4:¿Coinsidencia?

COLE'S POV

Era un día exactamente igual a todos: con problemas,problemas,problemas y problemas. ¿Pero se solucionan alguna vez? No. Siempre terminan igual,aveces incluso peor que él día anterior.

Hoy no fue la excepción.

-¡Fuera! ¡Largo!- grito lanzandome mi maleta de cuero café a la cara- ¡No te quiero volver a ver aquí al menos que sea para decirme que conseguiste un trabajo!

-¡Pero papá! Es media noche,¿a dónde se supone que vaya?- pregunte en tono afligido poniendo la maleta a mí costado.

-¡A donde sea menos aquí!- grita y va por algo al interior de la casa- ¡Y llevate esta guitarra!- dice regresando y lanzandome la guitarra al pecho.

Me cerro la puerta en la cara.

Conozco a mi padre,debe estar pegado en la puerta esperando que me vaya.

-¿Al menos me puedes dar la ultima rebanada de pizza?- pregunte inexpresivo.

Enseguida la puerta de abrió,y junto con ella salio una rebanada de pizza de peperoni volando hasta estrellarse con mi cara. Al menos se quedo ahí.

Me quite la rebanada de pizza y la puse en mi boca,con la mano izquierda tome la maleta,y con la otra sujetaba mi guitarra.

¿El mundo podría tratarme de peor manera? Hacia esa pregunta en mi cabeza una y otra vez.

No tenia nada más que hacer ahí parado,así que fui directo al deposito de autos que esta a cuatro cuerdas al oeste.

Voy a ir por lo único que le da "algo" de dignidad a mi vida.

Al fin llegué al deposito. Dejenme decirles que no es bonito ir caminando solo por las calles de un pueblo en medio de la nada a mitad de la noche. Por estas calles siempre esta muy vacío de ruido,siempre. Es como "El hogar de los viejitos" para mi parecer.
Jamás he visto jóvenes aquí,solo para más acercados del centro. Al menos en el camino me acabe la pizza.

-Hola Bill,vengo por mi bebé- dije asomandome por la ventanilla de la caseta.

-¿La Combi? Ya era hora,aquí tienes las llaves.- dijo él hombre de mediana edad entregandomelas.

No tarde más de medio segundo en reconocerla: una hermosa Combi más que café oscuro,negra. Es él vehículo perfecto para alguien como yo,en especial si tomamos en cuenta de que desde hace quince minutos vivo en la calle.

Me fui con mi bebé del deposito apenas arranque,ya extrañaba manejar.

Decidí irme a la zona central del pueblo,ahí hay más jóvenes como yo. O al menos eso supongo.

No tube surte en encontrar más chicos,pero si de encontrar un lugar para estacionarme toda la noche.
Creo que es hora de dormir,después de todo hoy fue un largo día,pero por alguna razón no quería dormir. No me apetecía.

Me recoste en el asiento trasero y con mi guitarra comenze a tocar una melodía,o al menos algo que parecía un "intento" de melodía.

Al comenzar a tocar no pude evitar mirar hacia la ventana,pero más que ver tiendas y casas sin ninguna luz,me enfoque en el cielo estrellado que invadía esta ciudad. Es una pena que casi nadie se ponga a mirarlo,es muy hermoso. En especial esa estrella brillante del horizonte. La más brillante y encantadora de todas.

Por alguna razón,por primera vez en mucho tiempo,los recordé.

Recordé sus rostros,sus voces,su personalidad,sus risas...sus recuerdos. Ése tipo de recuerdos que por más que lo intentes,no se irán de tú mente nunca.

¿Será qué fue el mejor momento de vida?- me pregunte a mí mismo.

Sinceramente,no sé mentir,y no lo hago. Al menos no ahora.

Mentiría si dijiera que en el instante en el que arranque esta belleza a toda velocidad fuera de la ciudad queriendo suicidarme,no deseaba regresar al navío y simplemente pedirle perdón.

A Jay,a Lloyd,a Zane...

Quería pedirles perdón. Pero por más que lo intente,no pude poner la Combi de reversa. Simplemente no pude.

Y no creo poderlo hacer nunca.

Alguien toco con los nudillos la ventana contraria a la que yo miraba. Deje mi guitarra a un lado y me encontré con tres chicos fuera del auto asomándose entusiasmados.

-Hey amigo,se nota que quieres divertirte un rato,¿eres nuevo por aquí? Mi vecino esta dando una fiesta a tres cuadras de aquí,¿quiéres venir?- pregunto él chico que había tocado la ventana.

En primera:llevo los pasados cinco años viviendo en este pueblo.
En segunda: ¿Qué haces a tres cuadras de casa con otros dos chicos a mitad de la noche si la fiesta la esta haciendo vecino?

Abrí la puerta y baje con ellos. Sin cerrar la puerta,desde luego.

-¿fiesta? Pero no conozco a nadie.- excuse.

-¿Qué importa? Te divertirás,la casa tiene cinco pisos,piscina,barra de bebidas,sala de juegos,etcétera,¿Cómo no divertirse en un lugar así?- su sonrisa daba a entender un ambiente seguro y calmado. Al menos en él.

-Yo...-no encontraba palabras,había sido un día muy duro el que había vivido hoy.

-Descuida,estaremos contigo. No te preocupes. Además parece que no tienes nada más que hacer.- esa misma sonrisa,de cierto modo me daba confianza.

-Deacuerdo,acepto. Pero no me quedaré mucho.- dije y enseguida cerré la puerta de mi Combi.

KAI'S POV

Esa estrella,esa misma estrella de cada noche. No podía dejar de mirarla,¿Qué seria de mi si no la viera todas las noches? No puedo explicarlo...simplemente...trae recuerdos.

-Viejo, no quiero ser grosero pero creo que ya es hora de superarlo.- esa voz seria detrás de mi me saco de mis pensamientos.

Volteé a verlo girando hacia atrás en mi silla de ruedas.

-Sabes que no puedo. No logro sacarlo de mi mente...-digo con la vista al suelo.

-Han pasado cinco años,Kai. Y viendo una estrella por la ventana no vas a remediar las cosas.- dijo llegando hasta la ventana detrás de mi y cerrando la cortina.

¿Rabia? ¿enojo? ¿tristeza? No lo que era,pero quería esa ventana abierta.

-¿Qué no puedo ver el cielo en paz una sola vez?- pregunte molesto,pero no quise levantar la voz.

-Hay una fiesta en el primer,segundo y tercer piso esperándote.- dijo y salio frenéticamente de la habitación cerrando la puerta detrás de él.

Antes de darme cuenta,ya estaba llegando hasta el tercer piso,había chicas,chicos,bailando y divirtiéndose por todo el pasillo. Ni siquiera podía pasar.

No sé si fue pura coinsidencia o si todos a lo largo del pasillo se pusieron deacuerdo para al mismo tiempo abrime paso y dejarme ver hasta el otro extremo del pasillo.

Mis ojos no podían creer lo que veían. Se me hizo un profundo hueco en el estomago.

Era...era él.




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