Capítulo 17- Mucha verdad en una sola oración

Decimo séptimo capítulo

-Thomas, vete estoy con...- Dijo Caleb mientras abría la puerta solo en boxers totalmente despeinado. Yo deje caer inconscientemente mi mandíbula y recorrí su cuerpo con mis ojos, también inconscientemente.

Al verme se cubrió detrás de la puerta.

-Lo siento, yo no quise interrumpir- Dije incomoda dando un paso hacia atrás y moviendo mis manos delante de mi cara.

-No, yo lo siento es que...- Se rasco la nuca y miro hacia dentro de su cuarto buscando palabras para contestarme.

-¿Caleb?¿Quien es?- Preguntó una chica desde adentro de su habitación, su voz no era una que había escuchado muchas veces pero era mas que reconocible.

Era nada mas ni nada menos que Giovanna.

-Yo creo que estoy de mas aquí- Dije aun mas incomoda y molesta.

No se por que, él y yo no teníamos nada, él podía hacer lo que quería y yo también.

Aparentemente hoy yo sobraba en todos lados.

Mi corazón se encogió un poco al darme cuenta que no tenia lugar en ninguna parte, esto no se sentía como un hogar.

-Espera no....- Pidió él aun atrás de la puerta pero no le hice caso y me fui.

Escuche un como azotaba la puerta cuando la cerraba después que me aleje, una parte de mi quería que viniera a buscarme pero lamentablemente no lo hizo.

Y no lo culpo, Giovanna era una chica muy linda y sexy, además de ser muy zorra. Pero ya lo dije, él no me debe nada y yo no le debo nada y ellos parecían en algo antes de que yo llegara. Algo que en la mentalidad de un chico de recién cumplidos los 18 años como Caleb era más importante que yo y es normal. Pero que sea normal no quiere decir que no duela.

El tema es que ahora si que estaba perdida.

¿Donde voy a pasar la noche?

Mire mi reloj y eran las 00:20, suspire. Obviamente no quería arruinar e interrumpir la noche de ni de mi amiga y Thomas ni mucho menos la de Caleb con Giovanna.

La habitación de Nara esta totalmente descartada, la ultima persona con la cual me quería encontrar era con Giovanna volviendo de la habitación de Caleb, y en este caso tenia algo que se llama dignidad y orgullo que descartaban la posibilidad de ir a la habitación en la cual hace segundos me había dejado algo confundida y perdida.

Cuando caminaba por el pasillo sentí como mis ojos se llenaban de lagrimas y me pare en seco.

Me había prometido no llorar y no lo voy a hacer.

Suspire, me trague el nudo en mi garganta y ,mis pasos se dirigieron solos casi por instinto hacia el comedor.

Ashton estaba del otro lado de la barra comiendo una lasaña, bastante concentrado, no lo culpaba yo estaba igual cuando la comí hace apenas unas horas.

-Provecho- Dije cuando noto mi presencia a unos pocos pasos de él.

-Te dije que no quería volver a verte por aquí, niña- me apunto con el tenedor.

-Y yo dije que iba a volver- Me encogí de hombros. El suspiro y continuo comiendo ignorando mi presencia. -Además seguro debe ser aburrido comer sin compañía, vengo a alegrarte la noche- Lo decía en un sentido inocente, no me mal interpreten. Aunque en realidad estaba buscando alguien que me la alegrara a mi, necesito pensar en otra cosa.

-¿Qué haces aquí?- Entrecerró los ojos para mirar mi cara -Te he visto cenar, así que no vienes por comida y no te creo eso de que vienes a hacerme compañía- Yo baje la mirada. El llevo su plato al lavado. Cuando volvió me miro –Oh, ya he entendido- Lo mire –Esa mirada grita mal de amores-

-No es mal de amores- dije dolida. No era correcto decir mal de amor porque entre Caleb y yo no había amor era una simple atracción.

-Claro y por eso estas tan dolida- Dijo sarcástico. Lo fulmine con la mirada.

-Te invito un café- Trate de cambiar de tema mientras saltaba la barra que nos dividía pasando a la cocina.

-No puedes invitar si no tienes que pagar- Dijo Ashton ya que en la cocina ya había café y solo tenia que tomarlo. Me reí.

-Pero puedo prepararlo y servirlo- Dije prendiendo la cafetera esperando que se haga. El rio a carcajada abierta y yo también lo hice.

Busque unas tazas, serví el café una vez estaba listo y nos sentamos en el suelo a tomarlas, el estaba apoyado en la mesada que tenia detrás de el y yo en la barra que dividía la cocina y el comedor, estábamos enfrentados a pocos metros de distancia.

