KEN RYUGUJI "DRAKEN" | I Think I'm In Love




I Think I'm In Love – Kat Dahlia

El duelo es una de las peores sensaciones que un ser humano pueda llegar a experimentar, porque el hecho de que ya no vayamos a ver a una persona amada es sumamente triste, pero no es ese hecho es si, es el hecho de que la queremos con nosotros, su presencia, no nos duele tanto el hecho de que se vaya, sino, el que no la volveremos a ver.

Aun y con todo eso, has salido adelante, porque el así lo hubiera querido, que siguieras moviéndote con o sin él.

Tu pequeña figura de 1.66m caminaba por una de las tantas calles de Shibuya, en busca de un local, para ser más específicos, en donde vendían y arreglaban motocicletas.

Tenías un vasto conocimiento en mecánica, las motocicletas eran tu pasión, tu padre se encargó de enseñarte todo lo que sabía, llegándolo a dominar  la perfección, habías practicado millones de veces en el taller que poseía tu padre, perfeccionando tus conocimientos, hasta que llego él.

Flashback.

Ichiro Shimada, un bello joven alto, cabello azabache, con los orbes más hermosos que alguna vez viste, estos eran un hermoso azul índigo, asimilando a una de las tonalidades del misterioso océano.

Llego una tarde a donde trabajaban tu padre y tú, con una motocicleta en terribles condiciones, diciendo que la había comprado en una subasta, que creía que podría arreglarla él, mas no pudo hacerlo.

Les dijo a ambos que sí podrían hacerlo, que estaba dispuesto a pagar lo que fuera necesario con tal de que pudiera usar ese vehículo.

Solo entonces sus miradas se cruzaron, tu rostro estaba con unos manchones de aceite en tus mejillas, así como en tu ropa, tu cabello recogido en una coleta alta, se estaba deshaciendo debido al tiempo que llevabas ahí sentada, sin contar que algunas gotas de sudor escurrían por tu frente, rodando por todo tu rostro, bajando por tu quijada y llegar a desvanecerse en tu cuello, estabas en unos condiciones normales debido a tu trabajo, es más, se podría considerar que estabas limpia, no obstante en ese instante, querías desaparecer.

Un chico sumamente apuesto estaba frente a ti y tú en esas condiciones deplorables, ¿Cómo podía ser posible que siempre te sucedía lo mismo?

Lo que tú no sabías en ese instante, es que a aquel joven, que aun desconocías su nombre, que quedo cautivado por tu belleza, poniéndose nervioso ante tu presencia.

Escasos segundos fueron los que se observaron, hasta que ambos, con un sonrojo carmín marcado en sus mejillas, apartaron la mirada. Los mismos que le sirvieron a tu padre para confirmar que tal vez la compañía de aquel joven te podría hacer bien.

Tu padre dijo que aceptarían su pedido, solo que tú te encargarías personalmente, en parte fue para obligarlos a estar juntos, como también quería que tuvieras un reto personal, que demostraras lo que sabias.

Con pena aceptaste, poniendo a aquel joven de orbes índigo sumamente feliz.

El tiempo hizo de las suyas, provocando que cada vez se hicieran más cercanos, las constantes vistas a ver cómo iba el progreso de su motocicleta, como cuando tenía que ir contigo a comprar las piezas faltantes del vehículo, ocasiono que hablaran más y más, llegando a desarrollar sentimientos el uno por el otro.

Añorabas las tardes enteras en donde se sentaba a observarte meticulosamente trabajar, dejándolo impresionado con tu habilidad y conocimientos.

Hasta que decidió dar el primer paso, aposto todo a arriesgarse a un rechazo de tu parte, un día llego con un ramo de flores a donde trabajabas, dejándote sin palabras.

Se sinceró ante ti, en una mezcla de nerviosismo y seguridad, espero unos segundos pacientemente a tu respuesta, que evidentemente era positiva.

Empezaron su relación ambos en sus 20's.

Cumplieron su primera meta juntos, reparar la motocicleta, para después dar paso a una larga lista de actividades que les quedaban por hacer.

Cuatro años duraron, siendo sumamente felices.

Hasta que ya no pudieron ser...

