Shion llegó a casa de su vecina y le dio los dulces que su madre había preparado para su hija.

-Muchísimas gracias señorito Shion, mi hija se alegrará al probar tal manjar- ella le miró y sonrió de manera encantadora, Shion no pudo evitar devolverle la sonrisa.

-No hay de qué, espero que se recupere su hija pronto- Respondió mientras miraba como el pequeño ratón marrón salia del bolsillo -debo irme ya, nos vemos luego- Se despidió con la mano y se fue mientras la mujer cerraba la puerta.

Hoy era un día importante para él y el pueblo, cada año se celebraba el final de todo lo que sucedió con esas extrañas abejas que salían del cuerpo de la gente. Le gustaba esa fiesta, todo lo que sucedió en ese tiempo solo se quedó entre él y Nezumi, solo ellos pudieron salvarse de aquel infierno. Aunque se sentía triste por su amiga, siempre Nezumi lo animaba.

-Nezumi....- Susurró mientras cogia el pomo de la puerta. Al entrar, vio a su madre, que lanzaba confeti.

-¡Felicidades Shion!- dijo mientras aplaudia. Claro, ella siempre celebraba la victoria de su hijo por esta ciudad, a Shion le hacia muy feliz, porque su madre ocupaba esa parte del corazón que Nezumi rompió, si eso podía llamarse romper.

-Gracias mamá- Dije mientras sonreía feliz.

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Era de noche y una fuerte lluvia empapó la ciudad. Contemplaba desde el cristal esa lluvia.

Habían tantos recuerdos, tantos sentimientos..... Y sin más desaparecieron como el viento.

-Nezumi.... ¿Dónde estás?- pensaba hacia mis adentros mientras que mis mejillas se humedecían debido a las lágrimas que por fin logre sacar de todo este día, fue uno de los mas duros.

Tenía una mezcla de rabia y tristeza que se apoderaba de mi, quería chillar, quería desahogarme todo lo que pudiera, así que, como hice la última vez, abrí la puerta hacia el balcón. Caminé descalzo hasta la barandilla y me quedé mirando la nada. Mientras la lluvia empapaba todo mi ser y los truenos resonaban al compás de mi respiración nerviosa, los recuerdos borrosos de mi mente volvieron a aparecer.......

"¿Bailamos Shion?" "¡Debes de elegir de una vez! ¿Yo o ella?" "Shion...." "¡Shion!" "¡No le pongas nombres a los ratones!" "Será mejor que no vengas" "¡Shion basta!" "Volveré pronto...."

Grité como si la vida dependiera de ello, anhelaba su cantar, sus bailes, las risas y.... Aquellos dos besos, que aunque fueron tristes, nunca los olvidaría.

-"Shion...."

Dejé de gritar y mi mirada se quedo fija en el poste que tenia delante de casa. Esa voz parecía.....

Todas mis preguntas se anularon cuando aquella persona de vestimenta oscura se quitó la capucha de su chaqueta.

-No puede ser..... ¿Nezumi?- Dije entre atónito y confuso.