BLACK DRAGONS | Partners in Crime


Partners in Crime - Set It Of


Un santuario lleno de pandilleros era lo que observabas, dejaste caer tu cabeza hacia atrás mientras estabas sentada en las escaleras del templo. Tu cabello azabache comenzó a hondar al ritmo del viento, llevaste tu mirada al cielo, observaste con tus hermosos ojos azul turquesa como este se estaba tornado en tonos naranjas, amarillo y algo de violeta, cerraste los ojos y suspiraste exasperada.

Abriste tus ojos y decidiste ponerte de pie, tu uniforme relució en el proceso. Una falda negra con un short debajo adornaba tus piernas, esta llegaba a la mitad de tu muslo, una simple blusa manga larga igual negra tenías encima, lo que más resaltaba era tu chaqueta, larga e imponente. Era la que portaba el líder de la pandilla, una chaqueta negra como la noche con letras blancas que decían "Inferno Angels" además de su símbolo que estaba bordado en hilos rojos, haciendo gran contraste.

Te levantaste de donde estabas sentada dando la espalda a todos los demás detrás de ti, subiste las escaleras con calma, una vez llegaste arriba observaste como esas personas que eran parte de tu pandilla interactuaban, unas riendo, otros hablando con normalidad y algunos otros solo escuchando.

Tu pandilla, Inferno Angels la formaste hace alrededor de dos años, ganando más y más miembros con el pasar de los miembros.

La formaste con tu mejor amigo, Kyo Shibata, estaban cansados de ser amenazados por pandilleros patéticos, así que pensaron, ¿Por qué no crear la nuestra?, ¿Por qué no crear una en donde sean pandilleros respetables?, donde sean auténticos, libres pero sobre todo, que se diviertan.

Al principio fue difícil, nadie tomaba enserio a una niña que lucía frágil y que se creía pandillera como a un niño que era su fiel secuaz, sorprendieron a mucha gente con su fuerza, eran un dúo dinámico, nadie podía con ustedes en Yokohama, lentamente fueron ganando gente, como cambiándolos, había chicos que venían con malas costumbres, eso no lo querías en tu pandilla, con paciencia y dedicación fueron creando hombres de bien, hay algo en ti, que a pesar de que les habías dado la paliza de sus vidas, el cómo les tendiste la mano después para ayudarlos a levantarse, hizo que confiaran en ti, y que prometieran seguirte.

Comenzaron a crecer hasta actualmente tener 200 miembros, reinando la ciudad de Yokohama, siendo los reyes de esta ciudad.

Estas indecisa en si iniciar o no, normalmente el que pone orden para que tú puedas iniciar en tu vicepresidente, Kyo, pero no ha llegado.

El motivo de esta reunión para advertir que no rebasen el territorio que les pertenece, ha habido altercados con la pandilla rival de Shibuya, los Black Dragons, sabes que ellos son los responsables de ellos y que son su más fuerte oponente.

Ellos gobiernan Shibuya, tu Yokohama, son ciudades pegadas por lo que constantemente tienes pequeñas peleas, pero hasta ahora nadie ha declarado la guerra, aun así, sabes que pronto iniciara.

Los Black Dragons son fuertes, lo admites, ¿Cómo no serlo? Tienen de líder al inigualable Shinichiro Sano, al Dios de la guerra, al antiguo Leopardo Blanco y Redcliff, que ahora se convirtieron en el dúo más fuerte, fuertes leyendas del mundo de las pandillas.

Pero eso no quiere decir que tú y tu pandilla se quedaran atrás, ustedes son igual de fuertes que ellos, tus hombres son personas fuertes, al igual que las leyendas también tienes un apodo, Ángel de la Muerte, ese es tu apodo, no sabes quién lo invento pero le agradeces, causa un fuerte impacto, el detalle es que no muchos saben que le pertenece a una mujer, de nombre Hiroko Nomura, lo que siempre causa mayor impacto cuando te ven.

Sales de tu pequeño lapsus, te centras en lo que tienes que hacer ahora, en iniciar la reunión de tu pandilla.

Decides empezar sin tu vicepresidente, no vas a esperarlo más.

Maldito Kyo, más te vale tener una buena excusa.

Tomas una postura erguida estando ya en lo alto del santuario y comienzas.

