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— No puedo... — respondió tartamudeando Kagome, su voz se quebró ante la noticia que la madre de su jefe le daba a través del celular — Lo siento pero no puedo, ya no podemos tener ninguna clase de relación.

— No te estoy pidiendo que dejes a tu marido y estés con Inuyasha, el necesita tu ayuda para reaccionar, habla con él...

— ¿Hablarle?

— Sí, háblale por el celular por favor, solo unas palabras... ¡Por favor Kagome!

— Esta bien... — murmuro Kagome antes de lanzar un sollozo — Esta bien...

— Iré con él, espera, no cortes — el sonido de ella corriendo con el celular a mano se sintió, Kagome se encerró en la privacidad de su cuarto en la nueva casa que compartía ahora con su reciente esposo — Háblale querida.

— ¿Inuyasha...? — sollozo Kagome esperando una respuesta.

°°°

Izayoi troto con el celular en mano, tenía en la línea a la joven Kagome Higurashi que estaba dispuesta a hablar con su hijo para ver sí con su voz hacía que Inuyasha reaccionara.
Entro a la habitación en dónde se encontraba bajo el cuidado y supervisión de su esposo Inu No.

— Hijo...escucha... — suavemente murmuro Izayoi poniéndole ella el celular en el oído de Inuyasha.

— ¿Inuyasha? ¿Inuyasha?

— Ka... — abrió poco sus labios resecos pronunciando solo esa silaba, aún no despertaba del todo.

— Por favor, tienes que estar bien, sé el hombre fuerte, decidido y afectuoso que conozco...por favor Inuyasha, recupérate — la suave voz femenina de Kagome entraba en el oído del peli plata para quedarse y hallar a la dueña de esa voz.

— Kagome...

— Por favor,  prometeme que estarás bien por las personas que te quieren, que te aman con todo el corazón — Kagome empezó a sollozar, se la escuchaba — Yo te quiero Inuyasha..

— Kagome... — lágrimas de sus ojos empezaron a deslizarse por sus mejillas, también parpadeo varias veces volviendo en sí — Kagome...

— Sí Inuyasha soy yo — Inuyasha se puso de pie y se alejó unos metros de sus padres que lo miraban sorprendidos y aliviados, sostenía el mismo ahora él el celular contra su oído — Perdóname por favor.

— ¿Te casaste? — pregunto calmado y su tono era frío.

— Perdóname...por favor.

— Te perdonó...pero sí no me amas, no vuelvas a mí porque solo me ilusionaras y destrozaras una vez más mi corazón.

— Inu..

— ¿Eres feliz ahora? — pregunto pero Kagome tardó en responder — Porque yo no...¿Eres feliz Kagome?

— No... No soy feliz.

— Adiós Kagome.

— Inuyasha... — el peli plata corto la comunicación, no quería seguir lastimándose a él mismo, dejo de darle la espalda a sus padres y les sonrió en una mueca forzada.

— Gracias por haber cuidado de mi — agradeció a ambos caminando hacia ellos y abrazándolos a la par, padre y madre los abrazaron sintiéndose aliviados de que su hijo reaccionara y ahora aparentara estar mejor.

°°°
En la semana siguiente, Inuyasha no regresó al trabajo por consejo de su madre, su hermano mayor lo había reemplazado y su padre Inu No había tomado el lugar de Sesshomaru en la otra empresa.
Tres veces a la semana hablaba con un terapeuta de lo que en su vida ocurría y que tenía que olvidar el herirse a sí mismo para aliviar sus heridas internas. Ahora vivía con sus padres, Sesshomaru y su cuñada Rin, sentir la casa llena de amor y cariño le hacía bien en su camino a la recuperación.

— El terapeuta nos ha comunicado que avanzaste demasiado desde ese día Inuyasha — hablo su padre en medio de la cena.

— Me siento mejor papá... — asintió Inuyasha — El otro día me mencionaste sobre volver a la empresa... — empezó Inuyasha, hacía más de tres semanas que no iba a trabajar.

— ¿Lo pensaste?

— Sí...pero ¿Podría manejar la empresa que tú diriges? sí Sesshomaru acepta claro — agrego Inuyasha mirando a ambos peli platas.

— Por mí no hay problema, los empleados de tu sede son aplicados... — respondió su hermano mayor desinteresado.

— Pero claro, con tu mirada congelas sus movimientos — soltó en broma su esposa haciendo reír a todos en la mesa.

— Bien, entonces a partir de la semana que viene comenzarás — Inuyasha asintió con una sonrisa, ahora volvería a lo que era su rutina normal, la rutina que hace meses había dejado atrás por cierta azabache.

°°°

La licencia de Kagome a las dos semanas de pedirla ya habían terminado y también había regresado a su trabajo. El día que volvió su pecho se oprimió, su jefe y ex amante Inuyasha ya no trabajaba en esa empresa, ahora el mando estaba en las manos y presencia temerosa de su hermano mayor, Sesshomaru Taisho.

Hasta el momento todavía no había tenido ninguna clase de contacto con el nuevo jefe, después de todo era lo que menos quería, deseaba no cruzarse con ningún Taisho.

¿Pero Dios la escucho? No.

— Gracias, enseguida voy — agradeció Kagome a su secretaria que le había informado que el nuevo jefe la solicitaba en su oficina...que malos y a la vez buenos recuerdos tenía en esa habitación de cuatro paredes.

Se hizo anunciar y una vez autorizada entro, su nuevo jefe la esperaba sentado detrás del escritorio tecleando su portátil. Pudo observar en su corta caminata que todo los muebles de la oficina habían sido cambiados de lugar y varios reemplazados.

¿Entonces su jefe Inuyasha Taisho definitivamente no regresaría?

— Buenas tardes señorita... — Sesshomaru hizo el esfuerzo de recordar el nombre que había leído en la ficha.

— Kagome Higurashi, señor Taisho — ayudo Kagome con seriedad.

— Señorita Kagome Higurashi — Sesshomaru frunció su ceño ¿Dónde había escuchado antes ese apellido? Pensó por segundos el peli plata — La mande a llamar para que me ponga al corriente de todo el plan de marketing, mi hermano no regresara en un largo tiempo por lo que tengo que empezar a familiarizarme más con todos y toda la empresa.

¿Qué su antiguo jefe no regresaría? ¿Pero él estaba bien?

— Inmediatamente trabajaré en un resumen del departamento de Marketing para usted y...con respecto al señor Inuyasha Taisho, solo espero que este bien — Sesshomaru tardó en responder, con su mirada entrecerrada observo detenidamente a la mujer frente a él, lo último dicho había sido un poco extraño.

— Bien, esperaré el resumen, inmediatamente cuando terminé me lo acerca — Kagome asintió y se giró, empezando a caminar hasta la puerta de salida.

Sesshomaru solo en su nueva oficina ya empezaba a sospechar o más bien, a confirmar sus teorías que tenía con respecto a su hermano menor y de una posible aventura con una de sus empleadas, o ahora, ex empleada.

Esto nunca lo diría en voz alta y menos a Inuyasha.

Pero haría lo que fuera para que su hermano menor no volviera a decaer.

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