TAKEMICHI HANAGAKI | Alguien Más
Alguien Más – Sebastián Losa
Tu cansada figura yacía sentada en un banco frente una grande mesa de costura, en donde había diferentes cosas que desconocías su nombre, no sabías mucho de costura, moda, diseño, etc. Tu área era otra.
Estabas con tu cabello recogido en una pinza, este denotaba que ya lo habías hecho un sinfín de veces, ya que se encontraba despeinado y alborotado, en otra situación te importaría arreglarlo, pero no ahora, estas muy cansada para ello.
Sueltas un bostezo mientras miras la ropa ya elaborada y terminada que estaba en los maniquíes, así como diste una vista detenida al establecimiento en donde te encontrabas.
Estabas en la boutique de Mitsuya, te había pedido de favor si podías ser su modelo de ropa para unas prendas que el necesitaba diseñar y quería tus medidas, era obvio que le dirías que sí, solo con una condición, que a cambio te hiciera más uniformes de enfermería para tu trabajo.
Takashi estaba situado al otro extremo de la mesa, ensimismado con su máquina de coser pasándola una y otra vez por diferentes lugares, como al mismo tiempo quita alfileres que sostenían los pedazos de tela. Sus movimientos son tan fluidos debido a la práctica que tiene, se nota como ama su trabajo porque todo lo hace con una delicadeza y precisión, sus manos parecen hipnotizarte, logrando eso, divagas en tus pensamientos yendo al pasado.
Eras amiga de la ToMan desde hace años, desde adolescentes, estuviste con ellos cuando fundaron su pandilla viéndolos crecer, así como cada vez llegaban más miembros a ella, hasta que llego él.
Desde que viste a Takemichi sentiste una atracción hacia él, no sabes si fue amor a primera vista o que seria, pero desde ese entonces no pudiste sacarlo de tu cabeza. Cuando te enteraste que el tenia pareja, sabias que él quería demasiado a Hina, su novia, ahí te decidiste a no hacer nada, solo dejar que el tiempo pasara y si el destino quería, serian amigos o algo más.
En ese entonces rubio teñido conservo con el pasar de los años una naturaleza amable, ya fuera contigo o con quien lo rodeaba, esa era una cualidad que te gustaba de él, sin embargo, conforme lo conocías y el tiempo, viste como en ciertas ocasiones el rubio se comportaba diferente, como si fue un adulto.
La razón solo era sabida por los fundadores, capitanes y vice capitanes de la ToMan, no sabías sobre los viajes del tiempo, nunca te lo dijo él ni nadie, se mantuvo como un secreto interno, que un grupo selecto de personas conocían esto y de ahí no salió una sola palabra.
En aquellos tiempos, tú eras la enfermera de los capitanes y vice capitanes de las divisiones, evidentemente Takemichi era malo peleando, por lo que, lo veías seguido para curarlo de sus heridas, ahí fue donde se empezaron a conocer más y más.
Así fueron descubriendo más el uno del otro, como al mismo tiempo los sentimientos en tu interior crecían por ese chico de ojos azules llenos de esperanza y luz.
Una vez que ya tenían la suficiente confianza en ambos, decidiste confesarte.
Cuando pronunciaste "Takemichi... tú me gustas", el mencionado se convirtió un manojo de nervios, al igual que se sonrojo demasiado y tartamudeaba el querer hablar, su reacción causo ternura en ti.
Lo calmaste de inmediato, le hiciste saber que no tenía que corresponder a tu querer, sabias que no había cabida en su corazón para ti más que como una amiga y que estabas bien con eso. Solo querías ser honesta con él, sincerarte, porque conforme convivían se sentía falso para ti hacerlo cuando había una verdad sin decir.
Ante tu confesión y resignación a su amor no correspondido, dejo un lio de emociones en él. Quería a Hina, la quería ver bien, feliz y sobre todo viva, no obstante, confirme los viajes en el tiempo que hizo y todo lo que tuvo que pasar, se dio cuenta de algo, eso era de que solo le gustaba la idea de ella como novia, ya no habían muchos rastros de amor romántico en él.
