—Solamente necesito que te lleves a YeonJun lo más lejos posible— pidió Felix, NamJoon negó una vez más y el pelirrosa parecía estar entrando en crisis —, por favor... puedes hacer lo que quieras, hablar de lo que sea. Pero hazme este favor.

—¿Y yo qué gano?— preguntó el omega, pero antes de Felix respondiera dijo: —Si lo llevo lejos de aquí dormiré en la cama contigo.

—No, ¿por qué? tienes una habitación individual— le dijo el pelirrosa.

—¡Es el baño dónde duermo!— le reprendió.

—¿Y qué? de todos modos tienes donde dormir— le respondió —, solamente haz esto por mí, Kim NamJoon, te lo pido.

—... Ah maldita sea, está bien— gruñó enojado —, lo invitare a salir en la noche.

Felix le dio las gracias, sonriendo de felicidad por haber convencido a NamJoon de llevarse a YeonJun lejos del hotel por esa noche. Tenía pensado en primer lugar llevar a sus hijos, pero no le pareció buena idea en cuanto Jimmy le suplicó que los dejará encerrados en aquella habitación mientras Bang Chan y él salían a encontrarse con Jackson y SeoJun.

Después de que ambos niños habían visto a su padre con sus propios ojos, después de tanto tiempo, fue algo difícil de asimilar para ellos, sobre todo para el menor de los dos.

Así que tanto Felix como Bang Chan habían tratado de mover cielo, mar y tierra para lograr calmar las emociones de los niños. Bang Chan no mentiría, si había aceptado en ir a aquélla cena con ellos, sabiendo que tendría que volver a reunirse con SeoJun, solamente lo iba a hacer por Felix, y porque aunque estuvieran fingiendo que eran pareja, quería restregarle en la cara a Jackson que él había obtenido todo lo que él dejó de lado.

Es que Bang Chan no comprendía como alguien podía ser tan idiota.

Jackson Wang pudo haber tenido la mejor vida de todas, dos hijos que lo estarían siguiendo de un lado a otro y un esposo como Lee Felix, uno que lo atendiera y le diera cariñitos todo el tiempo, un Felix que se interesara por él y que siempre tratara de salir temprano del trabajo para pasar más tiempo con su familia. Pero claro, Jackson era demasiado tonto como para comprender eso, Bang Chan lo confirmaba.

No se sorprendió para nada cuando YeonJun le dijo que NamJoon lo había invitado a salir, sabía que todo eso era para alejarlo lo más posible del hotel, y aunque una parte de él se sentía mal por estar engañando de esa manera a YeonJun, la otra se sentía bien, porque le agradaba la compañía de Felix.

Después de todo, Felix siempre había sido su amigo.

Amigo.

¿Cuándo es que esa palabra comenzó a parecerle tan... curiosa?

Era una sensación diferente ahora, escucharse a sí mismo decir la palabra amigo para referirse a Felix, o siquiera pensar en él como su amigo resultaba divertido y extraño. Nunca se había puesto a pensar en eso, en una simple palabra, pero desde que habían comenzado con todo el teatro del esposo falso, las cosas se habían tornado un tanto diferentes.

A veces creía que pasaba más tiempo con Felix que con YeonJun, lo cual al omega pelirrojo parecía no importarle mucho.

Es cierto, dormía en la misma habitación con YeonJun, iban de acá para allá juntos, pero aún así, solamente con Felix sentía que podía llegar y liberarse de toda la presión y frustración del día.

Tal vez era porque Felix era su más fiel cómplice, pero le gustaba estar a su lado, le agradaba Felix. Claro, porque no tiene nada de malo que te agrade tu amigo ¿verdad?

—Oye...— el omega, quien llevaba parado a su lado desde hace cinco minutos, agitó su mano frente al rostro de Bang Chan —. Bang Chan ¿sigues ahí?

El mayor reaccionó poco después, mirando desconcertado a Felix al verlo por fin frente a él, abrió la boca para decir algo, pero ninguna palabra salió de ahí, no cuando se concentró en admirar al omega.

El pelirrosa llevaba una camisa negra de tela suave y delgada, ésta tenía estampado de palmeras blancas y su camisa iba metida bajo el pantalón negro ajustado que traía, además de que sus zapatos negros también lograban resaltar, sobre todo por lo limpio y deslumbrantes que eran. Bang Chan no dijo nada durante varios minutos.

Y Felix creyó que Bang Chan había dejado de respirar.

—Yoon...

