Capitulo 9
Jungkook emergía de entre los árboles, su figura imponente recortada contra el cielo teñido de un rojo sangriento. Sobre su hombro, colgaba el cuerpo inerte de un hombre, su ropa desgarrada y manchada de sangre. La Bestia caminaba con determinación, sus ojos como brasas ardientes escudriñando el camino hacia el río
Con cada paso, el peso del cuerpo muerto se hacía más evidente, pero la Bestia no mostraba señales de fatiga. Su mente estaba fija en una sola cosa: la necesidad de alimentarse. Al acercarse al río, un destello de movimiento captó su atención. Allí, en el agua hasta la cintura, estaba Taehyung, inmóvil y con la mirada perdida en la corriente.
La Bestia se detuvo por un momento, observándolo. Taehyung no parecía consciente de su presencia, sus ojos vacíos reflejando una tristeza y un dolor silencioso. El agua se arremolinaba alrededor de sus piernas, pero él no se movía, como si estuviera atrapado en un trance.
Jungkook dejó caer el cuerpo muerto al suelo con un ruido sordo y caminó lentamente hacia la orilla del río. Durante unos segundos que parecieron eternos, simplemente observó a Taehyung, sus pensamientos oscuros y turbios. Finalmente, sin decir una palabra, se dio la vuelta y regresó hacia el cuerpo. Había trabajo que hacer y un hambre voraz que satisfacer.
Dejó el cuerpo cerca del fuego y comenzó a prepararlo con movimientos precisos y desprovistos de emoción. La sangre goteaba lentamente al suelo, creando pequeños charcos oscuros. Mientras trabajaba, el olor metálico de la sangre y el crepitar de la carne en el fuego llenaban el aire, mezclándose con los sonidos nocturnos del bosque.
A medida que la carne se cocinaba, la Bestia se permitió un momento para mirar hacia el río. Taehyung seguía allí, inmóvil, como una estatua trágica en medio del agua. Algo dentro de la Bestia, una chispa de humanidad enterrada bajo capas de ferocidad y violencia, sintió una punzada de preocupación. Pero fue un sentimiento fugaz, rápidamente reemplazado por la necesidad imperiosa de saciar su hambre.
Finalmente, la comida estuvo lista. La Bestia arrancó un trozo de carne jugosa y lo llevó a su boca, masticando lentamente mientras sus ojos seguían fijos en Taehyung. Después de un rato, alzó la voz, su tono áspero y burlón rompiendo el silencio.
-¿Todavía te duele, Taehyung? -preguntó, una sonrisa siniestra curvando sus labios-. Parece que el río no puede borrar ese dolor.
Taehyung no respondió de inmediato. Lentamente, giró la cabeza para mirar a la Bestia, sus ojos oscuros llenos de una mezcla de sufrimiento y desafío. No había palabras en su respuesta, solo una mirada que hablaba de heridas profundas y cicatrices invisibles.
La Bestia soltó una carcajada, un sonido gutural que resonó en el aire nocturno.
-Pensé que el agua podría calmar tu dolor, pero parece que no es suficiente, ¿eh? -dijo, antes de volver a concentrarse en su comida.
El silencio volvió a instalarse entre ellos, pesado y opresivo. La Bestia continuó comiendo, su mente nuevamente enfocada en el acto primitivo de alimentarse. Cada bocado era un recordatorio de su poder y su dominio sobre el entorno.
Finalmente, Taehyung salió del agua, sus movimientos lentos y deliberados. Se acercó al fuego, su ropa empapada y pegada a su cuerpo, y se sentó junto a la Bestia. No dijo nada, pero la Bestia le ofreció un trozo de carne, que Taehyung aceptó sin palabras. Comieron en silencio, cada uno atrapado en sus propios pensamientos y demonios.
La noche avanzaba, y el fuego comenzaba a menguar, lanzando sombras danzantes sobre los dos hombres. La Bestia, ahora saciada, miró a Taehyung una vez más, la sonrisa burlona aún en su rostro.