Una parte de él, mas especifico, de su corazón, la querría por siempre, o al menos tendría un lugar especial en su memoria porque fue su primer amor, ese nunca se olvida.
Takemichi decidió hacerse más cercano a ti, quería comprobar si solo se sentía confundido, tal vez solo era una mala pasada que su corazón le estaba haciendo o de verdad ya no le gustaba ni quería románticamente a Hina.
Haciendo que ahora ese lugar lo ocuparas tú en su corazón.
Con el tiempo se dio cuenta de sus sospechas eran ciertas, tú le gustabas, te quería a ti ahora, mas no sabía qué hacer, estaba entre la espada y la pared, lo que quería y lo que debía hacer, estaba en un dilema entre su deber de salvar a todos o seguir su corazón. Opto por la primera, esperando que la segunda se acople al plan inicial.
En cada viaje del tiempo que hacía, no pudo evitar que su amor por tu creciera en su interior, tenía el privilegio de ver y apreciar cada etapa tuya así como nuevas facetas, fue testigo de cómo pasaste a ser una algo tímida pero amigable adolescente que ayudaba a sus amigos pandilleros busca pleitos con sus heridas, para después verte como estudiante de medicina, en donde varias ocasiones te saco del asfixio de estudio para que pudieras despejar tu mente y disfrutaras la vida, por último, verte trabajando de enfermera, logrando uno de tus sueños.
Así como vio como creciste a nivel personal, logrando tus metas, también aprecio los cambios físicos que tuviste.
Era hombre, tenía que admitir el hecho de que te volviste más atractiva que antes, teniendo más curvas que todo hombre desearía poder acariciar.
Aun así, él no te veía así, con morbo, solo admiraba lo bella que eras.
Nadie te había gustado como el, no podías olvidarlo del todo, fue y es tu primer amos no realizado, que nunca tuvo principio como tampoco un final.
..............................................................
Mitsuya te saca de tu trance al tomarte por los hombros.
-¿Rui?- llama mientras te ve a los ojos con una expresión de leve preocupación. -¿Estas bien?, te llame varias veces pero no respondiste-
-Tranquilo- tomas sus manos que aun sigues en tus hombros y las quitas gentilmente. –Estoy bien, solo estoy cansada, es todo-
-Bien, ¿Cómo va todo en el trabajo?- pregunta mientras se aleja de ti y camina de un lado a otro buscando diversas cosas.
-Un poco ajetreado pero no me quejo, me gusta mi trabajo- respondes en una sonrisa, cosa que el también hace.
-Lo sé, oye- volteas a su dirección. -¿De qué color quieres tus uniformes?-
-De preferencia colores oscuros pero puedes añadir otros colores si quieres-
-De acuerdo, ven, voy a tomar tus medidas- te levantas del asiento en donde estabas y caminas a el que ya tiene una cinta métrica en su mano. –Párate derecha por favor- haces caso a su pedido y llevas tu vista al aparador, en donde tiene varios vestidos de novia.
Está midiéndote de nuevo, ya que has bajado de peso debido a las largas jornadas de trabajo que llegas a tener, las horas de no comer adecuadamente, falta de descanso y el tanto caminar, correr y estar parada en el hospital surgieron efectos.
Sientes las manos de Mitsuya sobre tus brazos, hombros, muñecas, hasta que llega al área de tus pechos, en donde parece ponerse nervioso a que pueda tocar de más, pero no le das importancia.
En cierta parte se te hace normal, siempre ha sido conocido por su amabilidad, paciencia y comprensión, además de ser un caballero con las mujeres, tal vez solo no quería incomodarte al tocarte por accidente.
Finaliza de tomar las medidas correspondientes y tú aun conservas la mirada en aquellos vestidos. El dirige la mirada a donde apunta la tuya.
-¿Te gustan?- pregunta mirando tu cara apreciando tu perfil que está a su vista.