-¡ATENCIÓN TODOS!, ¡LA REUNIÓN ESTA POR COMENZAR!- tu grito hizo que todos dejaran de hacer lo que sea en lo que estaban para formarse automáticamente en sus divisiones, tomaron una postura erguida y militar, prestando atención ante tu figura imponente.

-Bien, ya que estamos todos aquí quiero decirles el motivo de esta reunión- haces una pausa, ya usas tu tono normal de voz. Ves como todos prestan atención absoluta a tus palabras y te hace sentir orgullosa de ello. –Ya me he enterado de que últimamente han sucedido muchos altercados entre los Black Dragons y nosotros por las delimitaciones de la ciudad, solo quiero advertirles que-

No terminas de hablar porque escuchas el motor de una motocicleta que te desconcentra, por el sonido que hace sebes perfectamente a quien le pertenece, a tu vicepresidente y mejor amigo Kyo.

Dejas de hablar repentinamente mirando como el estaciona su moto y con pesadez camina a ustedes, los demás comienzan a mirar en la misma dirección que tú, ven que es su vicepresidente, así que le abren paso en silencio para que camine en tu dirección.

Mientras de dirige a ti, lo miras molesta porque llego tarde y sin avisar, odias la impuntualidad con todo tu ser.

Pero tu enojo se disipa al ver que conforme se está acercando, tiene moretones y raspones en su cara.

Llega frente a ti, mas no sube las escaleras para estar a tu lado, se queda al pie de ellas y no tiene intenciones de subir, solo está ahí parado con la cabeza agachada.

Bajas unos escalones a donde está el y observas esperando a que levante el rostro pero no lo hace.

-¿Qué te sucedió?- preguntas con la seriedad marcada en tu voz, no obstante, no responde, solo agacha más la cabeza.

Bajas unos escalones más para estar a su altura porque tú eres más baja que él.

-Kyo, te hice una pregunta- suspira entrecortadamente y alza su rostro.

La escena frente a ti te sorprende, cuando alzo su rostro se encontraba entre lágrimas, te mira conteniéndolas lo más que puede pero falla, siente que se va a desmoronar ahí mismo y te abraza.

Sorprendida y desorientada correspondes a su abrazo, porque sabes que lo necesita.

Paso unos cortos minutos llorando en tu hombro, cuando se tranquilizó se separó de ti, secando las ultimas lagrimas que corrían por sus mejillas.

-Dime que sucedió Kyo- preguntas nuevamente, pero sin ser ruda esta vez.

-Iba con mi hermana paseando en las delimitaciones de Shibuya y Yokohama, sé que no deberíamos de ir ahí, lo sé, pero iba con ropa normal y estaba ahí porque le iba a comprar algo por su cumpleaños número seis- tomo un suspiro y continuo hablando mirándote a los ojos. –Siete hombres de los Black Dragons me reconocieron y empezaron a seguirnos-

Nuevamente su voz se empezó a cortar, dando paso a unas leves gotas de lágrimas que nacían en sus ojos y caían en su rostro.

-Agh mierda, lo siento- froto su rostro con su antebrazo buscando parar y secar el llanto.

-Tranquilo, toma tu tiempo- tú y todos los demás miembros estaban expectantes a que el hablara, dando su tiempo para hacerlo.

Retomo el aliento y continúo.

-Trate de evadirlos lo más que pude, no quería pelear con ellos porque mi hermana iba conmigo, no pude salir de su vista así que nos escondimos en un callejón por unos minutos pero no funciono- trago duro saliva y te vio con terror. –E-llos nos rodearon, me dijeron que querían pelea conmigo, les dije que estaba bien, pero Hiroko, ya no los pude evitar más, sabes que en otras circunstancias no lo habría hecho con ella presente-

-Lo se Kyo, continua-

-Les dije que sí, pero con la condición de que dejaran ir a mi hermana que la puse detrás de mí para que no la vieran- las lágrimas salen con más intensidad de sus ojos al recordar lo que paso. –Los malditos dijeron que no y que ella también pagaría las consecuencias de que yo fuera el vicepresidente de los Inferno Angels-

No me gusta a donde va esto.

