CAP6: Dibujo

A un paso lento camiba Dégel a lado de su hijo, el pequeño estaba emocionado en cambio Degel estaba nervioso, tanto eran esos nervios que por el no quería avanzar, su pequeño era el que lo hacía avanzar, cada vez que sentía que estaba por llegar a la biblioteca sus piernas se endurecian.

-Mami! Camina más rápido!-

-Eso hago cariño...-dijo Dégel con una voz dulce, a lo cual su pequeño hizo un puchero pues no avanzaban casi nada.

-Mami, esta bien que lleguemos tarde al jardín o a la universidad, pero porfavor no lleguemos tarde a la biblioteca. - su voz infantil y tierna logró sonrojarlo por lo que le decía, ahora se deba cuenta que debía madrugar aún más.

-Sabes cariño? Mejor yo te doy unas clases de dibujo, que tan difícil puede dibujar? -La verdad era que Dégel se encontraba más que nervioso, pues notaba que después de casi una hora estaban ya en la biblioteca, aún tenía miedo, por lo que decido darse media vuelta y regresar a casa con su pequeño, sin embargo no dio un paso pues tan sólo al voltear había chocado con alguien.

-Mami! -El pequeño se acercó a su madre que estaba aún en el suelo y trato de levantarlo, sin embargo el choque que recibió bastó para que el joven se encontrará mirando varias estrellas girar por su cabeza.

-Lo siento!- rápidamente el otro joven que había caído al suelo se apresuró a ayudar al francés que con algo de dificultad se puso de pie, tocando su cabeza con la mano, asegurandose de no perder el equilibrio. Pero para su asombro el joven que lo ayudo lo tenía casi apegado a su cuerpo, un sonrojo se hizo notable y al sentirse algo mejor se apartó de un salto y empezó a disculparse.

-Lo siento! Fue mi culpa por no fijarme por donde iba-

-Porfavor no se disculpe, tambien es mi culpa por venir corriendo...pense que llegaba tarde a las clases que daría, pero veo que el pequeño recién llegó.

Los ojos de Dégel se abrieron par a par y cuando levantó su mirada, observó al joven por el cual estaba nervioso y por el cual no quería poner un sólo pie en aquella biblioteca, pero ya era tarde, no tenía a donde escapar, por lo que sólo agacho la cabeza para ocultar su pena transformada en un sonrojo.

-No sabe cuanto lo siento, es sólo que salimos algo tarde de nuestra casa.-

-Pero mami, si llegamos tarde es por que sólo avanzabamos dos pasos por minuto.-

-Camie!- En esos momentos Dégel aseguraba que su cara estaba mas roja que un tomate. Kardia se impresionó por esos bellos franceses que terminó por reirse a carcajadas.

-Bueno ahora que todos estamos aquí, vayamos adentro, créeme que no sera nada difícil dibujar.-

Kardia tomó la mano del pequeño y lo llevo adentro, Dégel los siguió y en una mesa infantil sentaron al menor. Kardia le dio una hoja en blanco y unos lápices de colores.

-Dibuja lo que crees que representa todo para ti, como una flor, una mascota...tu decide.-

-Esta bien.- dijo con una fina sonrisa, tomando el lápiz para empezar lo que le dijo su maestro. Como Kardia pensaba que el pequeño tardaria mucho, invito a Dégel a sentarse en otra mesa, pues dejando a los niños solos sin decirles que hacer era donde mas su imaginacion volaba.

-Su hermano menor es muy hermoso, sabe las clases son dos horas, en ese tiempo usted puede aprovechar para dar un paseo o relajarse, nosotros le damos una pequeña merienda como un jugo acompañado de una fruta, sobre todo cuidamos de los niños...como verá cada niño tiene un maestro único, así que no debe preocuparse por el pequeño, pues estará bajo mi supervisión.-

-Muchas gracias, pero no es mi hermano...es mi hijo y se llama Camus

-Cuantos años tiene usted?- Kardia tenía curiosidad, y bastante. Dégel era demasiado joven para ser padre de un niño de 6 años.

-Eso no tiene importancia...- Dégel sabía lo que todo el mundo pensaba de el, por su edad y su hijo y se le decía eso a Kardia, no seria una excepción a que sea su blanco de burlas.

-Bueno, desde ahora Camie puede venir todos los dias, creame que los niños son bastantes creativos y dibujar no es nada del otro Mundo. -Kardia se puso de pie y tomó la mano de Dégel, cosa que le sorprendió al contrario.- puede verlo usted mismo, una vez que los niños crean su primer dibujo la creatividad crece- Tomo con delicadeza la mano del otro y volvieron a donde estaba el Camus, quien al parecer en vez de dibujar se había puesto a leer una libro bastante conocido por muchos, "El principito".

-Hijo, y tu dibujo?- pregunto dulcemente Degel, su pequeño cerro el libro y mostro a ambos mayores una hoja donde había un 8 invertido, en otras palabras el símbolo de lo infinito.

-y eso que es pequeño?- Kardia se mostraba confundido, al ver ese símbolo.

-Es el infinito, usted dijo que dibujara lo que para mi representa todo para mi, y pues lo que representa el todo es el infinito mismo.- El pequeño hablaba dulcemente, explicando su dibujo. Kardia quedo en blanco y en su cuerpo se podía ver esa reacción y mientras que Dégel reía nerviosamente. Ahora entendía que los libros eran buen pero no tanto.

-Cuantos años tienes?- En todos sus años, jamas habia conocido un niño con un talento para la lectura pero un cero a la izquierda para el dibujo.

-Seis años!- el pequeño le mostro con sus manitos la edad que tenía, la boca de Kardia no pudo quedar mas abierta que ese instante.

-Esto no es posible...-

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