Capitulo 17
Tae siguió a Jungkook por el oscuro bosque hasta llegar a dónde estaba,tratando de alcanzarlo.
-Jungkook, lo siento de verdad -dijo Tae, acercándose con cautela.
Jungkook dio un par de pasos hacia atrás, mirando fijamente a Tae.
-Solo aléjate, Tae, o no respondo de lo que pueda hacer -advirtió Jungkook con voz tensa y fría.
-Por favor, perdóname. Solo quería ayudarte, lo juro -rogó Tae, con los ojos llenos de pesar.
Un destello de furia cruzó el rostro de Jungkook, su mandíbula apretada con fuerza.
-Los humanos siempre piden perdón demasiado tarde, cuando el daño ya está hecho -masculló Jungkook con amargura.
-No puedes seguir así, Jungkook -dijo Tae con voz entrecortada, combinando tristeza y determinación-. Te estás lastimando a ti mismo y a quienes te rodean.
-Ustedes son los que me lastiman, y nunca les ha importado -respondió Jungkook con voz ronca, llena de resentimiento.
-Jungk...
Antes de que Tae pudiera decir algo más, Jungkook lo interrumpió bruscamente.
-No digas nada más, tus palabras vacías no significan nada. El daño ya está hecho, y ten por seguro que el día que no te quites de mi camino será un error que lamentarás. y escúchame muy bien, maldito el día que no te mate y confíe en ti.
Con esas palabras, Jungkook se alejó rápidamente, dejando a Tae con el corazón lleno de dolor y el alma herida, deseando que las cosas pudieran ser diferentes.
El sol comenzaba a ocultarse en el horizonte, bañando el cielo con tonos de naranja y púrpura. Jungkook, caminaba lentamente por el sendero del bosque. Su corazón pesaba más que nunca después de la intensa conversación que acababa de tener con Taehyung.
El encuentro con Taehyung había sido devastador. Las palabras del que era su compañero resonaban en su mente, golpeando una y otra vez como martillos implacables.
–No puedes seguir así, Jungkook -había dicho Taehyung con una mezcla de tristeza y firmeza-. Te estás destruyendo a ti mismo y a todos los que te rodean
Jungkook había intentado defenderse, justificar sus acciones, pero las lágrimas en los ojos de Taehyung lo habían desarmado. Había visto el dolor y la desesperación en su mirada, y eso lo había hecho cuestionarse todo.
Ahora, mientras se adentraba más en el bosque, lejos de la civilización y de aquellos que lo conocían, Jungkook sentía cómo una tormenta de emociones se desataba dentro de él. Su mente era un torbellino de pensamientos contradictorios y su pecho parecía a punto de estallar.
-¿Qué estoy haciendo con mi vida?, -se preguntaba una y otra vez en voz alta.
La imagen de Taehyung, desolado y con los ojos llenos de lágrimas, no dejaba de perseguirlo. Recordó sus momentos juntos, las risas compartidas, las promesas hechas en noches de camaradería. Pero también recordó las discusiones, las decepciones y el dolor que había causado.
Por primera vez en mucho tiempo, Jungkook sintió una punzada de verdadera tristeza. Las lágrimas comenzaron a acumularse en sus ojos, y pese a sus esfuerzos por contenerlas, finalmente se deslizaron por sus mejillas. Sentía una mezcla de impotencia y liberación. Era extraño para él, alguien conocido por su dureza y su capacidad de ocultar sus emociones, dejarse llevar por el llanto. Pero en ese momento, no podía hacer otra cosa.
Se detuvo junto a un arroyo y se dejó caer en el suelo, permitiendo que sus lágrimas fluyeran libremente. El sonido del agua corriendo parecía acompañar su tristeza, y el viento susurraba palabras de consuelo que apenas podía escuchar. Jungkook se quedó allí, solitario en su dolor, recordando cada momento significativo de su vida con Taehyung.
Después de lo que pareció una eternidad, las lágrimas comenzaron a secarse. Jungkook se puso de pie y miró su reflejo en el arroyo. Ya no veía a la bestia implacable que todos temían. En su lugar, veía a un hombre herido, pero también a alguien que buscaba desesperadamente una salida, una oportunidad para cambiar.
