SHINICHIRO SANO | Consejo de amor
Consejo de amor – TINI ft. Morat
El amor no correspondido es una de las peores sensaciones que un adolescente puede experimentar, el amor desmedido que le puedes dar a una persona a esa edad es simplemente ilógico, mas eso no se lo puedes hacer entender a un joven corazón enamorado.
Cierto pelinegro de piel pálida conocía este sentimiento de primera mano, no por nada tenía el record de 20 rechazos, aun así él nunca se rendía. Lo que él no sabía era que a cierta persona de igual cabellera negra y larga le había provocado los mismos rechazos en su corazón pero él nunca se enteró.
Conocías a Shinichiro desde hace aproximadamente unos 4 años, desde que Keisuke, tu hermano menor, empezó a ir al dojo de los Sano, ahí lo conociste.
Al contrario de la extrovertida personalidad de tu hermano, tu eres un poco más reservada ante los extraños, pero sin dejar de lado el carácter de los Baji que tanto los distingue. Él se te acerco al ver como casi siempre ibas a recogerlo y a animarlo en las competencias que tenían, siempre lo negaría ante ti, más sin embargo de primera se acercó porque le atrajiste pero con el pasar de los días encontró una amistad que no quería perder, eliminando así los sentimientos que no sabía eran correspondidos.
Pasaste días, que se convirtieron en meses y posteriormente en años junto al mayor de los nietos Sano, también conociste a sus amigos de Shinichiro. A primera vista te intimidaron un poco sus apariencias rudas, no obstante cuando los conociste sabias que eran los mejores amigos que podrías tener, esos amigos incondicionales y leales que te protegían por sobre todo, ¿Cómo no hacerlo? Eras la única mujer que los cuidaba y ayudaba, además que estaba bien sabido que eras la protegida de los líderes de Black Dragons, prácticamente eras intocable.
Nadie te podía lastimar, solo él.
Desde que empezaste a conocer a Shinichiro te gusto, nunca te dejo de gustar, aun así, tu cobardía que tanto odiabas fue más grande, haciéndote perder, guardando tus sentimientos.
Takeomi, Wakasa y Benkei fueron los que notaron tus sentimientos hacia su líder, te avergonzaba que todos lo supieran menos el indicado, sin embargo, los hiciste prometer que si no se lo decías tú nadie más lo haría. Siendo así, viste pasar un sinfín de mujeres que rechazaron el pobre corazón del pelinegro, rompiendo el tuyo en el proceso.
Te encargaste de ayudarlo a curar su corazón roto cada una de esas ocasiones, mientras que el tuyo se quedaba igual. Aunque te hiciera daño estar a su lado y que inconscientemente Shinichiro te lastimara, preferías eso a no tenerlo cerca, porque así de mucho lo querías, preferías verlo feliz aunque no fuera contigo.
Estúpido, pero no podías mandar a tu corazón, si pudieras hacerlo otra historia seria.
..............................................................
Justo en estos momentos te estas terminando de vestir y peinar tu cabellera negra como la noche.
Saldrías con tus amigos, Wakasa, Takeomi, Benkei y Shinichiro, porque este ultimo los cito en una cafetería porque tenía "algo demasiado importante que decirles" según sus palabras, entonces ahí estabas, en tu cuarto arreglándote para salir.
Te vestiste como siempre, unos jeans negros acampanados, una playera blanca con un estampado de tu banda favorita, esta última prenda era algo más grande que tu verdadera talla, así te gustaban, algunos collares de cadenas y tus infalibles converse.
En cuando maquillaje, no usabas, no porque no supieras, si sabias solo que la mayoría de las veces eres demasiado vaga para hacerlo, solo enchinabas tus largas, gruesas y bastas pestañas y eso bastaba para verte bien, aplicabas un suave brillo labial y peinabas tu melena que tenía unas preciosas hondas naturales.
Te miraste al espejo, te gusto el resultado de tu esfuerzo en pensar que usar, después miraste el reloj y ya tenías que irte.
