Capítulo 29



Narra Saint:

Estaba muy ansioso por la luna de miel y Perth parecía disfrutar que de mi desesperación, solo me miraba y se reía. A medio camino, ya estaba aburrido, creí que nos tardaríamos menos en llegar, pero él para reanimarme, detuvo el auto, empezó a besarme y deslizó su mano por mi torso.

- ¡Cálmate! Estás a una hora de no librarte de mí en una semana.

- Cuidado con lo qué haces tigre, o corres el riesgo de pasar la luna de miel en este auto.

Él solo me miró sorprendido y después de un momento se dibujó en su rostro esa sonrisa malévola que tanto amo. Fuimos a un hotel rústico en medio del bosque, era un precioso lugar donde las habitaciones estaban dividas en cabañas, que por dentro eran muy espaciosas.

Es un hotel muy lujoso, debe costar muchísimo una noche en este lugar; pero como dijo Del, mi tigre quería tirar la casa por la ventana. Tan pronto como puso el seguro de la puerta, me agarró de la cintura para juntar nuestros cuerpos y dejarme sin aliento con ese beso que me dio.

🔞🔞🔞⚠️Advertencia⚠️🔞🔞🔞

Lo he extrañado tanto, pero estos seis meses se vieron opacados por la forma en que empezó a arrancarme la ropa. Me entregué a sus caricias, mis brazos rodeaban sus hombros, mis manos estaban en su cabello y todo mi deseo por el placer que me daría, era suyo.

Literalmente, quiero que esta noche, él haga conmigo todo lo que desee, y con su erección presionando en mi entrepierna, será muy fácil. Perth continúa con su camino hacia abajo, depositando besos húmedos en mi cuello y abriendo mi camisa.

- ¡Esta semana, haré que pidas misericordia!

- ¡Lo que digas amor!

Vuelve a besarme, dejando mi torso completamente desnudo ante sus ojos con los que recorrió mi piel y me miraba hambriento. Tomó mis pezones entre sus dedos y aún están muy sensibles, así que me arranca un gemido tan fuerte que agradezco que las cabañas estén tan separadas.

- Perth no me tortures, he esperado mucho por esta noche.

- ¿Y crees que yo no? ¡Quítame la ropa y vamos a la cama!

Obedeciendo su petición, rápido y con dedos torpes, le quitaba su ropa con desesperación, hasta que estuvo desnudo frente a mí. Entonces me arrodillé frente a él, soplé un poco y lo vi tensarse por la rotura que estaba ejerciendo, hasta que finalmente pasé mi lengua por toda su longitud.

- Oh Saint...

Gime poniendo su mano derecha en mi cabeza, motivándome a ponerlo por completo en mi boca y así lo hago. Con toda la hombría de Perth pasando por mi lengua, siento como se humedece conmigo y más aún, a mí me pasa lo mismo, así de ansioso estoy.

- Tu boca es tan suave y delicada.

- Mi Tigre...

Logré susurrar con deseo, él por su parte se inclina para rodearme con sus brazos y ayudarme a levantarme. Sin quitar su mirada de mis ojos, sentía que me atravesaban con un calor abrazador, que me llenaba de lujuria, y luego abrió mis pantalones para quitar el resto de mi ropa.

Cuando se ve satisfecho con mi desnudez, me da vuelta poniéndome contra la pared haciéndome sentir todo lo que acabo de endurecer. Sé que no debería de decirlo, pero me siento muy orgulloso de cómo lo desperté; voluntariamente me doy vuelta para tocar todo su cuerpo que es mío.

- Deja de jugar, hazme tuyo ya...

- ¡Que bueno que el doctor dijo que ya te habías recuperado del parto!

- ¿Ah sí? ¿Y eso por qué?

- Porque ahora voy a ayudarte a recordar la forma en que tú y yo hacemos el amor.

Haremos el amor de forma salvaje como solo un tigre de la selva sabría hacerlo, iba a derretirme entre sus brazos. Luego me arrojó sobre la cama y veo cómo con sus manos apresuradas intenta ponerse un condón, lo que me hace creer que por ahora no quiere más hijos.

Narra Perth:

Esta no es una noche cualquiera, es "la noche", en la que celebramos que nadie podrá separarnos jamás, que soy suyo y que él es mío. La razón por la que me puse un condón, es porque no quiero abrumar a Saint con otro embarazo, además que tenemos el resto de nuestras vidas para tener hijos.

