8: Almas Perdidas
LLOYD'S POV
Nuestros pies golpearon el suelo, la negrura se expandió ante toda mi visión, y un escalofrío sombrío recorrió toda mi columna vertebral. El aire frío lastimó mis pulmones, tuve un mal presentimiento, las hojas y ramas crujían a nuestro al rededor.
Y corrimos. Tal y como Oliver nos había dicho que lo hiciéramos. Corrimos hacia la luz, un camino al costado del bosque, donde los rayos solares alcanzaban a iluminar ese angosto tramo del mundo. Seguimos corriendo, a gran velocidad, mientras las ideas y pensamientos ajenos llegaban a mi mente. Pero los ignoré, di el último paso, y aterrice en el camino de piedra amarilla.
Todos llegaron, sanos y salvos, casi al mismo tiempo en que yo lo había hecho. Pero Oliver fue el único que se mantuvo al margen del bosque, sin poner pie dentro del camino.
-¿Por qué no entras? -preguntó Jay, sujetándose las rodillas mientras intentaba respirar.
-Dijiste que el bosque es peligroso -dice Cole.
-Lo es -confirma Oliver, despreocupado -Sin embargo, la razón por la que es peligroso es porque sólo aquí pueden vivir los seres oscuros. En otras palabras: ustedes no.
-¿Y qué hay te ti? -pregunta Jay.
-No puedo cruzar de su lado -contesta Oliver -, soy un ser oscuro, y la zona de luz me quemaría al instante. Más adelante hay un pueblo, el único pueblo. Buscarán ahí provisiones. Como yo no puedo entrar me mantendré a la orilla del bosque, y nos veremos a la salida del pueblo. Por ningún motivo salgan del camino. ¿Entendido?
-Entendido -contestamos todos.
-Hmm, ¿cómo dijiste que se llamaba este reino? -pregunta Kai.
-Les conviene no saberlo. Sólo sigan adelante, estarán bien -dice, perdiéndose entre las sombras del bosque.
Los demás estábamos sobre un camino amarillo, el único lugar donde llegaban los rayos del sol, puesto que todo lo demás formaba parte del espeso bosque.
Al menos aquí, me sentía a salvo.
Este reino, (aunque no sabía con exactitud cuál de todos era) era de cierto modo muy parecido a Ninjago en lo que su aspecto. Bien habríamos podido decir que estábamos en nuestro reino, en medio de cualquier otro bosque, sobre un camino amarillo.
-¿Dijo que siguiéramos el resto del camino hasta un pueblo? -preguntó Cole -Será mejor que nos apuremos, porque allá adelante no veo nada.
Y era cierto, nuestra visión hasta ahora sólo constaba del camino recto, nada más.
-Zane, ¿puedes decirme por favor dónde estamos? -pregunta William con libreta en mano.
-Ni yo ni Pixal podemos ubicar qué reino es este, lo siento -Zane se disculpa.
-Oh, bueno -William se lamenta -Supongo que tendré que averiguarlo por mí mismo.
Dicho esto comenzamos nuestro camino. Conmigo y Kai al frente, con lo demás por atrás compartiendo conversaciones.
Ya había perdido la cuenta de todas las veces que avanzábamos de esta forma: caminar y caminar, Kai siempre a mi lado, Zane al lado de Cole, y Jay al lado de Willy. Se había vuelto como una rutina para nosotros, pero no había nada más que pudiéramos hacer.
No podíamos dejar que Dylan se saliera con la suya. Ya tenía en su poder cuatro de los ocho amuletos, y nosotros apenas íbamos por el segundo.
Por mi culpa.
No podía dejar de pensar en eso. Si no fuera por mí y mis acciones impulsivas contra Oliver, aún tendríamos e, amuleto del fuego en nuestras manos, y Dylan sólo nos estaría llevando la ventaja de uno.
Pero ahora las reglas del juego eran diferentes. Dylan podría tener cuatro amuletos en su poder, pero uno de ellos era de un Fangbatium, y los tres que aún faltaban por encontrar podrían estar en cualquier parte.