Un timbre empezó a resonar en tu cuarto, era tu celular, lo buscaste con fervor porque sí, siempre lo perdías, cuando lo encontraste contestaste.
-¿Bueno?- contestaste agitada y acomodándote el cabello que se volvió a desordenar por la búsqueda de aquel aparato.
-Kai, ya estamos afuera- hablo Takeomi al otro lado de la línea.
-Bien ya salgo, solo me despido de mamá y Keisuke- contestaste saliendo de tu cuarto y yendo al living donde estaban los últimos mencionados.
-Está bien, aquí te esperamos- no espero a tu respuesta y colgó.
Guardaste tu teléfono en tu bolsillo del jean y caminaste.
-Mamá- llamaste haciendo que ella y tu hermano quitaran la atención del televisor para verte. –Ya me voy, saldré con los chicos, no regreso tarde-
-Está bien, cuídate- dijo en una sonrisa el ver lo bella que te veías, no eras especialmente femenina, pero aun así siempre serias hermosa a los ojos de Ryoko.
-Si mamá- respondiste tomando tus llaves y dirigirte a la salida de tu hogar. –Nos vemos Kei, vuelvo en un rato- terminaste y les diste la espalda.
-¡Espera!- grito escandaloso Keisuke, detuviste tu paso ante su grito.
Lo siguiente que escuchaste fueron sus pisadas apresuradas, cuando llego a ti, hizo señas de que te agacharas a su altura, acataste confundida ante su petición y te dio un beso en la mejilla.
-Ahora si te puedes ir- dijo en esa maravillosa sonrisa donde se asomaban sus colmillos, la misma que la tuya, esa sonrisa por la que morirías para que siempre se mantuviera igual de brillante.
Se iba a ir pero lo regresaste e igualmente le diste un beso en la mejilla, te enderezaste y viste a tu madre viéndolos tiernamente.
-Te ves muy linda Kai- menciono suave. –Deberías irte antes de que se te haga tarde-
-Bien me voy- Keisuke corrió de nuevo con su madre y saliste de tu hogar.
Bajas corriendo las largas escaleras del bloque de departamentos en donde vivías, para acortar el camino decides saltar los pasamanos de las escaleras y ahorrar tiempo.
Cuando terminas de bajarlas ves que están todos menos Shinichiro en sus motocicletas esperando por ti, te acercas a ellos caminando mientras ellos platican como siempre de lo que fuera.
El primero en notar tu presencia fue Imaushi.
-Kai- llamo aquel peliblanco haciendo que los otros dos dirigieran su atención a ti y te sonrieran con amabilidad.
-Hola- saludaste en general.
-¿Estas lista?- cuestiono Akashi mirando cómo te veías. –Te ves bien- alago.
-Gracias Omi, y si estoy lista-
-Entonces vámonos- menciono Benkei.
Wakasa te entrego un casco para que usaras y te indico que subieras con él, una vez ya montada en la motocicleta, pasaste tus brazos por su firme abdomen para sostenerte.
Sin más emprendieron camino a donde el pelinegro los había citado. Iban los tres a la par en las motocicletas, el viento hacia hondear tu cabello debido a la velocidad en la que iban.
Esa era una de las mejores sensaciones que haz experimentado, sentir el viento chocando contra tu piel, te generaba una sensación de libertad, sensación cual un pelinegro de iris ónix te dio a conocer y que ahora se volvió adictiva.
No sabes si perdiste la noción del tiempo o debido a la velocidad en la que conducían pero ya estaban llegando al lugar, estacionaron las motos y bajaron de ellas.
Se dispusieron a esperar y platicar en lo que aquel pálido y delgado hombre aparecía.
-Kai, no te dije pero también luces linda- la forma en la que estos hombres te hacían cumplidos siempre como si no fuera nada, hacía que te sintieras especial como al mismo tiempo no terminabas de acostumbrarte.
