Capítulo 3 - Tramposa

Tercer Capítulo

Pov Aria

Fui la cafetería en busca de dulces. Por suerte no había nadie allí, solo un par de chicos haciendo unos trabajos, pero parecían de otro curso ya que no los había visto antes. Todo estaba bastante tranquilo.

Le indique a la señora de la cafetería que me atendió los dulces que yo quería, planeaba comprar muchos, creo que el no poder fumar me ponía nerviosa, ya que lo hacía para calmarme o poder pensar y desviar mis pensamientos a otro lugar, supuse que los dulces tendrían que calmar mi ansiedad. 

Lo se, el vicio es lo peor. En estos momentos lamentaba siquiera haber probado los cigarrillos, tendría un problema menos de ser así.

-Lo siento, ya cerramos- dijo sin ganas de atenderme, seguro era su descanso, rodee mis ojos ante la desatenta trabajadora. 

¿Acaso no se da cuenta que yo podría estar por morir y limándose sus uñas?

Controlate Aria, no quieres problemas el primer día que llegas aquí.

Tome una gran bocanada de aire y me gire con rapidez, estaba enojada, de verdad quería un cigarro ahora y pensar en ello no ayudaba en absoluto.

-¿Quieres?- dijo el chico al cual ahora estaba prácticamente pegada a su torso, el estaba atrás mío cuando salí y me lo choque con el, ni había notado su presencia ni tampoco me había interesado mucho la bolsa de dulces que llevaba en su mano. Y para variar era el chico que sentaba de mi lado izquierdo en clases.

-No, apártate- dije empujándolo para que se aleje. Lo siento Caleb, no es contigo el problema ahora sino conmigo misma.

Empecé a caminar hacia mi habitación. Él me siguió, podía escuchar sus pasos detrás de mi lo que me hizo rodar los ojos.

 -Ya veo que lo que quieres no es dulces- El sabia lo que me sucedía aparentemente pero igualmente me detuve lo fulmine con la mirada para que sepa que estoy molesta y que no era un momento en el cual yo tenga ganas de hablar con alguien, él no dijo nada y yo seguí con mi rumbo, por el largo pasillo donde estaban los salones de clases.

Aunque el parecía entender lo que me sucedía, lo mejor ahora seria dejarme sola. Lamentablemente, aunque puse una de mis típicas miradas de pocos amigos, no puede deshacerme de el. Se estaba convirtiendo en un maldito grano en el trasero. 

-Al principio no es fácil, a mi también me paso, pero hay formas de entrar cigarros si de ello depende tu salud mental-  Carcajeo mientras tanteaba su bolsillo indicando que el tenia. Me pare y le mire fijo. -Me traería más pero no me arriesgaría a que me descubran y me vigilen constantemente... además...- pero antes de que continuara lo interrumpí.

-¿Tienes aquí?- le dije algo más calma.

-Mmm... no lo se, depende de lo que ofrezcas a cambio- Me miro fijo a los ojos y yo intente descifrar sus intenciones.

¿Se refería acaso a que no diga nada de lo que vi hoy?

-Si quieres que guarde el secreto tendrías que contarme todo ¿No crees?- le dije retrucando, el estaba jugando con una de mis debilidades, lo había descubierto y justo ahora me tenia donde el quería. 

No puedo dejar que me manipule tan fácil, no a mi, yo hacía eso con las personas, no voy permitir que me lo hicieran.

-No me refería a eso precisamente- dijo mientras recorría sigilosamente mi cuerpo con la mirada como ya lo había hecho antes.

En ese instante comprendí a que se refería. 

Mire para ambos lados del pasillo, no venia nadie, entonces lo empuje hacia uno de los salones de clases que estaba vacío ya que en este momento las clases habían terminado hace rato y al cerrar la puerta lo acorrale contra la misma, nadie nos podía ver, la puerta era de madera y las cortinas de las ventanas estaban cerradas. Lo mire y tenía una gran sonrisa en su cara.

Idiota. 

 Subí mis manos a su cuello y el me abrazo por mi cintura. 

-Entonces... - dijo pero yo lo calle con un Shhh muy cerca de su boca, el más alto que yo, pero aun así lograba casi llegar hasta su boca si me colocaba en puntas de pie y el tenia su cabeza inclinada hacia mi. 

Le di un beso cerca de sus labios, y pude notar su sonrisa. Luego en su mejilla, en su barbilla y luego llegue a su cuello. Le di un suave beso y lo escuche gemir. 

-Anda Reis- dije. La verdad no recordaba en realidad su nombre, pero su apellido me sonaba familiar -No seas malo- le dije con voz de inocente en su oído y mientras esperaba su respuesta seguí con su cuello.

-No lo se, aun no estoy muy convencido - dijo y algo agitado, pero aun así notaba su sonrisa, entonces continúe con mi trabajo, solté mis manos y con la izquierda decidí hacer una leve presión en el lado de su cuello que no estaba ocupado por mis labios, y la otra mano comenzó a bajar por su brazo, el tenia una musculosa permitiéndome sentir su piel contra la yema de mis dedos que bajaban delicadamente por todo su brazo que se unía con su otro brazo en mi cintura, pero antes de llegar a su mano me detuve y metí mi mano debajo de su remera, jugando con su espalda y el imito mi gesto colando sus manos por debajo de mi camisa brindándome unas caricias mi espalda baja, no solo eso sino que pego todo su abdomen al mío haciendo que note que comenzaba a despertar todos sus sentidos, estaba haciendo las cosas bien. 