-Empezaron a atarme todos a la vez, no podía concentrarme en derribarlos porque tenía que protegerla, en un descuido me golpearon con algo en la cabeza y caí- limpio fuerte sus lágrimas que caían sin control. –A-azumi corrió a mi p-pero ellos... la tomaron del brazo deteniéndola y-y la l-anzaron a la pared-

La conmoción general se hizo presente, no creían que alguien le pudiera hacer eso a una niña de 6 años, tú por otro lado estabas fría por la noticia, tu cara quedo plasmada en una mezcla de sorpresa y terror.

-Por el impacto se pegó en su cabeza además de que por el agarre le rompieron el brazo, como pude me levante y corrí a ella tomándola en brazos y la lleve al hospital- termino de relatar lo sucedido, dejando un shock general.

-¿Cómo esta Azumi?- preguntas con la voz hecha un hilo.

-Está estable- limpia sus últimas lágrimas. –Tiene un yeso en el brazo y en su cabeza solo fue el golpe, no paso a mayores, pero Hiroko...- agacho la cabeza nuevamente. –No puedo olvidar el pánico que sentí mientras corría al hospital viendo como sangraba de su cabeza-

Termino de hablar empuñando sus manos.

Tu rostro a lo largo de todo su relato se transformó de uno sorprendido a uno completamente serio y sombrío. Te perdiste en tus pensamientos llenos de furia, ignorando por un momento el dolor de tu amigo.

-¿Quieres hacer algo?- en automático te mira por el cómo hablaste, topándose con tu rostro en una expresión que no supo identificar.

-No podría pedir algo como eso- menciona por lo bajo.

-No es lo que te pregunte- te pone aún más atención, él y todos. -¿Quieres o no hacer algo?-

Lo piensa unos segundos y responde.

-Sí- murmura bajo. –Sí, sí quiero, quiero venganza- vuelve a responder pero ahora en alto y con seguridad.

Das la vuelta y vuelves a subir los escalones. Sonríes y miras a todos.

-¡¿HAY ALGUIEN QUE SE OPONGA?!- gritas con euforia.

Notas como todos sonríen, saben que tratas de animar a tu amigo, y ellos te van a ayudar.

-¡NO PRESIDENTA!- responden en un único grito todos los presentes.

Kyo voltea a verlos sorprendidos que se quieran unir todos sin dudar a su causa.

-¡ENTONCES VAMOS A PATEAR EL TRASERO DE LOS BLACK DRAGONS!- terminas de decir y todos gritan en emoción.

-¡Ellos están en reunión ahora, así que estarán todos reunidos!- vuelves a gritar y reír estando de acuerdo.

Volteas a ver a Kyo que esta con una sonrisa orgullosa mirándote, sus ojos están con un reluciente brillo.

-¡VAMOS POR ELLOS!- y saltas.

Saltas desde lo alto de las escaleras, brincándote así todos los escalones, el viento se encarga de hondear tu uniforma, en especial tu chaqueta. Pareciera que volaras por un momento, dejando embobados a todos, contagiándoles la brillante sonrisa que tienes.

Caes con gracia en el suelo, una vez que tus pies están firmes en este, comienzas a correr a la salida del santuario para ir a tu motocicleta.

Todos te abren paso, pasas tu primero entre todos, siguiéndote el vicepresidente, para después ir ellos.

Vuelves a saltar las escaleras, acto que algunos imitan, mientras que otros corren emocionados a sus motos.

Llegas a tu moto y la enciendes, haciendo rugir el fuerte motor, todos suben a la suya e imitan lo mismo en señal de que ya están listos.

Das una última mirada antes de comenzar a avanzar por las calles de Japón.

Un mar de motos se apreciaban en las calles de Yokohama y Shibuya, la bandera con su emblema hondeaba en el aire, dando aviso de tu pandilla.

Avanzan a gran velocidad al punto de reunión de los Black Dragons, tu rostro a pesar de que estas emocionada, esta serio, sabes perfectamente lo que se viene y lo que tendrán que enfrentar.



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El líder de la pandilla rival, Shinichiro Sano, está dando por culminada la reunión, sin embargo, antes de terminarla oficialmente, un mar de motos y rugidos de motores se ven y se escuchan.

Ahí llegas tú, a la cabeza de todos tus hombres.