La conversación con Taehyung había sido un punto de inflexión. Jungkook sabía que no podía seguir viviendo de la misma manera. Necesitaba tomar una decisión que cambiaría su vida para siempre. Y mientras miraba el horizonte, una idea comenzó a tomar forma en su mente.
-Debo dejar todo atrás,- pensó.
La vida que había llevado hasta ahora, con sus batallas y conflictos, ya no tenía sentido para él. Necesitaba encontrar su propia paz, su propia libertad, lejos de las expectativas y las presiones que lo habían agobiado durante tanto tiempo.
Con una determinación renovada, Jungkook respiró profundamente y comenzó a caminar de nuevo. Esta vez, no miró atrás. Sabía que estaba dejando atrás a Taehyung y a todos los que habían sido parte de su vida, pero también sabía que era la única manera de encontrar su verdadera libertad.
El camino por delante era incierto, lleno de desafíos y soledad. Pero por primera vez en su vida, Jungkook se sentía listo para enfrentarlo. Era un nuevo comienzo, una oportunidad para redescubrirse y vivir sin las cadenas que lo habían atado durante tanto tiempo.
Y así, con el corazón más ligero y la mente clara, Jungkook se adentró en el bosque, decidido a ser libre al fin, sin Taehyung, pero con la esperanza de encontrar una nueva razón para vivir.
Mientras Jungkook avanzaba por el bosque en busca de su libertad, en las afueras de la ciudad, los militares habían comenzado la búsqueda. Helicópteros surcaban el cielo, equipos de búsqueda peinaban el terreno y la tensión se palpaba en el aire. La desaparición de Jungkook, la bestia temida por muchos, no pasaba desapercibida.
En medio de la agitación, Taehyung observaba desde una ventana desde la tribu cómo los helicópteros militares sobrevolaban la zona. Un nudo se formó en su estómago al darse cuenta de lo que significaba: la búsqueda de Jungkook había comenzado. Preocupado por su amigo, Taehyung sabía que la situación era grave. Sabía que Jungkook era capaz de sobrevivir en la naturaleza, pero también conocía sus demonios internos y sus luchas personales.
Sin dudarlo, Taehyung tomó una decisión. Salió de la tribu y se dirigió hacia el punto donde se había visto por última vez a Jungkook. A medida que se acercaba al bosque, el sonido de los helicópteros se hacía más fuerte. La ansiedad lo invadía, pero también una determinación férrea de encontrar a su amigo, pase lo que pase.
Finalmente, llegó al borde del bosque. Los militares estaban desplegando sus equipos de búsqueda, coordinando sus esfuerzos para cubrir la mayor cantidad de terreno posible. Taehyung se acercó a uno de los oficiales y preguntó por Jungkook. La mirada del oficial era seria, pero también mostraba un destello de comprensión.
-Lo estamos buscando, pero es un terreno complicado -dijo el oficial-. Necesitamos encontrarlo lo antes posible.
Taehyung asintió, agradeciendo la información. Sin embargo, en su corazón, sabía que debía hacer algo más. Conocía a Jungkook mejor que nadie, sabía dónde podía estar, dónde encontrarlo. Sin pensarlo dos veces, se adentró en el bosque, ignorando las advertencias de los militares.
A medida que avanzaba entre los árboles, Taehyung recordaba los momentos compartidos con Jungkook, la fuerza y la vulnerabilidad que había visto en él. Sabía que Jungkook estaba luchando contra sus propios demonios, pero también sabía que tenía un corazón noble y valiente.
Finalmente, en un claro del bosque, Taehyung vio a lo lejos una figura familiar. Era Jungkook, de pie frente a un arroyo, mirando fijamente el horizonte. Su apariencia era diferente, más tranquila y serena que nunca. Taehyung corrió hacia él, con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho.
-¡Jungkook! -llamó Taehyung, con la voz llena de emoción.
He vuelto
Aquí les dejo un nuevo capítulo
Espero que les guste
🥰💕
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