-¿Es una broma?, son hermosos, haces arte con tus manos- ahora diriges tu mirada a él, que se ilumina ante tu alago.
-No es para tanto- se aleja de ti guardando la hoja en donde anoto todo.
-No seas tan humilde- sueltas una pequeña risa. –De verdad me gusta tu trabajo- vuelves a sentarte en tu lugar de antes como el, quedando de frente.
-El tuyo es más admirable- dice mientras te mira con admiración y dulzura. –Tu salvas vidas, por mas cansada que estés siempre vas por ahí con una sonrisa en tu rostro y siempre estas para tus amigos, así como ahora-
-Me veo demacrada- sueltas en una risa. –Nadie notaria algo bonito en mí, pero gracias- terminas de hablar y vuelves a agarrar tu cabello con la pinza volviéndolo a acomodar.
-No es cierto- solo puedes responder con una mirada tierna así como el.
Se quedan en un cómodo silencio por unos minutos hasta que el decide romperlo.
-¿Qué tal vas con el chico que salías?- sueltas un bufido de inmediato ante la pregunta.
-No funciono- sueltas en un suspiro llevando tu cuerpo a la mesa, una mano la pones ahí que utilizas como soporte para reposar tu cabeza.
-¿Por qué?- cuestiona intrigado.
-No comprendía que mi trabajo es primero y que no podía estar a su disposición-
-Es un imbécil por no entender ese único concepto- comenta a tu explicación.
-Aparentemente es difícil encontrar a un hombre que comprenda mis necesidades y que esté dispuesto a acoplarse el uno al otro- no son tan altas mis expectativas.
-Tal vez no sea tan difícil como piensas... solo no has encontrado al indicado o no ves bien tu entorno-
Te confundes, no sabes a que se refiere exactamente, ya que pareciera como si estuviera hablando de alguien, piensas preguntarle qué a que se refiere pero la puerta del local es abierta dejando oír voces.
Giras tu cabeza para ver quiénes eran, a tu vista llegan Yuzuha, Hakkai, Draken, Chifuyu, Hina y Takemichi, quienes vienen conversando entre sí.
Draken es el primero que entra y por ende, te saluda. Procedes a levantarte de donde estabas sentada y lo saludas abrazándolo, haciendo lo mismo con todos, dejando al final a Takemichi.
Hace tiempo lo has notado especialmente cerca de ti, pero no te haces esperanzas ni mucho menos, es un hombre comprometido, uno que solo realizaba la labor de amigo.
-¿Cómo has estado Rui? Hace tiempo no nos vemos- pregunta Draken.
-Cansada pero bien- respondes mientras te sientas de nuevo.
-Te ves más delgada, ¿Segura que todo está bien?- el que hablo esta vez fue Chifuyu, ese hombre siempre se preocupa por todos.
-Si Fuyu- ríes un poco. –Me cambiaron de turno y me estoy acostumbrando, solo eso- mientras hablabas, un pelinegro de ojos azules te miraba preocupado, le diste una suave sonrisa, haciéndole entender que todo estaba bien que no tenia de que preocuparse.
-En fin, ¿Qué hacen aquí?- la curiosidad te estaba ganando.
-Hina se probará su vestido para boda- responde Hakkai.
Una vez más el destino te recuerda que ese hombre pelinegro de ojos azules no será tuyo, lo cual duele, mas logras disimularlo.
-¡Oh cierto!, ya no falta nada para la boda- en cierta parte estas emocionada, no eres muy allegada a Hina, mas no es impedimento para poder alegrarte por ella, que si va a poder estar con su amor verdadero.
A pesar de que hablaste animada, tu mirada reflejaba melancolía, cosa que solo Takemichi noto.
-¿Y tú, que haces aquí?- pregunto Matsuno.
-¿Yo? A bueno, Mitsu me pidió que si podía venir para ser su modelo, necesitaba unas medidas, le dijo que si pero a cambio me hiciera unos uniformes- sonríes con una falsa inocencia al final, lo cual provoca risas en los demás.