Bajas de tu moto con una mirada sombría que podría hacer retroceder a cualquiera, mientras avanzas, los miembros de tu pandilla toman formaciones a la espera de la pelea.

Los fundadores de los Black Dragons están confundidos, saben de primera mano de tu pandilla, mas no esperaban que los rumores fueran ciertos, de que la líder sea una mujer.

-Así que los rumores son ciertos... es una mujer- habla Wakasa y los demás lo miran, Takeomi da unos pasos enfrente y habla.

-¿Qué hacen aquí?- habla fuerte, lo escuchas claramente porque todo está en un perfecto silencio.

-Vengo por pelea- vas directo al grano, tus rivales ante lo que dijiste, toman una postura a la defensiva.

-Deberíamos de hablarlo primero- pusiste tu atención a quien dijo eso, era Shinichiro, quien se puso al lado de Takeomi. –No tenemos que llegar a los golpes-

-En otras circunstancias te habría dado la razón- haces una pausa y miras a Kyo, quien te asiente con la cabeza decidido a continuar. –Pero no venimos con intenciones de negociar-

-Estas segura de lo que dices, ¿Quieres desatar una guerra?- habla con algo de mofa en su voz esperando que te arrepientas.

-- todos se sorprendieron. –A eso vinimos- les diste a los fundadores una mirada que clavaba dagas en su cuerpo.

-Si quieres guerra- ellos se pusieron en formación protegiendo a su líder. –Eso tendrás-

Los Black Dragons, los Inferno Angels, ambas pandillas estaban listas para atacar, la tensión se sentía en el aire. Nadie se atrevía a hacer el primer movimiento.

Lentamente levantas una mano, tus miembros saben que es la señal, mientras que los contrarios están confundidos por tu acción.

Tu acción significa que ya van a atacar, pero aun no pueden empezar.

-Entonces que gane el mejor- sonríes con arrogancia, cosa que hace que sus adversarios se enojen ante tu confianza.

Terminas de hablar y bajas la mano, empezando a desatar el infierno en la tierra.

Tus hombres comienzan a correr en dirección de sus enemigos, por consecuente, ellos hacen lo mismo.

Tú no te mueves de tu lugar, te quedas estática mientras tus miembros corren pasando a tu lado.

La pelea acaba de comenzar.

Ves que Kyo, el vice capitán también corre, antes de que llegue más lejos lo detienes de la camisa.

-¿A dónde crees que vas tonto?- cuestionas molesta, pero con tus sentidos agudizados por el momento.

-Quiero pelear- él quiere soltarse de tu agarre mas no se atreve a hacerlo.

-Quédate cerca para que me digas quienes son- bufas porque sabes que no lo vas a convencer de que se quede a tu lado.

-Sí- continúa con su carrera adentrándose en la pelea.

Algunos de la pandilla contraria lograron llegar a ti, corren decididos, estas sola, no hay forma en la que puedes defenderte de un inminente ataque, como se nota que no te conocen.

Llegan a tu alcance, el primero que esta frente a ti le das un fuerte golpe en la cara mandándolo a volar lejos, haces lo mismo con los demás.

Pasan unos minutos y continuas peleando contra quien se te ponga enfrente, no usas toda tu fuerza, la estas reservando.

-¡HIROKO!- escuchas alguien llamando tu nombre.

Terminas de golpear al que tenías enfrente y volteas buscando la fuente del grito. Ves a Kyo, sabes que el grito.

Señala a un grupo de siete personas que se mantuvieron juntos a lo largo de toda la pelea. Cuando logras divisarlos, tu mente se nubla.

Solo piensas "ahí están", tus llamativos ojos turquesas como el océano se oscurecen, no piensas, tus piernas se mueven en automático decidas a llegar a ellos.

Te abres paso entre el tumulto de gente, golpeando a quien sea necesario para que se quiten de tu camino.

-¡Quítate mierda!- das una patada directo a la cien de tu oponente, noqueándolo en el acto.

-¡AYUDEN A LA PRESIDENTE A ABRIR EL CAMINO!- grita Kyo.

Los que estaban cerca de ti, agilizaron sus movimientos despejando un poco tu camino.

Recibías unos cuantos golpes, mas eran insignificantes en comparación a los que dabas.