El de la Vida y la Muerte, se suponía que habían quedado en manos de los herederos de los hermanos mayores, por lo que podrían estar cualquier reino. Y el amuleto de la Creación, estaba dentro de un Fangbatium Celestial. El mismo Fangbatium que había caído hace mil años en el reino natal de Oliver, cuando aún existía.
Y sólo había una persona en todo el multiverso que sabía su ubicación exacta.
Oliver.
No había forma o manera de que Dylan averiguará dónde había caído el primer Fangbatium. Éste era totalmente nuestro, a fin de cuentas.
Pero después de esto, tendríamos que unirnos a la casería de Dylan y buscar por todos los reinos los legítimos herederos de dos hermanos que vivieron hace millones de años.
Sí, sería difícil.
-¡Alto! ¿Vieron eso? -exclamó William extendiendo los brazos y parando el paso detrás de nosotros.
Kai y yo también nos detuvimos, volteamos hacia atrás para ver el causante de tan repentino freno, pero sólo vimos la atención de Willy clavada en el interior del bosque.
Todos nos quedamos callados, pero no vimos, ni escuchamos nada.
-William, ¿qué exactamente estás haciendo? -le preguntó Cole.
-¡Les juro que vi un búho dorado con cola! -exclamó hacia nosotros.
Esperé no ser sólo yo el que se quedó aturdido con la descripción del animal.
-Ehh...no creo que eso exista -dice Zane -Pero sería interesante de ver.
-¡Pero se los juro! ¡Yo lo vi!
-Ya, ya, Willy -Jay le dio unas palmaditas en el hombro -Te estás comenzando a parecer a mí, y no me gusta.
-Sí, con un Jay malcriado ya es suficiente, lo siento Willy -dice Cole.
-Sí -asiente Jay, pero luego giró la cabeza hacia el pelinegro, de una forma molesta -Hey...
-No sé ustedes -dice Kai voltéandose y comenzando a caminar de nueva cuenta -Pero a mí me gustaría llegar a ese pueblo antes del anochecer.
-Pero, pero...yo lo vi...
-Aún queda mucho bosque Willy, seguro que lo verás de nuevo -dice Jay animándolo a continuar la caminata.
Cuando volví a alcanzar el ritmo de Kai, éste ya había comenzado a establecer la típica conversación conmigo, que había formado parte de la rutina de la caminata en los pasados días.
-¿Ya lo superaste? -me preguntó, sin apartar los ojos del camino.
Hice un esfuerzo por no enfurecerme ante el recuerdo de cómo mi ego nos había impedido tener en nuestras manos el amuleto de fuego.
Era extraño, normalmente el egocéntrico siempre era Kai.
-Aún sigo en el proceso de llegar a considerar que tal vez debería intentar considerarlo -respondí.
Kai me dirigió una mirada rápida, pero luego soltó una carcajada echando la cabeza hacia atrás.
-Lloyd, tú eres un incomprensible -se rió.
-Es mi encanto natural -cité, alzando una ceja y poniendo las manos en la cadera, como habría hecho Kai para coquetear con alguna chica.
Y logré mi objetivo: hacer que se riera más fuerte. Desafortunada o afortunadamente, habían pasado dos segundos cuando ya había perdido mi postura y me había unido a las risas con castaño.
El momento me hizo sentir vivo nuevamente. Habían pasado tantas cosas, tan rápido y anormales, que no me había detenido a pensar en siquiera cómo los acontecimientos habían cambiado tan rápido.
Un día, estábamos cenando en un restaurante con Kai vomitando en el baño, y al otro, nos encontrábamos luchando contra guardianes celestiales condenados a proteger los amuletos de los cuales se quiere apoderar un demonio híbrido con sed de poder concedido por un príncipe demonio que ahora se suponía estaba de nuestro lado.
Sí, muy normal.
Pero lo que realmente me hacía sentir vivo, eran estos momentos de diversión con mis hermanos. Las risas con Kai, las bromas de Jay, el hambre de Cole y la inteligencia sobre humana de nuestro amigo de metal. Todos éramos muy diferentes, pero a fin de cuenta, éramos hermanos, para cuidarnos en las buenas y en las malas, siempre apoyándonos y cubriéndonos la espalda.
