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· Sábado 18 de noviembre de 2006.

Últimamente llueve más seguido. Eso era lo que pensaba Taehyung mientras miraba por su ventana con preocupación. Desde siempre él había odiado los días lluviosos, porque no podría salir a jugar con sus amigos afuera. Sin embargo, ahora que conocía a Jungkook, era preocupación lo único que le abordaba.

No quería que su pequeño amigo se enfermara por salir con ese temporal.

Jungkook apareció corriendo por la calle, llevando consigo un impermeable amarillo. Taehyung no demoró en abrir su ventana y hacerle señas, incitándolo a entrar. Jungkook agitó la cabeza en negación ante su mirada sorprendida.

―Si mamá viene... ―Comenzó a decir.

―¡Encontraremos algo! ¡Sólo entra! ―Y esta vez, Jungkook no se hizo de rogar.

El menor se disculpó en voz baja cuando sus botas húmedas aterrizaron en el interior del cuarto de Taehyung. Alzó la vista muy apenas, avergonzado de probablemente estar causando un desastre, pero el mayor negó con la cabeza tranquilamente mientras cerraba su ventana nuevamente.

―Quítate eso ―Le indicó, refiriéndose a las prendas mojadas.

Jungkook obedeció en silencio, quitándose su impermeable, el cual fue a parar a una silla. Sus botas quedaron en el mismo lugar, junto a la ventana, mientras Taehyung ajustaba la linterna en su marco para que iluminara hacia el exterior.

―No podemos pegar una nota, porque el agua destrozaría el papel ―Dijo, volteando hacia su pequeño amigo. ―Pero podemos dejar la linterna en esa dirección. Estoy seguro que, de pasar tu madre, le llamará la atención esta luz

―¿Estás seguro de que se podrá ver? ¿Y si no se trata de mamá? ¿Y si llama la atención de alguien más?

―¡Por supuesto que se verá, sólo ten fe! Y, Kookie, eres el único que pasa por esta calle durante la noche, no creo que haya alguien más extraño que tú ―Admitió con una sonrisita divertida, el menor frunció sus labios. ―Además, creo que puedes estar tranquilo, nadie más saldría de casa con esta lluvia

―Supongo que es así... ―Susurró.

Taehyung asintió, mirándolo de pies a cabeza luego. Mostrándose pensativo, no dudó en acercarse a su amigo para ayudarlo a retirar su sudadera, pues probablemente le resultaría molesto usarla si ellos pretendían meterse a la cama.

―¡Tae! ―Se quejó en voz baja, pero el mayor sólo siseó, obligándolo a callar.

Dejó caer la prenda al piso, dejándolo solo en una delgada camiseta. Taehyung tomó su mano y lo guió hasta su cama, indicándole que se recostara junto a él. Tapando a ambos con las mantas, tiró su brazo por el torso del menor y lo abrazó con fuerza, deseando que entrara en calor. Él no permitiría que su amigo se enfermara por salir despreocupadamente en las frías y húmedas noches de otoño.

―Hyung... ―Gimoteó Jungkook una vez más, provocando que Taehyung suavizara un poco el agarre. ―Duele ―Finalmente dijo.

Taehyung parpadeó, sin comprender a qué se refería. Por supuesto que él lo estaba abrazando, pero no lo suficientemente fuerte como para lastimarlo. ¡Él ni siquiera se atrevería a lastimarlo! Deshizo el abrazo, mirándole fijamente, con dudas. Jungkook se removió incómodamente ante su inquisitiva mirada, odiando que el mayor mantuviera la pequeña lámpara junto a su cama encendida, haciéndole sentir vulnerable bajo sus ojos.

―¿Dónde duele? ―Preguntó Kim, sabiendo que el menor escondía algo.

Jungkook apartó las cobijas, poniendo su mano en su costado. Taehyung ni siquiera pidió permiso, sólo tomó la camiseta del menor por el borde, subiéndola cuidadosamente para revisar de qué se trataba. Su corazón latió con miedo al encontrar su cuerpo lleno de golpes; un moretón mucho más grande y feo situado justo en su cintura, donde él había presionado.