-Te aprovechas de su amabilidad- reprocha el más alto de todos, el que tenía un tatuaje en la cien de su cabeza.
Querías responder ante lo que menciono pero te ves interrumpida.
-Nada de eso- replica Mitsuya que había estado buscando algo y volvió con una bolsa en mano. –Me parece un trato justo, aparte no me molestaría nada viniendo de Rui- termina de hablar y te sonríe ampliamente a lo que correspondes.
-No soy muy buena en esto, pero creo que ya está- la voz de Yuzuha resonó en el lugar, dando aviso a que Hina ya estaba lista.
Yuzuha abre la cortina del vestidor dejando ver a Hina, reluce su hermoso vestido blanco con flores, su vestido de boda y se ve radiante en el.
Algo dentro de ti se rompe, pero ni tu misma sabes que es, observas como Takemichi la mira embobado, logrando que te sientas aun peor, por eso, decides que lo mejor es retirarte y descansar, tal vez solo sea el cansancio hablando.
Tomas tus cosas en silencia y te acercas disimulada a Mitsuya.
-Ya me voy, solo si ya no necesitas nada, quiero descansar- justificas tu temprana salida.
-Ya es todo no te preocupes, pero espera un poco más- se levanta de su asiento a recoger la bolsa que busco con anterioridad, vuelve a ti y extiende la bolsa que tiene algo dentro, sin embargo, no sabes que es. -¿Puedes medírtelo antes de que te vayas?-
-Claro- dejas tu mochila en la mesa y vas al otro vestidor disponible algo confundida.
De la bolsa sacas un hermoso vestido azul rey, era de tirantes delgados, algo escotado pero uno fino haciendo relucir con elegancia tus pechos, era largo con una abertura en la pierna derecha dejando ver tu pierna al caminar, también en el largo tenía una fina tela con brillos algo transparente haciéndolo lucir elegante y minimalista, justo tu estilo, se notaba que te conocía bastante.
Este vestido es bellísimo.
Empiezas a quitar tu uniforme, porque si, apenas saliste de trabajar, fuiste al estudio de Takashi, quitaste aquellas prendas de tu cuerpo para dar paso al magnifico vestido.
Cuando terminaste de ponerlo te miraste al espejo, lucias bonita, tenías que admitirlo, quitaste la pinza de tu cabellera, que cayó como cascado sobre tu espalda.
-Este vestido es hermoso Taka- hablaste aun en el vestidor, estabas arreglando tu cabello para que no se viera tan desordenado.
Los demás presentes incitan a que salieras del probador y así lo hiciste, corriste la cortina para que los demás te pudieran ver.
Te ganaste múltiples halagos de tus amigos, en especial de Mitsuya. Takemichi te dijo que te veías bellísima, lo cual significo demasiado para ti, pero lo que más te agrado fue que su mirada se ilumino demasiado al verte, como si hubiera visto lo más preciado en este mundo.
El artista de esta obra de arte, se acercó a tu lado extendiéndote una mano para que la tomes, una vez que lo haces te da una vuelta sobre tu eje, dando un espectáculo a los demás, simplemente te veías preciosa.
-Te quedo magnifico Mitsu- elogias al de cabellos lilas con mechones negros.
-Es para ti- proclama en una sonrisa, no obstante, te sorprendes ante lo que dijo.
-¿Que? No, no puedo aceptarlo, es demasiado trabajo invertido para que simplemente me lo des a mí- según tú, no eras merecedora de algo tan bonito, todo lo contrario a lo que pensaban dos personas.
-Lo hice para ti, está hecho a tu medida, no podría ser de nadie más que para ti- sus palabras sinceras provocan una serie de emociones en ti, por lo que, lo abrazas.
-Gracias- antes de separarte completamente de su abrazo, dejas un beso en su mejilla y terminas de deshacer el abrazo, dejando a un Mitsuya sonrojado.
Vuelves a entrar al vestidor para volver a tu ropa habitual.
