21: La cita con los muertos.

LLOYD'S POV

Al final el plan había sido un fracaso. Por algún momento lejano, escondido debajo de ese escritorio, me imaginé regresando con Cole y Jannet, contándoles que Jay estaba vivo, en este mismo edificio, que descubrí quienes eran los Candidatos restantes a excepción del número seis, que Dylan sólo era el Candidato siete y que el diez seguía suelto mientras La Imperial (un arma altamente letal de la cual sólo conocemos que funciona con el Fangbatium Celestial) fue establecida exitosamente para su activación en el ciento veinticuatro, un número que antes me habría parecido un total misterio si no fuera por que Dylan (el Candidato número siete) usó el ciento veinte para definir la muerte del Candidato número tres (Jay Walker). Así era, el número ciento veinticuatro se refería al número de día del año en el que los planetas se alinearían y se pondría en marcha La Imperial. Por si fuera poco, también descubrí el acertijo de Zane, en el que me decía que la hora estaba en la esquina de la carta, veinticuatro, y el número ciento veinticuatro sin su uno al frente dejaba marcando las veinticuatro horas.

Día, hora y tres posibles montañas en las que se podría encontrar aquella arma con poderes innombrables.

Pero, con todo ello descubierto, no me quedó otra opción que sale de mi escondite y enfrentarme a Dylan apenas la pantalla con la que estaba hablando se apagó.

Ahora sabía mas de la cuenta, y eso incluía saber que me iban a matar.

Ambos nos quedamos mirando, uno en cada lado de la habitación, dos enemigos elegidos por el universo, dos de los diez Candidatos desafortunados que tendrán que cuidar su propia sangre...los dos, sólo separados por un escritorio de madera.

-¿Quién habla primero? ¿Tú o yo?- preguntó como si fuera un reto.

-Dime a donde se los llevan.- le ordené refiriéndome a Cole y Jannet.

-¿Candidato cuatro y Candidato nueve? No te preocupes. Cuando les extraigamos todo lo que queremos podrás ir a buscar a toda tu apestosa familia sepultada en un panteón.

La ira me invadió. Una ira contenida desde hace cinco años.

En un solo movimiento, salté por encima de la mesa y me abalancé sobre él sujetándolo del cuello. Estaba encima de él, poniendo todos mis sentimientos en mis manos.

-Y-yo...no...- intentaba decir el séptimo Candidato mientras lo estrangulaba -tú y tus amigos...morirán...en el infier-rno...

-No lo volveré a preguntar: ¡¿A dónde se los llevaron?!- noté cuando me puse rojizo de la furia.

Dylan se quedó contemplandome, por un segundo creí que ya estaba muerto, y cuando relaje las manos...recibí un rodillazo en la entrepierna que me hizo caerme de lado. Dylan se había apresurado a levantarse, y cuando yo también lo hice, me tomó por sorpresa una impresora voladora blanca chocando contra mi frente. Volví a caer hacia atrás con un fuerte golpe en la espalda y la nuca, antes de poder incluso levantar vista, el séptimo Candidato ya me había sujetado de las piernas y me arrojó contra la pared al lado de un librero.
Volví a caer al suelo, esta vez de rodillas y listo para interceptar el golpe de Dylan, el cual le regresé incrementado por dos a su cara y para rematar a la barbilla de abajo hacia arriba, haciéndolo caer hacia atrás y regresando me la ventaja.
Un segundo después, cuando se levantó, pude ver la sangre gotear en un hilo desde la boca hasta el cuello.

-Vaya, no haz perdido el toque.- comentó Dylan -Pero si mal lo recuerdo, la última vez que me atacaste así, terminaste en un hospital en estado de coma.- sonrió al concluir.

-Tal vez, pero veremos cual será el resultado sin que esté tu querido número diez.- dije con la misma carisma que él.

Por el acento fruncido, di por hecho que atiné. No recuerdo nada de esa pelea, pero estoy seguro que no hubiera perdido contra un tipo así.

Dylan gruñó al mismo tiempo que sacó de su bolsillo algo plateado y brillante. No necesité verla completa para saber que un arma así podía acabar conmigo en un segundo.

-¡No puedes matarme! ¡Soy un Candidato!- le dije en un intento por que dudara si debía matarme o no.

Pero no funcionó.

-¡Un Candidato al que le extrajeron la sangre mientras estaba inconsciente!- gritó quitando el seguro de la pistola.

No recuerdo alguna vez haber estado frente a una pistola.

