Capítulo 31 - Como tu
Estaba sentada arriba de una mesa que estaba contra una pared en living rodeada de gente que no conocía, la última vez que había visto a mis amigos me habían dicho que iban afuera a tomar un poco de aire, pero yo estaba bien aquí. Y nada tiene que ver que probablemente el innombrable de Caleb estaría seguramente con ellos, o si.
Un chico tenía su mano en mi cintura y yo tenía un vaso de algo que parecía fuerte, pero con todo lo que había tomado ya mi garganta no ardía más, ni nada parecía que pudiera ponerme mas borracha de lo que ya estaba.
Cuando dije que esta noche iba a emborracharme hablaba muy en serio.
-Tu turno- Me dijo la chica colorada teñida que estaba a mi lado sentada en la mesa.
-Okey, emm...- Pasé mi mirada por los que estaban en la ronda, elegí a un chico que se veía algo tímido y lo señalé -Tu ¿Que probabilidades hay de que te tires a la pileta con ropa?-. El negó con la cabeza, pero acepto, todos estábamos jugando.
El juego consistía en que decíamos al mismo tiempo un número entre el 1 y el 3. Si el número era el mismo el que fue retado tenía que cumplir, si no era así no tenía que cumplirlo y el juego continuaba.
-Uno, dos, tres- Contó otro chico de la ronda.
-Dos- Dije.
-Tres- Dijo. -Si, joder, no quería volver a mi casa mojado-
Yo me encogí de hombros.
Comenzó a sonar una música para bailar lento y sexy. Ví como el chico que estaba justo en frente mío se le aparecía una sonrisa en el rostro.
-¿Que probabilidades hay que hagas un striptease en la mesa con esta canción?- Me retó, yo sonreí igual que el.
-Uno, dos, tres- Volvió a contar el otro chico.
-Dos- Dijo.
-Dos- Dije. Que idiota, como puedo decir el mismo número que antes. Me golpeé la frente mentalmente y reí. Estaba muy borracha.
Me saque los zapatos taco-alto. No quería esguinzarme un pie por una tontería, y estando en mi estado estaba segura que eso pasará.
Subí mis pies a la mesa y me apoyé en el hombro del chico estaba a mi lado para ayudar a pararme. Me maree un poco pero logré estabilizarme sobre la mesa.
Me reí, di un trago a mi vaso y comenzó a mover mi cadera lentamente al ritmo de la música.
La gente rápidamente comenzó a acumularse alrededor de la mesa en la cual estaba parada. Los gritos llegaron cuando llevé mis manos al top blanco que tenía puesto y comencé a subirlo.
-Así se hace Aria- Escuche un grito por ahí cuando quedé tan solo en sujetador.
Pasé las manos por mi cuerpo, desde mis piernas, pasando por mis caderas, mi cintura, toqué mis pechos y luego jugué un poco con mi cabello, todo a ritmo de la canción que estaba sonando.
Comenzó a sonar otra canción por encima de los gritos de los chicos y chicas que estaban en la sala.
Oh por Dios, yo amo esta canción.
Cerré mis ojos disfrutando de la música y llevé mis manos a la parte superior de mi pollera tiro alto y comencé a bajarla pero de repente sentí unos brazos sujetándome por detrás de mis muslos y mis pies ya no hacían contacto con la madera de la mesa.
Entonces mi estómago estaba sobre el hombro de alguien que no podía ver y las quejas de los que estaban presenciando mi improvisado show se escucharon. Si no vomite en ese rápido movimiento es por que Diosito me quiera aunque sea algo.
Segundos después mis pies tocaron el frio suelo de la iluminada cocina, entonces ahí pude ver quien me había bajado de la mesa.
- ¿Cómo se te ocurre hacer eso? - Instintivamente mis ojos fueron a los labios de Caleb –Acaso estas loca, como se te pasa eso por la cabeza ¿Acaso no te diste cuenta cómo te estaban mirando esos desgraciados? ¿No escuchaste las barbaridades que te estaban gritando? Cualquiera podría haberte bajado como lo hice yo y llevarte arriba a hacerte quien sabe que cosa-
¿Alguien podría explicarme a mi porque los labios de Caleb eran tan besables? Es que justo ahora no se me antojaba otra cosa mas que probarlos. Era como en esas películas cuando tu mente se iba de la situación y no escuchaba nada de lo que decía la otra persona, yo solo estaba concentrada en su boca.
-Eres una inconsciente- Gritó, como siempre ya estábamos peleando, pero yo no podía dejar de pensar en besarlo esta vez, creo que tengo un problema, o tal vez mis hormonas me estaban traicionando como siempre, tal vez la culpa la tenía su mano en mi cadera o lo cerca que estábamos. Otra opción podría ser lo borracha que estaba ahora mismo.
-¿Porque eres tan sexy cuando te enojas?- Dije y luego me mordí el labio.
-Aria ¿Me estás escuchando si quiera? - Preguntó Caleb.