Él yace tendido en la cama disfrutando de todo lo que mis labios le hacen sentir a su cuerpo y gimiendo mi nombre. Luego voy a su boca para devorarla con gran deseo mientras alineo mi miembro cerca de ese lugar que está en lo más oculto de su piel.

- ¡¡Perth!!...

Rasguña mi espalda por la intensidad de lo que sintió al momento de que mi virilidad se abrió paso por su punto más sensible. Mis penetraciones iniciaron suaves, trataba de que él recordara poco a poco la sensación de ser mío y parece que lo estaba disfrutando mucho.

Después de algunos minutos, me convertí en el tigre salvaje que él tanto ama, haciéndonos experimentar un extasis de placer como nunca antes; todo su cuerpo me gritaba que lo hiciera más duro y cumplí con esa petición que me estremeció de deseo.

- Mmmmm...

Casi nos ahogábamos entre nuestros besos con la lengua contraria, desearía que el tiempo se detuviera y quedarnos así para siempre. Pero un inminente orgasmo nos invade por completo, haciendo que acabemos con tanta fuerza que nuestros cuerpos temblaron de placer.

Fue así cada día durante toda la semana, apenas teníamos tiempo para comer, ducharnos y respirar después de un orgasmo. Disfrutamos de esos días, recuperando los seis meses que no habíamos podido hacer travesuras y luego, volvimos a la realidad, con nuestra hermosa Kim.

En el camino de regreso pude notar que tan exhausto estaba Saint, porque se quedó dormido prácticamente desde que dejamos el hotel. Yo estaba desesperado por ver a mi bebé, esta semana sin ella ha sido otra tortura; y mi dragón se vio igual cuando despertó.

- ¿Ya casi llegamos? ¡Me urge ver a Kim!

- Sí a mí también, ¿descansaste? ¡Te dormiste desde que salimos del hotel!

- ¡Alguien no me dejó dormir durante la luna de miel! - Dice haciendo círculos en mi pecho con su dedo.

- ¡Basta o te arriesgas a una ronda más, antes de llegar!

Por más que se lo pedí, no me hizo caso; y sí terminamos haciendo el amor en el auto hasta que los vidrios se empañaron. Al finalizar, pusimos nuestra ropa en su lugar y tuve que tocar a Saint cuando se levantó un poco para subir sus pantalones; y en respuesta me dio un golpe en mi hombro.

- ¡Regresemos! ¡Quiero ver a mi bebé!

- ¡Llegaremos tarde por tu culpa! ¡Tú me seduces!

- ¡Perth Tanapon, si no te controlas, me bajaré y pediré un taxi!

Sé que es capaz de hacerlo, así que mejor le obedecí, puse en marcha el auto y seguimos nuestro camino a casa. Finalmente llegamos al departamento y lo primero que vemos es a Plan jugando con Kim en el piso, cual niño chiquito y a todos haciendo feliz a nuestra princesa.

- ¡Ya volvimos! - Anuncia Saint.

- ¡Que gusto! ¿Cómo te fue en la luna de miel pícaro? - Le dice Del juguetona.

- ¡Puedo contarte tantos detalles! - Contestó Saint.

- EUK, no gracias. Pero, su bebé estuvo muy inquieta en estos días, parece que sabía que sus papis no estaban. - La tomé en brazos y le di un beso en su pequeña mejilla.

- Me alegra que nos extrañaras mi amor...

- Sí y cómo ya volvieron, ya nos vamos todos.

Sin decir otra palabra, todos salieron corriendo del lugar, mi bebé no es tan mala, así que comprendí que nos estaban dando privacidad. Después de haber jugado mucho con nuestra princesa, fuimos a prepararnos para dormir; ella parecía no haber podido dormir en estos días, pues fue la primera en dormirse.

- ¡Amo a nuestra familia! ¡Amo ser feliz!

- Y yo te amo a ti.

- Insisto en que No Deberías Amarme.

- Esa frase queda vetada a partir de hoy. - Me dice furioso. - No quiero volver a escucharla, si la dices de nuevo, te enviaré a dormir al piso.

- Oye, pensé que el castigo era dormir en el sofá.

- Para esa frase dormir en el sofá no es suficiente castigo.

Sonrío ampliamente y empiezo a hacerle cosquillas para que se contente conmigo; me siento tan feliz, obedeceré lo que me pida y esa frase no volverá a salir de mi boca, ahora solo nos dedicaremos a ser inmensamente felices.

Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top