Wakasa fue el que menciono eso, acto siguiente te dio una pequeña sonrisa la cual tú la devolviste tímida.
-Gracias Waka- agradeciste acariciando tu brazo ya apartando la mirada, siempre te sonrojabas cuando te alagaban.
Benkei tomo esa oportunidad para molestarte.
-O será que te arreglaste por alguien en especial- soltó con burla mientras te envolvía con uno de sus grandes brazos por sobre tu hombro.
Todos se rieron incluida tú, no era un secreto que te gustaba Shinichiro, como siempre, este era el último que se enteraba de todo.
-No, no lo hice por eso- mencionas en una risa.
-¿Cuándo le dirás?- pregunta Takeomi mientras pretende encender un cigarrillo.
-No lo sé, tal vez pronto... o hoy- lo último lo dices en un susurro esperando que no lo escucharan pero aun así lo hicieron. –Y no fumes aquí, hay niños cerca- regañas a lo que el rueda los ojos y guarda la cajetilla y el encendedor.
-Ash, si mamá- se queja en broma.
-Mierda, no sé cómo Shinichiro no se ha dado cuenta, es idiota pero no sabía que demasiado- comenta molesto Imaushi ante lo poco intuitivo que puede ser su líder con las chicas.
-Lo sé- dices desanimada, cosa que ellos notan.
Siempre has estado para él, para consolarlo después de que lo rechazan y el solo te ha pagado con su indiferencia. En cierta parte te molestaba que notara a todos menos a ti, que te tenía a su lado.
Ellos notan como te quédate callada de repente, con una expresión de frustración y melancolía en tu hermoso rostro, no quieren eso, así que optan por cambiar de tema.
-Que hambre tengo- comenta estirándose. –Ya quiero comer, ¿Por qué tarda tanto?- se quejó el moreno de gran altura.
-Quien sabe que cosas traerá en su cabeza, ya saben cómo es- respondió Takeomi recargándose en la pared que tenía detrás de él.
-Ya no se quejen- regaña Imaushi. –Ahí... viene...- todos se confunden al ver como arrastra la palabras.
Todos voltean en la misma dirección en la que estaba mirando Wakasa y se quedan sorprendidos, en especial tú.
Te quedaste congelada ante la escena que estaba frente a ti.
Una sensación de dolor y vacío se instaló en tu pecho, mas especifico en la zona izquierda de este, una sensación que ya conocías a la perfección. Tu mirada se apagó, queriendo dar paso a las lágrimas, mas no las dejaste salir, no ahora, ya no más.
La razón de la conmoción fue debido a Shinichiro, pero no por él, sino porque venía acompañado de una joven de su edad, el pelinegro irradiaba felicidad mientras miraba a su mano entrelazada con la de ella, como al mismo tiempo la miraba a ella con ese singular brillo en la mirada, ese de cuando te gusta alguien, el que nunca te dio a ti y que nunca noto en tu persona.
Los chicos con los que estaban entre molestos y preocupados, molestos con él, por no haberles dicho que era para eso, mientras como al mismo tiempo se encontraban preocupados por ti, por el cómo tu semblante cambio radicalmente cuando los viste.
Si eran sinceros la mayoría de las novias de Shinichiro, no les agradaban, la mayoría de ellas solo lo usaban para pasar el rato, darles celos a sus exnovios o para ganar popularidad por la fama de pandillero del pelinegro, este no se daba cuenta de esto o si lo hacía, decidía ignorarlo.
Una nube gris se instalaba en tu mente, mandando a la basura todas las intenciones de sincerarte con el que era tu mejor amigo.
Aquella joven también venia sonriendo al igual que el pelinegro, sin embargo, su semblante cambio al verte, le molesto ver tu figura femenina entre ese grupo de hombres, porque supuestamente le presentaría a sus amigos, no conto con que una mujer iba incluida en ello. Su rostro reflejaba disgusto así como cierto toque de altanería dirigido a tu persona.
