"¡Kazuma! ¡No puedo creer que estés tratando de imponerme esto!" Declaró Darkness.

"¿Cuál es el problema? Es por tu propio bien y también por el bien del equipo".

"¡Me niego!"

"¡Pruébalo! Estoy seguro de que será increíble", se inclinó sonriendo. "¿No quieres ver cómo es?"

Ella sacudió la cabeza violentamente. "¡Absolutamente no!"

"¿Por qué no?"

"¡Sería humillante!"

"... ¿Y eso es un problema ahora?"

"¡Este no es el tipo de humillación que me gusta!"

⸻ ⸻ ⸻⸻⸻⸻⸻⸻

Unos días antes

A la mañana siguiente, Kazuma regresó a la sala del gremio para recopilar información. Luna terminó siendo su fuente principal. La gerente de la sala del gremio conocía casi todo lo relacionado con los aventureros. Mientras hablaba con él, también fue lo suficientemente amable como para informarle que, aparte de Mitsurugi y su grupo, nadie estaba enojado con él ni con Darkness. Él mismo había visto que a veces ocurrían peleas y riñas. La sensación entre los aventureros era que a las personas se les debería permitir resolver sus propias diferencias.

Además, solo ver a Darkness golpear a su nuevo héroe había sido algo divertido. ¿Quién se iba a enojar?

Cuando Darkness apareció alrededor de la hora del almuerzo, Kazuma le contó lo que había descubierto.

"¿Un monje?" La reacción de Darkness fue una mirada de confusión y silencio atónito.

Kazuma explicó. "Así es. Son una subclase de luchadores que se especializan en combate sin armas y normalmente no usan armadura. Creo que sería perfecto para ti".

"Sé lo que son los monjes, Kazuma. ¿Por qué sugieres que me convierta en uno?"

Él arqueó una ceja. "¿Estás bromeando? ¿No es obvio que es la clase ideal para ti? Quiero decir, seamos honestos. Como Crusader apestas. No necesitas armadura y no vales nada con una espada".

Ella jadeó y se giró de un lado a otro. "N... nunca muestras misericordia, ¿verdad?"

"Por favor, deja de hacer eso", miró a su alrededor y se sintió avergonzado. "Mira, lo digo en serio. Hasta donde sé, no puedes usar una espada ni ninguna otra arma, pero eres brutalmente fuerte y puedes asestar golpes. Los monjes pueden aprender todo tipo de habilidades especializadas de lucha sin armas y obtener bonificaciones. Y como ya eres un muro, incluso sin armadura, realmente no perderías nada al cambiar de clase. ¡Te vendría perfectamente!"

"¡Me niego!"

"¿Eh? Mira, no hay penalización por cambiar tu clase, y todas las habilidades de defensa que ya tienes se transferirán. Quiero decir, serás un monje de nivel uno, pero ¿y qué? Serás duro como un clavo y capaz de aplastar cosas de un solo golpe." Él se rió entre dientes. "Tal vez incluso empiece a llamarte Saitama."

"¿Qué es un Saitama?"

"Nada, no te preocupes por eso."

"Kazuma, ¿realmente esperas que ande con túnicas de monje luchando contra monstruos y enemigos con mis propias manos?"

"Sí. ¿Hay algún problema con eso?"

"¡Me niego absolutamente!"

Podía sentir que una vena comenzaba a palpitar en su frente. "¿Hay alguna razón por la que no quieras hacer algo que tenga tanto sentido?"

Darkness miró a su alrededor para asegurarse de que no hubiera nadie cerca. Luego bajó la voz. "¿Sabes que soy la hija mayor y heredera de la familia Dustiness?"

El asintió.

"Somos una de las grandes casas nobles de este reino. Como tal, tenemos cierta reputación que mantener. Se espera que aquellos de nosotros que servimos al reino como guerreros lo hagamos como caballeros, paladines o crusader. Aunque prefiero mantener mi verdadera identidad oculta. Sigo siendo miembro de mi casa. ¡Ser vista en público peleando no con una espada en la mano sino golpeando y pisoteando sería humillante!

Kazuma se puso de pie y la miró fijamente. "Déjame aclarar esto", dijo con voz plana. "Estás bien con la idea de ser atada y torturada. Pero luchar contra monstruos con tus propias manos, ¿eso está por encima de ti?"

"Si, eso es correcto."

Se golpeó la cara con una mano. '¿Todas las mujeres de este mundo, aparte de Chris, son alérgicas al sentido común o algo así?'

