CAP5: Llamada

A la mañana siguiente, continuaba la rutina matutina, donde Degel alistaba a su pequeño hijo para que vaya a la escuela mientras el también hacia lo mismo, ambos tomaron un baño, se arreglaron y desayunaron para luego partir cada uno a su centro de estudio.

En la universidad, Degel espero a la hora del descanso para comunicarse con el profesor de arte que ayudaría a camus, por alguna razón tenia cierto nerviosismo de hablar con aquel joven pero por otro debía mantener la compostura y comportarse como el adulto que era, a quien engañaba era demasiado tímido para siquiera marcar el número de kardia.

—hmm, puedo buscar en Internet como dibujar...si creo que eso es mejor, así camie ya no perderá tiempo en ir a la biblioteca...— hablo para si mismo, pues siempre estaba solo y no tenía amigos con los que pudiera compartir algún problema. Miro por unos segundos su celular y ahí estaba el contacto de Kardia, su mano temblaba pero aun así apretó el botón para llamar, la llamada estaba en espera, talvez estaba ocupado asi que decidió cortar, pero antes de presionar el botón de cancelar, la persona al otro lado de la línea respondío. Al escuchar la voz de kardia, el cuerpo de Degel se estremeció y los nervios le empezaban a ganar tanto que casi hacia caer su celular, salvando su celular de una caída respondió:

—buenos días...—

—buenos días, con quien hablo?— Pregunto kardia, pues no esperaba ningúna llamada a esa hora.

—eh...pues, verá...llamo por las clases que esta ofreciendo la universidad.— al francés le costaba artícular sus palabras, pues realmente estaba temblando de miedo.

—oh, era eso, bueno que desea saber?— De pronto kardia empezaba a sonreír de oreja a oreja, pues había reconocido la voz de la persona con la que hablaba.

—si, bueno yo tengo un pequeño hijo de seis años y me gustaría que aprendiera las técnicas básicas del dibujo, dentro de unas semanas entrará a un concurso de dibujo donde representará a su escuela.—

—Interesante, lleve al pequeño a la biblioteca comunitaria, estoy dando clases individuales de dos de la tarde hasta siete, puedo hacer un espacio para dedicarle tiempo a su hijo y enseñarle lo necesario.— menciono con voz amable, si Degel aceptaba, le haría el hombre más feliz del mundo. Literalmente...

—Encerio? Eso sería de gran ayuda! Estaré a los dos en la biblioteca, esperó encontrarlo señor...eh...— Degel se había quedado sin palabras, quería decir el nombre del mayor, pero no le parecía correcto llamar a alguien de su nombre con tanta confianza. Kardia se sintió decepcionado al ver que el joven francés no recordaba su nombre, por lo que interferio.

—kardia, mi nombre es kardia...—

—oh si...bueno nos vemos a las dos señor kardia.— los nervios lo mataban así que al finalizar esa conversación degel corto la llamada. Tratando de regular su respiración.

ah! Diablos ya soy padre y no puedo hablar como uno...no se si esto es bueno o malo.— se golpeó la frente, al pensar que lo que hacía era malo, claro que no lo era, todo era por el bien de hijo, así que no había arrepentimientos.— Soy un tonto, obvio que esto es bueno! Camie aprenderá a dibujar, ganará el concurso, será reconocido con honores, alguien lindo se enamorará de el, se casarán, tendrán hijos y...no eso no se va cumplír, bueno solo se cumplirá hasta que camie sea reconocido con honores, porque el primero que aceche a mi pequeño camie sufrirá el infierno en persona!

De pronto su grito llamo la atención de todos sus compañeros, que lo miraron con un tanto confundidos y con molestia. Al ver que su conversación personal llamo la atención de la mayoría de sus compañeros, Degel bajo la cabeza un poco apenado, pues las cosas que hacía solo eran una razón para que lo tacharan de raro, tomo sus cosas y volvió a sus clases, paso la mañana de manera tranquila. Al ser mediodía nuevamente comenzaba su carrera para llegar a la escuela de camus lo más temprano posible (lo cuál era casi imposible, pues a pesar de que corriera el tiempo nunca estaba a su favor). Cuando llegó a la escuela busco a su hijo con la mirada, encontrándolo sentado bajo la sombra de un árbol , leyendo una cuento infantil.

El pequeño pelirrojo levanto su mirada por unos segundos, encontrándose con la dulce mirada de su madre, rápidamente cerro su libro y corrió abrazar a su madre quien lo recibió con los brazos abiertos.

—mami! Llegaste casi a tiempo.—

—si, tome un atajo, ahora vamos que hoy empiezas tus clases de arte.—

—aprenderé a dibujar?—

—si! Vamos que primero debemos almorzar.— antes de irse, Degel se despidió de manera amable con la maestra de su hijo, y ambos se encaminaron a su pequeño departamento para almorzar y alistarse para ir a la biblioteca. El que estaba más nervioso por ir a la biblioteca era degel, ya que tendría que conversar con kardia para acordar los horarios.

Por naturaleza Degel era un chico solitario y no le gustaba socializar con las personas, pero por su hijo debía hacer un esfuerzo.

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