Narra Tarah

Los disparos se escuchaban por todas partes, veía a toda la gente corriendo sin saber a dónde ir realmente.

El corazón me latía tan rápido que tenía miedo de que se saliera de mi pecho.

Pero lo que más me preocupaba era Dimitri. No podía dejar de pensar en él, en que estuviera a salvo.

-Concéntrate. -dijo Alan jalándome para cubrirme. Asentí.

-Él está bien. - afirme con la cabeza apesar de que lo que realmente quería hacer era salir corriendo a verlo cuando me iba a levantar para correr sentí un golpe en el pecho.

Y entonces caí al suelo.

-¡Tarah!-escuche gritar a Alan pero de repente todo se volvió oscuro.

Narra Dimitri.

Intente manejar el vehículo, pero no me lo permitía tenía un GPS y marcada la ruta.

Suspire pesado y cerré los ojos. Entonces recordé algo que me habían dicho.

"No confíes"

¿Podría confiar en Ambar?

Había algo que me decía que ella no estaba siendo del toda honesta, había algo que decía que no debía haberle hecho caso, así que hice lo primero que se me vino a la mente.

Abrí la puerta del auto y calculé la velocidad del vehículo, cómo iba lo más seguro era que me haría un par de moretones, pero seguiría vivo.

Negué con la cabeza. Cerré los ojos y me aventé del vehículo en movimiento.

Di unas cuantas vueltas por la carretera, pero finalmente me logré detener.

Me levanté del suelo y me sacudí la ropa, me dolía mi rodilla y el codo con el que había caído. Pero además de moretones nada del otro mundo.

Mire a ambos lados y no había nada, el lugar estaba desértico.

Así que no me quedo de otra más que comenzar a caminar para encontrar ayuda.

Narra Tarah.

Abrí los ojos y sentí un fuerte dolor en el pecho. Trague saliva y el sabor metálico de la sangre fue lo primero que pude distinguir.

-Al fin. -escuché la voz de una chica.

-Estaba pensando en lanzarte agua fría.-No podía distinguirla, el lugar estaba oscuro.

-¿Quien eres?- dije ya que su voz sonaba familiar. Ella soltó una carcajada.

-La persona que hará justicia. -al decir eso salió de las sombras.-Ambar estaba parada a unos metros de distancia. Intente moverme pero no hubo resultados, entonces comprendí que estaba amarrada.

-¡Que quieres!-grite y ella sonrió.

-Justicia, ya te lo he dicho hace 16 años ustedes me arrebataron algo. Entonces yo haré lo mismo.-negué con la cabeza y nuevamente intente jalar mis brazos.

-No sé de qué estás hablando.-ella negó con la cabeza.

-Según eres la más inteligente de todos, prepara ciertas cosas eres bastante estúpida.

-Ustedes me arrebataron dos cosas que yo amaba una de ellas nunca vio la luz y la segunda decido enamorarse de ti.- y fue cuando comprendí a qué se refería.

-Nosotros no fuimos.-dije y dió un golpe en la mesa.

-Vas a salir con la mierda de que fue la resistencia.- negué.

-Fue Carlo, no le eras útil embarazada y por eso decidió acabar con tu embarazo. Además.

-Cierra la maldita boca de una vez por todas. Ahora dirás que todos tienen la culpa menos tu y el bastardo de Dimitri.

Pero estás equivocada, de aquí todos son culpables de algo. Aquí todos han hecho mierda a una persona.

Aquí la única persona que les ha importado son ustedes mismos y el hecho de perder el maldito dinero. Por eso es que traicionaste a la ACC y por eso es que traicionaste a la resistencia y por eso es que traicionadas también a Hughes.

-Yo. -intente hablar, pero me callo.

-Ahora escucha con atención. Abrió una cortina y Alan estaba amarrado tanto la boca como las pies y las manos.

-Dejalo ir.-dije y negó con la cabeza. Tiene inyectado un veneno que actúa lentamente, morirá en tres horas apartir de ahora sí es que no haces tu trabajo.

El único antídoto yo lo tengo así que si aprecias al menos un poco la vida de tu hermano cambiarás su lugar por el de Dimitri. -odiaba llorar, pero era algo inevitable. Las lágrimas comenzaron a bajar por mis mejillas.

-No, por. -no pude terminar.

-Una vida por otra.