1.Desagrado.

Estiro mis brazos y frotó mis ojos al ver como el respaldo de la luz me afecta al despertarme a altas horas de la mañana, no me afectaría tanto si no estuviera que trabajar hasta tan tarde, pero no puedo dejar el único trabajo que me brinda una paga algo aceptable para pagar mi universidad, pero gracias a Dios no pago mucho porque tengo media beca para mis estudios de fotografía.

Mi padre es mecánico y nos es fácil mantener a dos niños, y más cuando eres un padre soltero. La verdad no sé nada de mi mamá, mi padre nunca la menciona y cada vez que le pregunto sobre ella siempre cambia de tema o dice que no lo comprenderia, pero ¡Yo ya tengo 22! No soy una niña pero no quiero presionarlo ya que es suficiente lo que ha pasado para que yo me vuelva en su contra no sería justo.

Estiro mis piernas y pongo mis pies en el frío piso, que me brinda una sensación de escalofríos que viaja hacia mi espina dorsal. Agarro mis pantuflas de dinosaurios y me voy al baño para hacer todas mis necesidades fisiológicas y a darme una buena ducha.

Mientras me ducho siento como cada gota de agua se desliza por mi piel brindandome una sensación de nostalgia y dolor, no sé como explicarlo ya que solo puedo sentir como las lágrimas aparecen si avisar, pero sé que esto solo pasa cuando estoy en el agua, por esas razones nunca voy a la playa o a la piscina ya que siempre me pasa lo mismo y lo único que hago es ignorar todo lo extraño que aveces me sucede, como las cicatrices que tengo en mi cuerpo o las pesadilla que se apoderan de mí en la noche.

Salgo del baño y me visto lo más rápido que puedo ya que falta 30 minutos para que empiecen las clases y la profesora Damara puede parecer una santa pero te aseguro que de santa no tiene nada.

Agarro lo primero que veo que son unos vaqueros rotos con una camisa negra que dice "I am love BTS" con letras cursivas de color morado y su logotipo, bueno que podría decir... todos me considera la loca de los chinos, pero la verdad no me importa ya me acostumbre.

Tomo mis Vans negras y salgo como alma que lleva el diablo, veo la que la mesa está un plato con comida y un vaso de zumo de naranja. Agarro una tajada de pan y revoltillo de huevo, y lo meto todo en mi boca, luego tomo un gran sorbo de jugo de naranja y salgo rapidísimo a la parada de autobús.

Ya han pasado 20 minutos y aún no ha pasado ni un solo autobús. Pero veo como un auto rojo se estaciona frente de mí y un chico real mente lindo aparece. Se quita los lentes de sol y me deja ver sus hermoso ojos azules; él sonríe de una forma muy coqueta.

—Hola linda, ¿por qué una chica tan bella esta sola en un día tan hermoso?, ¿no quisieras pasarla con alguien guapo cómo yo?—oh no ya sé que clase de persona, es el niño pijo de "papi y mami" nacido en cuna de oro, el playboy que cree que todas las chicas son iguales y las trata de objetos sexuales.

«Sin duda no quiero estar cerca de un chico cómo él».

—Lo siento, pero yo no salgo con idiotas pretencioso y arrogante así que te puedes ir por donde viniste, porque yo no estoy interesada en alguien cómo tú—lo dije de la manera más ruda que pude.

—Uyy pero que princesa tan ruda, me gustan las chicas como tú, para doblegarlas para convertirla en mi sumisa.

—Ooh veo que tienes complejos de Christian Gray pero lamento que te decepcione no sirvo para ser tú sumisa porque ni piense me pondré a tus pies, solo eres un idiota más... —dije intentando bajarle los sumos a su arrogancia.

—Te diré algo preciosa y que te qude claro, jamás me compares con Christian Gray porque yo no necesito juguetes sexuales para hacerte sentir placer...

