Capitulo 19
Los disparos resonaban detrás de él como una tormenta distante, pero sabía que ninguno de esos proyectiles podía herirle. Su piel, endurecida por la misteriosa fuerza que lo hacía invencible, repelía las balas como si fueran simples gotas de lluvia.
Sin detenerse a mirar atrás, se adentró más en el denso follaje. Los árboles altos y las sombras profundas le proporcionaban un refugio temporal. Aunque los militares no podían alcanzarlo con sus armas, Jungkook sabía que no podía confiarse. Ellos no se rendirían fácilmente.
Corrió entre los troncos, sus pies apenas tocando el suelo cubierto de hojas. El bosque se hacía más espeso y oscuro, pero sus sentidos agudizados le permitían moverse con seguridad. Cada crujido y susurro era una advertencia, cada sombra era un posible escondite.
Finalmente, tras varios minutos de frenética carrera, llegó a un pequeño claro. Se detuvo un momento para recuperar el aliento, sus ojos estaban escaneando el entorno en busca de cualquier señal de peligro. El canto de los pájaros y el murmullo del viento en las hojas eran los únicos sonidos que rompían el silencio.
Jungkook sabía que no podía quedarse allí por mucho tiempo. Necesitaba encontrar un lugar seguro para esconderse y planificar su próximo movimiento. Con determinación, se dirigió hacia una formación rocosa que había divisado en la distancia. Las piedras grandes y la densa vegetación ofrecían un refugio perfecto.
Mientras avanzaba, recordó las palabras de su mentor que tuvo cuando estaba encerrado: "Usa tu fuerza con sabiduría, Jungkook. Ser invencible no significa ser invulnerable al error". Esas palabras resonaban en su mente, recordándole que su poder debía ser utilizado con inteligencia.
Al llegar a las rocas, encontró una pequeña cueva escondida entre ellas. Era lo suficientemente grande como para que pudiera refugiarse, pero lo suficientemente pequeña como para no ser fácilmente detectable. Se deslizó dentro con cuidado, asegurándose de no dejar rastros de su presencia.
Sentado en la oscuridad de la cueva, Jungkook cerró los ojos y respiró profundamente. Sabía que tendría que enfrentarse a los militares nuevamente, pero por ahora, tenía un momento para descansar y pensar en su próximo paso. La lucha por su libertad y su destino acababa de comenzar.
Sentado en la oscuridad de la cueva, Jungkook sabía que no podía permanecer oculto por mucho tiempo. Sus enemigos eran numerosos y bien entrenados, y tarde o temprano encontrarían su rastro. Necesitaba un plan, uno que le permitiera enfrentarse a ellos de manera eficaz. Sabía que la única manera de salir de esta situación era eliminando a los militares uno por uno, hasta llegar a Tae, antiguo amigo convertido en traidor.
Jungkook sacó un pequeño mapa del área que había conseguido en su huida cuando uno de ellos lo acorraló. A la luz tenue de la cueva, estudió las posiciones conocidas de los militares. Sabía que estaban dispersos en pequeños grupos para cubrir más terreno, lo que le daba una ventaja. Podía atacar desde las sombras, usando su conocimiento del terreno y su fuerza sobrehumana para derribarlos uno a uno.
Primero necesitaba abastecerse. En su huida, había dejado atrás la mayoría de sus suministros. Recordó una cabaña abandonada no muy lejos de su posición actual, un lugar donde solía esconder provisiones por si acaso, dónde tae jamás supo. Decidido, salió de la cueva y se dirigió sigilosamente hacia la cabaña.
Llegar allí sin ser detectado fue más fácil de lo que esperaba. Los militares estaban demasiado enfocados en buscarlo en áreas más abiertas. Dentro de la cabaña, encontró lo que necesitaba: comida, agua, municiones y un cuchillo de combate bien afilado. Mientras empaquetaba los suministros, su mente seguía trabajando en el plan.
El primer grupo de militares estaba apostado cerca de un arroyo, a unos pocos kilómetros al este. Era un grupo pequeño, ideal para un primer ataque. Jungkook se movió con la cautela de un depredador, usando la cobertura del bosque para acercarse sin ser visto. Al llegar al arroyo, observó a los soldados desde una distancia segura. Eran cuatro, relajados, probablemente pensando que su objetivo estaba aún lejos.