Shinichiro, Takeomi, Wakasa y Benkei, que no te habían perdido de vista durante toda la pelea, se sorprendieron ante tu fuerza, esperaban que fuera mero cuento todo lo que escuchaban sobre ti. Al mismo tiempo que los sorprendió la organización y estrategia que tenías al momento de la pelea, era como un ejército bien organizado para que su defensa y ofensa fuera inquebrantable.

La lealtad que te tenían se notaba con tan solo ver la admiración y respeto que se podía observar en sus ojos al verte.

-A este paso vamos a perder- hablo Wakasa mientras tiraba golpes y patadas a diestra y siniestra.

Por otro lado, ya habías llegado a esos siete malnacidos, calas hondo en sus almas con tu mirada, flaquean por un momento, tú figura a pesar de ser pequeña, impone demasiado, tanto temor como respeto.

Ellos no pueden evitar barrerte con la mirada, piensan que no puedes ser la gran cosa, por lo que se burlan de ti.

-Miren lo que tenemos aquí- hablo uno de ellos. –La princesita ha llegado- las risas de ellos resuenan.

-Tu- hablo uno señalando y empujando a otro. –Ve y acaba con ella-

El nombrado hizo caso, se acercó a ti con intenciones de intimidarte, mas no lo logro.

Tu solo esperabas que estuviera lo suficientemente cerca, cuando lo estuvo, diste una patada giratoria dándole de lleno en la cabeza, noqueándolo al instante.

-Tsk- chasqueaste la lengua mientras veías al que dejaste tendido en el suelo. –Son más débiles de lo que pensaba malditos bastardos-

Tanto aquel grupo, como los demás que se encontraban peleando, se asombraron al verte.

Comienzas a caminar lentamente a ellos, se asustan por la facilidad con la que derrotaste a su compañero, así que algunos empiezan a correr desesperados a ti, buscando encestarte un golpe para detenerte.

Así como llegan a ti, así mismo van cayendo al suelo, das golpes precisos y fuertes, más no lo suficiente para noquearlos, solo para que una vez que los derribes se queden ahí, en el suelo.

Esos seis restantes comienzan a caer como moscas, quieres que sufran y lo haces, quieres que escuchen lo que tienes que decir.

-¿Saben porque estoy aquí?- hablas calmada, todo lo contrario a tus acciones, ya que acababas de darle una fuerte patada a uno en el estómago sacándole el aire. -¿Si saben a quién golpearon? Ese fue el peor error de sus vidas- al tipo que acabas de darle una patada lo terminas de tumbar encestándole un puñetazo en la cara.

-¿Cómo se atreven a lastimar a una niña de 6 años?- volteas a ver al último que queda en pie y este parece ser el líder.

Caminas lentamente a él, pisando si es necesario los cuerpos que dejaste en el suelo, ellos solo pueden soltar quejan ante tus pasos.

-Y-o n-no sabi-a... p-or favo- no lo dejas terminar, debido a que le das un golpe demasiado fuerte en si mejilla.

Este ante el impacto, se desorienta haciendo que pierda el equilibro, pero antes de que caiga al suelo lo tomas por el cuello de su uniforme.

Lo miras matándolo con la mirada, esta solo refleja odio y venganza.

USTEDES NUNCA NOS TOMARAN VIVOS!- tu grito resuena en el lugar.

La mayoría de ambos bandos ya estaban en el suelo a excepción de unos cuantos, los miembros de tu pandilla prestan atención, porque saben, que ese es su lema, su mantra, lo que los guía, lo que los rige.

-¡NOSOTROS JURAMOS QUE SOLO LA MUERTE NOS SEPARARA!- el solo te miraba aterrado, esperando que no lo dejaras igual que sus compañeros.

-¡ENTONCES NOSOTROS AHORA LOS CAZAMOS EN LA OSCURIDAD!- lo dejas caer al suelo, este cae de rodillas y voltea a verte asustado.

Desde tu altura lo miras con desprecio, para terminar, le das una fuerte patada que lo tira definitivamente al suelo.

Los de tu pandilla, al ver que su venganza se cumplió, comienzan a vitorear, para ellos, ya ganaron.

Todo es emoción a tu alrededor, sin embargo, tu estas en un trance, la violencia te está consumiendo, ahora no puedes parar.