—Veo que he fallado, pero como no hacerlo si tú arrogancia esta por las nubes y mi paciencia es la que se acaba así que vete por favor antes que empiece un escandalo y tú salgas perjudicado—hablé tratando de intimidarlo pero lo único que logré fue sonar insegura por lo que mi cara se torno de un color rojo carmesí formado por mi vergüenza.

—Creo que he hecho suficiente por hoy, pero voy a decirte algo importante antes de irme... Yo no descansaré hasta que seas mía.

—Uyy pero que confianza, sigue así campeón y podrás lograr todo lo que te propongas—dije con sarcasmo. Él lo único que hizo fue arrancar en su carro a toda velocidad.

Al poco tiempo pasa el autobús y cuando estoy subiendo pisé en falso provocandome que me fuera de espalda, mis ojos se abrieron de par en par y moví mis manos en bucasca de garrame de cualquier cosa que estuviera cerca contal de no caerme, pero todo fue en vano así que cierro mis ojos con mucha presión en esperando en fatídico golpe... Pero nunca paso así que habrí mis ojos buscando la explicación de porque me salve pero solo me encuentro con unos grandes ojos verdes y una piel pálida. Me encontraba envuelta entre sus brazos y su rostro estaba muy cerca del mío. Por un momento me quede en shock pero eso cambio cuando hizo un sonido con su garganta y de pronto me separé de sus fuertes y cálidos brazos.

Luego lo miré a la cara y me di cuenta de que es Apolo en persona y mi cara empezó a tornase de rojo y lo único que pude balbuciar fue:

—Buena atrapada—a lo que el respondió con una pequeña risa «“buena atrapada” que pendeja soy».

—Mejor vamos a sentarnos porque nos están esperando—Lo único que puede hacer fue mover mi cabeza en forma de aceptación. Miré el autobús y ví que estaba lleno y solo quedaba dos puestos juntos y me dirigí hacia allí y me senté al lado de la ventana, y él se sentó a mi lado.

—Eres Emma Williams ¿verdad?.

«¿Cómo sabe mi nombre?»

—Sí, ¿Cómo sabes mi nombre?—pregunté con suma preocupación «a lo mejor era un acosador»

—Estamos en la misma clase—justo cuando dijo eso solté un gran suspiro de alivio «oh Emma pero que pensamientos tienes».

—Y ¿tú eres?—pregunté confundida ya que núnca lo había visto.

—Christian, Christian Adams—ya sé quien es; él es el chico que murmuran en los pasillos de la Universidad.

«Todas las chicas se derriten por él y ya sé porqué».

—Ya sé quien eres, todas las chicas de la universidad hablan de ti.

—Enserio y ¿Qué dicen de mí?—sin duda me puse roja porque no sabia como explicarle que toda las chicas se derriten por él (incluyéndome) aunque eso debería omitirlo.

—Bueno... Ellas dicen que eres guapo—dije volteando mi cara hacia la ventana para ocultar mi sonrisa ladina y mi rubor carmesí.

—¿Y tú qué dices? ¿Soy guapo?.

—No... Bueno sí, ay no lo sé—hablé un poco torpe y rápido a la vez, a lo que él soltó una grande carcajada.

—Lo tomaré como un sí.

[***]

Llegamos a la universidad y fuimos corriendo hacia la clase de la profesora Damara, nos paramos en la puerta y la vimos explicando la clase.

—Bueno chicos la tarea para la siguiente clase será...

—Buenas—dijimos al unísono, tocando la puerta—,Podemos entrar.

—Llegan tarde—dijo mirando a su reloj—.Solo por está vez los dejaré pasar y es porque estoy explicando la tarea de la próxima clase.

—Muchas gracias—dijimos al mismo tiempo.

Busqué el rostro de Mariana hasta que la encontré con su mirada y lo único que hacia era levantar ambas cejas con una sonrisa burlesca. Camine hacia ella y me senté a su lado.

—Así que viniendo acompañada eh—susurró en silencio, golpeando su codo reperidas veces.

—Por favor no me molestes—dije tapado mi rostro con mi cara.

—Esto hay que contárselo a las chicas—dijo con una sonrisa malisiosa.