Disfrutando cada momento.
No pude evitar sonreír.
-¡Ahí está, lo veo! -señaló Jay por encima de nuestros hombros.
Kai, yo, y los demás alzamos la vista, logrando visualizar a lo lejos otra terminación del bosque que no tenía nada que ver con el camino, sino, hasta donde llegaba el camino.
Un pueblo rupestre y de distintos colores, con animales, personas, y vida. Se veían muy parecidas a nosotros, y aunque no podía ver detalles estando desde aquí, sabía que por fin podríamos tomarnos un pequeño descanso.
Un muy merecido descanso.
OLIVER'S POV
Las raíces de los árboles se hacían cada vez más difíciles de atravesar conforme me internaba más en el bosque. Las doncellas se habían ido por el camino sencillo, literalmente se habían ido por "La Senda De La Muerte", y aunque tuviera un mal nombre (lógico, pero poco popular) era hasta ahora el lugar más seguro donde podían estar en todo el reino. En cambio yo, había corrido con la única suerte de ser un inmortal, y así mismo, un ser oscuro, el cual se desintegraría si ponía un pie fuera del bosque.
Este lugar era como una casa familiar, al menos para mí. Todo aquí era inmortal, hasta los árboles, y podría decirse que el lugar era propiedad de los demonios.
Todo era como yo.
Sin embargo, no me gustaba. Era cierto que incluso yo corría riesgo estando en este lugar, donde el viento te susurraba, las ramas te engañaban, y la belleza falsa te seducía. Pero en especial, el mayor problema de este lugar eran las criaturas que habitaban en él.
Tristemente, mi plan de mil años no incluía destruirlo.
Una rama crujió metros más adelante, donde mis ojos ya no alcanzaban a ver más allá de las sombras.
Me detuve, asegurándome de que mis colmillos estuvieran preparados para soltar una mordida letal al cuello. Si es que esa cosa tenía cuello.
Una figura de estatura parecida a la mía se acercó a susurros, nada más que pisando algunas hojas y ramas por el camino.
Sus ojos de pistola ya me habían advertido demasiado, aunque me cuestioné por qué no había sentido su presencia, supuse rápidamente que era por todo el mal que desprendía el lugar, sirviéndole a él o a cualquier otro como camuflaje.
Guardé mis colmillos al ver que no era el monstruo que había estado esperando.
Él me había estado causando muchos problemas, debía admitirlo, pero nunca me gustó hacer negociaciones en mi forma natural.
Suspire, dejando que se notará el sarcasmo.
-Oh, eres tú. No te esperaba aquí -dije -Aunque, a juzgar por el lugar en el que estoy, debí haberlo imaginado.
-Sé que sabes dónde está.
-Todo puede pasar -dije -Pero, realmente aún no me haz impresionado.
Después de todo, caí en la cuenta de que en todas mis negociaciones terminaba sacando los colmillos.
COLE'S POV
El pueblo de "Los Ángeles" (como decía el letrero en la entrada), era mucho más grande de lo que parecía a simple vista. Siendo que tenía muchas casas rusticas, con caminos de piedra, fuentes, jardines e iglesias de diferente aspecto, todas alabando a un dios diferente. Pude reconocer en una, al Primer Maestro del Spinjitzu en una de sus ventanas.
No pude evitar notar que la mayoría de la gente eran ancianos o de mayor edad, (aunque su aspecto no tenía nada que ver con la ligereza con la que se movían), y muy pocos eran adolescentes como nosotros, los cuales, a diferencia de los adultos, les llamábamos mucho la atención, y algo me hizo creer que era porque éramos un grupo muy numeroso.
Nos detuvimos al lado de una fuente con peces, ubicada en el centro de un hermoso jardín floreado frente a una iglesia de una religión desconocida.
-Muy bien -dice Lloyd poniéndose en el centro del circulo -Oliver nos dijo que busquemos algunas provisiones, ¿pero cómo si ninguno sabe a dónde debemos de ir?
-¡Oh, oh, oh, yo! -Jay alza la mano dando saltitos -¿Qué tal si nos dividimos? Para encontrar una tienda mucho más rápido.
