[15]
· Domingo 31 de diciembre de 2006.
Taehyung no lo estaba esperando aquella noche como desde hace meses hacía. Jungkook se había acostumbrado a encontrarse con esa sonrisa cuadrada apenas se paraba frente a la vieja casa, pero esa noche la ventana estaba cerrada y no había señal de su amigo.
Apretó con su mano el pequeño regalo oculto en su bolsillo y se acercó temeroso hasta la ventana, tocándola con delicadeza. Esperaba que Taehyung sólo se hubiera dormido temprano aquel día, porque de ninguna manera sabría qué hacer si aquel niño estaba enojado con él.
Después de todo, Kim tenía el derecho de estar molesto. Jungkook, aún prometiéndolo, no se apareció en su cumpleaños.
―Ah, estás aquí ―Taehyung abrió finalmente su ventana, de mala gana. El menor se encogió en su lugar cuando una mirada cargada de molestia se posó en él. ―Pensé que no vendrías, tú sabes... ―Puso los ojos en blanco. ―Pareces estar demasiado ocupado como para venir a mi cumpleaños, así que, ¿por qué habrías de venir esta noche?
―Hyung... ―Intentó hablar.
―Cierto, es por tu madre ―Sonrió con falsedad. ―Es obvio que tu madre es más importante que yo
Jungkook sintió sus ojos escocer, pero no se dio el privilegio de llorar. La mirada tosca de Taehyung decayó con el paso de los segundos, volviéndose una tristona, y terminó por suspirar rendido para luego darle la espalda.
―Sólo entra, Jungkook. Vas a congelarte ahí afuera
Jungkook obedeció. Encaramándose en el marco como acostumbraba a hacer, se quitó sus zapatillas cuando estuvo adentro. Cerró la ventana, dejó la linterna en el marco, iluminando hacia el exterior, y, habiéndose quitado su abrigo, caminó sigilosamente hasta la cama de su amigo, quien le miraba inexpresivo.
Taehyung quería mostrarse molesto, porque de verdad le había decepcionado la ausencia de Jungkook aquel día, pero era difícil poner mala cara si veía al niño usar la ropa que hace una semana le había dado.
―Ven aquí ―Murmuró, apartando las mantas para que el menor pudiera deslizarse bajo ellas. Los ojos del niño brillaron con lágrimas retenidas mientras se acomodaba junto a su amigo.
―Perdón ―Taehyung no dijo nada. ―De verdad quería venir, pero... ―Se detuvo, sin poder explicarlo en realidad.
Jungkook no podía decirle a Taehyung que su padre le había golpeado y le había obligado a mantenerse en su cuarto nuevamente. Había tenido que esperar a que él se durmiera para escabullirse de casa.
―¿No vas a terminar? ―Ahora fue Jungkook quien no respondió. ―¿Tu padre no te ha dado permiso para salir? ―Y ahora asintió.
Era más fácil no decir la verdad por completo. Luego de que su madre se fuera, Jungkook lo había deducido por sí mismo; las personas no necesitaban saber todo lo que pasaba dentro de su casa. Había escuchado que cuando los padres eran malos, los niños eran enviados al cuidado de otros familiares. Pero Jungkook no tenía más familia, y él no podía arriesgarse a ser enviado a un lugar extraño donde su madre no le pudiera encontrar.
Incluso si su propio padre se encargaba de recordarle a diario que su madre le había dejado atrás porque no lo quería, él seguiría esperando por ella.
Creería hasta el final en ella.
―Oh, Kookie... ―Murmuró Taehyung, su corazón rompiéndose cuando en medio del silencio los ojos del niño se llenaron de diminutas lágrimas. ―Lo siento, no quería comportarme mal contigo, sé que no es tu culpa ―Estiró su mano, apartando las lágrimas de su rostro.
―Lo siento ―Volvió a decir de todas formas.
