7. Rompiendo las reglas
Eran tantas las veces que me había repetido que casarme con Dimitri no era la gran cosa que ya me lo estaba empezando a creer, pero verme en vestido de novia era como si me hubieran despertado a la realidad.
Un mes faltaba para mi boda, para ser atada a Dimitri por más de dos años, para vivir en una mentira diseñada por nuestras familias. Las manos me comenzaron a templar y una lagrima comenzó a salir de mis ojos.
Si hace 6 años me hubieran dicho que me iba casar con él hubiera sido la persona más feliz del mundo, pero después de todo lo que habíamos pasado, después de tantas peleas, tantas mentiras y tantos secretos, esta no era mi mejor opción para una vida "feliz".
La modista se acercó y sonrió amplio.
—Es normal que estés nerviosa, todas las novias lo están antes de casarse.
Sonreí me bajé de aquel banco.
—Quiero este —me limpié las lágrimas y fui a cambiarme.
Tenía un día largo y no podía perder más el tiempo, así que una vez lista salí del local y caminé rumbo a mi auto cuando estaba frente al este mi celular sonó. Lo saque para ver de quien se trataba y era William, fruncí el ceño porque él nunca me hablaba al menos que estuviera con Ava, pero ella se había ido hace rato.
—¿Bueno? —finalmente conteste ya que no paraba de sonar, pero había silencio iba a colgar cuando escuche su voz.
—Tarde o temprano lo van a saber, no puedes ocultarlo todo el tiempo.
—Pero puedo tratar de retrasarlo lo más que pueda en lo que consigo pruebas. —esto estaba bastante extraño. Y las manos comenzaban a sudarme. Cada que estaba nerviosa eso pasaba.
—Imagina que encuentras lo que quieres ¿Y que vas hacer? —decía William a Dimitri él se quedaba callado por un rato.
—Lo correcto.
—No puedes, piensa en Tarah, no puedes pensar solo en ti. —habían dicho mi nombre, mierda, la curiosidad de saber de que hablaban me estaba comenzando a picar.
—No se trata de ella o de mí, si no de nuestro futuro y si tengo que hacerlo y llevarme a gente en mi camino, lo voy hacer incluso si tengo que enviarla al otro puto lado del mundo. Pero por lo mientras ni ella ni nadie debe de saber que esta pasando, puede ser un riesgo. —la llamada se corto en ese momento y yo estaba un poco alterada.
¿Qué mierda estaba pasando? ¿Qué no tenia que saber?
La mayor parte del tiempo era una persona muy curiosa y si me decían que no debía saber la semilla se plantaba en mi cabeza y claro que tenia que saberlo. Sobre todo, si como decía "se trataba de mi futuro", así que ahora no solo tenia que ir a la presentación de la nueva colección, si no también tenia que buscar una idea para hacer que Dimitri me dijera las cosas.
Estaba en una especie de misión imposible y me estaba empezando a gustar ya que los retos era lo que más me gustaban, pero para hacer hablar a Dimitri lo tenia que agarrar débil, tenia que idear un plan para poder aprovechar y que me dijera algo. ¿Pero qué?
Suspire profundamente y arranque el auto, mientras avanzaba otra duda se planteaba en mi cabeza, porqué estaba casi segura de que William no habría querido hablarme, alguien más lo había hecho ¿Pero para que quería esa persona que yo me enterara de aquella conversación?
¿Tenia que contarle a Ava sobre lo sucedido?
Mientras esa y muchas mas preguntas rondaban en mi cabeza llegue al lugar en donde iba hacer la gala, tenia que revisar que todo estuviera perfecto como jefa de marketing toda la responsabilidad iba a caer en mí.
Una vez que todo estaba perfecto salí del lugar y caminé a los baños, no tenía tiempo de ir a casa a cambiarme así que la ropa la había llevado conmigo. Saque mi vestido y lo quede observando.
Era un vestido negro entallado con un corte v en el cuello, era uno de mis vestidos favoritos hacia resaltar las curvas que no tenía.
Me puse el vestido y solté mi cabello intentando darle un poco de forma a mis rizos, no era completamente china, pero tampoco era muy lacia. Mi cabello era una combinación rara que nunca logre entender.