-Bien pensado -señala Lloyd -Nos dividiremos en equipos de dos, buscaremos alguna tienda y conseguiremos lo que podamos. En veinte nos vemos aquí mismo, ¿entendido?
-Entendido -asentimos todos.
-Entendido -dice Willy más tarde que los otros.
-Un momento -nos detiene Zane -¿cómo conseguiremos las cosas si no tenemos dinero para comprarlas?
-Mm buen punto -concuerda Lloyd -. Se nos tendrá que ocurrir algo. Ahora, andando.
No nos había costado mucho dividirnos en equipos de dos, era algo que a menudo estábamos acostumbrados a hacer, y ya sabíamos con quién juntarnos. Sin embargo, solía cambiar mucho entre Zane y Jay, ambos eran mis dos mejores amigos, y aveces era muy difícil decidirse...
-¡Oh! -exclamó Jay -¿Creen que deberíamos pedir limosna fuera de la iglesia para conseguir dinero? Podríamos disfrazarnos de payasos, y hacer trucos graciosos con nuestros poderes.
Y otras veces no.
Kai y Lloyd no habían tenido ningún problema en irse juntos. Ni siquiera se preocuparon por el pleito que se estaba generando a sus espaldas.
Fui hacia Zane.
-Buenooo, parece que tú y yo deberíamos...
-¡Zane! -Willy se interpuso entre nosotros de un salto y sujetó a Zane de los hombros -¡Necesito de tu ayuda! ¡La película de mi cámara se termino, y necesito que alguien tome imágenes del lugar en alta definición! ¡Necesito tenerlas! -se puso de rodillas, con las palmas juntas a modo de suplicación -¿Puedes, puedes, puedes, pueeedeees?
Zane me echó una mirada de "lo siento", acto seguido, ayudó a Willy a levantarse y los dos se fueron por una de las calles.
Dejándome solo con Jay.
Volteé a mirarlo, y él a mí.
-¿Jeje? -se encogió de hombros.
Fruncí el ceño y comencé a caminar por una de las calles.
-Vamos. Sólo tenemos veinte minutos.
WILLIAM'S POV
El lugar era magnífico, mi emoción estaba al límite, y esta aventura verdaderamente era como un auténtico cuento de hadas, narrado por mis compañeros, en el cual, estaba yo, ayudando, aportando, y trabajando todos juntos en contra de un malvado tirano. Era lo que siempre había querido.
Sentía que al fin vivía en uno de mis libros, luchando con espadas, escapando de monstruos...era como luchar contra los separatistas mientras buscábamos el Sable de Luz Kaiber, o tratar de escapar de los mortigafos mientras buscábamos las reliquias de la muerte, o...wow. No. Esto no era como todas esas cosas.
No. Esto era más. Era real, y mi estaba pasando a mí, junto en este momento, lo que siempre había querido.
Podía ser un héroe.
-¿Qué te parece ahí? -la voz de Zane me bajó de la nube, regresando al presente y viendo que señalaba hacia una frutería.
-Fruta -dije -. Sí, necesitamos. Andando.
Comenzamos a dirigirnos hacia ésta, la cual parecía mucho a cualquier otra frutería que haya visto alguna vez en mi tierra de Ninjago. Pero no veía la señalación de ningún precio por ningún lugar.
Me acerqué más a Zane y le susurré:
-No se te olvide tomarle foto a esas manzanas moradas.
Al entrar a la tienda, nos encontramos con muchas más frutas de las que había afuera, todas muy conocidas, pero recordadas de un diferente color.
¿Era eso un mango azul?
Una pequeña cabeza se asomó detrás de un estante de plátanos rojos, y nos saludó una mujer vieja desde el otro lado, portando un delantal verde y el cabello canoso sujetado en una cebolla detrás de su cabeza.
No importaba la edad que aparentaba, se movía tan ágil como una chica de quince años.
-¿En qué puedo ayudarlos, hijos? -dice poniendo una mano en la cadera y recargando la otra en la pared.
Me entró pánico de repente, un tipo de pánico ya muy conocido por mí y mis hormonas.
Respiré.
