12: El Arma del Heredero

JAY'S POV

Ya había pasado media hora desde que nos habíamos salido del camino y habíamos entrado al bosque. Me gustaba la vegetación de aquí, éste lugar no tenía grandes pinos tenebrosos ni nada por el estilo, sólo dulce pasto verde y árboles con los troncos bien gruesos. Más de una vez tuve ganas de recargarme sobre uno y disfrutar la brisa golpeando mi cara.

Pero no, eso no iba a suceder.

-Oigan, ¿se han dado cuenta que lo único que hemos estado haciendo desde que comenzamos a hacer esto es caminar? -me quejé.

-Me parece que ése es el punto de "búsqueda" -me plasma Lloyd -¿Ya estás cansado?

-No. Pero cualquiera diría que una búsqueda de tesoros sería más divertida -me crucé de brazos.

-Relájate Jay...pronto llegaremos a ese templo, y tendrás ganas de orinarte en los pantalones, te lo aseguro -dice Cole bromeando.

Todos le siguieron la risa.

-Muy gracioso -me volteo hacia el nindroide -Zane, ¿qué dice la información sobre el templo?

-Hmm...según esto, era propiedad del Hermano de la Vida, cuando dejó sus poderes en el amuleto y murió, condenó su propia alma a ser la guardiana del amuleto para protegerlo así de quienes buscaban poseerlo. Hay múltiples trampas y...qué extraño, dice que está hundido.

-¿Hundido en el agua? Pero yo no veo ríos -apenas lo dije choqué con la espalda de Lloyd. Me di cuenta que todos estaban parados.

-No en agua. Pero me parece que ya sé dónde se hundió el famoso templo -dice el rubio.

Me pasé al frente con los demás, y casi se me cae la boca al no creer lo que veían mis ojos.

Estábamos en la orilla de un agujero, parecía que toda la tierra en un diámetro de 44 metros se había hundido hacia el centro de la tierra. Más abajo, cruzando raíces, nidos de animales y escombros, se podía observar la entrada de lo que alguna vez fue una enorme casa de campo; llena de tierra, la ventana de la puerta rota y sin señales de vida dentro.

Una casa enterrada. Sí, eso fue lo primero que pensé.

Tragué saliva.

-No me digan que...

-Hay que bajar -anuncia Lloyd.

-¡¿Qué?! -me alarmé -¡Pero es una casa...hundida en la tierra!

-Por última vez Jay: Es un templo -me corrige Zane.

-Mejor le pregunto al experto -me acerco a Oliver, pero no tan cerca -Eh, ¿es ahí a donde tenemos que ir?

Me lanzó una mirada indiferente.

-Ya escuchaste al verdecito.

-Supongo que eso es un sí -dice Cole, saltando hasta abajo -¡Bajen! ¡Está bien!

Todos los demás ni lo pensaron y saltaron, al tocar suelo se resvalaron un poco por la tierra suelta que había quedado tras la hundición del Templo. Al final, ni siquiera Oliver había hecho su papel de empujarme, así que tuve que lanzarme yo sólo. O algo así, porque me deslice por la pared hasta llegar con ellos.

-Tardate lo que quieras, ni que tuviéramos prisa -me dice Colé sarcásticamente.

-Tú concentrate en encontrarle un regalo a tu novia -le apunto -yo, veré qué más puedo hacer.

-¿Saben? Es un poco extraño, ya estábamos acostumbrados a lugares atacados por la naturaleza -dice Lloyd dirigiéndose a la entrada semi acostada en la tierra.

Todo el templo estaba hundido, y lo único que podía imaginar era que por adentro todo estaría peor. Seguro sólo quedaban escombros.

Oliver se acercó, le dio una patada a la puerta y ésta se rompió en dos.

-Es un...diferente tipo de ataque por la naturaleza -dice mascullando.

Nos asomamos por la entrada que había hecho Oliver: no se podía ver nada. Muy apenas podíamos asegurar que el camino dentro del templo continuaba, pero nunca podríamos decir hasta donde. El piso escarlata seguía y seguía, perdiéndose en la oscuridad rumbo a un destino incierto.

Claro que no podía dejar de lado que el lugar estaba completamente chueco, iba a ser un milagro si alcanzabamos a mantenernos de pie.

-No se separen y no toquen nada -dice Oliver yendo al frente.

Lloyd y Kai fueron los primeros en entrar al templo, seguidos de cerca por Cole y Zane.

Y yo, yo me estaba muriendo del miedo.

Apenas todos estuvimos dentro varios puntos en el templo se volvieron una bola de fuego. Ó antorchas tiradas por doquier, alumbrando a medias el amplio corredor escarlata que contaba con mil y un puertas a cada extremo, sólo para terminar en una escalera de mármol al frente cuyo centro estaba destruido por la caída de un candelabro gigante.

El templo se veía más inclinado que antes, y tuve que sujetarme de la espalda de Cole para mantener el equilibrio.