Un fatídico día, del que recuerdas muy poco, su hermana del que era tu pareja, se presentó entre lágrimas ante tu puerta, confesándote la terrible noticia de que su hermano, tu novio, ya no estaba más con ustedes.

Fin del flashback.

Caminaste hasta la puerta del local que tu amigo que había indicado cuando le comentaste que estabas buscando trabajo.

D & D Motor Cycle Shop.

Desde afuera se veía muy bien el establecimiento, diste un fuerte suspiro buscando esfumar tu nerviosismo, una vez terminaste, tomaste el mango de la puerta, para darte paso al interior.

-Buenas tardes- hablaste por lo bajo buscando llamar la atención de un rubio que estaba dándole la espalda a la puerta.

-Uhm- volteo confundido al escuchar una voz femenina. –Buenas tardes, ¿En qué puedo ayudarla?-

-Yo uhm estaba aquí por el puesto disponible- mencionaste suave ante aquel rubio con una cicatriz que cubría parte de su frente, parpados y mejilla.

-Oh, claro- dejo el trapo con el que estaba limpiando sus manos en el suelo. –Espera aquí, llamare al jefe-

Sin más, se retiró de tu campo de visión, yendo a la parte trasera del establecimiento, donde suponías, estaba un pequeño almacén.

En lo que volvían, decidiste curiosear con tu mirada, denotando como tenía una perfecta limpieza, las herramientas perfectamente ordenadas, a excepción de las pocas que estaban regadas en el piso, siendo el rubio el causante de ello.

Una serie de motocicletas se encontraban en fila, alineadas perfectamente frente a la gran ventana, te acercaste a verlas con más detalle, encontrándote con unos bellos modelos que hace mucho no veías, pasaste las yemas de tus dedos por asiento de cuero ensimismada por los él manubrio, los tipos de frenos que tenía, etc.

Oyes como pasos y voces se comienzan a acercar, retomas el lugar en donde estabas, tus manos las pasas a tu espalda, tomando una postura erguida y tensa.

Vez como el rubio aparece en tu campo de visión, así como otro hombre, uno muy alto, cabello negro que lo tenía en una trenza con dos mechones al frente, un tatuaje de dragón adornaba un costado de su cabeza.

Este hombre camino seguro hacia tu, su abrumadora diferencia altura, te hizo sentir sumamente pequeña, así como tu figura se tensó aún más cuando lo tuviste cerca.

Te observo unos cortos segundos hasta que hablo.

-¿Cómo te llamas?- cuestiono con su grave voz.

-Mai Nagata- respondiste firme, teniendo que alzar tu cabeza para poder verlo a los ojos. -¿Y tú?-

-Ken Ryuguji, pero llame Draken- informo preciso. -Bien Mai, ¿Sabes arreglar motos?- volvió a preguntar yendo directo al grano.

-Sí, tengo conocimiento y práctica-

Te analizo con sus profundos orbes ónix por unos microsegundos, mismo que le bastaron para valorar si serias una buena candidata.

-De acuerdo, puedes empezar mañana mismo, abrimos a las 7-

-¡Muchas gracias!- exclamaste en una pronunciada reverencia de unos perfectos 90°. –Prometo no decepcionarlo- terminaste de hablar en una brillante sonrisa, cosa que logro elevar las comisuras de los labios de Draken, esa emoción solo la había visto en una persona, trayéndole un bello pero amargo recuerdo.

Al siguiente, antes de la hora indicada, tú ya te encontrabas esperando afuera, a que llegara Draken para comenzar tu primer día de trabajo, donde te enseño que era lo que hacían, como a veces te tenías que encargar de la caja registradora, cada cuando llegaban los pedidos de las partes que pedía, tu salario, etc.

Con el pasar de los días, dejabas cada vez más impresionado tanto a Draken como al rubio de nombre Seishu Inui, ellos nunca te subestimaron por ser mujer, te trataron como una igual, solo para seguir demostrándoles como eras capaz de muchas cosas.

El convivir 5 días de las semana por 8 o más horas, hizo efecto, comenzando una amistad entre los tres individuos que trabajaban en el establecimiento, pero en especial entre Draken y tú, tuvieron una buena conexión desde el momento cero.