El respiraba algo agitado, yo continuaba con los besos en su cuello y las caricias en su espalda, Yo sabia que tenia los cigarrillos en el bolsillo trasero derecho de su pantalón, cerca de mi mano, entonces decidí hacerle una pequeña marca en el cuello, cuando comencé largo una pequeña risita, sabía lo que estaba haciendo.

-No deberías hacer eso- dijo, pero notaba que no lo dijo molesto, ya que después de sus palabras entrecortadas, volvió a reír tirando su cabeza hacia atrás apoyándola en la puerta de madera que tenia detrás suyo. 

Segundos después de que diga eso, lo mordí en la misma zona y saque, sin que el lo notara, el paquete de su bolsillo y lo guarde en el mío después de escuchar su gemido ante mi mordida. Misión cumplida, hora de huir. 

-Creo que esto mejor lo dejamos para después- Lo mire a la cara para ver si había sospechado algo y sonreí, el no había notado nada. Tome su mano y tire de esta para apartarlo de la puerta. El se dejo acercándose a mi y pasando una mano por mi cintura atrayéndome a el, la otra mano la coloco en mi mejilla e inclino su cabeza hacia la izquierda intentando darme un beso. -Le dije a mi compañera de cuarto que no tardaría.- Le empuje levemente desde el pecho y le di un último beso cerca de sus labio -Adiós - dije mientras huía con los cigarrillos en mi bolsillo.

-Espera no te vayas- dijo después de que salí del salón, bueno en realidad fue después de quedarse paralizado unos segundos mientras yo me iba. Cuando me gire sonriendo sin dejar de caminar lo vi parado en el medio del pasillo, observando toda mi anatomía mientras tenia sus manos en su cabeza y estaba mordiendo su labio inferior, no sabia en que estaba pensado pero lo podía imaginar. 

Entonces vi como su gesto cambiaba cuando noto que llevaba algo en mi bolsillo trasero, algo cuadrado, como una pequeña caja. Frunció el ceño y tanteo rápidamente todos sus bolsillos. Volvió a mirarme a los ojos y yo sonreí. No fue que comencé a correr hasta que el comenzó a hacerlo para poder atraparme.

-No te escapes Tramposa- me grito. Yo ya estaba casi llegando al sector de las chicas al cual no podía entrar. -Ven aquí Aria- volvió a gritar sin importarle en absoluto ya haber entrado al sector "prohibido para el" o que alguien podría escucharlo y sancionarlo. 

Mi corazón latía a mil por hora como hace mucho no lo hacia, entre con rapidez en mi cuarto riendo, por suerte no llego a alcanzarme y la cerré con llave la puerta lo más rápido que logre dejando a Caleb del otro lado. 

-No va a quedar así Aria, aun me debes algo- dijo detrás de la puerta. Jade me miró extrañada mientras yo reía sosteniéndome el abdomen.

-Y tu también, Caleb- mágicamente recordé su nombre. Luego escuche como golpeaba la puerta y se iba, pobre lo deje algo en llamas, en todos los sentidos posibles.

Gire y mire a Jade -Mira lo que le saque a Reis- le dije mostrándola el paquete.

-¿Como logro entrar eso? Yo nunca pude- dijo tomando el paquete el cual estaba sin siquiera ser abierto ya que era lunes y el lo conseguía, al parecer, los fines de semana. Yo reí y me encogí de hombros.

-No tengo ni idea, pero si se como se lo saque...- le dije haciéndome la interesante y levante ambas cejas

-Cuéntame, ya- entre risas y un cigarrillo cada una le conté lo sucedido. 

 -Eres un genio, estoy segura que seremos grandes amigas- chocamos nuestra manos y le propuse que terminemos el trabajo juntas, entonces escondimos los cigarros y lo hicimos.

Se hizo la hora de la cena, fuimos al gran comedor y después de recoger nuestra comida nos sentamos en la misma mesa en la que estábamos en el almuerzo. Solo Jade y yo.

 -Mira quien no deja de mirarte- dijo Jade sacándome de mis pensamientos tiempo después. Hizo un movimiento con la cabeza para que volteara, voltee y era Caleb quien aparentemente no me quitaba los ojos de encima, pero en el momento que cruzamos miradas rápidamente dejo de mirarme para observar su comida -¡No era necesario que te dieras vuelta como el exorcista! - dijo mientras golpeaba mi hombro y se la devolví.

-¡Me lo hubieras dicho antes!- ambas reímos. 

Apenas terminamos de comer nos fuimos rápido. No me lo quería cruzar con nadie. Hablamos un rato con Jade y nos quedamos dormidas.


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Esta vez fue el turno de Aria de salirse con la suya!

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Gracias por leer!

Melody



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