Si te hubiera rescatado

Si imaginas a la ciudad de Ninjago después del ataque del Gran Devorador, podrás ver que todo es un desastre.

Y más aún cuando el Devorador aun atacaba la ciudad.

En lo que sería el supuesto plan de los ninjas de llevar al Gran Devorador a un punto exacto para que Lord Garmadon lo atacara con las armas doradas. Mientras una pequeña niña, con ropa sucia, cabello rubio sujeto a dos trenzas caminaba casi sin rumbo fijo dejando detrás suyo varios edificios destruidos a sus espaldas.

Se sujetaba fuertemente con su brazo bueno su otro brazo el cual se encontraba herido, además se podía notar la mugre que cubría su rostro haciendo revelar sus lágrimas machando su rostro.

Parecía ignorar todo lo que pasaba a su alrededor. La imagen de sus padres sacrificándose por ella en su edificio no dejaba de repetirse en su cabeza, le prometieron que se reunirían con ella muy pronto, no fue así. Fue empujada fuera del edificio por las demás personas que se encontraban ahí adentro. Corrió y corrió tan lejos como pudo para poder hallar un lugar seguro, pero el Devorador no dejaba de derrumbar edificios y por temor a eso volvió de nuevo a su edificio, solo para ver como derrumbara ocasionando que unos escombros cayeran sobre ella y hacer que se hiriera gravemente su brazo.

El miedo se apodero de ella cuando vio su edificio, su hogar, destruido y echo escombros...y lo peor...sus padres estaban ahí.

Ya no los vería nunca más.

¿Dónde estaban los ninjas? ¿No habían venido a salvar la ciudad, como siempre lo hacen? ¿A caso ellos...?

Escuchando un fuerte estruendo miro hacia arriba y vio como muy pronto seria aplastada por una antena de radio de algún edificio cercano.

Este es el fin, ella lo sabía...el sacrificio de sus padres de poder salvarle la vida sería en vano...

O eso creía ella...

De pronto sintió como alguien la cargaba en brazos mientras corrían a una gran velocidad para poder escapar del alcance de esa antena de radio.

La persona que lo salvo dejo de correr y se cubrió mientras protegía a la pequeña niña con su propio cuerpo del polvo levantado del suelo y de algunos pequeños escombros que salieron en cuanto la antena golpeo el suelo.

Después de que el supuesto peligro pasara, la pequeña niña miro lentamente a su salvador. Y este resulto ser nada menos que el Ninja Rojo, quien aún tenía su máscara puesta y con una gran adrenalina recorriendo su rostro mientras respiraba pesadamente.

- ¿Estas bien pequeña? – escucho la voz algo agitada del señor Ninja Rojo quien no dejaba de abrazarla protectoramente.

La niña parecía algo conmocionada, pero asintió lentamente con su cabeza hacia con el Ninja Rojo.

Y ella aun no podía creerlo, uno de los famosos ninjas había venido a salvarla.

- ¿Puedes decirme tu nombre? – nuevamente oyó la voz del ninja hacía con ella.

- H-Harumi... - respondió débilmente, pero claro hacia con el Ninja Rojo.

- Harumi, muy bien – el ninja la mira suavemente con sus ojos rojos algo salvajes – ¿Puedes decirme donde están tus padres? –

Era la pregunta que Harumi temía contestar ahora.

Pero en silencio absoluto ella solamente señalo el área destruida de los edificios. Y al notarlo, el Ninja Rojo por desgracia supo lo que eso significaba y lo que le había pasado a los padres de Harumi.

Ellos habían muerto durante los derrumbes.

Suspirando tristemente el Ninja Rojo tan solo volvió abrazar a Harumi, esta vez de manera confortante, suavemente acaricio su cabello y froto suavemente círculos sobre su espalda.

Harumi no sabía que pensar al inicio, ella tan solamente se quedó ahí congelada mientras dejaba que la abrazara el Ninja Rojo.

- Como lo siento – oyó suavemente la voz del ninja casi cercas de su oído – Perdón por no llegar a tiempo –

Harumi nuevamente sintió sus lágrimas surgir de sus ojos y sin ni siquiera pensarlo abrazo el cuello del Ninja Rojo como si su vida dependen diera de ello.

Nuevamente el Ninja Rojo la levanto en brazos y la llevo a un lugar seguro con las demás personas socorridas durante el ataque del Devorador.

Después de que el Ninja Rojo la dejara en manos de unos paramédicos, él pensó que estaría bien en manos de unos profesionales, pero Harumi por reacción no quiso alejarse del Ninja Rojo. Su rostro reflejaba mucho miedo, miedo a quedarse sola nuevamente.

Pero para tranquilizarla el Ninja le prometió que regresaría por ella después de detener al Gran Devorador y de ayudar a las demás personas que aun necesitaban ayuda. Harumi no tuvo más opción que dejarlo ir, pero ahora mantenía la fe en tal vez de que el Ninja Rojo si cumpliría su promesa, ya que no le gustaría repetir el mismo suceso que hicieron sus padres.