—Bueno chicos como venía diciendo la tarea de la próxima clase será en pareja y consiste no solo en la teoría si no en la practica así que se tomarán fotos mutuamente y me las entregarán la próxima clase.

—Sí profesora—decimos todos al unísono. Todos se paran de su asiento y se dirige a la puerta.

—Emma ¿quieres se mi compañera?-—una voz familiar resono en mis oídos, me volteo y los ojos de Christian me inspecciona en espera de una respuesta.

—Sí—traté de que mi voz no sonara ansiosa pero no funciono.

—¡Emma te estaba buscando! ¿Dónde estabas?—dice Mariana agitada, podría deducir que estaba corriendo.

—Perdón iba a bucar a las demás muchaschas y me encontré con Christian.

—No importa, ¿quieres ser mi compañera?—dijo ansiosa dándonos saltitos de alegría.

—Lo siento, pero Emma es mi compañera—contestó Christian.

—¿¡Cómo!?, eso es ¿verdad Emma?.

—Sí, lo siento—dije cabizbaja.

—Tranquila, no te preocupes haré equipo con Lisa—solté un gran suspiro que contenía mi garganta.

—Me preocupaba que pensarás que soy una mala amiga.

—No te preocupes eso jamás pasará—dijo poniendo su mano en mi hombro—,¡ey Lisa!, bueno adiós tengo cosas que resolver—, Dice mientras sale corriendo hacia donde se encuentra Lisa.

—Es una linda chica—como no ser lo, tiene piernas largas cual modelo, tiene un cabello entre liso y rizado, es esbelta con unos grandes labios—Pero no tanto como tú.

«Podría jurar que el rubor recorrió cada centímetro de mi cara».

—Gracias—logré musitar.

«¿Por qué no hay más chicos como él?»

—Dame tu teléfono—saqué el teléfono de mi bolso.

—¿Para qué necesitas mi teléfono?—dije con desconfianza.

—Tranquila, solo lo para anotar tu número—sé lo entrego y marca su número en mi celular y de inmediato suena el teléfono de él.

—Listo preciosa.

—Gracias-—dije en tono de voz bajo y algo a vergozada.

Terminó las clases y ya era hora que fuera al bar a trabajar. Son las 6:30 ya que no solo veo clase si no que hago actividades extracurriculares para bajar el costo de mi matricula y eso es una gran ayuda para mi ya que me queda una pequeña parte para comprarme una cámara semi-profecional y ya llevo ahorrando varios meses para obtenerla. Mi hora de entrada es a las 8 pm y termino a las 12 am justo cuando pasa el último autobús que me lleva directo a casa pero aveces me toca hacer turnos extras y terminó a las 3:30 am y me toca irme a pie. Pero New York no es una ciudad segura así que siempre voy preparada o mis compañeros de trabajo me acompañan para evitar peligros.

[***]

Llegué a mi casa, me quité la mochila y la dejé en el mueble, me fui a mi cuarto, me quite la ropa y me bañe, me vestí con unas vieja vans y mi pantalón desgastandos y una camisa rosa que tiene un estampado de leopardo. Salí de mi cuarto y me encontré a mi papá.

—Hola pa' ¿cómo te fue en el taller?—Dije dándole un beso en la mejilla rápidamente y me fui rápido a el mueble para ver si encontraba mi cartera.

—Muy bien hija, ¿lista para ir al bar?—mi papá sabe que trabajo en un bar y lo bueno es que no tiene problemas con eso.

—Sí—respondí simple mientras seguía buscando mi cartera.

«¡Eureka! La encontré».Ya lista me dispongo ir a trabajar.

—Hija se acerca el pago de la hipoteca—dice cabizbajo.

«Oh no, mi se me acerca el pago de la universidad»

—El pago de la universidad esta casi encima, tendré que trabajar turnos en extras.

—No, no, ni se te ocurre hacerlo, basta con que me ayudes con la universidad y la casa que se supone que es mi deber. No dejaré que te sigas sacrificando por mí—dice en casi lágrimas.