-¿Cómo es que se encendieron todas? -preguntó Lloyd confundido.

-Es de Lantáno, hijo de la Vida -dice Oliver sin perder la caminata -Verás cosas que les sorprenderán.

¿Qué clase de casa embrujada era esta? Todo aquí estaba llenado de telarañas, tierra, y por algunos rincones hay escombros, sin mencionar que está todo desordenado.

Hasta ahora todo había sido tranquilo, pero no fue sino hasta que Oliver los guió hacia la escalera, pasando al lado del candelabro, que escuché a alguien susurrar a mis espaldas.

Me solteé de Cole y me giré: no había nadie.

Otro murmullo, varios. Pero no eran normales, estos eran siniestros, susurros en las sombras. No era una persona, eran varias.

-¿Eh? ¿Qué? -miré para todos lados -¿Quién es?

Los susurros seguían y seguían, hasta que volteé a la derecha y encontré la última puerta del pasillo abierta.

Los susurros venían de ahí, ahora lo escuchaba más claro que antes, aunque no tuviera una idea de lo que decían.

Pero sí sabía algo: tenía que encontrar a quién le pertenecía esa voz. Tenía que saber qué hacía aquí.

Respiré hondo, me olvidé de todo lo demás y cambié el rumbo hacia esa la habitación.

ZANE'S POV

La escalera crujía bajo mis pisadas, y por más de una ocasión consideré regresar sobre mis pasos, temiendo que el peso de todos sobre los escalones termine de estropear lo que el derrumbe de tierra no hizo.

Al voltear hacia atrás, noté que algo faltaba. O más bien: alguien.

Le toqué el hombro a Cole.

-Jay desapareció -le dije en un susurro.

-¿Eh? -volteó hacia el pie de la escalera, y luego hacia arriba, con los demás. Pero ni rastro del pelirrojo -Debe haber ido al baño.

-¿Estás seguro? ¿Y si se pierde?

-No se perderá. Es Jay, en cualquier momento gritará que no hay papel y lo encontraremos. Vamos, hay que seguir.

No muy seguro de lo que estaba haciendo, continúe el camino por las escaleras de alfombra roja. En cierto punto, se dividían en dos. Un camino hacia la izquierda, y otro a la derecha. Me alegraba, al menos no tendríamos que seguir dependiendo de las frágiles bigas bajo nosotros.

-Tendremos que dividirnos -dice Oliver.

-Pero creí que sabías dónde estaba el amuleto -replicó Cole.

-No. Sólo dije que sabía que estaba aquí. Eso fue lo que dijo Luckforty.

-Bien, entonces nos dividiremos en tres -Lloyd se gira hacia nosotros. Pero se queda mudo -¿D-dónde está Jay?

Kai también lo busca con la mirada, muy atrasado en el asunto.

-Descuida, fue al baño -contesta Cole.

-¿Si sabes que es un templo sagrado? -pregunta Kai.

-¿Si sabes que es Jay, verdad?

-No importa, con tal de que no toque nada -dice Oliver -Unos irán por la izquierda, otros por la derecha. ¡Y pobre de ustedes si rompen algo! -se va por el camino de la derecha.

-Como si no pudiera estar más roto -Cole le dio un golpe al barandal y se rompió.

-Bueno, Kai y yo seguiremos a Oliver -dice Lloyd -saben que no podemos dejarlo solo. Ustedes esperen a Jay.

-Claro, manda más -dice Cole mientras ellos se van el camino de la derecha.

En ese momento quería recargarme en el otro barandal, lo que Cole había hecho con el primero había sido suficiente para quitarme las ganas.

-¿Estás seguro que no deberíamos ir a buscar a Jay? -le pregunté.

Él se cruzó de brazos.

-Nop.

LLOYD'S POV

La escalera nos llevó hasta un pasillo derrumbado por la naturaleza. O eso creía.
Había puertas, tanto bien puestas como derrumbadas; escombros del techo caídos y rocas a mitad de camino. Era claro que no iba a ser fácil cruzar el camino, y buscar en todas las puertas llevaría mucho tiempo.

-¿Alguna idea de dónde podría estar? -pregunté.

-Su habitación -dice Oliver -el problema es que no tengo idea de dónde está.

-Si Zane estuviera aquí, podría analizar la estructura y decirnos -dice Kai -deberíamos volver por él.

-No, ya deben estar muy lejos -dice Oliver -seguiremos éste camino.

-Deacuerdo -dije y comenzamos a pasar por encima de los escombros.

-¿Sabes? Estar aquí me está poniendo nervioso -me susurra Kai pasando por encima de una puerta.

-¿Un templo al borde del colapso? ¿Cómo no se me ocurrió? -dije sarcástico, pero de buena manera.

-Me refiero a que este lugar tiene algo raro, como si no estuviera completamente solo.