Finalmente llegan frente a ustedes, Shinichiro en su burbuja de felicidad, no se dio cuenta del rostro de ustedes.
-¡Chicos!- habla animado el de iris ónix. –Ella es Azumi, mi novia- presenta a la joven castaña de iris miel.
-Mucho gusto, Azumi Sato- mencione de mala gana aquella joven que ahora sabían que se llamaba
Desde ese primer momento ya tenía una impresión negativo en todos ustedes, aun así, tenían que demostrar que ustedes si son buenas personas, no como ella que solo lo hace por compromiso y por quedar bien con su novio.
Le quieren decir desde ese instante que ella no es buena para él, que se nota que solo lo hace por interés, que no lo quiere de verdad, mas no tienen el corazón de hacerlo, lo ven muy feliz, aunque sea una farsa. También porque saben que eso te afectaría a ti, más de lo que ya lo hizo en esos pequeños minutos de interacción.
Les dolía ver como todos tus ánimos se fueron por la borda junto con tus esperanzas e ilusiones, no pudiéndose cumplir nuevamente.
Takeomi toma un hondo respiro y comienza a hablar.
-Takeomi Akashi-
-Wakasa Imaushi-
-Arashi Keizo-
Todos hablaron a secas, algo no estaba bien y lo sabían, además de que sus rostros no eran los más amigables que pudieran ver, cosa que a Azumi le molesto, porque ella observo a lo lejos como se comportaban contigo, sabía que no les agradaba, pero el sentimiento era mutuo.
-Kai Baji, mucho gusto- mencionaste cabizbaja, Waka por el cómo hablaste, llevo una de sus manos a tu hombro acercándote a su pecho para protegerte en caso de que ella se quisiera aprovechar del estado vulnerable en el que te encontrabas.
-Bien, ya saben sus nombres, vamos a entrar, ¿Les parece?- pregunto el único hombre que estaba feliz en esos momentos.
Entran a la cafetería y toman asiento en un lugar donde halla espacio para todos.
Desde que se sentaron, Azumi no se interesó en entablar una conversación amena entre todos, ella se centró en acaparar la atención de Shinichiro no dejando que les preste atención a sus amigos que lo miraban molestos por no poder decirle ni un "Hola".
Solo se trataba de ella, ella, ella y solo ella, incluso tú, que no estabas interesada en escuchar nada de lo que tuvieran que decir, debido a que estabas perdida en tus pensamientos, te arto, no pudiendo disimular tu rostro de enfado, aunque también lo te esforzaste en hacerlo.
Estas en un lapsus en donde solo puedes pensar "Si le hubiera dicho...", pero todos sabemos que él hubiera no existe, es por eso que te arrepientes de no atreverte a decirle lo que sentías a Shinichiro.
Te encuentras perdida en la mesa donde estaban sentados mirando un punto fijo en esta, con la mirada vacía, desde que mencionaste tu nombre lo volviste a hablar, no como tus amigos que trataron de empezar una conversión, mas fallaron en el intento.
El pelinegro de iris ónix ve el estado en el que estas, te conoce, sabe que te pasa algo, así que decide despegar la atención de su novia para dirigirla a ti.
-¿Kai?- llama mas no respondes, sigues perdida. -¿Kai?- al segundo llamado, recobras la compostura y buscas desorbitada el origen del llamado, encontrándote con él.
-Hm- musitas en señal que lo escuchas, pero no lo miras, estás viendo a la ventana que estaba en tu rango de visión.
-¿Estas bien?, no has hablado nada desde que llegamos-
Diriges tu vista a él, le prestas verdadera atención y no puedes evitar sentirte aun peor en tu interior.
Te acomodas mejor en tu asiento, suspiras y respondes ante la pregunta que te hizo.
-Estoy bien- sueltas el aire que aspiraste segundos antes. –Solo estoy cansada, Keisuke no me dejo dormir, solo es eso- mencionas mientras lo miras fríamente a los ojos, lo cual lo descoloco un poco.