Taehyung suspiró y se acercó más a él, envolviéndolo en sus brazos. Jungkook lloró en silencio e hipó mientras sus manitos se aferraban a la ropa del mayor.
―Habrá más cumpleaños ―Dijo Kim con seguridad mientras acariciaba su espalda. ―Algún día serás grande y no necesitarás el permiso de tu padre. Asistirás a todos mis cumpleaños entonces
Jungkook se separó, mucho más tranquilo, pensando en ese futuro. ¿Eso quería decir que Taehyung y él se seguirían encontrando incluso después de grandes? ¿Incluso si el mayor se iba lejos? Una suave sonrisa se deslizó en sus labios y Taehyung también sonrió, por el simple hecho de verle un poco más feliz.
Tomando la mano del menor, la llevó hasta sus labios para dejar un pequeño besito en sus dedos, provocando que se sonrojara.
―Hace cosquillas ―Rió bajito, y Kim volvió a dejar otro besito en el mismo lugar tras escucharlo.
Jungkook miró fijamente el gesto, sintiendo su corazón dichoso. Cerrando el espacio entre ambos, con cierta vacilación, se inclinó sobre el mayor para ser capaz de rozar sus labios con delicadeza. Los ojos de Taehyung estaban abiertos con sorpresa para cuando se distanció.
―Lo siento, ¿no debía hacerlo? ―Preguntó con inseguridad ante su reacción.
Taehyung negó rápidamente con la cabeza, dándole a entender que no había problema. Antes de que Jungkook pudiera abrir la boca, sus labios ya estaban sobre los del niño más pequeño.
―Cumplí 11 años ―Dijo, conservando su rostro cerca de él. ―Tienes que darme como mínimo 11 besos. ¿Suena como algo justo?
―Uhm, supongo ―Aceptó, parpadeando con inocencia.
Ya que había sido el cumpleaños de Taehyung, era lo mínimo que podía hacer, ¿cierto?
Taehyung se inclinó sobre él, cerrando sus ojos en espera. Jungkook tomó su rostro entre sus manitos y besó sus labios por tercera vez esa noche, dando pequeños piquitos sobre la boca de su hyung y haciendo pausas sólo para contar entremedio.
―... 10... ―Contó, pegando sus labios a los del contrario en un beso más largo. ―¡11! ―Dijo feliz tras haber cumplido, soltando su rostro. Taehyung suspiró con ensoñación y dejó un tierno besito en la punta de su nariz antes de acomodarse a su lado, abrazándolo.
―¿Sabes? Mamá siempre besa a papá antes de que se vaya al trabajo. Siempre pensé que era asqueroso, pero ahora que estás conmigo, creo que puedo entenderlo ―Jungkook giró sobre su cuerpo, encontrándose con la sonrisa tonta del mayor. ―Me gusta cuando nos besamos en los labios. ¡Los besos en los labios son mucho mejor que los besos en la mejilla!
Jungkook sonrió tímidamente, sintiéndose avergonzado por aquella declaración. Acercándose más a Taehyung, dejó otro besito en sus labios mientras el mayor le envolvía más fuerte entre sus delgados brazos.
―Feliz cumpleaños, hyung
Taehyung dejó un besito en su rostro y ambos permanecieron abrazados en silencio, simplemente disfrutando del poder estar juntos. El delgado cuerpo de Jungkook se sentía frío incluso a través de sus ropas y él sólo deseaba entregarle calor, hacerle sentir protegido. ¿Cómo haría para cuidar del niño luego de su separación?
―Me gusta estar contigo así, como estamos ahora ―Declaró el mayor. ―Pero, Kookie, no me gusta que camines afuera a esta hora. Hace mucho frío, te vas a enfermar. ¿Quién cuidará de ti si te enfermas? ―Cuestionó
―Estoy bien, hyung ―Aseguró. Por supuesto, hacía mucho frío afuera, pero nada lo iba a detener de salir. ―Mañana se cumple un año desde que mamá se fue, necesito estar aquí ―Taehyung suspiró con pesar. ―¿Estarás aquí mañana?