-Ahora que lo dices, creo que sí hay algo extraño, pero tal vez sea por el alma del hermano de la Vida -dije.

-No, es más como... -antes de terminar, Kai se tropezó con un pequeño bulto que sobre salía de debajo de unos escombros.

-¿Estás bien? -lo ayudé a levantarse.

-Sí, ¡Agh! ¿Qué es ésta cosa? -pateó el bulto, y al darle la vuelta fue como si me hubieras oprimido el corazón.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo.

Era una mano, con un anillo dorado en el dedo.

Me dieron ganas de vomitar.

-¡Parejita, no se queden atrás! ¡Ya casi llegamos! -gritó Oliver desde el otro extremo del pasillo.

Tuve que contener las ganas de expulsar el desayuno.

-Hay que irnos -dice Kai con la voz cortada.

-S-sí. Creo que será lo mejor.

JAY'S POV

La habitación era grande y extensa, con la poca luz del pasillo alcanzaba a ver que las paredes estaban pintadas de color azul cielo, con muchas otras cosas acomodadas, como una cama matrimonial, un escritorio, baúles, etcétera. Más que nada, me recordó a la habitación de un niño.

Los susurros provenían de esta habitación, estaba seguro, pero ya no podía escucharlos.

Me dirigí a la cama, cubierta al rededor por una manta apenas visible. Metí la mano sin estar muy seguro de lo que hacía, y me topé con algo liso de portada gruesa. Era un libro.

Cuando lo saqué, me di cuenta que, más que un libro, era un diario.

La puerta se cerró con un viento desconocido, una vela al lado de la cama se encendió, y el mismo viento que había cerrado la puerta abrió el diario en la última página.

Me sentía muy extraño, pero en vez de correr a golpear la puerta como normalmente lo hubiera hecho, me detuve a leer la última página.

Escrito en tinta roja, decía:

Bajo mi lecho, al fin lo he encontrado,
abierto lo he, como me habían ordenado,
pero mi padre contrariado,
ha cerrado mi garganta con un candado.

Un nuevo viento sopló, arrancándome el diario de las manos y llevándose la manta que cubría la cama. Se me hizo un nudo en la garganta, sin poder evitar los escalofríos.

Sobre la cama, tendida, se encontraba un esqueleto de una niña pequeña, con una corona de oro puesta sobre el cabello degradado, y un candado de acero cruzado a la mitad de su garganta.

Me llevé ambas manos a la boca, conteniendo el impulso de gritar. ¿Por qué había entrado aquí? Sé que soy imperativo, y que me distraigo con cualquier mosca que pase por el frente. Pero esto, sobrepasaba cualquier tontería que hubiera hecho antes.

"¿Cuál es tu nombre?"

Me sobre salte.

-¿Q-qué?

"¿Cuál es tu nombre?"

La voz era dulce, y angelical. Tal vez no lo suficiente para calmarme, pero era hasta cierto punto agradable. Fue cuando me di cuenta de que era la misma que había estado susurrando todo este tiempo.

-Ehm...soy...Jay.

"Jejeje, es un placer Jay"

Era la voz de una niña, una niña pequeña.

"Yo soy Aurora, la única niña de esta casa aparte de mamá"

-Ah, vaya -dije nervioso, volteando hacia cada rincón de la habitación -Qué lindo.

"Jejeje, eres muy tierno. Por eso te traje aquí"

Pero a mí nada de esto se me hacía tierno. Yo, me estaba haciendo del miedo.

-¿Q-qué quieres de mí? -pregunté, considerando que la puerta aún estaba cerrada.

"Nada Jay, es sólo que...hmm hueles un poco raro"

Genial. Tenía que ser.

-Escucha, ha sido un largo viaje, prometo bañarme si me dejas ir.

"Tus amigos también huelen raro. En especial...cuatro de ellos. No estoy muy segura de que todos ustedes estén vivos"

-Ah-ah... -me estaba poniendo nervioso -Tenemos nuestras diferencias.

"Ya veo. Hmm...¿te importaría tomar mi mano?"

-¿Para...qué, exactamente?

¿Esa voz tenía manos?

"Ya te lo dije, hueles raro. Parece que...o creo que, te relacionarás con alguien más tarde. Alguien que huele raro"

-N-no entiendo nada de lo que dices.

"¿Qué tal si jugamos a las escondidas?"

-Yo...yo creo que no. Mis amigos me están esperando.

"Eres una persona muy tierna, pero si te vas...te va a doler"

-¿Doler? -repetí extrañado -¿Doler qué?

"El futuro..."

Algo en mi estómago se revolvió, me di cuenta de que esto era una locura. Una TOTAL, y alta locura.

-Escucha niña, me tengo que ir, enserio.

Pero justo cuando me estaba dando la vuelta, algo parecido a un armario abriéndose sonó a mis espaldas. Me giré, y bajo la cama, un brillo sin igual resplandecía como el oro.

