One

Narra TaeHyung.

Desde hace bastante tiempo llevaba teniendo extraños sentimientos hacia Hobi hyung...

Cuando lo veía sonreír...

Cuando sentía su mano...

Cuando me abrazaba...

Cuando dormía conmigo...

En cada sonrisa suya no podía evitar sonreír aún más, cada vez que me tomaba la mano, me moría de nervios, cuando me estrechaba en un abrazo, mi interior se removía, y al momento de dormir con él... mi corazón parecía no conocer los límites de latir del corazón humanamente posibles.

Y por si fuera poco, no conseguía cerrar aunque sea por unos segundos los parpados.

Pasaba la noche en vela viendo su perfil sereno sumergido en los sueños; aquella costumbre que bien sabíamos que él tenía, la usaba a mi favor, ya que eran constantes las veces que él mismo se acariciaba, yo, aprovechaba la oportunidad para hacerlo en su lugar, disfrutaba cada segundo tocándolo.

Deleitaba mi tacto con la suavidad de su cabello, y con la inquietante satisfacción de hacerlo...

Eso no estaba bien...

No podía estarlo...

¿Qué estaba pasando conmigo?

Comencé a cuestionarme todos los días en silencio, temía decirle a alguien, después de todo... se supone que soy heterosexual... pero cuanto más le mirara, cuanto más me sonreía y cuanto más estuviéramos juntos, no dejaba de estar esa sensación tan extraña que... creo que sólo se debía a que... Me enamoré...

¿En qué momento esto pasó?

¿Cuándo fue que dejaste de ser mi amigo ante mis ojos? ¿Cuándo fue que comencé a verte así?

No lo sé.

Pero las cosas entre nosotros cambiaron a peor cuando te hice aquella pregunta....

Como cada jornada del día nuestras actividades siguen sin mermar, estoy cansado, tengo mucho sueño.

Ayer, en el auto, volviste a abrazarme de camino al apartamento quejándote de lo exhausto que estabas, y hoy, nuevamente lo haces.

¿Por qué sólo con mirarte soy feliz?

¿Por qué con sólo que me toques tiemblo de emoción?

Te veo recostado en mi hombro jugando con tu celular sacándote fotos y aprovecho para que lo hagamos juntos, me sonríes con alegría y en cuanto me acomodo, el flash no deja de aparecer. Reímos con diversión, vuelvo a fijar la vista en ti, te ves tan lindo, tan tierno... quiero besarte.

Sentía cómo si me estuviese adormeciendo, pero aun así...

Mi vista no se despega de tu boca.

Esos labios tan marcados a tan corta distancia son una tentación, una que con gusto y masoquismo, disfruto, sin importar lo que pasaría si me atrevía a hacerlo.

No pude más, me aproximé a él y con parsimonia rocé nuestros labios, apreciando la leve textura que logré sentir, me percaté de que retuviste el aliento.

Mientras que yo continuaba mi pecaminosa fantasía hecha realidad, cada línea en tu labio inferior podía sentirla con los míos, quise saborearte pero eso sería demasiado.... era increíble como con un simple roce mi saliva aumentaba, como si tuviera hambre, hambre de ti.

Pasé por segunda vez mis belfos sobre los tuyos, acariciándolos con todo mi anhelo hacia a ti, grabando todas y cada una de las sensaciones que experimentaba con ese casi beso, memorizando los detalles y enumerándolos.... Hasta que...

Te separaste rápidamente de mí viéndome con una expresión de confusión provocando en mí un centenar de emociones que se descontrolaron en ese segundo transcurrido...

-¿Qué acabas de hacer?- Me veías impresionado, pero pude notar el tono de desagrado. Me quedé sin palabras.- ¿Acaso estás loco? No te me vuelvas a acercar.

Y con esas frías palabras mi ensoñación murió súbitamente. La expresión en tu rostro denotaba asco, decepción, y hasta enojo.

Te levantaste estrepitosamente del sillón. Y te fuiste.

En cambio, yo, me quedé tieso sobre la felpa, procesando tus palabras y tus acciones.

Me dolió.

Y fue a partir de ese día que dejaste de hablar conmigo.

Frente a los demás, las cosas entre nosotros parecía normal, pero una vez que tú y yo estábamos solos en una misma habitación, la situación era diferente.

No entiendo porqué actúas así, pensaba que había una posibilidad de que ambos sintamos cosas por el otro, pero veo que me equivoqué...

Mal interpreté tus acciones. No quise ver que en realidad sólo soy un amigo para ti. Quizás, hasta me veías como un hermanito.