Takeomi, Waka y Benkei conocían esa mirada, esa fría que les dabas a las demás personas cuando te molestaban, tus largas pestañas y bastas cejas negras enmarcaban tu mirada avellana, haciéndola lucir amenazadora.
Shinichiro se heló un instante al recibir eso de tu parte, nunca se lo habías hecho a él, intento comentar algo al respecto pero una voz chillona lo interrumpió antes de poder formular una silaba.
-¿Keisuke?, ¿Es tu hijo?- menciono aquella castaña con burla en su voz.
Percibiste de inmediato el tono que uso, no te gusto para nada, grave error cometió al mencionar el nombre de tu hermano en ese tono.
Mierda. Pensaron los cuatro chicos al saber que tu lado salvaje se podría desatar por eso
La mirada que le diste, fue de furia pura contenida.
Los Baji no eran conocidos por ser calmados al defender a los suyos o al no dejarse pisotear por cualquiera.
Solo una simple mirada basto para que ella se encogiera en su lugar, tu figura pasa de ser de una vulnerable a una imponente, uno que ella nunca podría ser.
-No, no es mi hijo, es mi hermano- soltaste determinada, no permitirías que alguien tan despreciable mencionara el nombre de tu hermano. – ¿Y que si fuera mi hijo?-
No solo tú te pusiste a la defensiva, también lo hicieron tus amigos, saben lo importante que es tu madre y tu hermano para ti, además de que no permitirían que te hablaran en ese tono, mucho menos usarlo en nombre de alguien que aprecias.
-Entonces no podría creer la clase de amigos que tiene mi novio- el énfasis que utilizo en "mi novio", te hizo darte cuenta de que te veía como una amenaza para ella.
-Azumi, no digas esas cosas- recrimino un tanto molesto Shinichiro.
-¿Que? No tiene nada de malo, solo es una pregunta- replico igual que como le hablo él. –O que ¿La prefieres a ella sobre mí?-
Esa maldita pregunta puso en la cuerda floja al mayor de los nietos Sano, él te quería, pero solo como amiga, hace mucho que dejo de verte de otra forma que no fuera esa, sin embargo a ella también la quería, aunque de otra forma.
Todos quedaron expectantes a su respuesta, mas no dijo nada, solo se quedó en silencio, el mismo que confirmo que prefería a ella sobre ti, que has estado en las buenas y malas a su lado, desde hace más de 4 años.
Fue triste el hecho de ver como nuevamente ponía a alguien más sobre ti, si no tenías ánimos, ahora menos, no podías esperar a llegar a tu hogar y soltar ese mar de llanto que contenías en tus hipnóticos ojos avellana.
El resto de la tarde paso entre Shinichiro hablando con Azumi, o el mismo pelinegro hablando con sus amigos intentando incluirte en la conversación, no obstante, no querías hablar y no tenías nada que decir, al menos no cosas que él quisiera escuchar.
Las voces de los presentes en la mesa como los del resto de la cafetería retumbaban sin cesar en tu cabeza, agobiándote más de lo que ya estabas con tus propios pensamientos. Era tanto el sonido que había en tu mente que se convirtió en uno insoportable al igual que ensordecedor.
Las lágrimas que te esforzabas en contener ya no podían aguantar más en cautiverio, queriendo revelarse y escapar de la prisión de tus ojos.
Te levantaste abruptamente de la mesa en donde estaban todos sentados llamando la atención de ellos. Respiraste un poco y metiste la mano a tu bolsillo en busca de dinero.
-Lo siento, recordé que tengo algo que hacer- mencionaste sin mirar a nadie, solo mirabas el piso mientras buscabas desesperadamente dinero para dejarlo en la mesa para pagar lo que consumiste. –Aquí está mi dinero, nos vemos- no esperaste respuesta y te fuiste.