Sus presencias pareciera que tuvieran un efecto analgésico, ya que cuando ambos estaban juntos, en trabajo fluía mejor, el dolor de sus cuerpos cansados no existía, la serotonina se producía en más cantidad, pasando calmados, divertidos y relajados momentos juntos mientras trabajaban, durante el descanso que tenían o comiendo juntos en el almuerzo.

Ambos sabían cómo podría resultar su relación, el que se hicieran cercanos no era casualidad, sin embargo, no lo querías aceptar.

El nombre de Ichiro Shimada, el pelinegro de orbes índigo, seguía en tu mente y corazón, por tres años has estado extrañándolo con la misma intensidad desde el día que partió.

Aquel joven, era un bombero, realizaba una noble labor a diario, brindando seguridad y reconforte a las personas que ayudaba, hasta que un día, desgraciadamente, perdió la vida en servicio.

Aun así, sigues frecuentándote con su familia, sabiendo que es una forma de no dejarlo ir, aferrándote a su recuerdo.





..............................................................





En una tarde de uno de tus días laborales, estabas concentrada cambiando los frenos de una motocicleta que necesitaba mantenimiento, llevaste tu antebrazo a tu frente, buscando limpiar unas gotas de sudor que comenzaban a escurrir.

Tomas una de las llaves que yacía en el suelo para apretar un engranaje cuando suena la puerta del local abrirse.

Unos suaves pasos se escuchan aproximarse en el establecimiento.

-Buenas tardes, ¿Puedo ayudarla en algo?- la grave voz de Draken resuena.

-Oh claro, uhm en realidad estaba buscando a Mai Nagata- en cuanto escuchas tu nombre, despegas la vista de donde estabas concentrada para toparte con la hermana de tu difunto novio.

-¡Chihiro!- hablas algo animada. -¿Qué haces aquí?- mencionas en una débil sonrisa mientras te acercas a ella con un trapo en mano para limpiar el aceite y grasa que yacía en ellas.

-Solo pasaba a ver como estabas- dio un rápido vistazo a tu persona. –Te vez algo desanimada- este último comentario llamo la atención de los hombres presentes, es especial del alto pelinegro.

-Por favor no hablemos de eso aquí- comentaste queriendo evadir el tema.

-Puedes tomarte un descanso Mai- nuevamente la voz de Draken resonó.

-Ah ¿Seguro?- inquiriste para reafirmar.

-Sí, seguro, anda ve-

Diriges a tu invitada al almacén, en donde podrían hablar con más privacidad.

-¿Cómo te tratan ellos?, se ven algo rudos- pregunto Chihiro una vez dentro del almacén.

-Jaja, nada de eso, son muy buenos y amables conmigo, me llevo bien con ellos, en especial con Draken-

Dices aquello con una sonrisa que se formó inconsciente al hablar del hombre del tatuaje del dragón, cosa que ella noto y tú no.

-¿Draken?, es el rubio o el del tatuaje de dragón- cuestiono queriendo saber con exactitud de quien hablabas.

-El del tatuaje- afirmaste manteniendo esa fase feliz.

-¿Te gusta?- pregunto con picardía en su voz y rostro.

-No digas tonterías- la sonrisa que tenías, se borró de inmediato cuando lanzo aquella pregunta. –Ya sabes la verdad-

Un suspiro pesado se escuchó por parte de la otra femenina.

-Yo solo digo que está bien que lo hagas, no tiene nada de malo-

Un nudo en tu garganta comienza a formarse, así como un dolor se instala en tu pecho.

-No hablemos de eso... no estoy de humor- hablas mientras unas lágrimas comienzan a salir de tus orbes ónix.

A los minutos, tu invitada se va, saliendo ambas del almacén, diciendo un escueto "Adiós", con pena en la voz.

Retomas tus labores con pesadez y en silencio.

Draken nota como tus ojos están rojos, como la punta de tu nariz, delatando que lloraste, mas no sabía si preguntar el porqué.

-¿Todo está bien Mai?- termino cediendo ante sus impulsos de querer saber cómo estas.

-Sí, no es nada- comentas sin mirarlo, solo a los engranajes que tienes enfrente, solo ellos eran testigos del puchero que hacías al querer aguantar más lagrimas que pedían ser derramadas.

Inconforme a tu respuesta, decidió no indagar más y seguir ambos trabajando.

