6. Secretos.
NARRA DIMITRI
La alarma de mi celular me despertó, me tapé la cara con una almohada y maldije en voz baja, odiaba tener que levantarme tan temprano, odiaba tener que hacer ejercicio, pero sabia que era por mi bien, sabia que si no lo hacia mis pectorales no serían lo que eran.
Así que avente la almohada, abrí los ojos y en ese momento fue que me di cuenta de que no estaba en mi casa. Las paredes eran blancas, los muebles grises y el espacio muy pequeño para mi gusto. Al prestar mas atención me di cuenta de que se trataba del departamento de Tarah.
Pasé repetidas veces mis manos por mi cabello como si ese gesto me ayudara a recordar algo de la noche anterior, pero nada. Mi último recuerdo era una pelea con mi padre y Steffan después salí de la oficina a un bar y luego nada. Por más que quería recordar algo el dolor de cabeza no me dejaba.
—¿Cómo llegue hasta aquí? ¿Qué fue lo dije o hice? Sobre todo, que hice.
Mi obsesión por Gates estaba llegando cada vez más lejos.
Levante la mirada cuando escuche unos pasos ella me sonrió cosa que se me hizo bastante raro.
—Imagine que ya habías despertado. —dijo mientras caminaba a la cocina.
—Antes que nada, quiero disculparme, no recuerdo. —intente hablar lo más rápido posible.
—Lo sé. Estabas ebrio. —asentí con la cabeza y Tarah me hizo una seña para que me acerara. No estaba entendiendo absolutamente nada. Un día me odiaba otro día se portaba dulce conmigo. Me levante del sillón y camine a donde se encontraba temía por mi seguridad.
Tomo dos platos sirvió cereal y un poco de avena. Los puso en la barra y saco un bote de leche.
—No te odio. —dijo finalmente cuando coloco las cucharas en los platos y me extendió uno. Aquellas palabras me tomaron por sorpresa, no sabía cómo responder.
—Sé que al igual que yo no quieres esto. Que para ti también es una mierda. Ayer me pude dar cuenta. Te conozco demasiado bien Dimitri no hubieras tomado solo al menos que sientas que las cosas se te están saliendo de control, se que nuestras familias son difíciles y que la mayor parte del tiempo creen que la responsabilidad de todo es tuya y suele ser bastante jodido.
Suspire pesado y baje la mirada, esto iba más allá de tratos comerciales o ganar popularidad. Nuestra vida era jodida por culpa de esas personas que hacían llamarse familia, los secretos que escondían eran una mierda que en cualquier momento nos explotarían en la cara, yo no quería que eso pasara con Gates, pero era algo que no podíamos evitar.
Así que por un momento regreso la rabia, la confusión y las ideas estúpidas, me levante de golpe y me la quede viendo. Sus ojos se mostraban bastante sinceros bastante preocupadas y me odiaba por lo que ahora iba hacer.
—Tu no sabes nada, solo eres una niñita idiota que se cree que puede salvar al mundo con una bonita sonrisa. Di la vuelta y Sali del apartamento.
Mi padre tenia razón no tenia tiempo para sentimientos, necesitaba poner las cosas en orden, necesitaba desenmascarar a ciertas personas para poder ser libre y estando cerca de Gates no iba a poder lograrlo, porque para mí ella era más importante que cualquier otra cosa, ella era mi talón de Aquiles. Así que necesitaba alejarla, necesitaba que me odiara para que de esa manera se mantuviera a salvo.
Una vez que llegue a la parte de abajo. Busqué me auto y lo encontré justo donde siempre lo dejaba. Caminé rápidamente y me subí a él.
Tenia demasiadas cosas que hacer.
Mientras me encontraba en carretera marque el número de Will.
—Esta decidido Will diles que acepto. —antes de que él dijera algo colgué la llamada.
No quería escuchar un sermón de "piensa mejor las cosas".
Yo no quería la mierda de mi familia y si tenia que estar en su contra para hacer las cosas bien las iba hacer. Porque la seguridad de Tarah y de mi hermana eran más importantes que todos los millones que teníamos.
Llegue a mi casa y me sorprendí un poco al ver el coche de Adam.
El y yo nunca fuimos los mejores amigos debido a que sabía perfectamente que estaba enamorado de Gates, lo sabia porque siempre intentaba dejarme en mal para poder conseguir su atención y por alguna extraña razón lo lograba.
Al ver que me estacionaba Adam se quito las gafas y camino a mi dirección.
—No vengo a pelear. —dijo levantando las manos. Como símbolo de paz.
Hay cosas que quiero que hablemos. Asentí con la cabeza y él entro a mi casa.
—Necesito un baño después hablamos lo que quieras. —dicho eso subí a mi habitación dejándolo en el recibidor.
Al llegar a mi habitación me quite la ropa y avente la sucia al bote. Camine a mi baño, lo único que necesitaba en ese momento era dejarme llevar por el agua caliente y que mi cuerpo se relajara.
Lo que se venía era bastante complicado para todos incluso temía por mi vida.
Diez minutos después salí del baño con una toalla enredada en mi cintura y caminé a mi armario para sacar un traje negro cuna corbata gris. Una vez que toso estuvo en su lugar me dispuse a bajar para enfrentar a Adam.
Al llegar a la parte de abajo Rita mi ama de llaves se encontraba platicando con Adam al verme me acerco un sobre negro y se retiró.
—Te escucho. —dije mientras tomaba asiento. Adam asintió y dejo su taza de café sobre la mesita.
—Yo sé que nunca nos hemos llevado bien, sé que la mayor parte del tiempo todo es competencia porque nuestros padres así lo han permitido, pero el día de hoy vengo a decirte que quiero ayudar. Se de buena fuente que la familia está metida en algo grande y que tenemos que hacer algo para poder salvar la poca dignidad que nos queda.
El hecho que aceptara lo de la fundación es por lo mismo. No eres al único que contacto la ACC a mi también me buscaron. Tenemos que dejar aun lado todo lo jodidos que estamos para poder encontrar pruebas. —no confiaba en él algo me decía que había algo que no debía hacer caso así que me negaba aceptar algo de él o mi familia, así que mentí.
—No sé de que hablas, la situación familiar corresponde a nuestros padres no a nosotros. No pienso mover ni un dedo. Adam soltó una carcajada y negó con la cabeza.
—No te conviene estar del lado equivocado Dimitri, si lo hacer te puedes arrepentir. —después de eso se levanto y me mostro su celular.
—Tengo un desayuno muy peculiar. —estaban Tarah y Ava sentadas en un restaurant ambas platicaban muy animadas. —en ese momento sentí una descarga que corrió por todo mi cuerpo el muy imbécil me acaba de amenazar.
—A ti no te conviene tocarlas, si lo haces considérate hombre muerto ahora lárgate de mi casa. —dije y Adam negó con la cabeza.
—Los sentimientos te hacen débil. Recuérdalo. —dicho eso salió de mi casa.
Nota:
¿Ustedes que creen que oculten los Hughes?
Esto se pone cada vez más bueno aquí nadie es tan bueno como parece <3
Les recuerdo que tengo redes sociales en donde me pueden seguir subo contenido de mis historias y otros libros que me gustan
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