta caminar, me siento completamente triste, deprimida.

En la mesita de noche veo la foto que tengo con mamá, hoy la necesito más que nunca.

Deseo regresar, necesito sus abrazos, sus palabras de amor incondicional, pero estoy lejos, sola...

La tomo en mis brazos y lloro, es últimamente lo que más hago, lloro con rabia, con impotencia, con dolor.

¿Por qué debía ser yo? ¿Por qué no podía elegir a alguien más?

Me recargo contra la ventana, hacia donde veo todo es bosque, ni siquiera sé dónde estoy.

Aun si quisiera regresar a casa no podría escapar porque no tengo idea hacia donde correr. No tengo dinero para el boleto.

¡No tengo nada! ¡Estoy peor que cuando salí!

Me siento tan diminuta...

No soy una mala persona. No creo merecer lo que me pasa.

No creo merecer lo que me pasa.

Lo repito mientras me dejo caer al tapete. Abrazo la foto con todas mis fuerzas, deseo que todo sea una pesadilla, que mi madre jamás hubiera enfermado, que nunca hubiera tenido que viajar acá.

Deseo soñar que soy libre y feliz en mi país, que tengo mi clínica, que conozco al hombre idóneo, que Dániel no tiene tantos traumas y me llena de amor.

El cansancio me vence y empiezo a cerrar los ojos, en mis sueños puedo descansar, pero siento que me levantan del suelo.

Es él.

¡No deseo sentir su contacto! Lo miro con rabia.

Odio que me haga esto.

Siento las palabras llegar a mi boca y esta vez no las retengo. Él no piensa en mí cuando se deja llevar por su enfado.

-Ojalá no me hubieras encontrado nunca! ¡Lamento tanto haber entrado en esa habitación!!! ¡Haber venido a este país! ¡Yo era feliz hasta que te conocí! - Le digo dolida!

Él me carga hasta la cama, trata de pegarme a su pecho, no protesto, está claro que puede hacer uso de su fuerza sin pensarlo.

-Eso lo dices porque estas dolida, pero en el fondo sabes no es cierto, tu sientes la misma necesidad que yo por estar juntos.

Solo necesitamos conocernos un poco más y ya verás que todo mejorará.

¡Dame una oportunidad de demostrarte que no soy el monstruo que crees!

¡Victoria eres todo lo que tengo!

Compréndeme, ¡el miedo nos hace nublar la razón! Actuó por instinto.

Esto también es nuevo para mí!

Jamás había sentido un sentimiento tan grande, ¡y esto me asusta!

¡Temo perderte! ¡No podría seguir sin ti! - No quiero creerle, cada vez que me lastima luego salen palabras hermosas de su boca, pero solo son eso, palabras...

Si me amara de verdad no me haría daño, eso no puede ser amor.

Amor es lo que yo le siento que a pesar de todos sus actos no quisiera apartarme de su lado.

-Jamás había tratado con humanos.

Estoy acostumbrado a tener el control, a que todos sienta y obedezcan a mi rango.

¡Y tú amor... Eres tan distinta! ¡Me desafías! - En su voz se siente sinceridad, pero yo podría decir lo mismo, tampoco había tratado nunca antes con Lobos y aun así no haría nada de manera consciente por lastimarlo.

-Aparte de que tenemos naturalezas contrarias, tu crianza ha sido tan distinta a la mía. Tienes costumbres diferentes! - Ojalá hubiese intentado hablar de esta forma en la tarde Cuantas lágrimas y dolor nos habríamos evitado.

Sé que a él también le duele lo que nos pasa.

- Pero entre juntos podemos salir adelante!

Solo dame una oportunidad, ¡por favor! - Si lo sigo viendo volveré a caer. Me giro y lloro. El amor no debería ser así. Tampoco es como si soñara con una historia rosa. Pero esto... ¿Si así es ahora que se supone me está conquistando, como será después? ¿Qué me espera? Desde el fondo de mi corazón deseo hacerlo feliz y también serlo. Pero tal vez solo no somos compatibles.

Pensar en eso me duele...

-Me llevas al cielo solo para dejarme caer... ¡Cuando ves que estoy feliz y tratando de adaptarme me lastimas! - Le digo porque es lo que siento.

-El peligro no es tu hermano ni su presencia, acá el único que amenaza la felicidad que podríamos tener eres tú. - Cuando finalizó lo escucho llorar y eso me parte el alma! ¡No quiero hacerle daño!

Quisiera girarme y calmarlo, decirle que lo amo, porque es eso lo que siento, abrazarme fuerte contra su pecho, sentir sus brazos fuertes rodearme.

Pero prefiero no hacerlo.

Él es la calma a mis dolores, a mis males, a mi llanto.

Pero él no pensó en mi cuando actuó como actuó, me lastimo y fue capaz de salir y dejarme hecha añicos sin mirar atrás, sin pensar en mí.

Dicen que de amor no se muere, pero así se siente. Todo duele, la cabeza, el pecho, y sobretodo el alma.

La migraña amenaza con acabarme.

Me obligó a cerrar los ojos. Y pronto el sueño llega!


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