Algunos días pasaron desde ese inconveniente, el día de hoy, le preguntarías algo a Draken.

Caminaste a fondo del reciento, donde estaba la oficina, el nombrado se encontraba ahí desde hace rato cerrando cuentas y haciendo cierto papeleo necesario para unos pedidos que harían.

Antes de entrar, tocaste la puerta dos veces, una vez que se escuchó un "Pasa", tomaste el pomo de la puerta y la abriste.

-D-disculpa que te interrumpa Draken- hablaste haciendo que el hombre despegara su atención de aquellos papeles, no miro a quien entro debido a que pensó que se trataba de Inui.

-No pasa nada Mai- dejo las hojas que tenía en mano encima del escritorio, prestándote su completa atención. -¿Qué sucede?-

-Y-yo uhm, t-te quería preguntar si me podrías dar el Jueves libre- pides con nerviosismo y vacile en tu voz, cosa que no pasó desapercibida para aquel hombre.

-¿Por qué?- la duda se hizo presente en su ser.

-Un motivo personal- respondiste mientras apartabas tu mirada de la suya y llevabas tu mano a tu antebrazo agarrándolo con nervios.

-Está bien- acepta sorprendiéndote un poco. –De todas formas no íbamos a trabajar ese día-

Ahora la curiosa eras tú.

-¿Puedo saber porque?- cuestionaste con cautela.

-También por motivos personales- contesta con un tono más serio de lo normal, a lo que decidiste no añadir más.

Llego el día Jueves, vas caminando a las 9 de la mañana con dirección al cementerio, donde entras con un ramo de flores en mano.

Caminas por aquel lugar, sabiendo por cuales pasillos andar sin perderte, recorriendo con seguridad, porque ya te sabias el camino de memoria.

Llevas a la lápida de nombre Ichiro Shimada, limpias su lugar de descanso, cambiando el agua y poniendo flores nuevas.

Te sientas frente a la tumba y comienzas a hablar con él.

-Empecé a trabar en nuevo lugar, por eso no te he venido a visitar- mencionas normal, como cuando hablabas con él. –Estoy cómoda donde trabajo, me agradan las personas de ahí-

Tomas un suspiro sintiendo como tu ojos comienzan a picar y tu garganta duele.

-Te extraño mucho- confiesas con pesar. –Estoy empezando a olvidar como era tu voz, como se sentían tus abrazos- sueltas una lagrima traicionera y continúas hablando.

-Y-yo creo que me gusta una persona- admites con cierta culpa. –Él es alto, creo que un poco más que tú, tiene un tatuaje en la cien de su cabeza, es de un dragón, es serio, pero es muy amable y respetuoso conmigo-

Miras al cielo, cerrando los ojos por un momento, escuchando como el viento mueve las hojas de los árboles.

-Ojala no me odies, sabes que aun así, nunca te dejare de amar- culminando esta oración, el llanto contenido, explota.

Llevas tus rodillas a tu pecho, escondiendo tu rostro en el hueco que se formaba, donde te dedicaste a llorar.

No podías evitar hacerlo, simplemente no podías dejarlo ir, la forma en la que falleció, hizo que quedaran muchas cosas inconclusas en su relación y en ti.

Sabías que si existía un más allá, un lugar a donde ibas después de la muerte, él te veía, veía como llorabas por él, no dejándolo descansar, como al mismo tiempo estabas consiente que te esperaría el tiempo necesario, siendo igual de paciente como lo era en vida.

Estando ahí sentada, ahogando tus penas en lágrimas, escuchaste como alguien te llamaba a la lejanía, no obstante, decidiste ignorar su llamado.

Tu nombre se hizo más fuerte y constante, levantaste el rostro, topándote con Draken que caminaba en tu dirección.

-Mai- llama obteniendo momentánea atención. -¿Estas bien?- pregunta al ver el estado en el que estabas.

Rediriges tu mirada a la fría lapida de cemento en donde estaba gravado el nombre del que era tu novio.

-No- das tu negativa en respuesta.

Te levantas de donde estas sentada, sacudiendo tu vestimenta, das unos pasos hasta estar enfrente de la lápida, posas una mano acariciándola.

Nos vemos Ichiro.

Y comienzas a caminar en salida del cementerio, con Draken a tu lado, quien espero por ti.