-Lindo pijama- Me dijo Ashton observando mi cuerpo, mi mire, mi pijama consistía en un short y una remera de una banda de rock de un amigo que me queda gigante. Me enrojecí solo un poco y el rio. Al notar mi incomodada cambio de tema -Entonces ¿Cómo se llama?- Preguntó tomando un sorbo de su café. Iba a preguntar de quien hablaba pero decidí no dar vueltas, el no me iba a juzgar porque ni siquiera lo conocía.

-Caleb- Suspire -Pero no es amor, es una simple atracción-

-¿Y...?- Me alentó a que continuara.

-Ayer, en mi cuarto nos besamos y hasta casi vamos mas allá de eso- Mire mi taza –Y ahora mismo esta con otra en su habitación-

-¿Y como sabes eso, niña?- me miro con una sonrisa pervertida -¿Acaso no soy el único al cual le haces visitas nocturnas?- Le pegue una pequeña patada con mi pie en su cadera ya que era mas fácil que acercarme a su hombro con mi puño. El rio.

-Aria, me llamo Aria- Dije molesta, no me gustaba que me diga niña -Estoy sospechando que no te acuerdas de mi nombre y por eso me dices niña-

Ashton se encogió de hombros, yo si me acordaba de su nombre

-Puede ser, pero de todas formas 'niña' te queda- Lo fulmine con la mirada. -Además tu tampoco te debes acordar de mi nombre- Y muy probablemente tendría razón si yo no tuviera un primo que se llama igual que el, es mas fácil aprenderse los nombres cuando tienes algo o alguien con quien relacionarlos.

-De todas formas, Ashton- Comencé imitándolo y luego recalque su nombre –Yo no soy del tipo de chicas que hace visitas nocturnas-

-¿Ah no?- Preguntó dejando la taza a un lado, cruzándose de brazos recostándose un poco más contra la mesada.

-Lo que paso es que su mejor amigo fue a mi habitación para hablar con mi mejor amiga- El rio-Les di privacidad sin darme cuenta que no tenia en donde caer muerta. La única habitación que tenia una cama vacía era la de Caleb y cuando llegue me di cuenta que evidentemente los cupos estaban llenos en esa habitación-

-Solo te voy a dar un consejo- Me miro a los ojos yo lo mire atenta –Los hombres somos unos idiotas, hacemos muchas estupideces, no debes ponerte mal por eso-. Y en ese momento me di cuenta de la ventaja que era tener un amigo hombre. Ashton no iba a hablar mal de Caleb por que talvez el también había hecho lo mismo y no lo culpo. Un amiga puede ayudarte a odiarlo y consolándote diciendo que no te merece, pero un amigo puedo decirte la verdad más pura como lo había hecho Ashton.

Los hombres son unos idiotas y por lo tanto hace idioteces y no piensan lo que hacen o dicen, talvez no todos son así o no todo el tiempo, pero en cuanto se trata de hormonas parecen pensar con otra cabeza.

Él se levanto del suelo y me estiro la mano para ayudarme a levantarme. La acepte y me pare.

-Mucha verdad en una sola oración- Dije y me reí. Él también lo hizo mientas se dirigía a el lavado para limpiar las tazas y su plato. Lo del resto del instituto se encontraba en una lavavajillas automática. Agarre un trapo para secar lo que él lavaba. -Gracias-

-No es nada, niña- dijo riendo, el sabia que me molestaba que me digiera así.

Terminamos de lavar y de secar en silencio, uno cómodo en el que aparentemente el pesaba en sus cosas y yo en las mías. El me saco el trapo que tenia en mis mano para secarse las suyas y sacarse el delantal. Yo me apoye en la mesada que tenia detrás de mi espalda.

-¿Ya es hora que me vaya, verdad?- Jugué con mis dedos.

-No- Lo mire sorprendida-Ya es hora de que yo me vaya, tú si quieres puedes quedarte a dormir aquí- Me tiro el trapo-Solo ten cuidado con las ratas- Dijo divertido.

En realidad espero que este mintiendo por que ratas en una cocina serian algo muy anti-higiénico.

-Muy divertido, Ashton- Le tire el trapo devuelta y me cruce por encima de la mesada.-Aun que talvez tengas razón y me tenga que quedar aquí a dormir-

-¿Sabes que hay una puerta por aquí verdad?- Comento mientras pasaba tranquilamente por una pequeña puerta que separaba la cocina con el comedor.

-Eres un amargado, deben ser los años- Lo moleste y él rio.-Gracias, de enserio- Me acerque y le plante un beso en la mejilla. Luego de eso empecé a caminar rumbo a quien sabe donde a pasar la noche.

-Espera- Dijo Ashton llamando mi atención, me di vuelta para escuchar lo que tenia que decir y me lo encontré descansando sobre la mesada que tenia por detrás -¿A dónde vas a ir?-

-No lo se- Conteste sincera, en realidad no sabia donde, el baño o la biblioteca quizás...

-Ve a tu habitación- Ordeno. Yo baje la mirada.

-Yo no...- Quise comenzar mi explicación de que no quería interrumpir pero el me freno.