Esto es un capítulo, soy un joven explorador llamado James con su fiel amigo leal Zannet, ambos venimos pidiendo refugio en este pueblo remoto del cual no conocemos la lengua, pero hemos venido aquí por alimento para que continuemos nuestro viaje en caso de que nadie nos preste su morada.
Y ella era una india cool.
-Disculpa dama, pero mi amigo Zannet y yo nos preguntábamos si tendría un poco de chum chum -hice gestos con mas manos como si comiera -de comida.
La india cool arqueó una ceja, y me pregunté si mi compañero Zannet también habrá pensado que he perdido la cabeza.
-Ahh...queremos saber si podría darnos un poco de alimento -dice Zannet un poco avergonzado.
-¡Oh! -la india cool comprendió su lenguaje -Claro, tomen lo que quieran ya saben.
-¿Quiere que le paguemos en piedras o en más piedras? -pregunté.
-¿Pagar? -meditó la india -¿Por comida? -comenzó a reírse -Aquí no se maneja el dinero, hijos.
-¿Eh? ¿Entonces con qué se recompensa lo que nos da? -preguntó Zannet anonadó.
-¿La comida sale de los árboles, no? Disfrútenla -nos guiñó un ojo -No sabía que ya había nuevos. ¿Llegaron juntos?
-Ahh, podría decirse -dice Zannet -¿Por qué lo pregunta?
-Sólo fue curiosidad. La última vez que llegaron dos jóvenes juntos no tenían muchas horas de diferencia.
-¿Diferencia? -repetí, extrañado por las palabras de la india cool.
-Sí, ¿y a ustedes qué les pasó? -preguntó.
Mi compañero aventurero y yo cambiamos miradas.
-Oh, está bien, no importa -dice susurrando -Ni a mi esposo le gusta hablar de lo sucedido.
COLE'S POV
-¿No crees que deberíamos primero ir a buscar las cosas? -pregunté cruzado de brazos -Tenemos el tiempo medido, ¿sabes?
-Pregunta: ¿de qué nos sirve tener cosas si no tenemos dónde ponerlas? ¡Necesitamos una bolsa!
Suspire.
-Ya teníamos tres mochilas, recuerda -repliqué.
-Sí: una la tiene Oliver, otra Zane y la mía se la tragó la lava -señaló con los dedos -Ahora, debemos buscar la nuestra. No voy a cargar toda tu comida de aquí a la fuente de regreso.
Mis pasos comenzaron a detenerse poco a poco, dejando a Jay a la cabeza. No sabía qué era, pero estaba comenzando a cansarme. De la voz de Jay, de este viaje, de los problemas, o de este lugar...que no podía dejar de parecerme tan familiar y sospechoso.
Salimos por una calle, encontrándonos con un hermoso jardín, una fuente de caballos en el centro, con una iglesia de religión desconocida justo a través.
-Cole -volteó a verme -¿Nos tragiste dando vueltas en círculos?
-¡Tú ibas a guiando! -dije -Además, Jay, está es otra iglesia.
Se volteó confundido hacia la arquitectura, tan desconocida como la primera, pero podía apreciarse su diferencia.
-¿Y cómo vamos a regresar a nuestro punto de encuentro? -preguntó Jay.
-Sólo seguiremos nuestros pasos de vuelta -dije -Ahora, tenemos que conseguir esa...bolsa que tanto quieres.
-Oh -arqueó una ceja y puso las manos en las caderas -¿Ahora me dices mujer?
-¿Por qué te diría...
-¿Crees que sólo las mujeres usan bolsos no? ¿Y qué hay del maquillaje?
-Los hombres no...
-Kai usa maquillaje -apuntó Jay -, yo uso maquillaje, Zane no necesita maquillaje, y tú....mhh...
-¿Quieres parar ya? -exigí irritado -Tenemos cosas qué hacer, y ni siquiera sé dentro de cuánto tenemos que vernos con los demás en la fuente.
-¡Okay, okay! -comenzó a caminar por una calle -Busquemos esa tienda de bolsas.
