Narra Plan:

Perth ha estado actuando muy extraño desde que conoció a Saint, para ser específico, se ve muy feliz y solo han pasado dos días. Todo eso me hace sentir bien, porque él ya sufrió mucho por lo qué pasó; así que para mí, él ya tiene mi bendición, definitivamente lo apruebo.

Estaba muy tranquilo pensando en esto, hasta que entra Perth en el departamento como loco y empieza a ponerse un traje. Se veía tan elegante, así que hice lo mismo; aunque él me ganaba, su vestir, su apariencia, su olor y no me importa para donde va, yo voy con él.

- ¿Tienes planes esta noche?

- Sí, ir a molestarte a tu cita.

- ¡TE VOLVISTE LOCO SI PIENSAS QUE TE LLEVARÉ!

- Primero, no me grites y segundo, me llevas o hago escándalo y clausuran tu departamento.

- ¡No te atreverías!

- Somos amigos desde niños y aún no me conoces. - Hizo una gran rabieta, pero aceptó llevarme.

- Bien, pero mantén tu boca cerrada o te la cerraré de un puñetazo.

Prometí no hablar más de lo debido, así que ambos terminamos de arreglarnos y nos subimos a su auto en dirección al departamento de Saint. Al instante de llegar, Perth me dijo que no me bajara, que hablaría con él para decirle que yo me colé y después tendría que pasarme al asiento de atrás.

Me quedé sentando como me dijo, viendo cómo se bajaba y sintiéndome enojado, ¿yo en la parte de atrás? ¿Dónde quedó la amistad? Jamás pensé que otra persona se sentaría al frente, es que ni siquiera Sammy está sobre mí; me quejé pero abrí un poco la ventana del piloto para escuchar.

- Hola Perth, gracias por invitarme.

- Te ves decepcionado, ¿ya no quieres ir?

- Sí quiero, es solo que...

- Si invitas a mi amigo, me invitas a mí... - El idiota también viene, me bajé y reclamé.

- Ah no, contigo ni a la esquina.

- ¡Mira trajiste al estúpido y pervertido! - Le lancé un fuerte puñetazo.

- ¡No me digas pervertido, hijo de p...!

Ya no pude terminar de decirlo, porque me agarró de la muñeca derecha y me jaló con mucha fuerza hasta uno de los departamentos. Le gritaba queme soltara, pero no me hizo caso; al final, abrió la puerta y literalmente, me empujó dentro como un demente.

El lugar estaba malditamente limpio, se veía todo muy hermoso; incluso tenía un olor muy agradable, igual que él. Antes de que pudiera decir algo, se abalanzó sobre mí y comenzó a besarme, ignorando mis quejas para que se detuviera, lo cual me molestó.

Aunque debo admitir que este idiota es el primero que tiene intenciones de besarme y más importante, el único que me robó un beso en público; de alguna manera, eso me hacía sentir especial ante sus ojos, así que le permití seguir besándome.

- ¿Qué demonios te pasa? ¿No sabes que no debes besar a los demás sin permiso?

- ¡Pero si te gustan mis besos! ¿De qué te quejas? - Mejor cambiaré el tema.

- ¿Este es tu departamento? ¡Es muy... espacioso!

- Admítelo, lo que te gusta, es que tú no eres tan ordenado.

- Tal vez. - Me encogí de hombros. - Bueno, ¿Tienes películas? ¡Puedo preparar algo para cenar y comemos mientras vemos una película!

Por primera vez, él no me miró con esos ojos arrogantes, ni siquiera hubo una sonrisa irónica o disgustada y eso me gustó. Cuando me dijo donde estaba la cocina, corrí hasta ahí para preparar algo delicioso, y él gritaba nombres de películas para que ambos escogiéramos una...

Narra Perth:

Saint y yo nos quedamos boquiabiertos con la escena que presenciamos, ninguno de los dos comprendió lo que ocurrió. Así que decidimos esperar por un momento y al ver que no bajaban, le propuse irnos para no perder la reservación que había hecho.

- ¡Me sorprendieron esos dos! - Dije para romper el silencio.

- También a mí, sobretodo porque Mean no es del tipo de personas que se acerca así de rápido a otros.

- Lo noté desde que lo vi.

Hubo un gran silencio de nuevo en mi auto, parecía que los temas de conversación se acabaron para nosotros. Pero, dejó de importar cuando entramos en el restaurante, porque logré lo que deseaba; Saint quedó sorprendido con el lugar donde estábamos.

- ¡Es hermoso este lugar! ¿Cómo lograste una reservación aquí?

- ¡Le coqueteé a la Gerente! ¿No ves lo guapo que soy? - Hice un gesto tierno...

- Jajajaja... Perth. - Dice mi nombre en forma tímida.

Entramos con él, ya tenían lista la mesa; e incluso, nos llevaron el menú con bastante rapidez y me hacía sentir feliz. Ambos pedimos el plato principal, se veía delicioso y ellos nos ofrecieron un pequeño tazón de sopa de entrada; cuando se fueron, hablamos con él.

- Aparte de tu amigo, ¿no tienes a nadie más en la ciudad?

- Mi hermana, ella se mudó conmigo hace algún tiempo, quería hacerse cargo del negocio de nuestro padre.

- ¿Por qué no te hiciste responsable? ¡No es que no te quiera trabajando conmigo! Pero...

- Sí, te entiendo; es solo que, nunca he estado abajo, mi padre nos heredó algo muy grande y me da miedo hacerme cargo.

- Tienes una gran capacidad, no deberías de subestimarte así.

- Muchas gracias Perth.

Llevaron la comida y cenamos en total calma, él continuó contándome cosas de su familia; así que decidí hacer lo mismo. Creo que esta noche, nos sirvió para conocernos mejor, y a cada instante qué pasa, siento que mis sentimientos solo crecen más, la verdad es que, me estoy enamorando de Saint.

Después de la hermosa velada que pasamos juntos, lo llevé hasta el edificio donde lo recogí, pero no se bajó de mi auto. Se veía muy nervioso, así que traté de sacarle conversación sobre cualquier cosa; sin embargo, sus respuestas eran cortas.

- Saint, puedo subir contigo si es lo que deseas.

- No, no es eso; yo solo quiero...

Entonces sacó las llaves de su departamento para empezar a jugar con ellas y fue cuando lo entendí, él no quiere que esta cita termine aún. O tal vez, solo quería decirme algo, no lo sé, estaba muy confundido con su actitud, y lo único que yo quería era besar sus labios.

- Saint, yo...

- Sí...

- Mañana... Puedes llegar tarde al trabajo.

- ¿Eso es todo lo que me dirás? - Su tono parecía decepcionado.

Ya ni siquiera quiso verme; pero cuando hizo el impulso de bajarse, lo jalé del brazo, lo agarré del cuello y le robé un beso...