Después de un tiempo, ella fue atendida de su brazo herido, el cual ahora se encontraba vendado. Pero después de eso fue llevada a un grupo de refugiados después de que, al parecer, los ninjas y Lord Garmadon derrotaran al Gran Devorador, haciéndolo estallar y que cubriera gran cantidad de la ciudad en una asquerosa baba verde.

Mientras, ella esperaba tranquilamente sentada en su camilla en el centro de refugiados. Pero en eso, sintió como alguien se acercaba a ella.

- ¿Harumi? – oyó la voz familiar del Ninja Rojo. Al mirar arriba, vio que efectivamente era el mismo Ninja Rojo quien la salvo.

- Si volviste – dijo ella, casi en tono algo aliviado y asombrado.

- Si, lo hice. Te prometí que lo haría ¿no? – dijo al acariciar suavemente el cabello de la niña rubia.

Fue ahí donde el Ninja se quitó la máscara y Harumi veía su rostro: cabello castaño oscuro y con forma de picos alrededor, piel algo morena y ojos color rojos casi como el fuego mismo, pero en el ojo izquierdo cruzaba una cicatriz con forma de una "Y" invertida.

Para ella, era aún más genial que verlo desde la televisión.

- Perdón por no presentarme bien antes. Mi nombre es Kai, y aparte de ser solo el Ninja Rojo, sy también el maestro del fuego –

- Si, se quién eres, te veo mucho por la televisión – respondió Harumi hacía con Kai.

- Si, ya me lo suponía – dice Kai con una pequeña sonrisa simpática en su rostro – Solo quería presentarme apropiadamente – pero en eso su sonrisa se esfumo y mostró una mirada triste y apenada – Lamento mucho lo de tu familia, pequeña –

Harumi al oír eso, tan solamente bajo la mirada y miro hacia el suelo.

- Desearía haber podido llegar a tiempo y salvarlos también, sabes – suspira pesadamente mientras se sentaba al lado de Harumi en la camilla – Si el sentimiento es mutuo, se lo que se siente perder a alguien de tu familia. Yo también perdí a mis padres, y era aún más joven que tu –

En eso Harumi lo mira atentamente, esto era algo nuevo que sabía sobre uno de los ninjas.

- Sé que es difícil aceptarlo, y aun así sabemos que la parte más difícil de este trabajo es que no siempre podremos salvar a todos, esa es la parte dura que debemos afrontar –

Harumi miro con tristeza a Kai, nunca pensó que los ninjas tuvieran momentos tan difíciles.

- Me dijeron que no tenías más parientes, y tienen pensado llevarte a un orfanato. Pero yo pensé en que...tal vez a ti te gustaría ir con nosotros – su tono se oía algo torpe, y Harumi no pudo aceptar la idea.

- ¿Huh? – confundida inclino la cabeza un poco hacia un lado mientras seguía mirando con sus ojos verdes bajos a Kai.

- Ya sabes, si te gustaría ir a vivir con nosotros – al decir eso, se rasco un poco la parte de atrás de su cabeza.

- ¿Ir contigo...y los demás ninjas? – sonaba aun algo incrédula al oír la propuesta de Kai.

- Sé que suena apresurado y que por el momento no tengamos un lugar en específico donde quedarnos por ahora, pero... - pero en ese momento Kai ahora tenía una cara algo seria – No me gustaría cometer otro error, ya abandone a Lloyd la primera vez que lo vi, y eso llevo a un gran desastre por no querer ayudarlo. No quiero cometer el mismo error contigo –

Harumi parecía comprender de lo que estaba hablando Kai.

- Y sé que lo mejor es que te lleve conmigo y tengas un nuevo hogar en el cual te sientas bien -

Harumi parecía emocionada por esa idea, pero en eso pensó en algo que tal vez Kai no había pensado antes.

- Pero... ¿y los demás Ninjas? ¿Crees que ellos si me aceptaran? – pregunta Harumi casi en un modo inocente.

- Descuida, yo me encargo de todo. Tú no te preocupes – le asegura con una honesta sonrisa – Entonces, ¿aceptas? –

Con lágrimas casi saliendo de sus ojos, Harumi asintió hacía con Kai. Quien sonrió y acaricio suavemente su cabeza nuevamente. Kai la recogió en brazos y ella se ferro hacia su gi ninja. Y así los dos abandonaron el centro de refugiados.

En cuanto Kai llego con su equipo, todos quedaron asombrados al ver a Harumi acurrucada en los brazos de Kai.

- ¿Kai? ¿Quién es esa niña? –le pregunta Cole, el Ninja Negro.

- Ella es Harumi, y formara parte de nosotros a partir de ahora –

Harumi vio de reojo como todos se le quedaban viendo con algo de asombro.

A partir de ese momento, Harumi formo parte del equipo de los Ninjas.

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