⸻ ⸻ ⸻⸻⸻⸻⸻⸻

Kazuma fue a la tienda de armas para conseguir algunas mejoras. Su larga experiencia en juegos de rol le había enseñado que era importante mejorar constantemente su equipo para poder enfrentarse a enemigos más fuertes.

Para empezar, se compró una cota de malla con un encantamiento menor para evitar que hiciera ruido mientras se movía. Era más fuerte que la armadura de cuero que tenía ahora. Podría haberse dado el lujo de comprar un conjunto completo, pero era demasiado pesado para caminar. Además, dadas sus habilidades, necesitaba permanecer lo más móvil posible. La cota de malla le costó 250.000 eris.

Había una katana de la vida real disponible en la tienda. Las katanas en este mundo eran raras y su costo ascendía a la friolera de dos millones. Se lo podía permitir, pero era mucho. Lo sometió a un par de movimientos de práctica y descubrió que era un poco pesado para él. Kazuma también se dio cuenta de que la katana estaba diseñada como un arma cortante. Su método de ataque preferido para el combate cuerpo a cuerpo era acercarse sigilosamente por detrás y usar Puñalada Por la Espalda. La katana era el arma absolutamente equivocada para eso. En lugar de eso, obtuvo una nueva espada corta con encantamientos mágicos que la hacían cada vez más afilada y dura que el hierro forjado ordinario. Era una espada ruda y por eso decidió que merecía un nombre rudo. Llamó a su nueva espada, 'Excalibur'. Kazuma incluso pagó para que grabaran el nombre en la empuñadura del arma. Juró que siempre lo llevaría consigo en todo momento. ¡Así todos sabrían que la espada especial de Kazuma se llamaba Excalibur, y que aunque no fuera grande, seguía siendo increíble!

Eso le costó 700.000 eris.

Luego consiguió una nueva daga. Tenía encantamientos similares a su espada que la convertirían en un arma punzante ideal. Le costó 400.000 eris.

Kazuma también compró una docena más de cuchillos arrojadizos. Su experiencia con los bandidos le había demostrado que eran ideales en combate cuerpo a cuerpo cuando no tenía tiempo ni espacio para agarrar su arco. Mantuvo la mayoría de ellos en su cinturón, pero también consiguió un par de fundas especiales para poder esconder una en cada bota. En total le costaron 65.000 eris.

Así que actualizar sus cosas terminó costándole 1.415.000 eris, o más de la mitad de su parte de la recompensa por Black Tom. Aunque eso estuvo bien. Todavía tenía mucho más dinero en la cuenta y, si eso le mantenía con vida, era la mejor inversión posible.

Mientras se disponía a dejar algo en una de las gradas le llamó la atención.

⸻ ⸻ ⸻⸻⸻⸻⸻⸻

Un par de días después, actualidad

"¡Feliz cumpleaños!" Kazuma le entregó a Darkness una caja con un gran lazo rojo encima.

"¿Qué es esto?"

"¿No celebras los cumpleaños dándole regalos a la gente?"

"Lo hacemos", confirmó. "Pero, ah, mi cumpleaños no es hasta dentro de cinco meses".

"No podía esperar", dijo con una gran sonrisa. Golpeó la caja en sus manos. "¿No vas a abrirlo?"

Ella le dirigió una mirada sospechosa, pero abrió la caja. Dentro había un par de guanteletes de metal con una barra de acero sólida que cruzaba los nudillos. Atornillados a la barra había cuatro grandes montantes de metal. Los guanteletes tenían un leve aura azulada.

"¿Qué son éstos?"

"Una cosita que compré en la tienda de armas. Son guanteletes de lucha mágicos. Están diseñados para concentrar la fuerza contundente de cualquier golpe que den. Incluso pagué para encantarlos para que se ajusten a cualquier tamaño de mano y nunca romper sin importar cuánto daño reciban. Me costaron quinientas mil eris."

"¡¿Gastaste medio millón de eris en esto?!" Dijo Darkness con incredulidad.

"Así es."

Ella entrecerró los ojos. "¡Kazuma, sé lo que estás tratando de hacer aquí! Como me niego a convertirme en monje, estás tratando de hacerme sentir obligado a usarlos en combate".

Kazuma la miró con calma. "¿Está funcionando?"

"¡Kazuma! ¡No puedo creer que estés tratando de imponerme esto!" Declaró Darkness.