—Mierda, Lee Felix ¿por qué usas algo como eso?— le preguntó de sorpresa, Felix rodó los ojos y se alzó de hombros.

—Esta es la ropa que tu me compraste, señor inteligente— se cruzó de brazos, con su labio levemente fruncido.

—Tengo buenos gustos— murmuró, Felix fingió no escuchar lo que había dicho —. Entonces vámonos, no quiero que YeonJun nos encuentre cuando lleguen.

El menor no respondió, solamente siguió los pasos del Alfa hasta donde se supone que se reunirían con SeoJun y Jackson. Felix no sabía que tan mal podría acabar todo eso, la situación podría ponerse incómodo sobre todo porque eran sus verdaderos ex esposos, además de que sabía que Bang Chan aún se sentía traicionado por SeoJun, el resentimiento aún seguía ahí.

Aunque Bang Chan ya no lo amará, aún así, era difícil dejar pasar algo como eso cuando volvía a encontrarse con la persona que le ocasionó todo eso. Por esa razón Felix no lograba comprender porque Bang Chan accedió a encontrarse con ellos.

Cuando llegaron al restaurante y se dirigieron hasta la mesa en la que estaban los otros dos, Felix sintió que se le cortaba la respiración. Bang Chan vaciló un momento y sonrió forzadamente, miró de reojo a Felix y notó lo nervioso que estaba, entonces sostuvo su mano, uniendo sus palmas y entrelazando sus dedos.

Felix dio un pequeño saltito en su lugar, no miró a Bang Chan, al contrario, lo primero que observó fueron sus manos unidas, sonrió inconscientemente y no dijo nada al respecto, tampoco se quejó.

Bang Chan se mantuvo calmado hasta que se sentaron junto con ellos.

—Creímos que no vendrían— Jackson habló, Felix solamente sonrió.

—En realidad estábamos dudando, ya sabes, los niños están aquí con nosotros y no queríamos dejarlos solos— le respondió Bang Chan, acomodándose en su lugar y dándole la sonrisa más falsa que alguna vez le haya dado a alguien.

—Ah es cierto, ¿y ellos cómo están? ¿se están divirtiendo?— preguntó el Alfa al otro lado de la mesa.

SeoJun no dijo absolutamente nada, simplemente se mantuvo callado y de vez en cuando miraba a los dos chicos frente a él. Felix lucía demasiado joven a pesar de ya ser un adulto, un omega con dos hijos y que se la pasaba trabajando la mayoría del tiempo, puesto que antes no sabía que Felix estaba ahora con Bang Chan, siempre creyó que el omega era de esos chicos que gastaba su vida en el trabajo para darle lo mejor a sus hijos.

Pero ahora tenía a Bang Chan, definitivamente que no se lo esperaba.

—Bueno, siempre se divierten. No hay día en el que no lo hagan— le respondió Bang Chan.

—Increíble, siendo un Alfa tan comprometido con tu trabajo, aún así tienes tiempo para hacerte cargo de dos niños y un omega— comentó Jackson.

Felix por un momento pensó que aquel comentaría había sido lanzado para molestar a Bang Chan, así que esperaba que Bang Chan no perdiera la cordura en esos momentos.

—Ah claro que no, a veces mi trabajo me consume, pero siempre tengo tiempo para mis hijos— las últimas dos palabras fueron dichas con franqueza, y Felix le prestó atención a lo dicho por el Alfa.

Ah, se había escuchado tan bien esas palabras viniendo del Alfa a su lado.

Y Jackson sintió esas palabras desafiantes perforar su cabeza, por alguna razón se sentía dolido al escuchar la manera en la que Bang Chan alababa a Felix y a sus hijos.

—¿Felix sigues trabajando con Bang Chan?— preguntó ahora hacia el omega.

—Siempre.

—Oh...— SeoJun por fin pareció encontrar algo que decir —, aparte de ser esposos, trabajan juntos.

—Fue ahí donde nos conocimos—le contestó Felix.

—Ya veo— respondió el chico frente a él.

El ambiente en aquélla cena se tornó extraño, pesado y frustrante, para ambas parejas como para los que los rodeaban o los mesero que los atendían. Los minutos pasaron y la tensión fue bajando sólo un poco después de compartir anécdotas de las dos parejas, algunas eran románticas y otras eran fingidas por parte de Felix y Bang Chan.

Lo único que el pelirrosa deseaba era poder levantarse de ahí, tomar sus maletas y subir a un avión directamente hasta Seúl.