Una vez que me vi decente salí del baño y caminé a la zona Vip, en donde mi familia y los padres de Dimitri seguramente se encontraban. Al caminar por el pasillo al primero en ver fue a Adam. Iba vestido con un bonito traje azul que hacia que sus ojos resaltaran aún mucho más, algunas veces deseaba que del que me hubiera enamorado hubiera sido de Adam y no de Dimitri.
—Wow, simplemente hermosa. —sonreí amplio.
—Yo siempre estoy hermosa. —dije mientras tomaba su brazo ya que me lo había ofrecido y en ese momento se me ocurrió el brillante plan "jodiendo a Dimitri".
Dimitri era una persona muy territorial, no le gustaba que le prestaras atención a alguien más si estaba presente, así que mi idea era provocarlo, tanto hasta que gritara y pudiera darme lo que realmente quería. Un plan no muy elaborado, no muy inteligente, pero estaba segura de que esto podría funcionar.
Al llegar a la mesa de mi familia todos voltearon a verme incluso Dimitri, mi corazón comenzó a latir rápidamente cuando lo vi.
Odiaba reaccionar ante él odiaba sentir un torbellino dentro de mi cada que sus ojos se clavaban en los míos, odiaba necesitarlo. Y odiaba lo guapo que era.
En las novelas te describes a chicos altos guapos de cabellos castaños, pero Dimitri era eso y más, él era alto, su cabello era oscuro, sus ojos eran de color negro, tan negros que al mirarlo fijamente podrías sentir como si estuvieras viendo dos obsidianas brillantes, siempre caminaba recto, mostrando su sonrisa perfecta, sonrisa que cada que la hacia un hoyuelo se reflejaba en su mejilla. Mejilla que escondía una ligera barba bien hecha.
Una ves que pude liberarme de sus ojos sonreí al resto de la familia y él inmediatamente se pasó a mi lado.
—Gracias por escoltar a mi prometida. —dijo a Adam y me dio un corto beso en los labios, acto que hizo que mis piernas tambalearan, paso su mano sobre mis caderas y me pego a su cuerpo.
El auto control no existía en mi lo estaba descubriendo en ese momento.
—Te has lucido hoy. —dijo Oliver el padre de Dimitre y yo solo sonreí.
—Nos disculpan—dijo Dimitri y soltó mi cadera, dejándome un pequeño espacio para poder respirar. Trague saliva y después me tomo de la mano. Cuando íbamos caminado por el pasillo me jalo del brazo para estar justo detrás de una cortina.
—¿Qué quieres? —dije cundo su cara estaba frente a la mía.
—Tienes que alejarte de Adam —aquella oración me molesto bastante ya que mi relación con Adam tenia que importarle una mierda.
—¿Y si no lo hago? —dije de lo mas seria posible y él negó con la cabeza.
—Gates es por tu bien, no puedes simplemente estar cerca de él no es una buena persona. Fruncí el ceño y negué con la cabeza.
—El león siempre opinara que todos son de su condición. —Podía notar la frustración en su mirada, sabia porque la vena le estaba comenzando a parpadear. Se pego más a mi cuerpo y en lugar de alejarme le seguí el juego.
Dimitri o se aprovecharía de mi a menos que yo lo permitiera, en ese sentido siempre era muy honesto y sabia respetar a las personas. Mi juego estaba por comenzar, solo esperaba a ser lo bastante astuta para no quemarme también.
—Esta vez no es cuestión de "poder" como sueles creerlo Gates, se trata de sentido común, todas las personas incluso la que se vea más gentil tiene algo que esconder. No solo el león de la historia. — Puso sus manos sobre mis caderas y comenzó a mover los dedos lentamente en círculo, la respiración estaba comenzando a faltarme. Y un cosquilleo me recorría desde la garganta hasta mi sexo, sus caricias eran suaves, pero a pesar de eso estaba reaccionando ante ellas.
—Si no le das el beneficio de la duda nunca sabrás las verdaderas intenciones de la persona Hughes. —negó con la cabeza y acerco su rostro al mío.
—¿A caso es lo que has hecho conmigo? —dicho eso me soltó y salió de aquel lugar dejándome aturdida, aunque tenia razón yo nunca le había dejado explicarme las cosas, siempre lo juzgaba o me ponía a la defensiva para no salir lastimada, pero necesitaba respuestas y a veces uno debe romper ciertas reglas para poder obtenerlas. Y eso es lo que iba hacer romper millones de reglas.
NOTA
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