Capítulo 28
Narra Saint:
Pasó casi un mes después del parto para que Perth iniciara con los preparativos de la boda; pero yo solo pensaba en la dieta. Mi tigre salía de la ducha solo con una toalla enrollada en su cintura y podía ver cómo escurría el agua gota a gota por su torso; eso no es dieta, es tortura.
- No me mires así; pareces un león viendo a su presa.
Acosté a Kim en su cuna, fue muy difícil que se durmiera, es una bebé bastante activa y con mucha energía dentro de su pequeño cuerpo. Después me acerqué a Perth y pasé mis manos por su pecho para probar las gotas que quedaron en mis dedos.
Mi tigre quitó mi mano de mis labios para devorarme con un beso tan caliente que ninguno pudo resistir los jadeos de pasión. Me agarra de la cintura llevándome a la cama donde cayó sobre mí y por la forma en que me besaba, con sus manos recorriendo mi cuerpo me decía lo que deseábamos.
- ¡Saint! - Se levanta agitado, dejándome con las ganas. - ¡Sabes que no puedo tocarte por ahora!
- ¡Está bien! - Dije con decepción. - ¿Cómo van los preparativos para la boda?
- No te pongas triste... - Agarra mi cuello y se acerca a mi oído. - Mi paciencia no durará mucho Saint, así que prepárate, porque la semana de la luna de miel será aún más intensa que la semana en la que concebimos a Kim.
Sentí como todo mi cuerpo se tensó con semejante confesión y ahora solo pienso en lo desesperado que estoy por la luna de miel. Perth se vistió rápido, mirándome como la comida más deliciosa del mundo, antes de salir de la habitación, dejándome con mis piernas temblorosas.
- Hola Saint.
- Hola Del, ¡ESTOY EMOCIONADO! - Grité cuando entró.
- ¿Por qué? ¡Cuéntame!
- Dice Perth que nuestra luna de miel será más intensa que cuando concebimos a Kim.
- EUK... No tenía que saber eso. Pero, te diré que Perth anda como loco.
- ¿De qué hablas?
- Bueno, anda buscando que su boda sea tan grande como la de la familia real.
- ¿Estás bromeando? ¡Le dije que quería algo sencillo!
- ¡Cuando se trata de ti, Perth siempre quiere tirar la casa por la ventana! - Me mira sorprendida.
- ¿Y ahora qué?
- Olvidé contarte que Sammy me dijo que Perth está usando el dinero que ahorró durante los dos años que estuvo buscándote, ¿Sabes a qué me refiero verdad?
Mi tigre me dijo hace mucho tiempo que había ahorrado en caso de que yo le pidiera una compensación económica. Y a lo que Del se refiere, es que Perth va a recompensarme con ese dinero, empezando con una boda de ensueño y eso me hace muy feliz.
- ¿Estás llorando otra vez? - Me reclama.
- No es mi culpa, el doctor dijo que estaría sensible después del parto.
Del que también es muy sensible, me abraza con fuerza, haciéndome sentir especial y después me dice que se irá por su vestido. Todos andan igual, aunque la boda se ha planeado para dentro de cinco meses, ellos quieren estar consientes de que han escogido el vestuario perfecto.
Parece que les falta un tornillo en la cabeza, yo por mi parte, solo quiero que de una vez y para siempre mi vida quede unida a la de Perth. Entre más cerca estábamos de la fecha escogida, más largos se sentían los días, era como si el tiempo se empeñara en hacernos esperar.
Hasta que por fin era la noche previa a la boda y mis nervios estaban a flor de piel; no podía controlarlos. Pero más inquietante fue ver a Perth con su equipaje en mano y parecía listo para salir de casa; sin embargo, ¿adónde pensaba irse sin mí y sin nuestra bebé?
Narra Perth:
Ha sido un verdadero infierno compartir la cama con Saint durante todo este tiempo sin poder tocarlo, fue doloroso. Pensé que hoy tal vez podríamos estar juntos y desahogar la tensión sexual que se sentía entre ambos, pero una llamada de Del cambió mis planes.