-Recuerda, Taehyung, el dolor es parte de la vida. Y tú... tú estás aprendiendo a vivir -dijo, antes de recostarse junto al fuego.
Taehyung no respondió, pero sus ojos reflejaban una resolución
La noche se había asentado completamente, y las estrellas comenzaban a brillar tímidamente en el cielo oscuro. El fuego crepitaba, sus llamas lanzando sombras danzantes sobre los rostros de la Bestia y Taehyung. La tensión entre ellos era palpable, un hilo invisible que los conectaba en un silencio cargado de emociones no expresadas.
Taehyung finalmente rompió el silencio, su voz apenas un susurro al principio, pero cargada de una intensidad que no podía ser ignorada.
-Fuiste muy duro conmigo -dijo, sus ojos fijos en las brasas del fuego-. No merecía eso.
Jungkook se giró lentamente hacia él, su expresión inicialmente imperturbable. Pero algo en la voz de Taehyung, en la crudeza de su declaración, hizo que una chispa de reconocimiento brillara en los ojos de la Bestia.
¿Duro? -repitió la Bestia, su tono burlón suavizándose un poco-. La vida misma es dura, Taehyung. No puedes esperar suavidad soy una bestia y tampoco te quejabas que digamos.
Taehyung apretó las manos en puños, su frustración y dolor finalmente aflorando a la superficie.
-Pero tú... tú te aseguras de que el dolor sea aún más intenso -respondió, su voz temblando ligeramente-. No era necesario, no de esa manera. Yo... yo confiaba en ti.
La Bestia guardó silencio por un momento, sus ojos oscuros escrutando el rostro de Taehyung. Recordaba los momentos compartidos, las batallas libradas juntos, y las heridas, tanto físicas como emocionales, que habían acumulado a lo largo del tiempo.
-La confianza es un lujo, Taehyung -dijo finalmente, su voz más baja y reflexiva-. En este mundo, confiar en alguien puede ser tu mayor debilidad, no se que esperabas que te tratará como esa mierda del amor, estás muy equivocado
Taehyung negó con la cabeza, sus ojos brillando con una mezcla de tristeza y determinación.
-No es debilidad, es lo que nos hace humanos -replicó-. Lo que tú me hiciste... eso no era necesario. Me quebraste de una manera que no puedo describir.
Jungkook apartó la mirada, fijándola en el fuego una vez más. Sentía una extraña incomodidad, una sensación que no había experimentado en mucho tiempo. En el fondo, sabía que Taehyung tenía razón. Había sido cruel, más allá de lo necesario, y esa crueldad había dejado marcas profundas.
-Quizás tienes razón -admitió la Bestia, su tono más suave-. Pero lo hice y tú disfrutabas y bueno te sirve. Para que te hicieras más fuerte.
Taehyung soltó una risa amarga, un sonido que resonó con una mezcla de dolor y resignación.
-¿Más fuerte? -preguntó-. No sé si soy más fuerte o simplemente más roto, me rompiste el culo idiota
La Bestia no respondió de inmediato. Sentía el peso de sus acciones, las decisiones que había tomado y las consecuencias que habían traído. Finalmente, suspiró, un sonido que parecía arrastrar consigo años de carga emocional.
-No puedo cambiar lo que hice, ya te lo rompí Taehyung -dijo-. Pero puedo intentar ser diferente. No prometo nada, pero... intentaré.
Taehyung lo miró fijamente, buscando en sus ojos algún signo de sinceridad. Encontró algo, una pequeña chispa de arrepentimiento y una promesa de cambio. Asintió lentamente, aceptando lo que Jungkook podía ofrecer en ese momento.
-Eso es todo lo que puedo pedir -dijo suavemente.
El silencio volvió a caer entre ellos, pero esta vez no era tan pesado. Había una comprensión tácita, un reconocimiento de las heridas y una voluntad de seguir adelante, juntos. La Bestia no era perfecta, y Taehyung lo sabía.
Les dejo un nuevo capítulo
Espero les guste
La verdad me rei haciendo este capítulo 🥰💞
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