-Entonces hazlo.- me puse firme -La policía sabe que estoy aquí, contigo. Han escuchado todo lo que tu querido número diez te ha dicho.- me quité el micrófono de la oreja y se lo arrojé a los pies -Con el golpe tal vez ya se haya roto, pero te aseguro que no tardarán en llegar y echar a perder todo su plan.

Logré mi objetivo: Dylan titubeó volteando a ver a la ventana, pero en ese punto, una fina sonrisa se dibujó en su rostro.

Volvió a apuntar su arma, pero esta vez a la ventana y no dudó un segundo en jalar el gatillo.

Después de escuchar los cristales rompiéndose en mil pedazos, alcancé a percibir las llantas sobre el asfalto.

-Vaya. Me pregunto quien irá ahí dentro.- Dylan arrojó la pistola a mis pies y apuntó con la mirada hacia afuera.

La ventana no estaba muy lejos y no me costó asomarme. Un camión totalmente blindado se alejaba a gran velocidad por la vacía avenida.

Cole y Jannet iban ahí.

-Parecen el número cuatro y nueve. Que mal que no hay nadie para ayudarlos...- dijo burlón Dylan.

Ni siquiera lo pensé, pero definitivamente no iba a dejar que le pasara algo a dos de las únicas personas que me quedan.

Di una última mirada a Dylan, y sin darle importancia a la altura en la que me encontraba...salté por la ventana.

COLE'S POV

Me quedé algunos minutos sentado al lado de una maceta. La verdad es que no era nada interesante quedarse ahí a esperar a que Lloyd bajara con o sin pruebas de lo que estaba tramando Dylan.

Aunque, tal vez...debería encender mi micrófono y hablar con Jannet a cuarenta y cinco pisos de distancia, en realidad no estaría mal, es de madrugada y podríamos contaenos alegremente muchos secretos. Sólo ella y yo.

Pero, al encender el micrófono, sólo pude percibir interferencia.

-¿Hola? ¿Jannet? ¿Estás ahí?- pregunté a través del micrófono.

-¡C-le! ¡Ra-i-do! ¡E-r-gen-c-ia!- dijo la voz de Jannet a través de la interferencia.

El alma se me cayó a los pies y salí disparado al mismo tiempo escaleras abajo. Cualquiera que fuera la emergencia, era muy peligroso que Jannet estuviera sola, especialmente en el primer piso, en donde podría llegar cualquiera en cualquier momento.

Cuando creí que mis pies no soportarían mas, escuché el estallido de un arma de fuego y cientos de cristales volando por el aire cuando iba en el quinto piso. Ante ese suceso, mis piernas volvieron a recobrar la energía pérdida y se podría decir que volé hasta llegar al primer piso.

-¡Jannet!- grité con una voz desconocida pero aterrada -¡Jannet! ¡¿Dónde estás?!

Pero en medio de la desesperación, escuché el tintinear de algo parecido a unas cadenas. Corrí por el pasillo atravesando una que otra oficina, hasta que al fin llegué a una habitación entre abierta, en la que dentro de encontraba Jannet esposada contra la silla y amordazada con un pañuelo rojo.

-¡Jannet!- grité de alegría al verla intacta y le quité la mordaza de la boca.

-¡¿Por qué no encendiste tu micrófono?!- me gritó enfurecida.

-Eh...se me olvidó.

-¡Dylan entró en el edificio! ¡Tienes que ir a ayudar a Lloyd!- exclamó -¡Pero antes quitame las esposas!

Pero cuando estaba a punto de hacerlo, algo cayó fuera de la ventana.

-¿Qué fue eso?- preguntó Jannet asustada.

-Iré a ver.- dije acercandome lentamente hacia la ventana.

Como una ráfaga, un camión blindado pasó a toda velocidad frente al edificio y continuó su carrera por toda la avenida. Con el ninja verde tras él.

-Pero que...

Las palabras habían quedado en el aire. Alguien mas había entrado en la habitación. Cuando los vi a los dos, no sabía si llenarme de terror o de alegría.

Ahí estaba, completamente desnutrido, moretones y raspones en cada pulgada que la ropa no ocultaba, ambos ojos estaban fuera de sus órbitas mientras su cabello le caía encima de la frente, tapando ansiosamente la herida de la que probablemente escurría toda esa sangre por su rostro y por el cuello hasta empapar la ropa, sin mencionar que tenía titubeando el labio goteante mientras hacía un esfuerzo por levantar su cuerpo del suelo. Sólo había algo que sostenía hacia arriba el moribundo cuerpo de Jay Walker, y era Dylan, quien lo jalaba de los cabellos apuntándole con una plateada pistola desde abajo del cuello hacia la cabeza.

-Haz un movimiento en falso y le vuelo lo que le queda de vida a tu amiguito.- dijo con rudeza.

