¡Tercer capítulo! Ya está cerca el final!!

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Número desconocido. Suspiraste.
Decidiste cogerlo. Del otro lado escuchabas una respiración agitada.

¿E-estas bien?—

«Claro, como no iba a estar bien...» Pensaste mientras el dolor de tu muñeca se acentuaba.

Por favor, respond...—

Colgaste el celular y lo arrojaste al sofá.

No recordabas el momento en el que te habías arrodillado en el suelo, pero no tenías intención de levantarte.

— No...

Respondiste mirando el teléfono, que yacía apagado sobre un cojín.

~~~

Ibais caminando cogidos de la mano.

A Katsuki no le agradaba mucho hacer ese tipo de cosas por la calle, pero había accedido a hacer lo que tú quisieras por ese día, y tenías que aprovechar.

— Katsuki.

— ¿Sí, fea?

— ¿Tú serías capaz de hacerme daño?

Habías soltado la pregunta en un tono despreocupado, pero realmente tenías ¿miedo? de que Bakugou fuera capaz de hacerte algo malo. Pero eso no era posible, Katsuki te amaba tanto como tú a él.

— ¿Qué? ¿Qué clase de pregunta idiota es esa? ¡Por supuesto que no!

Sonreiste, esa era su forma de decir "nunca te podría hacer nada malo, te quiero".

Apretaste un poco su mano pegándote más a él.

— Te amo.

— Lo repites más que un maldito loro...Yo también te amo.

Le besaste la mejilla y seguisteis andando. Ya habíais comido y vuelto a casa para cambiaros, ahora ibais hacia la discoteca. Estaba un poco lejos, por lo que Katsuki había alquilado un coche, él ya tenía el carnet.

Os montasteis en el coche y os pusisteis los cinturones, te asustaba un poco ir en coche tan tarde, pero Katsuki sabe lo que hace y confías en él.

No iba demasiado rápido. Pero en ese momento le vibró el celular, era un mensaje.

Tú lo cogiste por él, pero al poner la contraseña no funcionó.

— ¿Has cambiado la contraseña?

— Eh, sí, pero no te preocupes, déjalo ahí, yo lo miraré después.

Le miraste un momento y devolviste el móvil a su sitio.

Volvió a vibrar. Otra vez. Y otra vez.

— Tal vez es importante, Katsuki.

Este suspiró y cogió el celular. Lo miraste algo asustada de que apartara la vista de la carretera.

Puso la contraseña y bajó la barra de notificaciones, suspiró y lo volvió a apagar.

— Es solo un grupo de WhatsApp.

Sin embargo el móvil empezó a sonar, lo llamaban.

Katsuki fue a cogerlo pero se lo quitaste, no ibas a dejar que usara el celular conduciendo.

— No vay...¿Quién es 'mi niña'?

Katsuki te miró sin responder.
La imagen de la llamada mostraba a una chica pelirroja, más o menos de tu edad. ¿"Mi niña"...? ¿En serio Katsuki te podía hacer algo así?

— Katsuki...

— No, no...yo...

Lo miraste y cogiste el teléfono, dejándolo en manos libres.

¿Suki? Amor, mañana no podré quedar, ¿Katsuki eres tú?—

Colgaste sintiendo un escalofrío atravesar todo tu cuerpo.

Katsuki te miraba sin decir nada. Te miraba...te miraba a ti, ¿entonces...?

Desviaste la vista hacia la carretera y solo alcanzaste a ver unas luces frente a vosotros y después solo escuchabas un fuerte pitido en tus oídos.

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Y, ¿Qué tal va?
Ya sé qué pensáis: "¡Katsuki no es así de capullo!" ¡Lo sé!
Tranquilos, ya se esplicará todo.