-Nop- Dije riendo y lleve una de mis manos a su cara y uno de mis dedos rozó su labio. El pareció paralizarse por un momento y recorrió mi cuerpo con su mirada.
-Mierda, estás borracha como una cuba- Dijo, se apartó de mí y se sacó su camiseta. En menos de un segundo me la colocó como si fuera un bebé y me tomó de la cintura para evitar que me cayera.
Pase una mano sobre su torso marcado.
¿Por qué tiene que sacársela y presumirme lo fuerte que estaba justo ahora que yo tendría que estar enojada con el?
Esperen un momento, yo estoy enojada con el.
De hecho tengo ganas de matarlo ahora mismo.
-Creo que no ves la gravedad del asunto- Dijo negando con la cabeza.
-Ya tuve suficiente con verte besándote con la zorra de Giovanna ¿Qué más quieres que vea, eh?- Lo empuje –Idiota- Me acerqué para pegarle, hace mucho que no sentía la necesidad de golpear tanto a una persona.
-Es peligroso ponerte en el estado que estas y alejarte de tus amigos-
-¿Qué querías?¿Que me vaya?¿Que me quede llorando en un rico por que tu ya me remplazaste como remplazas tus boxers cada día?-
-Aria cálmate- Lo golpee en el pecho.
Si Aria normal podía ser muy hiriente cuando se enojaba, Aria borracha enojada sería capaz de prender fuego lo primero que viera.
Escuche unas voces a lo lejos diciendo mi nombre, me estaban buscando.
-Aria ¿Qué está pasando? - No se en qué momento apareció Kevin para separarnos.
-Tu no te metas- Le dijo Caleb empujando a Kevin quien le hubiese pegado si no hubiese llegado mi hermano para parar la catástrofe que se estaba generando.
-Eh, eh- Dijo mi hermano separándolos. -Nos vamos- Me miró serio y me tomó del codo para arrastrarme fuera de la casa.
Menudo escándalo estábamos haciendo.
-Cuida mejor a tu hermana, se estaba desnudando en mitad de la sala- Le gritó Caleb a Francis y yo sentí como mi hermano se tensaba y apretaba mas mi codo sin darse cuenta, pero sorprendetemente se dio vuelta para hablarle con el mejor autocontrol que le vi en la vida.
¿Madurando? No lo creo, menos viniendo de mi hermano. Capaz no había tomado nada, ya que el tenía que conducir.
-Eso hago, la alejo de gilipollas como tu- Le dijo y luego de eso se dio vuelta para que nos larguemos.
Francis aparentemente podía ser hiriente, incluso más que yo.
Nadie habló hasta que estuvimos enfrente del auto y vi como mi hermano me estaba por decir algo que seguramente no me iba a gustar, entonces lo interrumpí.
-¿Podrías buscar mis zapatos y mi top que deje en el salón?- Me miro con mala cara pero accedió.
-Que no se te pierda de vista- Le dijo mi hermano a su mejor amigo. -Y métela al auto- Luego le tiró las llaves y fue rumbo nuevamente a la casa de mi amiga.
-No te olvides de avisarle a Alexa que nos vamos- Le grité. Entonces miré a Kevin y lo vi reír y negar con la cabeza.
-¿Como en los viejos tiempos, eh?- Hablo él.
- Capaz podemos volver a besarnos- dije en broma.
Entonces sentí como me subía todo lo que había tomado desde mi estomago hasta la garganta y antes de que pudiera hacer algo ya me encontraba vomitando en la acera.
-Si, definitivamente como en los viejos tiempos- Dijo mientras tomaba mi cabello para que no se ensucie.
Luego de eso ya no recuerdo mucho, pero a veces es mejor ni recordar la sarta de estupideces que podemos decir cuando estamos borrachos.
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Había pasado una semana y media desde la fiesta y desde la última vez que le dirigí directamente la palabra a Caleb. Y digo directamente porque seguíamos compartiendo el mismo grupo de amigos y eso quiere decir que a veces almorzábamos juntos como es el caso de hoy.
-No puede ser- Mire con el ceño fruncido a Nara en frente mio quien dejó un espacio entre cada palabra y luego dejó caer su mandíbula. Ella estaba mirando por detrás de mi a algo que aparentemente le sorprendía muchísimo.
A su lado, sentado en la mesa, los más lejos posible mío como siempre tratábamos, Caleb con una cara de pocos amigos parecía más que enojado mirando lo mismo que mi amiga.
Antes que siquiera pueda darme vuelta con el más disimulo posible, ya que no me gustaba darme vuelta como el exorcista para mira lo que sucedía porque eso ponía incómodo a las personas, o por lo menos a mi, Jade respiro fuerte y llevo sus manos a su boca de la sorpresa.
-Sorpresa- Dijo alguien parándose justo a mi lado y lo mire de arriba abajo.
Yo también deje mi mandíbula prácticamente caer por el suelo.
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