Me acerqué, como adormecido por el brillo, empuje la cama, y debajo encontré una trampilla abierta.

Lo veía y no lo creía.

Debajo de esta habitación, había otra hecha de oro, y desde aquí, podía admirar un largo pasillo brillante, con un pedestal en el centro.

Y el amuleto de la Vida, levitando alegremente.

Entonces, unos labios pequeños me susurraron en mi oído:

"Debajo de mi lecho, al fin lo haz encontrado,
Abierto lo haz, como te he ordenado,
pero mi padre contrariado,
cerrará tu garganta con un candado."

Con el corazón temblando, giré la cabeza lentamente a la izquierda, donde nunca me pude preparar para el infarto.

Unos ojos morados me observaban desde el más allá, bajaron hasta mi mano, la sujetaron con fuerza, y me arrastró a la trampilla.

Con la otra mano, alcancé a sujetarme del borde, sujetarme y gritar. Me estaba arrastrando hacia adentro, y sabía que si caía nunca podría volver a salir. Iba a morir y mis amigos nunca sabrían por qué.

Mientras gritaba, cientos de imágenes volaban frente a mis ojos. Cosas, eventos, desastres, que aún no habían sucedido.

Y yo y mis amigos, estábamos en medio de todos.

-¡AUXILIO! -grité desgarrando mi garganta.

La puerta de la habitación salió volando, al instante los rostros más hermosos que he visto entraron: Zane y Cole, venían a mi ayuda.

-¡JAY! -gritaron y rápidamente me sujetaron de la única mano que podía utilizar.

-¡SAQUÉNME DE AQUÍ! -grité rogando.

-¡No te preocupes! ¡Ya te tenemos! -gritó Cole sujetandome con fuerza.

A mis espaldas, pude escuchar el grito de la niña, y un repentino jalón, nos tiró a los tres dentro de la habitación de oro.

Y la trampilla se cerró.

LLOYD'S POV

Seguimos caminando por el pasillo, evitando lo mejor que podíamos las sustancias pegajosas del suelo, cuyo nombre no me atrevía a preguntar. No volvimos a encontrarnos con ningún cadáver o extremidad desde entonces, pero la escena aún me causaba escalofríos.

Tuve el presentimiento de que tendría pesadillas con esa mano.

-¿Estás seguro que no sabes a dónde vamos? -inquirió Kai.

-No -respondió Oliver, caminando con toda la seguridad del mundo.

-Eres listo, deberías saber algunas cosas de este lugar -dije, queriendo agregar »después de todo, tu padre te llevaba de paseo por cada reino«, pero no estaba seguro si decirlo frente a Kai contaría como una ruptura de confianza.

Hasta yo tenía que admitirlo: anoche, Oliver dejó a mi cuidado varios de sus datos personales. Tal vez eran todos los que Oliver quería que supiera, o los únicos que necesitaba saber, por el momento. Aún me cuestionaba a mí mismo sobre si habría sido intencional, o un mero accidente de suerte que nos acercaría el uno con el otro, no lo sé.

-Siento algo de éste lado -dice girando en corto a la habitación de la izquierda.

-Vaya, qué inseguro -me susurra Kai al oído.

Pero yo también lo sentí, en cuanto se abrió la puerta: había algo inusual en la habitación. Había alguien o algo, una presencia, que no encajaba bien con los demás.

Pero era más que familiar.

La habitación era como cualquier otra que hubiésemos visto antes: un escritorio, ropero, y una cama en el centro. Oliver se dirigió al escritorio, buscando entre papeles.

-No estás buscando una foto del niño que dormía aquí, ¿verdad? -preguntó Kai.

-Se supone que dejó un diario -dice entre dientes.

-¿Qué?

-El diario de Aurora, hija de Lantano. Cuando descubrió su tesoro, él la asesinó -comenzó a abrir cajones.

-Ehh...¿no se suponía que Lantano era bueno? -pregunté nervioso -Es dios de la Vida, y todo eso.

-No fue él en sí. Fue su alma -contestó -la dejó para cuidar el tesoro, y cuando su hija lo encontró...bueno, no le fue tan bien.

-Y el tesoro es el amuleto -concluyó Kai.

-Exactamente.

-¿Quieres decir que Lantano va a intentar asesinarnos? -preguntó el castaño.

-¿No es lo que todos hacen siempre? -cerró los cajones de golpe y fue a abrir el ropero.

-Asesinarnos así como...¿las personas del pasillo? -señalé a la puerta.

-¿Las del pasillo? Nah, ésa es otra historia.

Hubo un segundo de silencio, en el que Oliver se había quedado muy quieto hurgando en el ropero. Entonces, exclamó:

-¡Lo encontré!

Tan pronto como terminó, una sombra del tamaño de un humano apareció de la nada en el techo, echándose encima de Oliver aún dentro del ropero. La reliquia se rompió en mil pedazos.