Kyo se acerca corriendo a ti, con la felicidad marcada en su rostro.

-¡Hiroko!- llego y te tomo de los hombros volteándote en su dirección. -¡Lo hicimos!, ¡Lo hiciste!- habla feliz, no obstante tú lo miras, tu mirada está apagada, no pareces tú.

-No es suficiente- lo alejas con un brazo, ahora tu siguiente objetivo son los fundadores.

-Espera Hiroko- trata de alcanzar tu brazo pero tú lo quitas.

-No te metas y quédate ahí- se tragó su orgullo, sabía que no te iba a poder convencer, mucho menos detener.

Llegas frente a los fundadores, Wakasa, Benkei y Takeomi están en formación, no te dejaran que toques a su líder.

Los primeros en tu camino son Wakasa y Benkei.

-Quítense y déjenme pasar- dices fríamente.

-Ni siquiera lo pienses- replica amenazante el peliblanco.

-Si tengo que derrotarlos para pasar- suspiras hondo, concentrando todas tus fuerzas para este momento, el que habías estado esperando.

Sueltas el aire, se te nota calmada, como la calma antes de la tormenta, justa como la que estas por desatar.

-Así será- abres abruptamente tus ojos asustándolos, tus iris turquesas lucen más encendidos que nunca, brillan de furia.

Sin más, te lanzas a ellos, a ese dúo legendario.

Comienzas a golpearlos brutalmente, ellos dan lo mejor de sí para detenerte, mas ellos saben, que no podrán.

El primero en caer fue Benkei, el ante si gran altura usa sus puños, usas tu desventaja de altura en tu favor, las patadas son lo más efectivo. Le das una fuerte patada en el estómago, haciéndolo encorvarse, aprovechas ese espacio donde bajo la guardia por unos segundos, vuelves a dar una patada pero ahora en su mentón, tirándolo y dejándolo tendido en el suelo.

Apenas ves que el gran moreno de igual altura cae, diriges tu atención a Wakasa, corres a él y dad un salto en el aire, lo sorprendes tomas esa ventaja y giras, propinándole una patada en el rostro que lo hace tambalear.

Estas usando sus distintivos movimientos en su contra, cosa que hiere su ego.

Continuas unos minutos peleando con él, das como recibes golpes de gran impacto, aun así, no te echaras para atrás, no te detendrás.

Simulas que darás una patada para redirigir su atención, esa brecha que abres en se defensa la aprovechas para dar un golpe a puño cerrado en su rostro, así cayo el segundo.

Tomas un poco de aire, durante tus pesados suspiros miras a Takeomi, quien te mira asombrado, no sabe cómo haz aguantado tanto.

-¿Acaso eres humana?- pregunta viendo como caminas lentamente a él. –Si juegas con fuego te puedes quemar-

Cuando menos se lo espera ya estas frente a él, fue como si avanzaras metros solo en un parpadeo.

Lo primero que haces es darle una patada dirigida a la cabeza pero la logra esquivar.

Aquel hombre de la cicatriz en el rostro da buena pelea, pasan unos minutos donde esquivan y devuelven los golpes.

El comienza a cansarse, no sabe cómo tú sigues con la misma intensidad de antes.

Aun peleando, ves como el asombro está plasmado en su cara y decides hablar.

-Yo soy imparable y legendaria- das una serie de golpes que es incapaz de esquivar o bloquear, das uno último que lo tira al suelo.

Percibes como aún se puede levantar, lo observas tendido en el suelo, desde arriba hablas.

-A mí siempre me ha gustado jugar con fuego- terminas de rematarlo con una patada directo a su rostro.

Así derivaste al tercero, solo quedaba el más fuerte.

Miras a Shinichiro, que observo como todos los demás, como derrotabas a los más fuetes de su pandilla como si nada.

Caminas a paso firme en su dirección, sin embargo el no se mueve de su lugar.

Una vez lo suficientemente cerca, no lo dejas si quiera abrir la boca cuando giras sobre tu eje tomando impulso para darle con tu pierna un fuerte impacto en su estómago, no dejas que reaccione para volver a darle una patada, pero ahora en la cara haciendo que caiga sentado al suelo.

-¡SHIN!- grita Benkei.

