23. Nada está bien

Narra Tarah

Salí del lugar y las piernas me temblaban, no podía dejar de pensar en Dimitri o en Alan.

Dimitri había sido la persona que más había amado en toda mi vida, había sido la persona que había cuidado durante prácticamente 15 años, en cambio Alan era la persona que me había cuidado.

Desde que lo conocí el siempre estuvo para mí, fue mi confidente fue quien me entreno y me ayudó a superar cada uno de mis miedos, quizás no era mi hermano de sangre, pero era mi hermano de corazón.

Él era la única familia que tenía, no podía perder ha ambos, me negaba a qué las cosas terminarás de esa manera.

Me limpie las lágrimas que me escurrían, necesitaba pensar una idea y no podía ir a la ACC tampoco podía pedir ayuda a Theo y mucho menos volver a la organización.

Necesitaba un plan algo que me ayudará a salir de esto, pero por primera vez en la vida no tenía uno.

Narra Dimitri.

Cerré los ojos y me senté en el suelo, el pie me dolía demasiado, intente estirar un poco la pierna, pero no pude.

Así que finalmente desistí y me recosté en el suelo. Cerré los ojos y a mi mente vinieron muchas imágenes de mi infancia.

Sobre todo momentos que compartí con mis hermanos y con Tarah.

Ya que eran los únicos momentos felices que tenía.

Me había pasado la vida complaciendo a todos, jamás pude elegir algo y todo ¿Para qué? Para ser parte de un estúpido plan, para ser un conejillo de indias para que al final otras personas sacarán beneficios de mi.

Era algo estúpido, pero lamentablemente era mi vida.

Lo peor de todo es que no sabía si debía confiar en alguien o debía guiarme por mi intuición.

Negué con la cabeza y mire ambos lados el lugar estaba desierto, pero podía jurar que había más de una persona buscando me.

Suspire pesado y me levanté intente apoyar el pie una vez más y apesar de que el dolor persistía debía seguir caminando.

Tenía hambre y sed, además el lugar era bastante extraño.

Había varios contenedores pequeños y estaba seguro que cosas legales no había.

Camine apoyándome sobre el pie sano hasta que llegue a uno que aquellos cuartos de metal y al sentir mi peso la puerta se abrió.

Causando que cayera nuevamente al piso.

-Mierda. -dije y me levanté poco a poco, una vez que me había incorporado me adentré al lugar.

Era una especie de bodega en donde había muchas cajas, pero todo estaba acomodando perfectamente.

Comencé abrir las cajas y en ellas había armas, de todo tipo.

Pistolas, cuchillos, navajas incluso había una donde tenía chalecos antibalas.

Así que me puse uno y mientras me lo colocaba al final del lugar había algo grande tapado con una manta.

Me fui deteniendo de los estantes y quite aquello y entonces sonreí.

Era una motocicleta. Para mí buena suerte tenía las llaves puestas.

Di la vuelta y tome una mochila en la cuál heche algunas armas y me la coloque en la espalda.

No podía ir con mi padre biológico porque no sabía que tan seguro era, mi padre postizo también estaba descartado de la lista.

Solo quedaba una persona en la cuál podía confiar y esperaba que resultará bien así que me subí a la motocicleta y la arranque.

Necesitaba llegar con él lo antes posible para poder tener noticias de Tarah.

Narra Tarah.

Al llegar a las bodegas mire a mi reloj.

Habían pasado 30 minutos. Me quedaban solamente 2:30 min

Abrí la primer caja y estaba vacía. Maldije en voz baja y camine a la siguiente y entonces vi que estaba abierta y había cajas tiradas por todos lados.

Sonreí porque no podía ser alguien de la organización además no sabían que si venían debían cerrar nuevamente todo. Lo cuál significaba que alguien más había entrado.

Rogaba porque ese alguien hubiera sido Dimitri, porqué estuviera a salvo y armado de esa manera correría menos peligro.

Tome algunas armas y salí del lugar en búsqueda de otra caja, necesitaba un vehículo.

Al abrir la siguiente caja lo primero que pude ver fueron unas ruedas grandes y suspire.

Era una Jepp Komander color negra aunque no era un vehículo que me gustará, estaba agradecida de tener algo en que moverme.

Narra Dimitri

Estacioné la moto y baje rápidamente en ese momento la puerta se abrió y Will salió corriendo.

-¿Estás bien?-dijo cuando noto que no podía apoyar mi pie y negué con la cabeza.

-Nada está bien. Todo es una mierda.

Entramos a la casa y Ava estaba sentada en el sillón con las manos en la cara al escucharnos entrar se levantó y corrió abrazarme.

-Mierda, pensé. -fue lo único que logró decir antes de ponerse a llorar.

-Estoy bien.-dije y negó con la cabeza.

-Medio Sheffield te está buscando, nada está bien. -no quería soltarme, pero le hice señas a Will y la tomo de los hombros.

-¿Porqué no vas por el botiquín?-dijo y ella asintió con la cabeza al separarse completamente limpio su cara con el dorso de su sudadera.

-¿Cuál es el plan?-dijo Will y negué con la cabeza.

-No tengo idea llevo dos horas pensando en uno y no se me ocurre nada. No sé en quien debería confiar y en quien no y tampoco sé que es real y que es mentira. Todo se ha vuelto una mierda.

No sé nada de Tarah, lo último que supe fue que había disparos en la casa de mi padre biológico. -William estaba sentado escuchando atentamente cada palabra que le decía su rostro permanecía estático pero sabía que por dentro se estaba muriendo de miedo así como yo.

-Lo mejor es no decir nada a la ACC y mucho menos a tu hermano. No sabemos de qué lado esté además te dolerá esto que te voy a decir, pero tampoco podemos arriesgarnos a qué Tarah te encuentre.

-¿Porqué?-dije y el me tendió un sobre.

-Su verdadero padre es un cazarecompensas y si da con ella dará contigo.

Necesitamos un plan z.

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