Mientras giraban las dos sombras en el suelo, Kai alzó el puño en llamas, dejándome ver al intruso de Dylan metiendo las manos en donde no le incumbe. Arrebató el zapato que Oliver sostenía firmemente en las manos, y estalló de furia.

-¡MALDITO MENTIROSO! -gritó Dylan.

-¿En serio creíste que te dejaría seguirnos hasta la habitación del diario? -Oliver le dio un codazo en la nariz, con lo que pudo quitárselo de encima unos segundos antes de que Dylan pudiera cubrirse de la patada que recibió en el estómago.

Pero la lucha de golpes no había acabado, y Kai y yo estábamos en medio de ésta.

COLE'S POV

Me puse de pie tan pronto como para ver la escotilla cerrarse sobre nuestras cabezas. Me giré hacia Jay, quien se seguía sosteniendo la cabeza con ambas manos, inclinándose hacia adelante y atrás.

-¿Y a ti qué te pasa?

-¡Era un fantasma! -exclamó.

-No te creo -le digo.

-¡Vi cosas que aún no pasan! ¡Cosas muy... -voltea a verme lentamente, pero se retracta -..malas.

-¡Muy bien! -alcé los brazos, sabiendo que no habría ningún remedio -¿Cómo vamos a salir de aquí?

Zane terminó de analizar la habitación.

-Comprobado: todo es de oro -dijo volteándonos a ver -Incluso el vidrio delgado sobre el que estamos parados.

-¡¿QUÉ?! -Jay yo exclamamos al mismo tiempo, pero él se había levantado de un golpe.

El piso bajo nosotros...¿de oro?

Levanté la punta de mi pie, y golpeé ligeramente la superficie. En efecto, se escuchaba como vidrio, pero no entendía cómo es que podía ser de oro. Aún así, no estaría aquí para nada, tal vez era una trampa para cuando intentaramos quitar el amuleto.

-¿Y...vamos por él o qué? -pregunta Jay.

-Pues yo no veo a ningún guardián -dice Zane.

-Pues YO SÍ. ¡El fantasma era el guardían! -exclama el pelirrojo.

-¡Genial! ¡Prueba superada! -dije sarcástico dirigiendome al pedestal -Ahora tomemos esto y salgamos de aquí.

Pero no lo logré a tiempo: dos bultos de personas cayeron del cielo rompiendo el techo, dejando tras sí una estela de esencia verde mientras los pos personajes seguían golpeándose entre los escombros.

Lloyd y Kai bajaron del agujero enseguida.

-Creo que le diste muy fuerte -dice el castaño.

-No me arrepiento.

Oliver y Dylan eran quienes se estaban golpeando en el suelo.

KAI'S POV

Quitando mi atención de la pelea, fijé mi visión del pedestal que se encontraba en medio de la habitación oro. Sobre él, un pequeño objeto con casi la forma de medio circulo flotaba desprendiendo brillo propio.

-¡Miren! ¡Es el amuleto! -exclamé.

Justo al instante, un sonido desgarrador hizo temblar el suelo. La pelea entre el demonio y el semi demonio se detuvo, y Dylan, sin preocuparle las quejas de la naturaleza, saltó hacia mí.

-¡Ah! -me cubrí mi hermoso rostro, pero en vez de recibir el golpe, tuve que volver a abrir los ojos para ver que Lloyd estaba reteniendo a Dylan en el suelo.

-¡Corre! ¡Tienes que tomarlo antes que Dylan! -me gritó.

-¡Entendido! -asentí, corriendo hacia el pedestal.

Fue cuando noté la presencia de Cole, Zane y Jay del otro lado de la habitación.

-¡Chicos! ¡Están aquí!

Pero ellos no parecían tan contentos, en cambio, me hacían señales extrañas con las manos.

-¡Date la vuelta! -gritó Cole.

Nunca me gustaron esas tres palabras. Y al girar sobre mis tobillos, una enorme figura de oro con ojos de rubí me miraba furiosa, desde arriba.

Lantano.

Apenas tuve tiempo de respirar antes de que me tomara del cuello con sus gruesas manos indestructibles. Intenté safarme con todas mis fuerzas, pero era muy tarde, él ya me estaba estrangulando.

"¡CERRARÉ TU GARGANTA CON UN CANDADO!"

Escuché una gruesa voz provenir de todos lados.

Entonces, el espíritu guardián de Lantano me apretó más fuerte, y me lanzó contra el pedestal de oro.

La habitación debió haber estado construida sobre vidrio, porque el piso se rompió en cuanto me estrellé.

La caída fue más bien corta e inesperada, puesto que dos metros más abajo, había caído sobre una montaña de joyas y objetos valiosos, y los que no eran rubíes y diamantes, estaban completamente hechos de oro.

Algo seguro, y era que me llevaría algo de éste lugar en mis bolsillos.