Pero las cosas calmadas se complicaron cuando Jackson volvió a abrir la boca.

—¿Qué?— Felix preguntó, no podía creer lo que el Alfa descarado le estaba diciendo, aunque sabía que tenía que mantener su posición y no alterarse, pero en esos momentos su situación ameritaba ser tratada fuera del papel falso que traían.

—Yo... no sabía como decirlo desde antes, lo iba a hacer cuando volviera de este viaje, quería reunirme contigo y ver a los niños por última vez, pero ya que estás aquí...

—Te ahorramos el trabajo ¿no?— atacó el omega con molestia —¿por eso nos invitaste a cenar? para que pudieras decirme esto.

—No, no fue exactamente para eso— le dijo —, solamente estaba aprovechando que estábamos aquí, y ya que tú tienes esposo, supongo que ya no es necesario que yo te de la pensión para los niños.

La mandíbula de Bang Chan se apretó con fuerza, al igual que sus manos, sus nudillos tronaron y su mirada seria no abandonó su rostro. ¿Qué idiotez estaba escuchando?

Felix tragó con dificultad, aguantando las ganas de gritarle frente a todas las personas del restaurante, sus cejas estaban fruncidas por obra de las palabras de Jackson. ¿Pero qué podía decirle? se supone que estaban en lo correcto, se suponía que Bang Chan es su esposo y que ahora, Jackson ya no era nadie.

—Está bien... ya no tienes que hacerlo— le dijo.

—Felix tiene razón, ya no tienes porque darle tu dinero— Bang Chan contesto, la comida estaba por terminarse, habían bebido un poco pero Bang Chan sabía perfectamente bien lo que iba a decir —, ya que él ahora me tiene a mí, no es necesario que le des tu dinero, puedes gastarlo en SeoJun— le sonrió de lado —, solamente voy a ser claro en algo contigo. No quiero que busques a los niños nunca más, tampoco a mí omega.

Jackson sintió su cuerpo temblar y dijo: —No es necesario que me lo pidas.

—Claro que no, haz sido un experto en desaparecer de la vida de las personas— contestó Bang Chan, quien empujó su silla, levantándose de donde estaba sentado —, nos vamos.

Felix estaba desconcertado, pero aún así no se negó y se levantó segundos después de ver a Bang Chan tan serio y enojado, ni siquiera se despidió de ellos, simplemente le siguió el paso a Bang Chan.

Durante esa noche, el omega y el alfa caminaron en dirección a sus habitaciones, pero sin prisa por querer llegar. Felix necesitaba un momento para pensar que se supone que haría ahora, Jackson había dicho aquello porque pensaba que Bang Chan era su esposo de verdad, y él no estaba dispuesto a caer tan bajo y decirle que no era verdad.

Ahora estaba completamente acabado.

Un fuerte y dramático suspiro sacó a Bang Chan de sus pensamientos. El Alfa sabía porque estaba así, y no podía evitar pensar que todo eso era su culpa.

—Lo siento.

El omega dirigió su mirada a Bang Chan, escuchando como se disculpaba con él.

—¿Qué cosa?

—Siento haberte metido en esto, no debí haberlo hecho, soy demasiado estúpido— reclamó —, es mi culpa que todo esto esté pasando. No debí haberte arrastrado hasta aquí.

—De todos modos lo de Jackson iba a pasar, ya lo veía venir— respondió, tratando de no tomarle importancia, pasó del lado de Bang Chan y se apresuró a caminar. Pero el Alfa se dio media vuelta para seguirlo.

—Es que no es eso, bueno, no es sólo eso... yo no debí fingir que eras mi ex esposo— se reprendió —, lo lamento Felix.

—Ah...— el omega suspiró con tranquilidad, se acercó hasta el Alfa y acarició con una de sus manos los cabellos de Bang Chan, dándole cariño para que se calmará —, no seas tontito lobito— le dijo, sonriéndole sutilmente —, eres muy importante para mí, Bang Chan. Siempre haz sido una persona muy importante en mi vida, por supuesto que te habría ayudado incluso aunque no me imploraras, te quiero Yoonie.

Bang Chan le devolvió la sonrisa. Sin mucho esfuerzo se abalanzó sobre el cuerpo del omega, abrazándose por completo a él, el cuerpo de Felix era tan chiquito a su lado, a pesar de que Felix casi tenía su misma altura, a Bang Chan le gustaba ser dramático diciendo que él estaba más pequeño a su lado.

—Yo también te quiero, Lixie — le respondió.

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¡gracias por leer!