Takemichi, que presencio esa escena entre dolido y celoso, ya que él nunca te podría ver de esa forma, no podría abrazarte con esa intensidad, mucho menos besarte, aunque fuera en la mejilla, no sin levantar sospechas. Le daba felicidad saber que tal vez el de cabellera lila te podría hacer feliz, así como a él le hubiera gustado hacerlo contigo.
Nuevamente sales, ya vestida con lo que tenías puesto con anterioridad y la bolsa del vestido en mano, recoges tu mochila de donde la dejaste y dices un "Adiós" general a todos y te vas.
..............................................................
Llegas a tu departamento e inmediatamente te das una ducha para relajar tu cuerpo como también quieres sacar de tu mente sus hermosos ojos azules de tu cabeza que muchas veces te han robado el sueño.
Sales de la lluvia ficticia poniéndote ropa cómoda, un pans gris con una blusa negra fue la elección perfecta para estar el resto de tu día en tu hogar.
El vestido que te regalo Mitsuya, lo cuelgas en tu armario para que no se arrugue, por enésima vez, lo admiras, no creyendo que el pudiera haber hecho algo así para ti.
Sigues con algunos deberes que tenías pendientes en tu hogar, aunque estas se vieron interrumpidas por el timbre de tu departamento, te extrañaste, no esperabas visitas y casi nadie iba a tu hogar.
Abres la puerta topándote con Takemichi que trae ramen en unas bolsas.
-Hola- saludas sorprendida, te haces a un lado para darle pase al interior.
-Hola, ammm yo... traje ramen, y-yo quiero que comas bien así que compre para comer juntos- ríes un poco.
Que tierno eres.
-Claro- le quitas la bolsa para llevarla al living en donde comerán.
Pasan una agradable tarde juntos, comiendo, riendo, platicando, donde también hay señales consientes o inconscientes que ambos emanan, no saben si hacer caso a su llamado o seguir engañándose e ignorarlas.
Están viendo la tele hasta que él te llama haciendo que tu atención ahora se centre en él.
-Rui...- llama por lo bajo.
-¿Qué sucede?- volteas en su dirección prestándole atención.
Notas como está empuñando sus manos, como si quiera tomar valor, como al mismo tiempo se sonroja, aun así, después de unos segundos habla.
-T-tu... ¿A-aun me quieres?- termina de hablar y posa sus orbes azules en ti, no puedes negar que te sorprendió su pregunta.
-Nunca te olvide... trate de estar con otras personas pero nadie se compara a ti- llevas una mano a la suya acariciándola a modo de reconforte, ya que por alguna razón se ve en un debate mental.
-Yo también te quiero- responde.
-No es necesario que me reconfortes Take, yo conozco mi lugar en tu vida y este es solo de una amiga- el que tu siguieras en esa resignación lo molesto así como le dio valor.
-No- tomo ambos de tus manos juntándolas con las suyas.
-¿De qué hablas?- preguntas confundida.
-Estoy enamorado de ti- enuncia, provocando que quedes en shock. –Lo estoy desde hace mucho, solo que nunca había tenido el valor de admitirlo y decirlo, pero ya es demasiado tarde para admitirlo.
No es cierto.
-Sé que quiero a Hina, solo que ya no es de la misma manera, ahora la que ocupa su lugar eres tu- no sabes que decir, simplemente no esperabas eso.
Das un apretón a sus manos provocando que sus orbes se posen en ti, porque debido a su confesión, bajo la cabeza entre arrepentido y avergonzado.
-Yo no encuentro la manera, voy por la vida esperando a que me quieras, llevando eterno el corazón roto- suspiras ya que sientes como tu voz se empieza a quebrar.
-Y no sé cómo librarme de ti, es que es tu culpa que hace meses no pueda dormir- ves como él ya está derramando gotas cristalinas de sus ojos, ante el miedo y sentimientos de que desgraciadamente ustedes no pueden ser.
Miras sus ojos mirándolo afligida.