―¿Qué te ha pasado? ―Preguntó, sin atreverse a tocarlo. Temía que un mal roce sólo lo hiciera llorar.

―Me caí por las escaleras hace unos días ―Murmuró con tristeza. ―Todavía duele

―¿Tu papá te llevó a un hospital? ―Jungkook no contestó. ―Él tenía que llevarte

―No es tan grave ―Acomodó su camiseta, apartando la mirada. ―Me costó levantarme, pero yo... puedo caminar bien ahora. Los moretones desaparecen después de un tiempo. Siempre lo hacen

―¿Ya te has caído antes?

Jungkook giró hacia él, enseñando una sonrisa temblorosa mientras asentía.

―Kookie, en realidad tienes pies torpes, ¿cierto? ―El menor asintió lentamente. ―¿Estás seguro de que solo se trata de eso? ¿No me estás escondiendo nada? ―Jungkook guardó silencio. ―Porque soy tu amigo. Es malo esconderle cosas a los amigos ―Le recordó.

―Lo sé ―Susurró, sus ojitos brillando debido a las lágrimas que intentaba no derramar.

―Está bien, no estés triste ―Taehyung tomó una de sus manos. ―Tú lo dijiste, el dolor pasará ―Una suave sonrisa apareció en sus labios. ―¿Sabes qué hace mamá cuando yo me hago una herida? Ella pone una tirita para mí y luego la besa, ¡inmediatamente me siento mejor! ―Su sonrisa sólo creció. ―No tengo tiritas, pero aún puedo intentar besarte. ¿Quieres que lo haga?

―¿Besarme...?

―Aunque supongo que es un lugar raro para besar ―Taehyung rascó su barbilla, pensativo. ¿Y si al besar las heridas de Jungkook estas dolían más por no estar usando tiritas? ―¿Quizás sólo no debo hacerlo? ―Murmuró para sí mismo, cuestionándoselo.

Jungkook le miró fijamente, recordando a su madre. Ella siempre estaba con él cuando enfermaba. Ella siempre estaba ahí cuando algo dolía. Todas las noches, sin falta, su madre besaba su rostro y le deseaba dulces sueños. Él había olvidado la última vez que alguien había hecho eso por él.

―Hazlo ―Pidió, cerrando el espacio entre ellos. ―Hyung, por favor, bésame ―Pidió.

Taehyung le miró fijamente, preguntándose por qué repentinamente él le miraba con tanta seguridad. Sin embargo, restándole importancia, le regaló una bonita sonrisa antes de apoyar sus labios contra su mejilla. Eso era todo, quizás incluso si no era el lugar herido, sus besitos también servirían.

Jungkook cerró sus ojitos con fuerza, sintiendo calidez invadir su corazón ante la pequeña muestra de afecto y preocupación, y aferró su mano al pijama de su amigo mientras este seguía dejando besitos por su rostro, asegurándole que el dolor pasaría pronto.

―¿Tus heridas duelen menos ahora? ―Preguntó el mayor en voz bajita, sintiéndose aliviado cuando el contrario asintió.

Observó sus ojos fuertemente cerrados, preguntándose cómo eso lo hacía lucir tan adorable. Deteniéndose en sus labios, se cuestionó si ese era un lugar que también podría besar. Porque él de verdad quería besar sus labios. No estaba seguro del por qué, pero necesitaba hacerlo.

―¿Hyung? ―Llamó Jungkook delicadamente, abriendo los ojos cuando Kim dejó de besarlo. ―¿Pasó algo?

Pero Taehyung negó con la cabeza, sintiendo sus mejillas rojas. Era bueno que Jungkook no fuera capaz de leer sus pensamientos. Y dejando un beso en la punta de la nariz de aquel lindo niño, ambos sonrieron mientras se miraban fijamente.

Era el corazón de Jungkook el que dolía menos ahora.
Taehyung se sentía orgulloso de haber contribuido en devolver la sonrisa a su rostro.

Nota:
Ihhh, por fin, ¡estamos retomando!
El fic lo estaré actualizando semanalmente, si es que no ocurre ningun contratiempo unu. Aviso de antemano que, ya que los capítulos son cortitos, subiré de dos a la vez para que no sea tan breve. ¡Gracias por su paciencia!

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