Takeomi, Wakasa y Benkei se paran al igual que tu dejando dinero y saliendo rápido tras de ti, no te dejarían sola, no ahora que lo necesitabas.
Benkei fue el último en salir, y miro a su líder y amigo confundió por las acciones de sus amigos, al igual que ellos hizo el amague de querer levantarse pero el moreno se lo impidió.
-Mejor no lo hagas, quédate aquí... con ella- lo último lo menciono con decepción, pero ahora no tenía tiempo para eso.
Sin más todos sus amigos de Shinichiro salieron, dejándolos a esa pareja solos, tal como ella quería. Azumi quería aprovechar ese momento para meterle ideas equivocadas de sus amigos a su novio, lo que ella no esperaba, fue su reacción.
..............................................................
No lograste avanzar demasiado, tu llanto te lo impedía, por lo mucho caminaste una cuadra no más, Takeomi, Wakasa y Benkei venían detrás de ti en sus motos, cuando te divisaron las aparcaron y se bajar a verte, el primero en llegar fue Akashi.
No sabias que era el así que seguiste caminando, de repente un agarre firme en tu brazo hizo que detuvieras tu paso, dirigiste la mirada al causante de este, encontrándote con el pelinegro de cicatriz en un ojo.
-Kai...- no te había visto nunca en ese estado, lo desconcertó a él y a los demás, incluido otro espectador que no sabían.
No aguantas sostenerle la mirada, así que la quitas de él y la llevas al piso.
-Si me toca escoger entre volverlo a ver o aceptar que esta con otra persona, prefiero fingir que estoy feliz por él aunque no me escogiera- haces una pausa para tomar aire.
Te colocas bien frente a Takeomi, tomas con fuerza ambos de sus brazos.
-Pude haber sido yo... pero dejo una loca enamorada, buscando un beso suyo en la estación... pero no hay peor desgracia que extrañar lo que nunca paso- ellos no sabían cómo reaccionar, un corazón roto es de los peores males que el ser humanos aún no conoce la cura.
Alzas la cabeza entre lágrimas y hablas.
-¡Pude haber sido yo!, la que a su lado siempre este, pero el futuro nunca nos dejó, me prometí que nunca iba a perderlo y no sé qué paso- tragas duro saliva y dejas de hablar, ya no tienes nada que decir, al menos no a ellos.
A tus amigos les duele verte así y más porque no saben qué hacer, la impotencia se comienza a instalar en su pecho.
Lo más que podrían hacer es darte un hombro en el cual llorar. Takeomi te acerco a su pecho y te abrazo, tratando de transmitirte la calma que necesitabas, tú te aferraste a él, queriendo por un segundo desaparecer.
-Llévame a casa Omi, por favor- susurras en su pecho.
-Claro Kai, vamos- volteo atrás para caminar a su motocicleta que estaba a unos pasos, solo se centró en eso mientras sujetaba tu mano, guiándote ya que tú te encontrabas limpiando tus lagrimas con tus manos.
El puchero que hacías mientras realizabas aquella acción era tierno sin considerar las circunstancias por las que te encontrabas llorando, frotabas tiernamente tus ojos tal cual niña que intentaba cesar su llanto.
-¡Hey Voy a llevar!... a Kai- oyes como su voz disminuye conforme habla.
Volteas a verlo a él para saber la razón por la cual hizo eso, ves que no te está mirando a ti, sino que su mirada esta enfrente en un punto fijo, también diriges tu mirada a donde mismo y te tomas con él.
Ahí estaba Shinichiro estático, asombrado por lo que escucho, no sabías desde cuando estaba ahí, aunque por su expresión sabias que escucho absolutamente todo.
Shin quiere hablar, decir lo que sea, pero solo salen tartamudea.
Comienzas a caminar en su dirección, porque ahí está la motocicleta de Takeomi, sueltas la mano de este y caminas sola, con el siguiéndote detrás.
No le hablas, solo pasas a su lado sin volverlo a mirar, únicamente quieres subirte a la moto e irte.