Lancé una ojeada hacia la ventana, rogando internamente que Lloyd regresara al edificio. Dylan pareció notarlo.

-No va a volver.- sonrió -Tal parece escogió el camión equivocado.

No podía dejar de ver a Jay, se veía terriblemente mal. Ni siquiera estoy seguro de que él se encontrara consciente de todo lo que estaba pasando.

Volteé hacia Jannet, estaba totalmente aturdida por la situación. Como me gustaría haberla desesposado antes de que Dylan hubiera llegado.

-¿Qué es lo que quieres?- pregunté alzando los brazos en muestra de rendición.

-Tú.- dejó de apuntar a Jay para apuntarme a mí -Ven conmigo ó los mataré a ellos dos...- apuntó a Jay y luego a Jannet -uno por uno, también a Lloyd.

Jannet me miró suplicante: »No lo hagas«, pude leer en sus ojos brillosos. No quería hacerlo, pero teniendo la vida de la chica capuchino más hermosa que he visto y mi mejor amigo...no tenía otra opción.

-Si voy...¿los dejarás a ellos en paz?- pregunté.

-Tienes mi palabra.

Volví a ver a Jannet, ella estaba llorando. En su lugar, también yo estaría llorando.

-Bien.- di un paso al frente -Pero primero suelta a Jay.

El rostro de Dylan no expresó nada, y sin ningún sentimiento de compasión, sujetó a Jay de la camisa y lo lanzó contra la otra pared, haciendo que cayera con un gran golpe que evidentemente lo dejó mas aturdido que antes.

Dylan sacó algo de su bolsillo y me sonrió sacudiéndolas en el aire. Otras esposas plateadas.

Asentí levemente con la cabeza y di zancadas hasta llegar a donde se encontraba Dylan. Al estar frente a él, me puse de espaldas y volví a ver a Jannet, quien permanecía esposada a la silla llorando en silencio.

Pero en vez de sentir las esposas aplastando mis muñecas, recibí un fuerte pinchazo en el cuello. Al instante las piernas me dejaron de responder, lo único que me había salvado de caer de un sólo golpe fueron mis inestables manos. Al levantar la vista, una mancha borrosa gritaba y se forcejeaba, distinguí aquella mancha como Jannet.

-¿Q-qué me haz...- no podía hablar, no con mi propia voz.

En los cortos instantes en los que mis ojos podían enfocar, descubrí a Dylan dirigiéndose hacia Jannet. Me había mentido.

-Ups, resulta que sí los necesito a los dos- se burló -, no te preocupes Cole, pasará rápido.

-N-no....¡no!- dije antes de desplomarme en el suelo. Mis brazos habían dejado de funcionar.

Mi campo de visualización sólo consistía ver a una mancha borrosa altamente lastimada. Jay se encontraba a unos metros de mí, aun inconsciente y sangrando.

Otra mancha apareció, una a la que odiaba con toda mi alma. Pude distinguir el borrón plateado con el que apuntaba a Jay como la pistola.

-Vaya, es curioso, ¿no?- podía percibir la sonrisa de Dylan iluminandole la cara -Hace cinco años intentaste matar a éste chico, ¿y ahora te entregas para salvarlo? Lamento decirte que...- le quitó el seguro al arma -...la basura ya no se recicla.

Los gritos de Jannet parecían distantes, a millones de kilómetros, fuera de alcance. Todo lo que ocurría en esta habitación giraba dentro de un túnel, una y otra y otra vez...me mareaba. No podía entender, no podía pensar...sólo quería dejarme ir por el sueño y ser libre.

Cuando el túnel perdio todo rastro de luz, dejandome a ciegas, escuché a Dylan jalar el gatillo.

LLOYD'S POV

Corrí por la acera con todas las fuerzas que tenía. El camión blindado iba Avenida arriba a toda velocidad, conduciendo con salvajismo, me quedaba mas que claro que al llegar a él tendría que enfrentarme con un par de secuaces locos.

Y no me equivoqué. Cuando subí a un poste de luz y salté al techo del camión, fui directamente a la cabina del conductor en un intento por no salir volando en cada curva cerrada en la que giraban. Al bajar la vista boca abajo, se encontró con Breshtin y Scar, dos tipos malignos de los que Kai me había hablado. Ellos fueron los que los atacaron en el muelle y propusieron cambiar actas de gente muerta por mí.

Rompí de un puñetazo la ventana del conductor, en donde se encontraba Scar y cada pedazo de vidrio le dejó hielos de sangre marcados en la cara. Lo sujete del cuello, y si no fuera porque él no traía puesto el cinturón, no lo habría podido sacar volando fuera de la ventana.