-Tu nada, esa también es tu habitación y tienes derecho a estar en ella cuando quieras, y ellos lo tienen que entender- Lo mire a los ojos, esta vez se había parado y se había acercado un poco a mi quedándonos frente a frente -Si quieren privacidad que se vallan a otro lado, son pasadas las 2 de la madrugada y mañana tienes clases-

-¿QUE?- Mire mi reloj el cual no estaba acostumbrada a mira, ósea quien hoy en día usa reloj, para ver la hora están los celulares. 2:17 am. Dentro de 5 horas me tengo que despertar para ir a clases, y se que no es muy poco pero para mi si lo era, conociéndome mañana no me podría despertar, si no duermo por lo menos 7 horas se me hace imposible y si lo hago mi mente no funciona, es prácticamente como si fuera un zombi.-Mejor me voy- Me fui corriendo a mi habitación.

Subí las escaleras y cuando entre al pasillo casi se me para el corazón, la consejera Medich estaba sentada en una silla en el medio del pasillo, me quede congelada, este seria mi fin, estaré castigada hasta el fin de semestre.

Me quede quieta unos segundos esperando que la anciana mujer note mi presencia pero no lo hacia, entonces, achine mis ojos para observarla mejor y note que tenia los ojos cerrados.

Me acerque a paso lento y cuando la tuve frente a frente confirme que estaba dormida.

Suspire. Pase por su lado lo mas silenciosa posible, algo allá arriba me había dado una segunda oportunidad y no la iba a desaprovechar, me pare frente a mi puerta y fue en ese mismo instante cuando me di cuenta que no traía la llave conmigo.

Maldición. Todo había sido tan rápido que no había tenido tiempo de tomar las llaves.

-Jade- susurre y toque la puerta muy despacio mirando a la vieja consejera Medich.-Jade- Volví a decir pero no había respuesta de otro lado. Maldita Jade! -Jade- dije por tercera vez un poco mas fuerte –Soy yo, ábreme la puerta- Lo siguiente que escuche fue la llave en la puerta abriéndose.

-Que haces a esta hora...- Dijo Jade casi gritando, estaba enojada, a nadie le gusta que la despierten a las 2 de la madrugada cuando están durmiendo. Le tape la boca y la empuje para que entráramos juntas -¿Qué te sucede loca?- Me pregunto cuando se soltó de mi agarre.

-Lo siento es que...- Mi mirada se dirigió a su cama, Thomas estaba aquí, mirando medio dormido la escena.-No quería interrumpir pero no tengo donde caer muerta-

-Que dramática que eres- Eso fue lo ultimo que dijo y se acostó en la cama con Thomas.

Nadie dijo mas nada y todos nos quedamos dormido.

Tres horas después escuche a Thomas irse y luego no escuche nada mas.

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Me desperté sobre exaltada de los brazos de Morfeo con unos golpes fuertes en la puerta de mi habitación, me senté asustada en mi cama.

Algunos tienen la buena suerte de despertarse con los rayos del sol, bueno, yo no era una de ellas, yo era de aquellas que casi mueren de un ataque al corazón por que la despierten con fuertes golpes en la puerta y los rayos de sol que entraban por la ventana me dejan casi ciega al abrir tan de pronto los ojos.

Cerré con fuerza los ojo y me volví a recostar en la cama por unos segundos hasta que el sonido de la puerta se hizo presente de nuevo.

-¡Jade abre tu!- Ella me lo debía, si estaba así de dormida era por su culpa y por la de su noviecito. Abrí los ojos al no oír respuesta y mire hacia su cama pero no había nadie, entonces mire por la ventana y había un sol de mediodía.

Fruncí mi ceño, no se si por la luz o por que no entendía ni que hora, ni que día o donde estaba.

-Aria Harrison despierta- Mis ojos se abrieron como platos, esa voz la reconocí y fue como un balde de agua fía.

¿Qué hacia él aquí?

Me pare tan pronto como pude y trate de acomodar un poco mi pijama. Abrí la puerta y me encontré con su imponente presencia frente a mi puerta. 

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LO SIENTO SOY UNA MALDITA, SIEMPRE LAS DEJO CON LA INTRIGA. 

NO LO HAGO A PROPÓSITO (LA MAYORÍA DE LAS VECES JAJA)

¿A ALGUIEN MAS LE DECEPCIONO LA ACTITUD DE CALEB?

DE A PARTIR DE HOY VOY A EMPEZAR A SUBIR CAPÍTULOS TODOS LOS VIERNES! PERO VOY A ESTAR LEYENDO SUS COMENTARIOS COMO SIEMPRE!

Como siempre muchas gracias por el apoyo y quien quiera ayudar son bienvenidos los votos, comentarios, recomendaciones!

Si quieres seguir leyendo agrégalo a tu biblioteca!

Un beso enorme,

Melody ♥

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