Con una rapidez asombrosa, Jungkook se lanzó al ataque. El primer soldado cayó sin emitir un sonido, su cuello roto en un instante. Los otros tres apenas tuvieron tiempo de reaccionar antes de que él estuviera sobre ellos. En cuestión de segundos, todo había terminado. El arroyo, que antes susurraba pacíficamente, ahora corría rojo con la sangre de los caídos.
Mientras limpiaba la sangre de sus manos, supo que este era solo el comienzo. Tae y la gente no tenian piedad, y él tampoco podía permitírselo. Cada movimiento debía ser calculado, cada golpe certero. Tae estaría en el campamento principal, rodeado de los mejores hombres, pero Jungkook no tenía miedo. Su determinación era más fuerte que cualquier arma.
Con el primer grupo eliminado, se dirigió hacia el siguiente, su mente fija en su objetivo final. Sabía que no podía fallar. Cada paso lo acercaba más a Tae, y cada soldado caído era un paso más hacia la justicia y la venganza.
El bosque, testigo silencioso de su misión, parecía compartir su furia. La batalla por la libertad y la redención había comenzado, y Jungkook estaba listo para enfrentar cualquier desafío que se interpusiera en su camino.
En el campamento principal, Taehyung estaba sentado en una carpa improvisada, hablando con el encargado de la misión, el General Choi. La tensión en el aire era palpable, y los rostros de los oficiales reflejaban la frustración de no haber capturado aún a Jungkook, la "bestia", como lo llamaban.
El General Choi miró a Taehyung con seriedad.
-¿Estás seguro de que estás bien, Tae? ¿La bestia te lastimó de alguna manera?
Taehyung tomó un momento para responder, sabiendo que cada palabra debía ser cuidadosamente medida.
-Estoy bien, General. No me lastimó. De hecho, la gente de la tribu cercana me ayudó. Me encontraron y me brindaron refugio hasta que pude regresar.
El General Choi frunció el ceño, claramente desconfiado.
-¿La tribu? Sabemos que son reacios a involucrarse en asuntos. ¿Por qué te ayudarían? ¿Estás seguro de que no encubres algo?
Taehyung mantuvo la calma, a pesar de que su corazón latía con fuerza.
-Sí, señor. La tribu me ayudó porque conocen la amenaza que representa Jungkook. Saben que si él no es detenido, todos estamos en peligro. Les prometí que les protegeríamos a cambio de su ayuda.
El General Choi lo observó por un largo momento antes de asentir lentamente.
-Muy bien. Pero necesito que te mantengas alerta, Tae. No podemos permitirnos errores. Jungkook es peligroso y no se detendrá ante nada.
-Lo sé, General. Estoy listo para lo que venga,- respondió Taehyung con determinación, aunque en su interior sentía una mezcla de miedo y culpa. No podía permitir que descubrieran la verdad: que él había conocido a Jungkook desde antes, y que su vínculo iba más allá de simples enemigos.
Cuando la reunión terminó, Taehyung salió de la carpa y se dirigió hacia su tienda personal. Necesitaba tiempo para pensar y planificar sus próximos movimientos. Sabía que Jungkook no se detendría fácilmente y que cada segundo contaba.
Dentro de su tienda, Taehyung se dejó caer en una silla y cerró los ojos. Recordó los días en los que él y Jungkook eran amigos, antes de que todo se complicara. Sabía que Jungkook no era simplemente una bestia; era un hombre con razones y sentimientos. Pero ahora, estaban en lados opuestos de una guerra que ninguno de los dos había elegido.
Taehyung sabía que debía encontrar una manera de detener a Jungkook sin traicionar sus propios sentimientos. Era una línea delgada y peligrosa, pero no tenía otra opción. Debía proteger al equipo y, al mismo tiempo, encontrar una manera de salvar a su viejo amigo.
Esa noche, mientras el campamento dormía, Taehyung trazó un mapa mental de sus próximos pasos. Sabía que el enfrentamiento final con Jungkook era inevitable, y debía estar preparado para cualquier cosa. La batalla no solo sería física, sino también emocional, y en el fondo, Taehyung sabía que el verdadero desafío sería enfrentar sus propios sentimientos hacia Jungkook.
La luna brillaba sobre el campamento, y en algún lugar del bosque, Jungkook también se preparaba para el próximo movimiento. Ambos sabían que el destino los llevaría a un enfrentamiento inevitable, donde solo uno podría salir victorioso.
Les dejo un nuevo capítulo
Espero les guste
🥰💕
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