El camión se salió de control, se subió sobre la banqueta y se estrelló contra un poste que al final quedó irregularmente doblado con cientos de vidrios y piezas metálicas esparcidas en el suelo. Todo, y Breshtin no había hecho nada para evitarlo. A diferencia de mí, él sí se quedó en el camión para recibir el golpe.

Cuando me asome por la puerta abollada y a medio abrir, no había quedado ningún rastro de Breshtin. Se había esfumado, pero no sólo él, sino que Scar ya no se encontraba tirado a media avenida como hace un momento.

Corrí a la parte trasera del camión y abrí la compuerta esperando encontrarme con un Cole y Jannet atados y amordazados. Pero en vez de eso, la realidad me llegó de golpe: me habían engañado.

El sol comenzaba a ocultarse, había pasado todo el día volando en dragón desde que Dylan se había llevado a Cole y Jannet, Candidato número cuatro y nueve. Sabía que ya no había forma de encontrarlos o seguirles el rastro. Cuando regresó al edificio, sus amigos habían desaparecido, y cuando buscó detrás de una puerta »Sólo para personal autorizado«, se encontró pasillos y corredores abandonados.

Dylan se los había llevado. Ahora el Candidato diez sólo le faltaba la sangre del Candidato dos y seis, quien quiera que sea.

Llegué un poco antes del atardecer, y con un sentimiento de remordimiento en el estómago, toqué el timbre.

No tardó mas de cinco segundos en atenderme un joven alto, musculoso y de cabello castaño, quien me recibió con una amplia sonrisa apenas me vio.

-¿Lloyd Garmadon?- preguntó sonriendo de oreja a oreja -¿Lloyd Montgomery Garmadon?

Ahí estaba. Oliver Render, primo de Xander Render y mejor amigo de Kai por los últimos cinco años, me contaron todo sobre él. Nunca le había hablado, pues cuando desperté él quedó en coma por salvar a Jay de un balazo...no duró mucho su seguridad.

-¿Oliver Render?- pregunté -¿Primo de Xander?

-Sí. Xander me lo contó todo sobre ti.- dijo y se puso serio -Kai está...bueno, ha estado callado desde que regresamos. Oh, para el colmo Xander se intoxicó con unos mariscos. Así que, me estoy encargando de los dos yo solo.

-Me lo imaginé...lo de Kai. No tenía idea del estado de Xander.- me apresuré a corregir.

-Descuida, ¿quieres pasar?- preguntó.

-¿A Kai no le importará?

-No sé si te contó, pero esta es mi casa. Adelante.

El lugar era increíble y ordenado, las paredes eran blancas y todos los muebles de colores claros. La casa tenía tres pisos, pero por los pasillos de cada uno no se podía apreciar el espacio. Fuera en el jardín trasero, había hasta una alberca.

-¿Quiénes son tus padres?- pregunté con curiosidad.

-Mi padre.- me corrigió -Un gran empresario, pero nunca lo veo. Después de la muerte de mis tíos, Xander y mi padre son la única familia que me queda.

-Oh, lamento lo de tus tíos.

-Descuida, fue cuando era muy chico. Al que deberías decirle eso es a Xander, después de todo eran sus padres...- se detuvo en el pasillo y pareció pensar algo -en realidad, mejor no le digas. No le caería bien. De por si es siempre muy...frío.

-Me dijiste que Xander se intoxicó con unos mariscos, ¿cómo está?- pregunté.

-Vomita sangre...- Oliver adoptó una expresión preocupada -, el doctor dice que estará bien, pero yo sinceramente aun tengo mis dudas.

-Espero que se mejore.

Oliver me llevó por una escalera de mármol hasta el segundo piso, con un extenso pasillo blanco con el suelo de madera que ya me imaginaba. Sólo me preguntaba donde estaba Kai, necesitaba su ayuda, y no iba a recibir un »no« como respuesta.

-Vaya, que curioso.- dice Oliver deteniéndose a mitad del pasillo.

-¿Qué es curioso?- pregunté sin entender.

-Aquí fue donde Cole y Kai se encontraron.- sonrió -Hace unos meses, Xander y yo hicimos una fiesta. Encontramos a Cole en la calle y lo invitamos a venir. Nunca nos imaginamos que fuera el ninja de la tierra.

Al llegar al otro extremo del pasillo y subir las escaleras, ya no estaba mas un largo pasillo, sino una sala de estar con puertas alrededor. La sala estaba conformada por tres sillones alrededor de una mesita, los sillones azules estaban acomodados en forma de "C" viendo hacia un televisor con consola de videojuegos pegado a la pared.