-¿También viniste a visitar a alguien?- interrogaste cautelosa.

-Sí- afirmo afligido.

Culminando así su corta conversación, el resto del camino fue en un sepulcral silencio. Aunque este no era incomodo, sabían que no querían palabras de consuelo, ambos ya sabían lo que era perder a alguien tan importante, así que el silencio fue su mejor consuelo que alguien les pudo brindar.

-Oye Mai, ¿Quieres ir a comer algo?- ofreció en la salida del cementerio, antes de que sus caminos se separaran.

-Claro- siendo así, comienzan a caminar juntos.

Dan a parar a una cafetería, donde se sientan en una mesa de dos con vista a la calle.

-¿Puedo preguntar a quién fuiste a ver? Solo si quieres responder, pues no hacerlo- cuestiono en medio del silencio que había entre ambos.

-Está bien, no es ningún secreto- tomas un respiro y enfocas tu mirada en él, ya que esta yacía en la calle. –Era mi novio-

Aquella información hizo tragar duro a Draken.

-Llevábamos 4 años juntos, pero el murió hace tres años en servicio- terminaste de completar la información. -¿Recuerdas a la chica que me fue a buscar hace algunos días?-

-Si la recuerdo-

-Ella es su hermana, aún sigo viendo a su familia en ocasiones- pasas saliva pesadamente. –En parte lo hago porque no estoy lista para dejarlo ir, lo sé, él fue el motivo por el que decidí seguir trabajando en la mecánica-

La sonrisa inconsciente que se formó en tu rostro al hablar de él, hizo que Draken se reflejara en ti, porque el hacía lo mismo cuando recordaba a su querida Emma.

-Siempre estuve insegura de seguir, sin embargo, el siempre creyó en mi... estoy tratando de dejarlo ir de a poco, aunque eso signifique que deje vacío mi corazón-

-Entiendo el sentimiento- afirmo una vez terminaste de hablar.

-¿Porque?- inquieres curiosa.

-Yo también perdí a alguien hace muchos años- una holeada de nostalgia irrumpió en Ken al hablar abiertamente del tema. –Yo la amaba, pero nunca pude confesárselo porque ella murió antes de poder decírselo-

-¿De qué falleció?-

-Yo antes estaba metido en pandillas, un día una pandilla rival la asesino- hablo con pesar, sintiendo un dolor en su pecho.

-Lo siento demasiado- admites algo arrepentida de hacerle esas preguntas y hacerle recordar aquellas dolorosas memorias.

-Está bien, fue hace 12 años aunque aún duele... en ocasiones sueño con ella pero sé que ella estaría orgullosa de la persona que soy ahora- la sonrisa inconsciente ahora se reflejó en él, al recordar y hablar de su persona especial.

-Yo también lo siento por tu perdida- añadió para dar por culminado el tema.





..............................................................





Tras compartir esa tarde juntos, los siguientes días de trabajo, notaste al más alto más apegado a ti de lo usual, cosa que Inui también vio.

En un momento en donde solo se encontraban en el establecimiento el rubio y tú, porque Draken fue a comprar el almuerzo a todos, decidiste preguntarle algo.

-¿Estoy haciendo mal mi trabajo?- lanzaste la pregunta al aire para que Seishu la respondiera.

-¿Uhm? No, ¿Por qué preguntas?-

-Es que Draken no se despega de mi lado, no me molesta, pero siempre está supervisando lo que hago- respondes consternada.

Ante tu respuesta, le logras sacar una leve risa y sonrisa a Inui.

-¿No te has dado cuenta?- pregunta con obviedad.

-No- hablas mientras tu rostro refleja confusión. -¿De qué?-

-No me corresponde decirte a mí- argumenta mientras vuelve a lo suyo mientras sigue comprimiendo una sonrisa.

Te quedas con duda, mas decides no indagar más.





..............................................................





Ya llevabas varios meses trabajado en D & D motors.

Un día llego un chico a la tienda, queriendo comprar una moto, cosa normal, tú le estabas dando la espalda al posible cliente.

Draken lo atendió con normalidad y amabilidad, mientras decidían que modelo escoger, platicaron un poco.

