Conozcámonos
(Desde el punto de vista de Dániel)
La veo y parece un ave en cautiverio.
Le tomo la cara con las manos y le beso la frente.
- ¿Cómo te llamas? - Le pregunto.
Me mira dudosa, luego de unos minutos por fin se decide a hablar
- ¡Victoria, Victoria Sáenz- Tiene una voz demasiado sensual!!!
- ¿Cuántos años tienes?
-Cumpliré veintiuno
Le llevo bastante ventaja...
- ¿Tienes un acento extraño, no eres de acá? ¿De dónde vienes? ¿Eres latina?
-De Colombia. ¿Luego de responder todo esto me podré ir? - Ignoro su pregunta.
- ¿Con quién vives?
-Bueno, trabajo en el hotel, vivo allá mismo.
- ¿Tienes algún familiar acá?
-No señor, mi familia está en mi país, yo vine a trabajar para poder ayudarlos.
¡Por favor déjeme ir, yo no le contaré a nadie lo que ha pasado, se lo juro!
¡Otra vez el mismo tema!
-Mi Luna sé que no es fácil para ti entender todo esto, pero eres mía. Tu naciste para mí, eres mi mitad. - Me mira como enojada.
- ¡Señor, ya le dije que yo no soy esa persona! ¡Usted me está confundiendo!!
¡Yo apenas llevo un mes en este país! ¡Yo jamás lo había visto a usted, no lo conozco! - Me dice casi gritando.
Sus manos tiemblan.
-Por favor! ¡Por favor déjeme ir, se lo suplico! - Empieza a llorar desconsolada.
Verla en ese estado me genera impotencia.
-No llores pequeña, cálmate, no voy a hacerte daño... ¡Te espere por mucho tiempo! Te busque hasta debajo de las piedras.
¡Ahora que te he encontrado no permitiré que te vayas!
Tú me amas, aunque aún no lo sepas, y si no lo haces lo aprenderás a hacer. - Le digo mientras la miro fijamente y acaricio su cara.
El deseo me vuelve a invadir. Quiero hacerle sentir mi necesidad por ella.
¡Es la única manera que conozco!
Seguramente lo adivina porque se sujeta las piernas al pecho con fuerza.
-Por favor señor déjeme ir. No se me acerque más, ya no me haga más daño-
Siento que mi verga se va a romper de la fuerza que hace por salir de mi pantalón.
¡Es una mujer demasiado bella, todo en ella es provocativo, adictivo!
- ¿Te hizo efecto la pastilla? - Le pregunto mientras me acerco a ella como acechándola, la empujó para hacer que se acueste boca arriba.
Ella trata de pararse, pero se lo impido, de manera que empieza a llorar con frustración.
¡Le abro las piernas y su olor me enloquece!
¡Hace que todas las células de mi cuerpo se activen pidiendo más!
¡Dios, deseo penetrarla!!! Fundirme en su ser.
Hago uso de toda mi voluntad para controlarme.
No lleva puesta ropa interior, le rompí todo lo que traía puesto.
Apunto mentalmente que debo ir a primera hora a llenar su ropero.
Pero mientras tanto es un deleite tenerla así.
¡Disponible para mi disfrute!
La vista de su vagina es perfecta, me acerco y la olfateo.
Ella tiene sus manos en la cara y llora, ya no trata de cerrar sus piernas.
- ¿Victoria, aún te duele?
Ella tarda en contestar, es tímida. ¡Pero deberá perder la pena conmigo!
-Te hice una pregunta - Me impacienta que no me hable!
-Sí señor, mucho- Me responde entre sollozos.
Su vagina esta roja, sus labios están un poco inflamados y así se ve apetecible.
Acerco mis dedos, deseo meterlos y saborearla.
Pero ella no está receptiva y le va a doler.
Empiezo a darle besos suavemente, la recorro completa metiendo de vez en cuando mi lengua, chupo su clítoris.
¡Es tremendamente cerrada! Solo de recordar lo rico que sentí al estar dentro, siento que pierdo el control.
¡Es deliciosa!
Sus piernas tiemblan, quisiera pensar que es de placer, pero sé que es de miedo.
¿Es que acaso no le gustó? No soy narcisista, pero sé que soy guapo, todas las mujeres de la manada me ven con deseo.
¿Entonces qué pasa con ella?
¡Deseo con mi alma fundirme en ese cuerpo, hacerla retorcer de ganas! ¡Pero ella no quiere!
Me obligo a parar.
-No quiero que me temas. Yo no te lastimare -
Le digo con firmeza, me incorporo y ella me agradece.
Aparte de linda es noble.
- Es mejor que descansemos, ven acá - Acomodo su cabeza en mi pecho.
- Si seguimos despiertos no me podré contener, y entonces no responderé por mis actos. ¡No te alcanzas a imaginas cuanto deseo me provocas! - Le digo y ella se tensiona.
-Duerme ahora mi Luna- Le digo besando su frente
-Sí, sí señor- Responde en tono bajo, ya no llora.
-Mi nombre es Dániel Evans, ya te lo había dicho amor mío, soy tu mate, es así como debes llamarme ¿Me entiendes? -
-Sí, si- Me responde moviendo su cabeza rápidamente, sus ojos no me miran.
- ¿Sí que? - Le pregunto, tomando su cara en mis manos.
-Si señor! - responde rápidamente.
-jajaja, si amor, eso sonaría mucho mejor, pero podríamos iniciar con un si Dániel. ¿Me comprendes? El primer paso para que puedas entrar en confianza es llamarme por mi nombre. – Asiente mirándome. Es muy inocente.
-Si Dániel- responde en voz baja, agachando sus ojos.
¡Oírla pronunciar mi nombre, me hace sentir emocionado, parezco un niño! Cuantos estragos puede traer el amor.
Adoro su voz. ¡Su timidez!
¡La tengo aun abrazada, y no pienso soltarla! ¡Su lugar son mis brazos!
Ella se queda quietica, su respiración se calma.
Pronto cae profundamente dormida...
¡Jamás pensé que mi vida cambiará tanto en un solo día!
Pero no me arrepiento.
¡Si debo cambiar para acomodarme a ella lo hare, si debo enfrentarme por ella lo haré, si debo dejar la manada también lo haré, haré lo que tenga que hacer por tenerla conmigo y protegerla!
Solo será cuestión de tiempo para que su deseo despierte. ¡Y entonces será mía!
¡Ya está a mi lado, que era lo más difícil! ¡Ahora solo debo esperar un poco más!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top