- Hola Del.
- Hola Perth, ¿sabes qué noche es hoy?
- Ilumíname porque no te entiendo.
- No puedes dormir con Saint hoy, y no debes verlo hasta mañana en la ceremonia.
- ¿Me estás jugando una broma? ¡Porque es de muy mal gusto!
Entonces me explica la tradición y siento que me dará un paro respiratorio solo con saber que estaré lejos de Saint y de mi hija. Apenas me lo había dicho y yo ya empezaba a extrañar que el llanto de Kim me despertara en la madrugada para que le pusiera pañal limpio y que Saint la alimentara.
Pensé en negarme, no quiero estar sin eso, no quería estar sin mi familia; pero ya los arriesgué una vez, así que acepté. Ya fue bastante malo abusar de Saint y después, que por culpa de eso, pusiera en riesgo la vida de mi bebé durante aquella cirugía.
- ¿Me estás abandonando? ¿Ya no piensas casarte conmigo? - Le sonreí y contesté.
- Amor, eres lo mejor que me ha pasado. La única forma en que te deje plantado sería si muriera.
- No digas eso cuando nuestra boda se celebrará en algunas horas.
- Saint, estaré ahí, esperándote en el altar para ser una familia de una vez por todas. Pero es tradición que los novios no deben dormir juntos la noche previa a la boda.
Me acerqué a Saint para darle un beso que dejaba muchas expectativas sobre lo que pasara después de la boda. Luego, me fui a dormir al departamento de Sammy y Del fue muy amable en ofrecerse para no dejar solo a mi dragón en estos momentos que no debe estar solo con nuestra hija.
A la mañana siguiente no podía controlarme, mis piernas temblaban, mis manos sudaban, mi corazón añoraba verlo por un momento; quería saber que todo iba según lo planeado, y todo se calmó en mi interior, cuando Del llegó muy contenta.
- Saint quiere saber si no te has arrepentido.
- Dile a mi dragón que lo estaré esperando en el altar y que no se atreva a llegar tarde.
- Por cierto, agradécele a Sammy por su gusto exquisito; ya que mi sobrina se ve preciosa.
Fueron las últimas palabras que me dijo antes de irse de regreso con Saint y no lo dudo, porque mi bebé se ve hermosa hasta cuando respira. Fuimos directo al lugar donde la ceremonia se celebraría y lo primero que veo, es a Sammy con mi princesa en brazos y los anillos en una pequeña almohada.
Del tenía razón, mi Kim es la niña más hermosa del mundo; luego venían nuestros amigos, cada uno haciendo algo diferente. Hasta que por fin, veo a Saint asomarse con ese traje que combina perfectamente con el mío, del brazo de su madre, quien lo lleva a mi lado y me pide que lo haga feliz.
- Repitan después de mí. - Dijo el abogado.
- Yo, Perth Tanapon...
- Yo, Saint Suppapong...
- Te acepto a ti, para amarte y respetarte.
- En las buenas, en las malas y en las peores. - No pude evitar reír con lo que agregó.
- En la riqueza y en la pobreza.
- En la salud y en la enfermedad.
- Prometo que te amaré para siempre.
Nos dice que ya podemos besarnos y yo sin pensarlo dos veces, lo agarro de la cintura para traerlo más cerca y darle nuestro primer beso como esposos. Después de tanta emoción, terminamos en el banquete que escogieron Mean y Plan para disfrutar con todos los invitados.
Al finalizar toda la celebración, fue muy difícil para nosotros dejar a Kim, pero nuestras madres se ofrecieron a cuidarla en lo que regresábamos. Así que sabiendo que estaría en las mejores manos, emprendimos camino hacia esa luna de miel que tanto hemos esperado desde que nació nuestra bebé.
- ¿Nos tardaremos mucho en llegar? - Me preguntó Saint ansioso.
- Espera y lo sabrás...
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