El joven dice que es bombero, que quiere comprar una motocicleta para animar a una amiga suya que perdió a su novio que era su compañero, la quiere para dársela y que la arreglen juntos para pasar más tiempo con ella.

Al momento que escuchas aquello, te quedas fría y volteas, cosa que el también joven hizo, chocando miradas, reconociendo que era el compañero del que  era tu novio.

-¿Mai-san?- pregunta nervioso como tú. -¿C-cómo has estado?, hace mucho que no te veo-

Empiezas a temblar y entrar en pánico.

Sueltas la lleve que tenías en mano y sales corriendo al almacén, huyendo de la situación.

Aquella reacción alarmo a Draken, ya que él conocía más el trasfondo de la situación que Inui, por lo que fue tras de ti, dejando el cargo al nombrado.

Draken corre en tu dirección, llega al almacén queriendo preguntar qué sucedió, sin embargo, se queda helado al ver cómo te encontró.

Estas llorando en silencio, una mano tuya tapaba tu boca para amortiguar cualquier sonido que pudiera salir, tus piernas comienzan a fallar, haciendo que tengas una inevitable caída al suelo.

Antes de que caigas, Ken te atrapa, evitando que te golpees.

Cuando sientes su calor, te aferras a él llorando desconsolada, este no dice nada, solo te sujeta suavemente consolándote.

-¿Por qué reaccionaste así?- pregunta una vez que ya te calmaste un poco.

-Él era compañero de Ichiro- comentas limpiando tus lágrimas. – Dentro de poco será su aniversario de muerte-

Ahora todo tenía sentido para Ken.

-Está bien tranquila, puedes tomarte el día libre si quieres- sugiere mientras te mira como aun sigues luchando con las lágrimas que siguen escurriendo de tus orbes ónix.

-No, estoy bien-

-No, no lo estas- el mayor lleva una mano a tu mejilla acunándola. –Siempre que ocupes ayuda aquí estoy-

Habla mientras acaricia sueva la zona en donde está su mano, mirándote dulce a los ojos.

Por unos instantes, sedes ante su toque, pero después, ese conforte es remplazado por miedo, te asustas debido a que es el mismo tipo de toque que tenía tu novio, sabes que no es el, nunca los compararías, mas no pudiste evitar sentir aquello.

Le das un fuerte y sorpresivo empujón, alejándolo de ti.

Él te mira asombrado, pensando en que dijo algo mal por la cara de espanto que tienes.

Está a punto de disculparse contigo por sus palabras y actos, cuando sales corriendo del lugar.

Al día siguiente, apareces con vergüenza y culpa por la puerta del local.

-Lo siento Draken- sinceras cabizbaja. –No estuvo bien de mi parte hacer eso cuando solo me estabas tratando de ayudar- haces una reverencia ante él.

-Nada de eso Mai- contesta haciendo que retomes tu postura erguida. –Yo soy el que debería de disculparse- lleva una mano a su nuca nervioso. –Por tomar ese atrevimiento-

Le respondes que no debe de disculparse, quedando así ambos en buenos términos.

Todo transcurre con normalidad, se hacen más cercanos Draken y tú, cosa que Inui, los amigos de Draken y Chihiro notan.

En un día de trabajo, ustedes dos se quedan solos trabajando hasta noche. Deciden tomarse un descanso sentándose en el suelo, en silencio, uno cómodo.

-Oye Mai- llama a lo que respondes con un "Uhm", asegurando que lo estas escuchando. –Ya ha pasado un año desde que nos conocemos-

-El tiempo pasa volando- musitaste en un susurro audible.

-Te quiero agradecer de haberte conocido-

-¿Por qué?- preguntas en una leve risa de ternura.

-Porque creo que me he vuelto a enamorar-

Te sonrojas ante su confesión, como al mismo tiempo se instala una punzada en tu pecho, pensando que le puede gustar de alguien más.

-¿De quién?- preguntas con conmoción.

-De ti- el cuento termina de formular aquella oración, tú volteas rápidamente en su dirección, donde él ya te está esperando con una suave sonrisa.

-No quiero guardármelo más, está bien si no correspondes- hace el amague de quererse levantar y huir de la situación pero lo detienes.

