Capitulo 2
Varios días habían pasado desde que Gabriel Agreste había irrumpido en el salón de clases de la maestra Bustier, ella se encontraba acostada en la cama de su apartamento, estaba vestida con una blusa y un pans holgado, ya habían iniciado las vacaciones de verano y ella se encontraba descansando después de la rutina de su gimnasio, aún estaba reflexionando acerca de lo que había pasado en aquel salón; que tenía mucha curiosidad acerca de lo que pasaba con su alumno Adrien, también debía tomar en cuenta que era la privacidad de su alumno, además de que se estaba metiendo demasiado en asuntos que a lo mejor y no le correspondían.
-De verdad me siento una estúpida, me puse nerviosa frente al señor Agreste, sí que debí de ser patética ante sus ojos.- dejó escapar un suspiro largo, relajo sus hombros y estiró sus brazos para encontrar un descanso breve, estaba dispuesto a tomar una siesta pero de repente vibro su teléfono en la mesita que se encontraba en el centro de su habitación, se levantó sin muchos ánimos para ver quien hablaba, no tenía grandes esperanzas, podría ser su mamá o al caso su exnovio que estaba molestando hace algunos meses.
Hola, veo que a pesar de darte mi número no me llamaste o mandaste mensaje, supongo que aún no se te quitan los nervios, por eso mejor decidí mandarte yo mismo mensaje, espero me respondas, atentamente Gabriel......- la maestra comenzó a temblar al momento de leer el nombre del remitente, sus manos aunque firmes aparentemente estaban a punto de dejar caer el teléfono, un color carmín adorno sus mejillas debido al recordatorio de sus nervios de aquel día, inconscientemente empezó a sonreír como adolescente enamorada, uno de sus ídolos de la moda le estaba hablando, en parte le recordó a su alumna Marinette cuando hablaba del hijo del diseñador, inevitablemente soltó una risa por aquel recordatorio.
-Sí que me parezco demasiado a Marinette, pero no importa, ya soy una adulta y no debo estar emocionada con una quinceañera, así que contestaré y diré que estuve muy ocupada, así no habrá problemas, después de todo soy una maestra.- tal como lo había dicho la señorita Bustier, redactó el mensaje y enviándolo posteriormente, ya realizada la acción bloqueó su teléfono y siguió descansando de su largo ejercicio, pero su teléfono vibro de nuevo.
Lamento si la moleste, no esperaba que en vacaciones de verano también tuviera trabajo, sinceramente no soy una persona que se relacione mucho, pido disculpas de antemano por eso, aun así gracias por tomar mi mensaje.- Nuevamente sonrío la señorita Bustier, y se levantó de su cama, dejo el teléfono en la mesita para quitarse sus prendas quedando completamente desnuda, estiró un poco su cuerpo, realizó un ejercicio de respiración dos veces y posteriormente se dirigió al baño para tomar una ducha.
-¿Estará bien que hable de esta manera con el señor Agreste?, Su hijo es mi alumno, no sé si deba hacerlo, podría meterme en problemas.- se encontraba justamente en su tina, el agua caliente relajaba su cuerpo, el vapor abundaba en la habitación, la música clásica sonaba en el pasillo, como vivía sola no tenía problemas en estar mucho tiempo en el baño, lo que causaba que tuviera más paz y tranquilidad.
Salió de la tina media hora después de haber ingresado, tenía puesta su bata y una toalla que cubría su cabeza, llegó a su recámara y saco sus prendas preparándose para dormir, aunque puedo notar que su teléfono había caído de dónde lo dejó, lo levantó y vio con terror como su mamá le había marcado varias veces además de tener mensajes acumulados, teniendo un poco de terror leyó los mensajes, noto como su mamá posiblemente se había molestado por no contestar sus mensajes o llamadas, por lo que de manera inmediata le marcó esperando que no se haya ido a dormir todavía, después de unos cuantos segundos del otro lado contestaron la línea de teléfono.
-Hola mamá, buenas noches.- con algo de nerviosismo habló la señorita Bustier, pues a pesar de la edad que tenía aún respetaba a su madre y le tenía un poco de miedo por el carácter que tenía, por lo que esperaba una reacción violenta por parte de la progenitora que tenía.
-Vaya, hasta que se me hace el milagro que me contestas, ¿pues qué tanto haces?, Caline, vives sola, me preocupas demasiado hija, ¿Cuándo vas a conseguir un novio?, Quiero tener nietos antes de morir.- La ahora identificada como Caline se había sonrojado demasiado, aún seguía sin poder entender los caprichos de su madre, no tenía ni siquiera un año que había terminado relación y esa señora ya quería hijos de la señorita Bustier, lo que en parte la molestaba, pero trataba de entenderla ya que tenía una edad bastante avanzada; era bastante lógico que ya quisiera nietos, siendo ella la única hija, sentía un poco de presión por continuar lo que era la familia.
-Mamá, ya hemos platicado este tema, todo a su debido tiempo, no tiene ni un año que termine con él, aún no lo olvido.- un amargo recuerdo se removió en su cabeza, rememoro los bellos momentos que tuvo con su ex y como esto se vinieron abajo cuando descubrió la infidelidad que tenía, aún seguía sin poder creer que el amor de su vida la engañaba con una maestra del propio instituto donde trabajaba, la maestra Mendeleiev.
-Hay hija,
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