―No. Todos los años nos vamos a casa de mis abuelos y nos reunimos toda la familia. Nos iremos mañana en la mañana ―Jungkook se distanció un poquito, queriendo buscar su rostro. ―Pero volveremos al día siguiente. Papá aún tiene que trabajar
―Oh ―Jungkook le miraba con comprensión. ―¿Te gusta estar con tus abuelos, hyung?
―¡Ellos son los mejores abuelos del mundo! Siempre salimos a pasear y a comer y- ―Se detuvo. ―¿Te cuento un secreto? Mi abuelo me puso mi nombre ―Comentó con orgulloso. ―¿Sabes qué significa?
―Que todo estará bien, incluso frente a los momentos difíciles
―Ahm... ―Su sonrisa desapareció, su mirada se volvió curiosa. ―Sí, así es. ¿Cómo lo sabes, Kookie?
―Alguien me lo dijo una vez ―Enseñó su sonrisa dental, sus ojitos arrugándose dulcemente.
―Esa persona sabe mucho. Pero hay algo más, ¡también quiere decir que todos mis sueños se harán realidad! ―Dijo con alegría. ―¿Y sabes cuál es mi sueño ahora? ―Jungkook negó con la cabeza, esperando con expectación. ―Que incluso si me voy dentro de poco, seamos capaces de reunirnos en el futuro
―También quiero que así sea...
―Lo será ―Taehyung acarició su cabello. ―Ya que es mi sueño, así será, lo prometo. No importa si tardo días o años, Kookie, volveré por ti
Jungkook mordió su labio, queriendo hacer cientos de preguntas. Si él ya no estaba en el mismo lugar para ese entonces, ¿Taehyung le buscaría sin importar qué?
―Te encontraré ―Dijo el mayor con seguridad, como si fuera capaz de leer sus pensamientos.
―¿De verdad?
―Lo haré ―Ni siquiera lo dudaba.
Jungkook aflojó un poco el abrazo del mayor, rebuscando algo en su bolsillo. Taehyung miró con atención la pulsera que le enseñaba su amigo.
―Es... tu regalo de cumpleaños ―Musitó. Taehyung la tomó. ―No tengo dinero para comprar cosas, pero hice esta pulsera para ti, hyung ―Subió una de sus mangas, enseñando una exactamente igual. ―Tengo una también
Taehyung miró la pulsera de Jungkook y luego miró la suya, intentando ponérsela de inmediato. Jungkook se la quitó en medio de una risita y le ayudó a envolverla en su muñeca, haciendo un nudo con los hilos luego. Al mayor no dejaba de impresionarle la bonita pulsera trenzada que el contrario había hecho para él. ¿No era el menor un niño de lo más talentoso?
―¿Te gusta? ―Preguntó tímidamente. ―Mamá me enseñó a hacerlas
―Es preciosa, Kookie ―Taehyung sonrió felizmente, abrazándole nuevamente. Jungkook también sonrió, satisfecho. ―Con esto será imposible que no te encuentre, estamos conectados
―Lo estamos, ¿cierto? ―Jungkook volvió a sentir sus ojos picar, como cada vez que pensaba en la ida de su amigo. ―Te quiero, hyung
―También te quiero, Jungkook
Se miraron a la cara. Se besaron una vez más; una vez o, quizás, unas diez veces. Ninguno las contó realmente. Pero para cuando las mariposas en el estómago de ambos exigieron un descanso, así como sus sonrojados rostros, se sonrieron risueñamente con felicidad destellando en sus ojos. Taehyung volvió a envolver la mano más pequeña entre las suyas para mantenerla caliente en esa fría noche de invierno.
Su última noche de aquel extraordinario año.
Nota:
Ihhh, espero que nadie aquí haya olvidado qué decía la intro de esta historia~
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