12. The Gless

Narra Tarah

Mi corazón latía rápidamente, sentí como si se fuera a salir de mi pecho, lagrimas resbalaban de mis ojos y sudor de mi frente. Con una mano me sostenía para no caer y con otra tapaba mi boca para evitar ser escuchada.

Suspire pesado y me balance para poder apoyar mis pies en el marco de la ventana. Al inicio seguir a mi padre parecía buena idea. Pero dada la situación en la que me encontraba me daba cuenta de que necesitaba idear mejor mis planes.

Cerré los ojos he intente concentrarme en la conversación.

—¿Y crees que de resultado? —decía un hombre a quien no reconocía la voz.

—Por su puesto. Ella no sé puede negar a lo que le pido. Debe hacerlo o puede llegar a perder todo. ¿Tú crees que seguiría con ella si no fue tan estúpida?

—Estamos confiando en ti y creemos que sabrás manejar todo a la perfección. El terreno que se ha ganado con Hughes lo debes superar. Si quieres ser el próximo líder de la organización. —dicho eso se escucharon pasos alejándose y la puerta se cerró de golpe. Suspire hondo he intente subir al balcón. Me empujé con todas mis fuerzas y una vez llegando a la orilla me impulsé y comencé a subir. Cuando mis pies tocaron el suelo estire mi brazo ya que estaba comenzando a quedar dormido. Y al levantar la vista solté un grito.

—Aún tienes mucho que aprender cariño. Sueles ser una persona muy predecible. , trague saliva al ver que Steffan caminaba a mi dirección.

—También sé que eres una persona inteligente y que a pesar de todo amas a tu madre y no le desearías ningún mal. —al escuchar a mi padre hablar de esa manera me hacía darme cuenta de la terrible persona que era. Tenía ganas de llorar, pero no me podía permitir ser débil, tenía que ser fuerte. Demostrarle una vez más que él estaba equivocado. Que no era una niñita que lloraba por todo que sabría manejar la situación.

—Lo que escuchaste no te incumbe. Son negocios y para los negocios no existe el amor, la familia o los sentimientos, lo único que interesa es ganar. —su mirada era fría, su voz muy fuerte y su paso cada vez estaban más cerca de mí. Quería luchar, pero no tenía ningún plan, quería gritar, pero si lo hacía podía morir en el intento, así que solo tenía una opción. Asentí y él sonrió amplio, su sonrisa emanaba superioridad. Era retorcida, era peligrosa.

—Sabía que había educado a una niña inteligente. Aunque no lleves mi sangre. Siempre supe que serías de gran utilidad. —aquellas palabras causaron que algo en mi se rompiera, que mi vida diera un giro inesperado. Lo observe y él me sonrió.

—Pregúntale a la zorra de tu madre. —dicho eso se dio la vuelta y se marchó. La poca fuerza que tenía se esfumo. Y en ese momento entendía muchas cosas. Sobre todo, el odio con el que solía mirarme desde que tenía memoria.

Steffan no era mi padre, pero entonces ¿Por qué había cuidado de mí? ¿Por qué me había dado su apellido? Las interrogantes eran demasiadas y estaba segura de que mi madre no me diría la verdad.

Necesitaba respuestas y sabia de quien las iba a tener. Estaba dispuesta a todo con tal de entender mi vida.

Narra Dimitri.

El lugar estaba casi lleno, como de costumbre las luces eran muy tenues y de un color escarlata, la música sonaba despacio y la pista de baile se podía ver a mucha gente intercambiando pasos. The Gless era el único lugar en donde podía divertirme sin ser juzgado, en donde nadie me conocía, en donde era libre.

Camine por el corredor hasta llegar a mi oficina, una vez dentro me quite el antifaz y Will volteo a donde me encontraba.

—No hay de qué preocuparse Dimitri los papeles están en regla y los clientes guardaran silencio, ellos saben que no pueden hablar y si lo hacen saben las consecuencias. —asentí con la cabeza y me dirigí al escritorio.

—Tarah lo sabe. —dije y me pasé las manos por la cabeza. —Will comprendido a que me refería lo sabía porque abría la boca, pero no salía nada de ella.

—Mierda. —dijo finalmente y asentí con la cabeza.

—Steffan se lo dijo y después el desgraciado me mando mensaje para decirme. La he buscado y no puedo localizarla, su celular está apagado. Su casa está vacía. Tengo miedo de que haga algo estúpido.

—Es normal que quiera desaparecer, necesita tiempo para asimilar las cosas Mitri, no te ahogues en un vaso de agua.

—¿A caso no entiendes? —dije mientras golpeaba la mesa.

—Todo por lo que hemos estado trabajando durante tanto tiempo se puede venir a la mierda. Gates no es tonta hará lo imposible para buscar respuestas, para saber quién es su verdadera familia. Y cuando lo descubra todos estaremos en problemas. Tanto mi familia como la de ella. Será una lucha constante. —las cosas estaban fuera de control y la situación será cada vez más grave, porqué ahora no solo tenemos que lidiar con la ACC si no también con Gates y ella es más peligrosa que la CIA y el FBI juntos, si ella quisiera sería capaz de quemar el mundo con tal de conseguir lo que busca.

—Eso significa que ¿tenemos mucho trabajo por hacer? —asentí mientras caminaba a la puerta, necesitaba pensar y un poco de distracción.

Una vez que la puerta se cerro tome mi antifaz y lo coloque en mi rostro. Una regla muy importante en Gless era que el rostro no podía estar descubierto. Eso hacía que el juego fuera mucho más divertido.

Al llegar a la barra pedí un trago y una vez en mis manos lo lleve a la boca sintiendo como aquel liquido resbalaba en mi garganta. Quemando cada parte a su paso sintiendo cada vez menos pesado mi cuerpo. Al pedir otro trago, sentí como unas manos resbalaron por mi espalda haciendo que mi respiración aumentara cada vez más, intente girar, pero aquella persona no me lo permitió sin embargo sus manos descendieron hasta la herradura de mi pantalón. Trague saliva mientras las cosquillas se expandían por todo mi cuerpo.

Y mis muslos se contraían. Se acerco a mi cuello dejo un recorrido de besos por aquellas partes sensibles. Al llegar a mi oído succiono mi lóbulo y susurro.

—Hoy solo quiero divertirme, mañana comienza la guerra. —Asentí dejándome guiar por sus carisias. Al ver aquel gesto giro mi silla y una vez que la tuve frente a mi tragué saliva.

Los ojos de muchas personas estaban fijos en ella y era evidente el porqué, llevaba un vestido rojo escotado que terminaba mucho antes de las rodillas, su cabello estaba ondulado y llevaba un maquillaje que, hacia juego con su atuendo, era la mujer mas sexy del lugar y estaba comenzando a sentir celos por como la miraban. Así que la tome de la mano y me levante del asiento.

Caminamos por los pasillos sintiendo las miradas de todos. Quería tener sexo con ella justo en la pista de baile, pero no quería que nadie más la viera y aunque era algo valido en este lugar no quería compartirla, porque a pesar de los secretos, a pesar de las mentiras, ella me pertenecía y yo le pertenecía a ella. No importaba que intentáramos huir algo nos hacía necesitarnos.

Nota:

Hellow gente del internet, espero que estén muy bien hasta ahora yo sé que algunas cosas son confusas, pero como dice Tarah. Nadie es culpable de todo y nadie es tan inocente como parece, se vienen cosas que quizás no esperan además de mucho contenido +18.

Así que los invito a seguirme en mis redes sobre todo en Instagram ya que ahí les cuento algunos spoilers.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top