"¿Cuál es el problema? Es por tu propio bien y también por el bien del equipo".

"¡Me niego!"

"¡Pruébalo! Estoy seguro de que será increíble", se inclinó sonriendo. "¿No quieres ver cómo es?"

Ella sacudió la cabeza violentamente. "¡Absolutamente no!"

"¿Por qué no?"

"¡Sería humillante!"

"... ¿Y eso es un problema ahora?"

"¡Este no es el tipo de humillación que me gusta!" Ella le tendió la caja con los guanteletes dentro.

"Ya veo", dijo con tristeza. "Bueno, si no los quieres, supongo que tendré que respetar tu decisión". Él aceptó la caja que ella le devolvió. "Sabes, este fue el primer regalo que compré para alguien desde que llegué aquí. Realmente esperaba que estuvieras feliz de recibirlo de mí. Pero está bien, no me importa que rechaces mi esfuerzo por mostrarte mi agradecimiento y amistad. Y no tienes que preocuparte de que no pueda devolverlos porque los tenía encantados solo para ti, así que me quedé sin quinientas mil eris. Pero esa fue totalmente mi decisión, así que no necesitas sentirte ningún tipo de obligación. Quiero decir, solo quería ayudarte a ser la luchadora más poderosa y efectiva que puedas ser, y hacer que nuestro equipo sea lo más fuerte posible. Supongo que estaba siendo egoísta, te pido disculpas.". Dio un largo y sincero suspiro. "Está bien, esta no es la primera vez que una chica me rechaza cuando solo quería demostrarle que me preocupaba por ella y su seguridad".

Darkness se quedó allí con los labios hacia abajo, luciendo más miserable con cada frase.

"Estás tratando deliberadamente de hacerme sentir culpable por no aceptarlos".

Él le devolvió la mirada. "¿Está funcionando?"

⸻ ⸻ ⸻⸻⸻⸻⸻⸻

Kazuma y Darkness estaban parados frente al tablero de misiones. Después de la destrucción de Beldia, todos los monstruos menores que se habían escondido habían regresado con venganza. El tablero estaba lleno de misiones de bajo nivel para exterminar a estos monstruos débiles. Kazuma los estaba mirando tratando de decidir cuál era el mejor para ellos. A su lado, Darkness estaba cambiando su peso de un pie al otro y frotándose las manos. Sobre ellos había un nuevo par de guanteletes encantados.

"Sólo porque los acepté no significa que tenga la intención de convertirme en un luchador. Sigo siendo un Crusader y mi arma principal es mi espada".

"Entiendo."

"¡En el mejor de los casos, en el mejor de los casos! Serían un arma de último recurso".

"Seguro."

"¡Especialmente no comenzaré a usarlos donde la gente pueda verlos! ¡Sería humillante!"

Kazuma la miró. "Y odiarías eso, ¿no?"

Sus mejillas se sonrojaron y sus ojos evitaron los de él. "Hay diferentes tipos de humillación."

"Entonces, ¿eso significa que si estamos peleando en algún lugar sin testigos los usarás?"

Abrió la boca, vaciló, la cerró y luego la volvió a abrir. "Yo... podría dependiendo de la situación."

"¡Bien!" Kazuma levantó la mano y arrancó uno de los avisos del tablero. "En ese caso, tomemos este trabajo".

Él se lo mostró. Era una misión para eliminar una tribu de goblins que se había mudado a unas colinas cercanas. La recompensa fue de 5.000 eris por cada goblin asesinado.

"Esto debería estar lo suficientemente alejado como para que nosotros quedemos fuera de la vista".

Ella suspiró y agitó la mano sin comprometerse. "Podría usarlos; no prometo que lo haré".

"Claro", dijo con una sonrisa. "Quiero decir, ¿por qué querrías usar algo que te permita golpear al enemigo y hacerle daño? Está bien si solo quieres blandir tu espada y golpear nada más que aire. No me importa si me obligas a hacer todo el trabajo duro en la misión. No es como si alguna vez pensara que no estás haciendo todo lo posible y que podrías hacer mucho más como mi compañera y miembro del grupo. Nunca lo reprocharía, incluso si eso significara para ti que estaban poniendo en peligro innecesario sin ninguna razón real".

Ella lo miró fijamente. "¡Kazuma, sé lo que estás tratando de hacer!"

Él le dedicó una amplia sonrisa. "¿Está funcionando?"