El pedestal también cayó conmigo, con mucha suerte a cierta distancia de mi cabeza, pero no tenía ni idea de dónde había llegado a terminar el amuleto de la Vida. Sabía que también había caído aquí dentro, de otro modo Lantano no se encontraría yendo tras de mí.

Un rugido desde el borde del agujero, y el gigante de oro saltó con los puños apretados directo hacia mí. Justo a tiempo, me di la vuelta sobre mi espalda intentando apartarme de su camino, los puños macizos no me alcanzaron a tocar, pero el impacto de éstos contra el oro hizo que toda la montaña de objetos se derrumbara, mandándome a caer y golpearme en cientos de partes en mi cuerpo con el tesoro de la habitación.

Recordé cómo respirar.

Lantano volvió a gruñir, levantando su puño detrás de su cabeza tan alto que éste se salió del agujero por el que habíamos caído. Pude escuchar un quejido allá arriba.

"¡CERRARÉ TU GARGANTA CON UN CANDADO!"

Su puño bajó a toda velocidad, pero esta vez, sólo tuve tiempo de cerrar los ojos.

Oro contra oro, fuego contra fuego. El enorme puño del guardián alcanzaba a cubrir toda mi cabeza, y todo aquel poder contra mi pecho, sólo se incrementó cuando todas las reliquias de oro puro se me encajaron en la espalda.

No veía nada, pero lo escuchaba todo. Sentía lo que estaba pasando; aquí abajo como allá arriba, se estaba desatando una terrible batalla.

Sentí mi cuerpo deslizarse a través del oro, mi rostro chocando y rasgándose con todo tipo de cosas; dejé de moverme. Los pasos tremendos de Lantano a través de la montaña de oro hacían temblar todo, yo tenía medio cuerpo enterrado en tanta riqueza, y mis pulmones me pidieron a gritos que volviera a respirar.

Lantano estaba a mis espaldas, rugiendo tras otra gran victoria. Iba a matarme.

Me dolía el pecho. Aún no podía abrir los ojos. Sólo era cuestión de tiempo.

"Tick-Tack, Tick-Tack"

Un recuerdo de mis inicios como ninja golpeó mi mente, recordándome mi fracaso al intentar salvar a mi hermana, mi fracaso al intentar vencer a Lord Garmadon.

Pero todos en aquel escenario ya habían muerto. Hace mucho, mucho tiempo.

Mi puño se encontraba bajo los escombros, pero empuñó con fuerza lo primero que encontró.

"Es el sacrificio que me corresponde"

El guardián del espíritu de Lantano rugió a mis espaldas, y aunque no pudiera verlo, sabía que alzaba sus brazos para destrozarme en su golpe final.

AAARRRGGGHHH!"

-¡NOOOOOOOOOOO....! -grité, con todas mis fuerzas.

Mis piernas encontraron la fuerza por sí solas, mi cuerpo se levantó como si fuera lo único que le quedara por hacer, mi tronco giró, con mi mano fija en la empuñadura, y cuando Lantano se alzaba para dar su golpe...el filo de la hoja lo rebanó por la mitad.

Después de su último rugido, el guardián se desintegró. De la cintura para arriba, y del abdomen para abajo.

Desapareció en el aire.

Y volví a respirar.

Mis piernas perdieron su fuerza y caí sobre las reliquias de oro, encajándome unas cuantas en las rodillas.

Miré hacia mis manos, asombrado.

Empuñada desde mi mano derecha, una espada larga de estilo mercenária. Era muy cómoda de usar, pero su diseño y estilo, eran únicos y sin comparativo, y, probablemente, lo único en la habitación que no estuviera hecho de oro.
La espada, tenía una empuñadura simple y sin escudo, tan brillante que parecía hecha de titanio, con un pequeño rubí al borde de llegara a la hoja, la cual no sólo era extensa y práctica, sino que estaba hecho de un material diferente. Parecía, a simple vista, hecho de algún mineral precioso y deslumbrante, de color blanco, mostrando en su totalidad la pureza de aquel material.

Era una espada, y arma excelente.

A mis pies, un destello llamó mi atención, y me encontré de frente con el amuleto de la Vida. Era nuestro.

LLOYD'S POV

El guardián dorado arrojó tan fuertemente a Kai contra el pedestal, que éste junto con el castaño rompieron el piso de vidrio. Sabía que no había sido una caída larga, ya que dos segundos después escuché el cuerpo de Kai caer sobre un montón de cosas; sin embargo, ni de broma habría podido asomarme: Lantano dio un brinco y bajó al piso inferior por el agujero.

Me preguntaba si debía ayudar a Kai, encontrar el amuleto, o partirle la cara a Dylan.

Y hablando del rey de Roma, Oliver logró sacar volando a Dylan por los aires, hasta que éste cayó a los pies de Zane, Cole y Jay.

-¡A él! -exclamó Jay.