Y lo arruiné.

Continuamente, fingíamos que todo estaba bien, que nada había cambiado, jugábamos con todos disimulando la distancia que nos separaba, haciendo de cuenta que todo era normal, y aún así, los demás comenzaban a percatarse de que algo entre nosotros no era lo mismo.

Como aquella vez, estábamos en el salón de descanso, tú mirabas uno de tus celulares muy concentrado, mientras que yo cada ciertos segundos dirigía la mirada hacia ti. Esperando que me dijeras al menos una sola palabra, y nunca sucedía...

Hasta que llegó JiMin, interrumpiendo el incómodo momento, notando de primera mano el ambiente, porque no pasaron ni dos segundos cuando habló.

-Oye Hobi hyung.- Escuché decir a JiMin.

-¿Qué pasa JiMinie?- Dejaste de lado tu celular sin dudarlo. La expresión que tenías... solías mirarme así antes...

-Sólo quería saber....- JiMin parecía indeciso. Había apartado la mirada hacia la pared.

-¿Mmm? ¿Qué cosa?- Minie volteó a mirarlo de nuevo.

-¿Pasó algo entre Tae y tú?

Sabía que tarde o temprano lo notarían, y preguntarían.

Pero no pensé que solo debían pasar cuatro días para que eso sucediera.

Miré hacia hyung, y él se veía pensativo, su semblante estaba algo tieso, no obstante, aflojó sus facciones y sonrió, como sólo él sabe hacerlo. Lucía tan sincero.
La pregunta ya estaba sobre la mesa. En verdad él....

-No sé de qué hablas JiMinie, Tae y yo estamos bien.- Me dirigiste una sonrisa con ojos los cerrados. Sé que es perfectamente fingida, y no sabes cuánto me duele.- ¿Cierto?- Abriste los párpados y me miraste de manera fría.- Tae.

Mi boca estaba seca. Esa mirada me hizo sentir como si miles de agujas se clavaban en mi pecho. Por milagro, conseguí tragar un poco de saliva y responder lo más animado posible.

-Sí JiMin, nosotros estamos bien. No sé de qué hablas.- Me quedé sin habla. Había repetido las mismas palabras que tú habías dicho. Sentí muchos nervios, no lo pensé bien, JiMin podría...

-Mmm ¿seguros?- Podía sentir como una gota de sudor se resbalaba por mi nuca. JiMin intercalaba una mirada suspicaz de hyung a mí.

-¡Claro! ¡Ya sabes cómo soy!- Alzaste la voz, de esas cuando gritaba animado. ¿Cómo hacías eso?

-Mmm, no sé... Ustedes andan raros.- ¿¡Por qué!? ¿POR QUÉ TENÍAS QUE SER TAN PERCEPTIVO JIMIN?

-JiMinie.- Escuchamos decir serio a HoSeok hyung. Ambos le miramos expectantes.- ¡Admítelo! ¡Le tienes celos a Tae porque tiene mi atención!- Dijo en broma.

Yo sólo le quedé viendo serio. No pude contener mi escepticismo. Parpadeé varias veces.

-¡Yah! ¡Eso no es cierto!- JiMin cayó en la mentira...

-¡No lo niegues JiMinie, sé que me amas!
Lo seguí mirando, pero esta vez más desanimado. Él podía bromear sobre amor, pero cuando éste era real se lo tomaba a mal... no es justo. Esto duele.

-¡Aish! Tú siempre cambiando todo...

- ¡Ven aquí! ¡Te daré amor JiMinie!

Y como si nada, se levanta y empieza a perseguir a JiMin, mientras que el otro quería escapar de él.

Veía como HoSeok hyung lo atrapa, lo abraza, y pretendía darle besos a JiMin.
Y yo ahí, mirando como estúpido lo que hacían.

Apreté los labios, haciendo de ellos una línea casi amarillenta, volteé, y me fui en dirección al baño; llegado allí, cerré pestillo, y caminé hasta el lavabo sujetándome de la orilla. Apretando con mis manos el borde, descartando mis emociones, mientras mis párpados se estrujaban entre ellos.

Dolía. Dolía mucho. Y más al presenciar la mentira que hyung, con tanta facilidad y naturalidad, había dado.

Exhalé aire entrecortadamente, sentía que quería llorar, los mocos se comenzaban a aflojar, un nudo se me formaba en la garganta, las lágrimas se me agolpaban en los ojos y mi nariz ardía.

Inspiraba aire tratando de calmarme pero hasta eso se me entrecortaba.

Soy un caso perdido.

¿Por qué esto tiene que doler?