Nuevamente impiden que camines, Shin sujeta tu brazo, lo hizo por instinto, actuó antes de pensar, ya te tenía ante él y no sabía que se suponía que debía decir.
-Y-yo no sabía- confeso preocupado al igual que angustiado.
-Lo sé, ¿Me sueltas?- pides sin vida en tu voz.
-Si yo hubiera sabido...- no termina de hablar porque lo interrumpes.
-¿Habría cambiado algo?- cuestionas de inmediato. -¿Alguna vez me hubieras escogido a mí?-
Abre los ojos ante tu pregunta, no esperaba que le cuestionaras eso, te mira a los ojos, tratando de decirte con ellos lo que su voz no se atreve, quiere decir que si, en el fondo de él sabe que si tu hubieras hablado, el insistido más o simplemente que se diera cuenta de la realidad, las cosas en su vida serian diferentes, mas no se atrevió a decir ni una sola palabra.
Una vez más te decepciono.
Quitaste suavemente su mano de tu brazo, y lo miraste melancólica.
Te montaste en la moto con Akashi que ya estaba en ella.
-Adiós Shinichiro, ojala esta vez te vaya bien con ella- nunca le podrías desear un mal a él ni a nadie, por más daño que he haya hecho no podías, así como no lo dejabas de querer, aunque ya creías que era tiempo de resignarte a que él y tú no será y sacarlo de tu corazón.
Takeomi arranca la moto, dejándolo sin oportunidad de poder decir algo. Solo le queda ver cómo te vas, te quiere seguir, camina unos pasos pero se detiene, dándose cuenta de que aunque te alcanzara ¿Qué te dirá?, no sabe si tendría que disculparse, confesarse o ambas.
El también, ante tus palabras, dejaste un lio de emociones en él, las que no sabía cómo controlar.
Sintió terrible el saber que siempre tuvo a alguien a su lado incondicional, que por más solo que se sintió nunca estuvo solo y nunca se dio cuenta hasta que ya fue demasiado tarde.
También fue el hecho de que rompió el corazón una infinidad de veces que no sabría con exactitud cuántas fueron, que posiblemente muchas de las veces tenías un dolor en el pecho por la decepción y vacío de ver como él estaba con alguien más y aun así le mostrabas siempre tus mejores sonrisas como si nada pasara.
Solo hasta entonces se dio cuenta del gran amor que le tenías, y que no supo ver ni apreciar, ya de nada servía querer arreglarlo, era tarde.
Ve a la calle por donde se fueron, ya no te encontró, no le dio más remedio irse por donde vino, giro sobre su propio eje encontrándose con Wakasa y Benkei que se mantuvieron al margen de todo, mas no significaba que no les dolía.
-¿Ustedes sabían?- pregunto conmocionado.
-Los tres sabíamos- respondió el peliblanco.
-¿Por qué no me dijeron nada?- su mirada reflejaba remordimiento en su máxima expresión.
-Ella nos pidió que no lo hiciéramos, estaba decidida a hacerlo por su cuenta- hablo nuevamente el de iris violeta.
-Quería hacerlo hoy, pero ya vez como resulto todo- ahora el que hablo fue el moreno de gran altura.
Las palabras de sus amigos hicieron que los ojos ónix del pelinegro se aguaran, se sentía muy culpable, culpable de hacerte sufrir demasiado.
Porque sabía que todo sería diferente si tan solo te hubiera pedido un consejo de amor...
Cuando te vi,
Me enamore y
Tú sonreíste
Porque tu sabias
- William Shakespeare
..............................................................
Nota de la autora:
Esta canción me duele el alma, siento que si Shinichiro tuviera una amiga así en el manga le sucedería lo mismo.
Tengo una idea para posiblemente hacer una segunda parte, ¿Les gustaría? O ya lo dejamos así, díganme que opinan.
Ojala lo hayan disfrutado, sinceramente esperaba que quedara mejor pero no se.
Besitos <3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top