-Porque ya no me hace bien compararte, pero cuando salgo no paro de buscarte- llevas una mano a su cabellera y lo peinas suave. –No eres tú, tu pero tienen tu pelo y es lo más cerca que estuve de tenerte-
Posas ambas de tus manos en sus mejillas acunándolas mirándolo al igual que el con ojos vidriosos.
-Cada día que tu no estas crece mi adicción- juntas sus frentes y el también lleva sus manos a tus mejillas. –Tengo que calmar esta adicción, pero no puedo, no quiero aceptar que nuestro tiempo pasó- dices eso ultimo con un gran dolor.
Todo sucede mientras tienen juntas sus frentes, con los ojos cerrados, teniendo un momento muy íntimo y especial, tal vez el mejor de todos.
Separas sus cuerpos y lo miras con amor pero al mismo derramando lágrimas, él te mira de la misma manera, aunque a se le nota arrepentimiento en su rostro.
-Hasta que no haya un "nosotros" pues practiquemos con otros- dices con una sonrisa amarga plasmada en tu cara.
En cuando Takemichi te escucha decir aquella, cierra los ojos en negación, no obstante, sabe que es lo correcto.
-Voy a tener que encontrar lo que quiero contigo, pero con alguien más, ya quedo claro que yo, no te voy a olvidar- entrelazan sus dedos acercando sus rostros inconscientemente.
-Hasta que contigo amanezca, lo hare con alguien que se te parezca-
Terminan con sus rostros peligrosamente cerca, mirándose a los ojos, ambos en un impulso y deseo que tienen, se besan.
Sus labios se juntan, los dejan pegados unos segundos, queriendo dejar grabados los labios del otro en su memoria, separan sus labios volviéndolos a unir de manera dulce, amorosa y tierna, conforme se besan van subiendo la intensidad de este, para después integrar sus lenguas en ello. Esto genera gran satisfacción en ambos, llevas ambos de tus brazos a su cuello, aferrándote a él y pegándolo más a tu cuerpo, mientras que el posa sus masculinas manos en tu cintura.
El oxígeno desaparece de sus pulmones al fundirse apasionadamente en su beso, se separan con los labios algo rojos, apenas recuperan el suficiente aire, le vuelven a besar, tal vez sea egoísta de su parte, pero quieren disfrutar de este beso, porque saben que será la primera y última vez que lo hagan.
Vuelven a separarse, quieren seguir besándose, pero ya no pueden, saben que si lo vuelven a hacer, no podrán detenerse.
-Te quiero Takemichi- confiesas sonrojada.
-Yo también te quiero Rui- responde de igual manera.
En eso su celular suena, saca el aparato de su bolsillo divisando quien es el que llama, era Hina, te dio una rápida mirada de disculpas y atendió el teléfono, solo hablo unos minutos sino es que fueron segundos y colgaron.
-Me tengo que ir- anuncia desanimado.
-Está bien-
Ambos se levantan del sofá donde estaban sentados, caminan a la entrada de tu hogar, se miran no sabiendo como despedirse, por lo que simplemente se abrazan con fuerza, fundiendo sus sentimientos, sabiendo que es la última vez que lo harán de esa forma.
Le das un delicado beso en la mejilla que parece apreciar y disfrutar demasiado, posterior a ello, abres la puerta y salen.
-Me voy, nos vemos Rui- dice suave al igual que si sonrisa.
-Ve con cuidado Michi, nos vemos- contestas de igual forma.
Estaba de sobra decir que ese eso lo guardarían para ustedes, solo dos sabrían que por lo menos una vez expresaron y demostraron lo que realmente sentían.
..............................................................
Pasaron algunos días y finalmente era el día de la boda, todos estaban nerviosos, incluyéndote, no sabías si serias capaz de resistir.
Mitsuya con anterioridad te había preguntado si querías ir con el cómo su cita a la boda, lo vual accediste con gusto.
Ese día usaste el vestido que te regalo, lucias hermosa, para dos hombres en la ceremonia, eras la mujer más preciosa del recinto, Takashi uso un traje que hacia juego al tuyo, pareciendo una gran pareja.