Mientras seguía sin mucho entusiasmo a Jay, un destello de luz captó mi atención hacia la derecha, donde pude ubicar un local sin nombre, de puerta de madera vieja pero con objetos brillantes dentro. No pude evitar entrar, debido a la tentación, o por mi falta de entretenimiento.
El local era muy pequeño, pero con muchos estantes, en los cuales posaban majestuosos diferentes tipos de cristales de todos los colores, piedras preciosas, talladas, pulidas, y de diferentes formas. Pero mi atención se quedó estancada en una piedra marrón en forma de diamante.
-L-lamento entrar así...- dijo apenada -saldré y tocaré.- se dio media vuelta roja como un tomate para salir.
-¡No!- grité sin pensar, luego me calme -es decir...yo...nosotros...
-Chicos, quiero presentarles a Jannet,- dice Zane sonriente -mi secretaria del consultorio médico.
Agite la cabeza, inconsciente de que había metido la mano al pantalón y sujetado con fuerza el cristal capuchino del reino de Cristallium.
-¿Puedo ayudarte en algo? -llegó un hombre de mediana edad a mi lado.
-Oh -exclamé -Sí, ehmm...¿de casualidad no tendrá alguna bolsa?
-Mm creo que tengo en la cocina, aguarda aquí -dice retrocediendo hasta una puerta.
Saqué el cristal de mi pantalón, y lo extendí frente a mis ojos, con un duro hueco en medio del corazón.
-Jannet, tu helado ha sido el mejor.- dije apresuradamente, tenía miedo de que no pudiera decir con otras mejores palabras lo que quería decir -Jannet, tu comida es increíble.
-Gracias, Cole.- seguía ruborizada.
-Pero...no es tan increíble como tú.
-¡Aquí la tengo! -anunció el señor regresando a mi lado, pero no venía con una bolsa.
Entre sus dedos, alzó hacia mí una pequeña circunferencia. Un aro, que podría caber en un dedo, tallado y hecho de una piedra brillante cuyo nombre desconocía, luciendo todas las diferentes tonalidades del café.
Recordandome al capuchino.
-Cole,- ahora ella fue la que me sujeto las manos -tú también eres increíble- sonrió.
-¿Más que un pastel con triple chocolate?
-Más que un pastel con triple chocolate.
Miré confundido el aro de piedra, lo tomé entre mis dedos, observándolo.
-Esto no es una bolsa -dije.
-No, es para la boda -me guiñó el ojo.
De repente sentí que me ahogaba con mi propia lengua.
Tosí.
-¿Q-qué? ¿Cuál boda?
-El destino no te trajo aquí por una bolsa, chico -el hombre puso una mano en mi hombro -Pero debes saber, que siempre hay segundas oportunidades. Y este lugar, es el sitio perfecto para aprovecharlas.
No podía entender nada.
-Yo...yo vine por una bolsa.
-Quédate con el anillo -me guiñó el ojo -quedará perfecto con tu cristal capuchino.
El hombre me sacó a empujones del local, sin tiempo de preguntar o decir nada.
Ya en la calle, miré el anillo y el cristal. El hombre tenia razón, quedaban perfecto.
Sonreí, por poco que fuera, y los guardé nuevamente en la seguridad de mi bolsillo.
Miré al rededor.
-¿Jay?
Pero no, no estaba por ningún lado. Sólo personas extrañas.
Estaba perdido.
-Ok Cole...sólo regresa sobre tus pasos -dije para mí mismo, tratando de relajarme.
Volteé hacia atrás, la calle por la que había venido, y comencé a retroceder por ahí.
Me encontré frente a un nuevo jardín, con una fuente de tormentas y arcoiris, con una iglesia del Primer Maestro del Spinjitzu detrás.
Al menos hay un dios que sí conozco.
Tristemente, eso mismo me había hecho caer en la cuenta de que estaba perdido.
Di un manotazo contra mi cara, frustrado conmigo mismo.
Caminé en círculos, y cuando finalmente decidí que nunca iba a encontrarlos me senté en la fuente, con las manos cubriendo mis ojos.
Y me puse a llorar.
-Siempre viene un arcoiris después de la tormenta, tendrá que pasar lo que tenga que...