—No es por ti, es por nosotros—dije en volviéndolo en mis brazos para tratar de contener las lágrimas.

—Emma ya has hecho suficiente, por favor no lo hagas—levanté mi cabeza y lo mire a los ojos.

—Esta bien papá, pero si necesitas ayuda puedes decirmelo.

—Lo tendré en cuenta—dijo en tono condescendiente. Me alejé de mi papá lista para irme.

—Adiós pa'.—dije lanzando un beso al aire.

[***]

Llegué al bar y me cambié de ropa por una falda negra y un delantal blanco con encajes al rededor, con una camisa negra y unos botones de mismo color del delantal y recojo mi cabello en una alta coleta.

Mi actual jefe se acerca a mi (bueno el bar siempre pasan cambiando de jefa porque siempre se encuentran irregularidades) y la actual es un total ogro siempre nos trata mal o nos grita.

—¡Emma, rápido a la mesa 6 y 8 hay clientes esperando!—Dice corriendo de un lado para el otro.

«Bueno no la culpo porque por lo que veo ser jefe no es un trabajo fácil.»

—En seguida—digo con determinación ya que no quiero que me despidan.

Cuando veo a quien me toca a tender mi temperatura se baja, en la mesa 6 me toca a tender a los acosadores de la semana pasada. Me dirijo con poco ánimo tratando de mostrar mi mejor sonrisa pero me sale como una mueca.

—Bienvenidos a Zafiro Club, ¿en qué puedo ayudarles—Dije sin ganas tratando de mostrar mi mejor sonrisa.

—Bueno nuestra querida Emma quiero que me des una margarita y si tu número está incluido me encantaría tener unas fotos especiales de ti, ¿si sabes a lo que me refiero?—dijo el chico de edad algo avanzada pero no lo suficiente como para que lo llame abuelo, calculo que es 10 o 15 años mayor que yo. Esta vestido una manera semi-forma que le hace dar un toque de unos años menos, pero aún así no deja de desagradarme.

—Lo siento pero mi número no está incluido en el menú—dije de una manera odiosa y desagradable ¡Joder si mi jefe me ve tratando así a un cliente van a despedirme!

—Uyy si qu nos salió ruda nuestra nena ¿eh?. Bueno amor yo solo quiero un trago de ron—¡Dios me provoca romperle la cara en dos!

—Concuerdo contigo Jarol, pero así es mejor para domar la en la acción—¿por qué carajos siempre me toca atender esta mesa?—.Querida yo solo voy a querer una cerveza.—Finaliza el chico rubio con acento irlandés.

—Enseguida, pero les voy a pedir un favor que se detengan porque la próxima vez llamaré a Iván— dije mirando a Iván que se encuentra en la entrada del bar trabajado como vigilante del club. Es muy moreno y mide casi dos metros, parece que su mamá le dio esteroides desde que nació por lo fornido y estructurado de su cuerpo.

«A cualquiera asustaría.»

Ellos me miran con una mirada de terror para luego convertirse en resentimiento. Me encojo de hombros y sigo con mi trabajo. Me dirijo hacía Louis que es quien sirve los tragos y le digo todos los tragos que me acaban de pedir; ya con los tragos en la bandeja me dirijo a la mesa.

Le entrego los pedidos y me volteo para irme pero siento que me pegan una fuerte nalgada.

—Ey idiota, que sea la última vez que y me ponen una mano encima porque llamaré a mi novio y eso no les gustará, el es un matón de primera y la última persona que me toco fue directamente al hospital y para nada te gustará ir al hospital porque él es doctor así que irías directo a la morgue—dije en tono amenazador tratando que creyeran mi vil mentira.

Por lo que veo mi truco funcionó porque veo como todos sus cuerpos se tensas y le otorgo mi mirada fulminante, saco mi teléfono y marco a mi hermano; les muestro la pantalla que dice Alexsito y aparece u a foto de él que les demuestra que le estoy marcado a mi "Novio" (en realidad es mi hermano mayor, y si es doctor, bueno no esta terminado su especialización en neurocirujano, así en que no es completamente una mentira). Ellos aletean las manos para decirme que pare.