-¡Qué no escape! -dice Cole, al tiempo que se le tiraba encima.

Lo siguiente que supe es que a Dylan le estaban haciendo bolita, dos chicos y un nindroide arriba de él.

Vi a Oliver cruzar la habitación hasta que se asomó por el agujero del que habían caído Kai y Lantano.

-¡¿Dónde está el amuleto?! -le pregunté a gritos.

-¡Creo que tu amigo se cayó con él!

-¡Pues ve por él! ¡Kai no podrá con el guardián sólo!

De alguna forma Dylan logró quitarse de encima a los chicos, con una patada sacó a Cole contra la pared, y de dos golpes derribó a Zane.

Oliver no se veía muy seguro de entrar a la pelea de allá abajo.

-¡¿Qué esperas?! ¡Entra! -le grité.

Justo cuando me dirigió la mirada, el enorme puño de Lantano apareció desde el agujero (como si fuera a golpear algo allá abajo), y en el proceso, alcanzó a golpear la cara de Oliver, derribándolo de espaldas.

-¡Aagh! -soltó un quejido llevándose las manos a la cara con dolor.

Desde aquí pude notar que el golpe le ¿había quemado la cara? Sólo un poco, pero la dejó roja y con vapor saliente.

Entretanto, Jay chocó contra mí derivándome.

-¡Au! Eso...dolió...mucho -dice el pelirrojo sobándose la cabeza.

Dylan se dirigía a nosotros, con todas las ganas de la victoria.

Jay y yo nos levamtamos enseguida.

-¡Rayo! -exclamó lanzando una descarga contra Dylan -¡Hielo! -sonó al mismo tiempo desde su espalda.

Tanto Jay como Zane habían atacado, pero Dylan pareció preveerlo, porque justo a tiempo saltó, los rayos saltaron el hielo, el hielo le congeló medio cuerpo al pelirrojo y la descarga electrocutó a Zane hasta que sus sistemas de emergencia lo obligaron a apagarse.

-¡Jajaja! ¡¿Eso es todo lo que tienen?! -dijo antes de girarse para atrapar el puño de Cole en el aire, sujetó su muñecha, y usó el mismo impulso del pelinegro para arrojarmelo encima.

Cole, siendo más pesado que Jay debido a su musculatura, me golpeó de tal forma en la que literalmente salí desprendido del suelo, di una vuelta y caí de panza contra el vidrio. Muy apenas afortunado de no haber roto el piso, dos pequeños objetos salieron rodando por mi bolsillo, rebotaron de dos a tres veces por el suelo, y se detuvieron frente a mis ojos.

Los amuletos del Agua y Creación se me habían salido del traje.

Los únicos amuletos que habían logrado conseguir, y Dylan tenía los otros cuatro. Colgando del cuello.

Lo intenté, traté de estirar mi mano y alcanzarlos, pero Dylan me pisó la espalda, y consecutivamente mi mano con sus botas, sin ningún deje de piedad.

Sentía que me la iba a romper, apenas pude aguantar un grito.

-Oh, ¿qué pasa Lloyd? -Dylan giró a verme, y volvió a pisarme -¿Querías...esto? -levantó del suelo ambos amuletos, y sin perder tiempo, los unió a los otros que traía en el cuello.

Estaba completo, era un círculo completo conformado por seis amuletos. Sin embargo, había un hueco, en el centro de éste. Un hueco en forma de circulo justo en medio. Ahí debían ir los amuletos de la Vida y la Muerte. Los únicos que faltan.

Me enfurecí de la sola idea de que él juntara todos los amuletos.

Intenté ponerme de pie, pero Dylan me dio en la cara con una de sus botas antes.

¡No puede ser! ¡No puede ser!

-¿Y dónde está el amuleto de la Vida por el que viene, ah? -preguntó en forma de burla, pero apenas había empezado a reír Oliver lo tacleó por un costado.

Me levanté, sobando mi mano.

-¡Ya pasé por mucho para obtener esto! -exclamó Dylan y le dio una bofetada a Oliver donde se había quemado.

-¡Agh! -Oliver se llevó una mano a la cara, se enfureció y golpeó a Dylan en la nariz.

Dylan se tambaleó, un poco atontado por el golpe hasta que pudo volver a mantener el equilibrio justo antes de caer por el hueco del suelo.

-¡Esta no es la última vez ninjas! -exclamó y con los amuletos creó un portal a un costado -¡Nos volveremos a ver!

Una espada blanca apareció desde el borde del agujero, le prosiguió un cabello en punta y otra mano con...el amuleto de la Vida en la punta de los dedos.

-¡Chicos, lo tengo! -exclamó, intentando subir.

-¡Kai! ¡No! -pero fue muy tarde para advertirle.

Dylan le arrebató el amuleto de los dedos, y apenas el castaño se había dado cuenta, le encestaron una patada en el rostro volviéndolo a tirar al hoyo.