-¿Y si tuviera que pasar algo malo?- preguntó bajando un poco la voz, pero en un tono entre dulce y temeroso.
Su voz me hizo sentir una corriente en los brazos, tenía que moverlos para no sentirme incómodo, inconscientemente mi mano izquierda acarició el cachete que Jannet tenía apoyado contra la sábana, y la otra la puse sobre su hombro.
-Entonces...ahí estaré yo, en las buenas y en las malas.- dije sonriendo -A tu lado.- me escuché decir esto último en voz baja.
Ambos habíamos sonreído.
Me sequé las últimas lágrimas con las mangas de mi camisa, me levanté y comencé a caminar hacia una calle al azar.
Desde la distancia pude ver la diversidad de colores que la adornaban, había incluso una casa amarilla con puntos anaranjados, azules y verdes. Muy llamativa, en realidad.
El olor de la comida en los puestos de cada esquina había inundado mi olfato, y no pude evitar la tentación de probar uno de esos helados arcoiris.
Entonces, una mancha capuchino me obligó a girar la cabeza inconscientemente, tan rápido, que casi pude sentir mi cuello romperse.
Definitivamente mis pulmones habían dejado de funcionar, los ojos comenzaron a arder, y mi la presión en mi pecho aumentaba alarmantemente.
Al principio creí que estaba viendo cosas, lo que me obligó a tallarme los ojos repetidas veces cuando lo creí necesario, pero al ver que la imagen no desaparecía, me vi impulsado a correr.
-¡JANNET! -grité, con la garganta desgarrada.
Muchas personas al rededor voltearon, pero cuando la chica se dio la vuelta, verdaderamente había sentido un candado romperse en mi corazón.
Vestía un chaleco caqui sobre una camisa blanca y unos pantalones que combinaban. Su cabello estaba suelto, su hermoso rostro terso inundado por el asombro, y sus ojos capuchino únicos que jamás creí volver a ver.
Jannet estaba ahí, pasmada por mi grito, en medio del camino, tomada de la mano de Xander.
Mi corazón se detuvo, y mis pies se quedaron ahí estancados, a sólo dos metros de distancia de ellos.
No, no sólo era una alucinación. Era una muy mala.
Jannet se llevó las manos a la boca, ahogando un grito entre el horror y el entusiasmo, separándose de Xander y en sólo dos pasos terminar con los brazos al rededor de mi cuello, colgada sobre mí, mojando mi pecho con sus lágrimas.
Miré a Xander por un momento, seguro de que no creía lo que veían sus ojos, pero no me importó, y abracé a Jannet contra mí, aconpañandola en el llanto mutuo.
Fuera una alucinación o no, la disfrutaría.
Jannet apartó el rostro de mi cara, y cuando se encontró con mis ojos, sentí que mi corazón se había derretido de una forma tan dulce, que casi pude haber dicho que era de chocolate.
Pero Jannet parecía preocupada.
-Cole...¿m-moriste?
La pregunta fue tan extraña, que tardé demasiado en procesarla.
Volteé a ver a Xander.
-¿Qué? -mis labios alcanzaron a pronunciar.
Mi mente cayó de repente en la cuenta de dónde me encontraba.
No. No era una alucinación.
Hola Ninjagers!!! :3 Aquí, yo, de nuevo, presentadoles nuevamente a los suculentos XANDER Y JANNET *-*
PD: Sé que técnicamente en el cannon actual hay un "reino de los difuntos" pero yo ya lo había pensado desde hace mileeeeeeeeeeeees y mileeeeees de años, (y aunque no se llame así) lo voy a poner porque LO TENGO PONER.
PD2: Sé que el capítulo estuvo muy corto :c pero a partir de la próxima semana voy a estar muy ocupada y quería terminar antes de que me ocupe más :c
PD3: No se preocupen, el próximo capitulo viene larguito y con las explicaciones que están buscando 7w7 ADEMAS no se pierdan por nada el nuevo One-Shot (que aún no acabo :'c) titulado "Forest Of Souls" 7w7 viene completo de corazones rotos <3 </3 <3
Hasta pronto y nos vemos en breve 7w7 o pronto, como sea <3
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