En el momento de la ceremonia, donde se declararon oficialmente marido y mujer, estabas tú en los asientos observando todo desde lejos.
Takemichi en ciertas ocasiones te volteaba a ver nervioso a lo que tú lo reconfortabas con una sonrisa, dándole el valor de continuar.
Llego el momento, el decisivo en donde podía echarse para atrás y escoger otro destino. En ese momento querías gritarle y decirle que se fueran juntos, pero no podías, reprimiste tu sentir que termino en un silencioso llanto, soltando una temblorosa sonrisa.
El pelinegro te busco nuevamente entre los invitados, encontrándose con esa escena dolorosa de tu llorando, pensó en retractarse, en ser egoísta por primera vez en demasiado tiempo, sin embargo, estaba indeciso, te miraba buscando tu afirmación o negación ante lo que estaba por hacer.
Con el dolor de tu alma, solo pudiste asentir entre lágrimas con una sonrisa.
Sabían que al menos en esta vida no podían estar juntos, no saben qué sucedería en la pasada para que el destino y amor se pusiera tan celoso que decidieron que en la siguiente vida que tuviera les fuera imposible estar juntos.
El también lloro en el acto, aceptando destino, porque dolía demasiado estarse resistiendo a este, no se arrepentiría de lo que haría, al final amaba a Hina, aun así, una parte de el siempre te pertenecerá y viceversa.
Dijo el "Sí acepto" en lágrimas lo cual era normal en él, siendo oficialmente marido y mujer, los aplauso resonaron en el lugar felicitando a los recién casados.
En la recepción del evento, te sentías extrañamente aliviada. Estabas a solas con Mitsuya platicando amenamente.
-Rui, yo quiero decirte algo- dijo y prestaste total atención a él.
-Dime Mitsu-
-Bueno yo... no sé, tal vez he sido muy obvio y no sé si te has dado cuenta- trago saliva nervioso así como un ligero rubor se plantó en sus mejillas. –Amm a lo que quiero llegar es que me gustas-
Lo sabía.
-Me gustaría salir contigo, conocerte aún más, ser esa persona con la que puedas contar, adaptarme a ti y hacerte muy feliz... solo si tú me lo permites- toma tus manos algo nervioso. –En caso de que no sea así, no te preocupes, nada cambiara entre nosotros-
Sus ojos reflejaban un singular brillo así como esperanza y amor puro.
Ya lo sospechabas, más te negabas a aceptarlo, aun así te tomo por sorpresa que lo hiciera hoy, tal vez el aura de amor lo motivo a ir a por ello.
El primer pensamiento que cruza tu mente es Takemichi, pero si el acepto su destino, ¿Por qué tu no?
Entrelazas sus manos dejando un suave apretón.
-Sí Mitsu, si quiero salir contigo- te acercas a él y dejas un beso en su mejilla, para después abrazarlos por encima de sus hombros y el rodearte con sus brazos tu cintura.
Sabes que con el serás feliz, que le amor no te faltara ni un día, ni en el más gris y lluvioso de todos, que el estará para ti, como tú para él.
Una vez que se separan, se dan unas miradas cómplices entre ambos, donde comenzaría su historia, despegas la mirada de él, topándote con el pelinegro de ojos azules que presencio a lo lejos todo, te da una sonrisa que te da a entender que todo estará bien y así será.
Algunos finales son felices, otros son necesarios, pero el amor es un secreto, que solo los ojos saben guardar...
Más no puede ser que estén ahí para no poder ser y separarse antes de haberse encontrado – Julio Cortázar
..............................................................
Nota de la autora:
Dios, tengo una obsesión con esta canción, me llega demasiado, así como me gusto el resultado de este OS.
No sabía que personaje quedaría con esta canción porque es demasiado soft, hasta que a mi mente vino el héroe llorón.
Ojala les guste tanto el resultado como a mi :))
Nos seguimos leyendo, besitos<3.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top