-Últimamente los colores brillan más, y las estrellas iluminan más en la noche, sé que he estado ignorando las señales pero creo que es porque no puedo admitir que-

Haces una pausa y tomas sus manos que están llenas de suciedad y algo de grasa como las tuyas pero no te importa en lo absoluto y las entrelazas.

Lo miras a los ojos para continuar hablando.

-Creo que estoy enamorada de nuevo-

Un sonrojo se apodera de su rostro, así como una sonrisa.

-No puedo creer que sea verdad y mucho menos que seas tú- proclamas nuevamente.

Tiemblas un poco de lo nerviosa que estas, no obstante, él te da un apretón haciéndote saber que está ahí.

-Me es difícil creerte cuando me dices que dame tu mano, pero estoy cayendo y espero que este ahí para atraparme-

Se acercan más el uno al otro, terminando en un abrazo. Unen sus frentes cerrando esa conexión que tienen.

-Creo que estoy enamorada...-

Pretendías seguir hablando, mas no pudiste hacerlo, porque Ken se abalanzo a besarte, siendo correspondido.

Empezaron una relación, yendo lento para amarse y sanarse mutuamente.

Al primero que le dijeron fue a Inui y sus amigos de Draken los cuales se alegraron por ustedes. Tenías miedo de decirle a la hermana de tu antigua pareja, porque al final del día eran amigas, pero ella solo se emocionó, estando feliz por ti y él.

Actualmente llevaban dos años de relación.

Como era costumbre, fuiste al cementerio, a visitarlo, pero Draken te acompaño esta vez.

Estando ya ahí, te pregunto si estaba bien si hablaba con él, a lo que accediste sin ningún problema.

Draken sabe que un parte de tu corazón siempre lo amara a él, como él hace con Emma. Tú ya te habías ido a presentar con ella una vez que lo acompañaste.

Aunque sabe que aunque una parte le pertenezca a él, ya lo dejaste ir.

Ken procede a hincarse frente a la lápida, haciendo la oración correspondiente, después levanta la cabeza precediendo a hablar.

-Ichiro, soy Ryuguji Ken, el novio de Mai, te doy las gracias por cuidarla mientras viviste, no tienes que preocuparte, yo me encargare ahora en tu lugar- menciono con todo el respeto posible bajo tu expectante mirada.

-Sabes de primera mano que ella es simplemente hermosa, es una maravillosa persona, y así como tú, no pude evitar enamorarme de ella- pronuncio en una sonrisa.

-Por eso me quería presentar formalmente, para que fueras testigo que ella está bien-

Ambos después de un rato, salieron del cementerio, yendo a la misma cafetería de antes, en la que fueron a comer por primera vez.

-Mai- llamo captando tu atención que estaba en el menú. –Hay algo que he querido hacer desde ya hace un tiempo, pero no sabía cómo, pero siento que este es el momento-

-¿Y eso qué es Ken?- formulas con intriga.

-Te amo, no creí que me volviera a enamorar, por un tiempo creo que mi destino era estar solo... hasta que llegaste tú y cambiaste todo-

De su chamarra un caja pequeña que tiene un anillo.

Te asombras, llevas tus manos a tu boca para suprimir un grito. El procede a levantarse e hincarse ante ti en una rodilla, mostrando el anillo de compromiso que tenía preparado para ti.

-¿Te quieres casar conmigo?-

-Sí- respondes en automático.

Ni siquiera miraste el anillo, solo a él y solo él.

Te lanzas a sus brazos formando un tierno y amoroso beso, cuando se separan, toma tu mano izquierda, colocando el anillo en tu dedo anular, abrazándose de nuevo.

Todos en su alrededor aplauden. Ustedes están en su burbuja de amor que nada los puede interrumpir.

Miras sus hermosos ojos negros al igual que su cabellera como su distintivo tatuaje de dragón. No creyendo lo que está pasando.

Y que todo eso paso porque volviste a creer que estabas enamorada.





..............................................................





Nota de la autora:

Este OS está inspirado en dos cosas, la película de Ride Your Wave y un fanfic cortito llamado "love again" @manjicry. Si hay similitides con el fanfic es por eso, créditos a su respectivo autor/a/

Ojala les guste el resultado.

Tengo unas ideas en mente para los siguientes OS, esperen cosas buenas : )

Nos seguimos leyendo, besitos<3.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top