-¡SHINICHIRO DEFIENDETE!- ahora exclama Akashi

Te detienes a observarlo desde arriba.

-¿Sabes porque estoy aquí?- preguntas con calma solo para que él te escuche.

-No, no lo sé- responde mientras se limpia el labio que sangra por los golpes que le propinaste.

-Estoy aquí porque tus hombres golpearon a uno de los míos, pero ese no es el problema, créeme, no hay mejor paliza que no les haya dado yo- haces una pausa pensando en cómo decir lo siguiente. –El problema fue que golpearon a la hermana de mi vicepresidente que lo acompañaba, tiene 6 años-

La cara de Shin al oír eso queda impactada, reflejando miedo.

-Le dejaron un brazo roto y un golpe en su cabeza- el solo miraba expectante ante lo que decías. –Sé que tienes hermanos, no te asustes, sería incapaz de ir contra ellos y te aseguro que mis hombres igual-

Shin traga duro, eso le helo la sangre.

-Pero... ¿Que hubieras hecho tu si a tus hermanos les pasara algo?- la realidad cae a él como balde de agua fría, porque si, eso podría pasar. –Estás perdiendo el control de tu pandilla-

Piensas lo siguiente que dirás, porque no sabes si es correcto decirlo, aun así, lo haces.

-¿Sabes? Yo te admiraba, admiraba los valores que ponías en tu pandilla, a pesar de ser rivales lo hacía, pero todo se fue a la basura con lo ocurrido, sé que tú no lo ordenaste, no serias capaz de hacerlo-

Te acercas a él inclinándote, ves como la culpa se muestra inconscientemente en su cara como al mismo tiempo le haces ver la realidad de las cosas que no eran tan perfectas como él pensaba.

-Es por eso que tu hoy perdiste, verdaderamente perdiste- solo te le quedas viendo, sabes que está procesando toda la información que acaba de recibir.

Oyes pasos que se acercan, son sus amigos y él lo sabe.

-Estoy bien- alza una mano en señal que se detengan. –No se acerquen-

Vuelves a tu postura inicial, él se levanta del piso viendo tu expresión seria.

-Perdimos, nosotros perdimos- habla Shinichiro, cayendo el más fuerte de todos.

-Pero Shin- se queja Takeomi.

-No, perdimos- se gira dándote la espalda para dirigirse a donde están todos. -¡HOY LOS BLACK DRAGONS PERDIERON!- grita anunciando su derrota.

Ante su anuncio, tu pandilla grita de emoción, tú por otra parte te comienzas a alejar de ellos, pasando sin mirarlos por su lado.

Imaushi hace el amague de ir tras de ti pero Shin es más rápido y lo detiene.

-No Waka, no lo hagas- este no hace nada ante la orden de su líder.

Caminas a Kyo que te está esperando junto con los demás.

-Hiroko- susurra orgullos de la gran líder y amiga que eres.

Le das una suave sonrisa a él y el resto.

-¡GRACIAS PRESIDENTA!- se inclina ante ti con sus brazos detrás de su espalda, este acto lo imitan los demás, formando una reverencia de unos perfectos 90°.

Vuelves a sonreír mientras posas una de tus manos en su cabeza acariciándola.

-No es nada- hablas y todos retoman sus posturas.

Comienzan a caminar en dirección a sus motocicletas para irse de ahí, antes de irte por completo miras atrás.

Ves a Shinichiro, este asiente con la cabeza, haciéndote saber que se encargara de lo ocurrido, le devuelves el gesto en gratitud y te vas.

Te montas en tu motocicleta, de regreso a Yokohama.

Dejando a un solo ganador, ganaron ustedes, porque son compañeros de crimen, que solo la muerte podrá separar, haciendo de sus crímenes una obra de arte.



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Nota de la autora:

Esta canción es una de mis favoritas, espero les guste, no tiene nada que ver con romance o esas cosas, pero siempre que la escucho no puedo evitar pensar en los Black Dragons.

Sé que mis días y horarios de actualización son un asco, una disculpa, tratare de establecer uno.

Muchas gracias por si apoyo, besitos <3

Pd: Tengo una cuenta en instagran @matsu.okaaki por si gustan seguirme, ahí subo el proceso de escrituro como pequeños spoilers, etc. Bye bye.

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