CAPITULO 2

Suena el despertador a las 7:15 de la mañana, lo apaga.

Pasan los minutos y sigue sin despertarse.

7:25.

Su madre, Anastasia, entra en su habitación. Le intenta despertar pero ella no le escucha, está profundamente dormida. Le sube las persianas, le enciende la luz y deja la puerta abierta.

-Vas a llegar tarde, Laura. Despierta ya.- Le grita desde la cocina.

Por fin se levanta, va al baño, se lava la cara y baja a desayunar. Se encuentra a su padre, Juan Miguel, leyendo el periódico con una taza de café en la mano y a su madre desayunando.

-Buenos días.- Le da un beso a cada uno y desayuna rápido. Va a llegar tarde como casi siempre.

Todas las mañanas va a clase con su mejor amigo, Rubén. Suena el telefonillo, seguro que será él. Ya son las 8:00. Van a la misma clase y entran a las 8:15. Le abre, le da los buenos días y un beso en la mejilla.

-¿Todavía estás en pijama? Vamos tarde, date prisa.

-Si, si. Ya voy. No tardo.- Va a su habitación corriendo, se viste lo más rápido que puede, se lava los dientes, coge la mochila y sale de casa despidiéndose de sus padres.

Por el camino, no paran de hablar contándose cosas de ese fin de semana. Llegan al instituto, entran en clase y se sientan juntos. Son las 8:15, al final han llegado justo a la hora. Suena el timbre, ya están todos sentados pero no dejan de hablar. El profesor no ha llegado todavía, Laura mira hacia atrás, se da cuenta de que la silla está vacía. ¿No vendrá hoy?

Rubén se da cuenta de que ella no deja de mirar al sitio dónde se sienta David, el chico más popular del instituto. ¿Estará enamorada de él? No le ha dicho nada, y ellos se lo cuentan todo, así que sólo espera que no lo esté.

Llega el profesor de Filosofía, por desgracia. Estaba tardando tanto que todos pensaban que no iría, se llevan una decepción y todos se quejan en voz baja. El profesor manda callar y no se escucha nada durante toda la clase desde ese momento, sólo a él hablando y explicando a Sócrates. A nadie parece interesarle lo que el profesor está diciendo, pero a él sí que le interesa, le encanta estudiar, sobre todo la Filosofía. Pero la verdad es que se pasa todo el día mirando a la chica de la que no puede dejar de pensar desde que se dio cuenta de que lo que sentía por ella es amor, y no amistad.

La mañana pasa bastante rápida, y lo único que tiene ganas es de volver a casa, tiene mucha hambre y sueño.

Suena el timbre, 14:15, todo el mundo recoge muy rápido y salen de las clases, hay demasiada gente en los pasillos, a Rubén y Laura les cuesta salir del instituto, vuelven de camino a casa juntos.

Laura está muy callada durante el camino. Rubén intenta sacar conversación pero sólo recibe respuestas cortas y monosílabas, le molesta que no le cuente lo que le pasa pero no quiere agobiarla ni molestarle.

-Laura... ¿Te pasa algo? Estás muy rara hoy después del instituto.

-No, estoy bien.

-¿Segura? Antes de entrar al instituto estabas muy bien, ahora estas seria y casi no hablas. Sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿no?

-De verdad, que no me pasa nada.

No quiere insistir pero sabe que no está bien. Llegan a casa de Laura, se paran en la puerta y se miran. Ella se despide y saca las llaves. Él se queda mirándole.

-Oye, ¿Te gustaría quedar esta tarde? Podríamos ir a tomar algo, luego estudiar juntos para el examen del viernes.- Le dice Rubén, quiere animarle un poco.

-Está bien, luego hablamos por whatsapp para ver a la hora que quedamos. Adiós, Rubén.

-Hasta luego, Laura.

Se despiden y Rubén sigue el camino solo hasta su casa pensando en que le pasará a su mejor amiga. Alomejor tiene razón y no le pasa nada. 

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Hola, Amig@s!!! ¿Qué os ha parecido este nuevo capítulo? 

Os informo de que estaré subiendo capítulos nuevos los martes, jueves y domingos. Espero que os esté gustando.

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