—Esta bien, esta bien, te dejamos tranquila—dice tan rápido que me sorprende.

Me largo a la siguiente mesa que es la número 8 «Dios ¿por qué me odias» Sí me encuentro con el príncipe arrogante de la parada de autobús; pongo los ojos en blanco a penas sé que es a él a quien me toca atender.

—Bienvenido a Zafiro Clubs ¿en qué puedo ayudarle?—dije tratando de mostrar una sonrisa pero a penas me mira sus labios se suben mostrando una sexy sonrisa y su ojos se llena de arrogancia y me mira de arriba a bajo a lo que respondo poniendo lo ojos en blanco.

—Emma... Dulce nombre para una embriagadora chica—dice saboreando cada una de sus palabras dándole un toque de sensualidad. ¿Esperen cómo es qué sabe mi nombre? aaah ya sé, cuando me violó con la mirada seguro se dio cuenta de mi gafete que tiene marcado mi nombre.

—¿Qué es lo que desea ordenar hoy?—dije evadiendo sus intento de coqueteo.

—Solo quiero una copa de vino—habló mitras se pasa el pulgar por los labios.

Busco su pedido y se lo entrego. Ésta será una noche muy larga... Si duda que sí.

[***]

Son pasadas las tres y media de la mañana y cabo de terminar mi turno. Los muchachos no me van a poder a compañar a casa porque aun no han terminado sus turnos así que la jefe me dio unos 20 dolares para llamar a un Uber.

—Adiós jefa—dije despidiendome de ella.

—Cuídate Emma, recuerda llamar a un Uber no quiero accidente no deseados—dijo mirado una larga lista.

Me fui y el frío mi dientes empiezan a castañar; las calle están totalmente vacías, no hay ni un alma. Paso delante de un callejón y siento que alguien me está siguiendo, me volteo y me encuentro con los acosadores del bar.

—Miren la princesa tiene frío, ¿por qué no la calentamos?—creo que es el chico que responde con el nombre de Jarol.

—Yo te apoyo—respondió el rubio con acento irlandés.

—Yo igual—habló un sujeto cual desconozco su nombre.

—Váyanse ya antes de que les vaya peor—dije preparando mi gas pimienta.

—Uy si que nos salió ruda esta chica, pero me encantaría domar ese carácter ¡Vamos chicos!—todos se a balanza encima y les echo el gas pimienta en los ojos y los veo en el suelo revolcándose del dolor ya en el suelo voy y les doy una patada a cada uno en sus partes más débil

—Para que jamás intente abusar de una mujer—salí corriendo como alma que lleva el diablo mientras ellos se retuerce en el suelo por el dolor.

Me siento pésimo, estoy muy cansada, siento como los pies me pesan cada vez más, la jaqueca se hace presente y ahora me tengo que encontrar con el Uber que llamé después de salir del bar dejando en claro que no íbamos a a encontrar en la parada de autobús.

Descansó en la asiento de la parada de autobús, la cabeza me da vueltas, todo se empieza a ver borroso hasta que caigo de lado abarcando todo el asiento, en el suelo visualizo unos zapatos que por lo que veo son de un hombre.

No puedo hacer nada, tengo fuerzas para resistirme solo queda rezar que no sea un acosador del bar o un loco violador.

—¿Qué hace una chica bella cómo tú ha éstas horas?—«oh no estoy perdienda» pensé antes de que todo se vuelva de color negro.

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Nota de autora: Hola ojitos ¿Cómo la pasaron sin mí? Ya está el primer capítulo de la historia, me demoré más de lo normal ya que se me habían borrado mil palabras y me decepcione así que duré un tiempo sin escribir, pero hay está ¿qué les pareció? Como ven edité muchas cosas ya que estoy escribiendo la historia desde cero.

Baey.

Velentina.

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