-¡Gracias, ninjas! ¡Jajajaja! -Dylan rió victorioso, y saltó por el portal.

La habitación se había quedado en silencio, y yo, aún estaba muy anonado.

Oliver me jaló por los hombros, y por primera vez, me gritó en la cara, con la mitad de su rostro negro.

-¡¿Tragíste los amuletos contigo todo el tiempo?! -me sacudió -¡¿En qué estabas pensando?!

-¡N-no lo sé! Creí que si los dejaba en la casa podrían...

-¡Ohh! ¡No! -exclamó sarcástico al tiempo en que me soltaba y se daba la vuelta -¡Pero qué estaba pensando yo en confiarte algo TAN importante!

Su comentario me hizo sentir mal. ¿Cuántos amuletos habíamos perdido ya por mi culpa?

Cuando Jay terminó de descongelarse, Zane ya se había reiniciado y Cole le echó una mano a Kai para volver a subir hasta acá. Explicarles todo a los que estuvieron fuera de escena fue un poco duro para mí, y vergonzoso. Debía admitirlo: esto era culpa mía.

Al final, todos nos quedamos callados. Kai había dejado de presumir su espada, al menos por el momento, y Oliver se encontraba fuera del círculo, como repasando cada detalle de la habitación. Pero tenía el presentimiento de que escuchaba cada palabra.

-¿Y ahora qué se supone que vamos a hacer? -pregunta Jay a nadie en específico.

-No podemos ir detrás de Dylan, sería imposible lograr quitarle esos amuletos -dice Cole.

-Y obtener el último amuleto podría ser incluso más complicado -dice Zane -No hay información de nada al respecto, podría estar en cualquier parte. Ni siquiera sabemos si hay un heredero para éste amuleto.

Me llevé la mano al mentón, volteé a ver a Oliver, pero él seguía de espaldas.

-¿Sabes cuáles son los dos reinos del hermano de la Muerte? -pregunté.

Incluso a esa distancia, Oliver adivinó que la pregunta era para él, y se dio la vuelta.

-Cloud Kindom y el Mundo Oscuro -dijo.

Pensé un poco y me volví con los demás.

-Dudo mucho que un heredero de ésta persona se encuentre en Cloud Kindom -dije.

-Y el Mundo Oscuro es muy peligroso, pero de todo lo que he recopilado puedo confirmar que el hermano de la Muerte visitaba muy poco los reinos que había creado -explica Zane -Me sorprendería mucho si el heredero estuviera ahí.

-Aún así ése reino es enorme -dice Kai -¿cómo lo vamos a encontrar?

-¡Nadie va a buscar nada! -Oliver nos obliga a clavar la mirada en él, se dirigía hacia acá. Parecía muy serio y decidido -Ya hemos perdido suficiente tiempo. Si Dylan iba a poseer ya siete amuletos no tenía punto haber hecho este viaje para empezar.

-¡Pero- no podemos dejar que Dylan obtenga el octavo amuleto! -replicó Jay.

-Sería imposible de encontrar -nos recordó Oliver -Tal vez lo mejor sería dejar de buscar. Si Dylan no puede seguirnos, nunca encontrará el amuleto.

-Pero... -traté de poner objeción.

-Saol Maithland fue el último reino que visitamos, pasado mañana regresarán a Ninjago a rogar que Dylan esté tan perdido como nosotros -dice.

De pronto, me enfurecí.

-¿Y quién te puso al mando?

Volteó a verme.

-Fuiste tú.

La sangre me hervía por dentro. Tenía ganas de seguir reclamando, ganas de gritar y oponerme.

Pero en mi interior, supe que tenía razón.

Dylan tenía siete amuletos en su poder.

Sólo quedaba uno, y era imposible de encontrar.

¡Hola Lectores! :D Yo que este capítulo está...un poquito pasado del límite de palabras que había dicho antes, se suponía que iba a tener 2, 000 pero terminó con 5, 838 . . . . . ¡Bueno, ya me conocen! Un capítulo dura lo que tiene durar! Y, la razón por la que me tardé tanto en publicar (sorry :c) es que estaba escribiendo el capítulo 13 :D ¡Sí! ¡Ya lo escribí! Es que...está tan bueno *u* (e intenso) ¿ya les mencioné que les rompere el corazón? Bueno, el capítulo 13 ya está listo! Pero me esperaré unos cuatro o cinco días para que primero puedan digerir este xD ¡Nos vemos en el próximo salseo! :D

Oh cierto! Y aprovecho para decirles MUCHAS GRACIAS a todos los que me nomiraron para PremiosNinjago2017! :'D Aunque, es un poco raro ser la única en Ciencia Ficción...digo, las dos historias que están compitiendo son mías así que no será una victoria muy competitiva...es un poco extraño xD Pero aún así! Muchas gracias por nominarme chicos! El único y mejor premio son ustedes! Gracias! ♥♥♥









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