¿Cómo fui tan estúpido de creer que tu ibas a corresponderme? ¿Qué juntos viviríamos un lindo cuento?

La verdad siempre supe que eso era una ilusión. Una linda fantasía que quería hacer de mi realidad.

Hay un límite entre ambos, y yo no quise entender en su momento, ahora me toca hacer frente y mostrarme fuerte. De lo contrario, sufriré más, y lo peor, estando solo.

Pero sólo quiero que esto termine. Que el mañana llegue y yo esté mejor, que pueda reconstruir los trozos de mi corazón, y consiga seguir adelante. Así como tú...

Algún día... ¿podrás olvidar eso y volver a ser por lo menos mi amigo?

No sabes cuánto me arrepiento de haber hecho eso, de haber abusado de tu confianza, de mal interpretado tus juegos, tu bondad, tu cariño, de haberlo convertido en algo que jamás fue...

Ojalá puedas perdonarme.

Y si no es así.

Si todos me abandonan y, me rechazan; y dejan de tenerme aprecio, de considerarme su amigo, su hermano, su familia, sólo espero que me den una razón. Porque si tú no fuiste capaz de hacerlo... entonces ellos igual.

Que suceda lo que tenga que pasar.

Que si al día siguiente todo acaba, que lo haga para hacerme más fuerte.

Que si me quedo solo, que me vuelva más valiente.

Que si todos me dan la espalda, suceda y yo aún pueda continuar sonriendo.

Que aunque la soledad me carcoma, yo pueda levantarme y mantenerme de pie.

Que si el dolor sigue presente, yo pueda abrazarlo y decir, puedo hacerlo, puedo vivir aún sabiendo que duele... Puedo ser fiel a mí, a mis sentimientos, a todo mi ser.

Pero que esta situación se termine de una vez... porque ya no la aguanto más.


Trascurrían los días, y entre nosotros nada había cambiado.

Las actividades continuaban como siempre, los horarios seguían siendo extenuantes, y todos nos sentíamos demasiado cansados.

Llegados a una semana de completo de trabajo, por fin, nos daban pase libre para cinco días de descanso.

Por supuesto, ninguno de los siete se le cruzó por la mente salir o hacer algo mas allá de una sola cosa en casa. Todos teníamos esa sola idea de lo que haríamos en cuanto pongamos un pie en el departamento. Dormir.

Trascurrían los días, y entre nosotros nada había cambiado.

Las actividades continuaban como siempre, los horarios seguían siendo extenuantes, y todos nos sentíamos demasiado cansados.
Llegados a una semana de completo trabajo, por fin, nos daban pase libre para cinco días de descanso.

Por supuesto, a ninguno de los siete se nos cruzó por la mente salir o hacer algo mas allá de una sola cosa en casa. Todos teníamos esa sola idea de lo que haríamos en cuanto pongamos un pie en el departamento. Dormir.

Apenas llegamos, bajamos del auto con lentitud y cero energías, durante el trayecto hasta el ascensor, más de un par de zapatillas se escucharon arrastrarse por el suelo. Estamos hechos polvo.

Yo me moría por darme una ducha calentita y tirarme en mi camita a dormir como la bella durmiente.

Obvio sabía que ningún príncipe se pasaría por mi cuarto a despertarme así que hasta que el hambre me llegue no me levantaré por nada del mundo.

Dicho y hecho. Bañado, con mi pijama más cómodo me lancé a mi cama de planchita, rebotando, y riéndome de eso. Nada mejor que tu cama para poder descansar a gusto.

La suavidad de las sabanas debajo del tacto, el riquísimo aroma que desprendía del suavizante, y la reconfortante sensación de ser cobijado por el pomposo colchón. Sencillamente, perfecto.

Respiré hondo, aspirando el rico perfume, sintiendo cómo mi cuerpo se relaja, se destensa, y suelto un suspiro hundiéndome entre la colcha.

– Ahhhhhhh... mmm… que rico se siente.

Me arropé hasta la nariz disfrutando del momento.

No pasó ni diez minutos cuando el sueño y el agotamiento me llevaron al mundo de Morfeo. Donde todo es posible, donde puedes, incluso, volar, saltar tan alto como si tocara las nubes, como si no existiera nada malo en el mundo.

Donde la felicidad están siempre presentes.

O eso espero.

🖤🖤🖤🖤🖤

Nueva historia.

Esta vez una que ya la tengo terminada 😅

Lleva bastante tiempo en el baúl de las historias que algún día publicaría👉👈

Ojalá les guste!🥰😁😊💜

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top