Pero no me interesaban los videojuegos, lo que me interesaba era el chico medio dormido en el respaldo del sofá que tanto conocía, tenía el pie derecho arriba de la mesita y el otro apoyado en el suelo, su mano izquierda estaba tirada sobre la recargadera del sofá y la otra se ocultaba atrás de un cojín marrón, su cabello estaba totalmente alborotado (más de lo normal) y vestía un conjunto de jeans y una playera roja de mangas cortas.

Me quedé contemplándolo en silencio hasta que Oliver se propuso a despertarlo:

-¡KAI!- gritó haciendo un túnel con sus manos alrededor de la boca -¡Tienes visita!

El cuerpo de Kai dio un sobresalto sobre el sillón y se sentó de la forma correcta frotándose los ojos.

-¿Qué? ¿Quién?- preguntó Kai apartando sus manos de la cara. Al enfocarme, me dio la impresión de que su corazón hizo otro sobresalto.

-Kai, Lloyd vino a...- Oliver quiso explicar, pero a su falta de información volteó y preguntó extrañado: ¿A qué viniste?

En vez de explicarle a Oliver, me acerqué a Kai para aclararle sus dudas.

-Lo he descubierto.- declaré.

Kai me miró perplejo, pero después de un segundo cerró los ojos y se puso la mano en la frente.

-Lloyd, ya hablamos de esto. Se acabó.- dijo dándose la vuelta en el asiento para recargar los pies en la recargadera de brazos y la cabeza en la otra.

-Kai, tienen a Cole y Jannet...

-¿A quién?- volteó a verme con rapidez. Noté un poco de confusión en su voz.

-¡Sólo quedamos tú y yo! ¡Si no hacemos algo morirán!- exclamé.

Kai bajó los pies de la recargadera y los plantó en el suelo poniéndose de pie.

-¿Cómo le pasó a Jay?- frunció el ceño. Al menos en la siguiente pregunta mostró mas interés -¿Hace cuánto que los capturaron?- caminó hacia la consola de videojuegos.

-Hoy, en la madrugada.- respondí con un poco de lamento.

-Están muertos.- declaró tomando un control de X-BOX y se sentó en la orilla de la mesita.

-¡¿Cómo te atreves?!- grité enfurecido -¡Son tus hermanos!

-Sólo tengo una, la cual me dijo hace semanas antes de que despertarás que vendría. ¿Vino? No. Porque me odia.- dijo sin apartar la vista de la pantalla.

Estaba a punto de abrir la boca, cuando él decidió hablar nuevamente:

-¿Sabes? Sólo a ella y a ti les dije de mi "accidente" la noche del veinticuatro. Ambos me odiaron, la única diferencia entre ella y tú es que a ti te salvé de un grupo de locos.- dijo comenzando a jugar un juego de carreras.

Quería decirle que nunca lo odié. Que sólo estaba decepcionado, y que de ninguna manera concluiría que era de él la culpa.

Está actuando como un tonto. Dale su merecido y que le duela por haberlos dejado.

Podía escuchar aquella voz más fuerte que nunca. Estaba dentro de mi cabeza, eso tenía claro, pero, tenía razón.

-¡Si te odiamos fue culpa tuya!- grité -¡Nadie te mando a quemar un edificio!

Kai dejó de jugar en seco, se levantó y volteó a verme con ojos ardientes.

-¡Fue un accidente!- gritó furioso -¡Creí que Cole estaba ahí y entré! ¡Tú me mandaste a buscarlo! ¡Fue tu culpa!

-¡Pues te equivocaste! ¡Y mataste a todas esas personas! ¡Todos en el edificio murieron excepto TÚ!- grité igual de furioso.

Lo que fuesa por lo que había venido aquí ya lo había olvidado.

Los ojos de Kai se llenaron de lágrimas sin caer, su mueca temblaba y el ceño fruncido batallaba mucho para quedarse donde lo quería. Sus puños se volvieron blancos de la fuerza que aplicaba.

La expresión de Kai no era una que hubiera visto antes, y entonces, me di cuenta de mi error. Estaba a punto de decir algo, una disculpa, una palabra...pero él habló primero.

-¡SÍ!- gritó rasgándose la voz -¡Los maté a todos! ¡Soy un asesino! ¡¿Pero sabes qué?! ¡TÚ TAMBIÉN LO ERES!- se agachó con rapidez y sacó un periódico de debajo de la mesa para lanzarmelo -¡Si no fuera por TI...Jay, Cole, Zane y Nya estarían vivos! ¡Nunca conocí el paradero de mi hermana por tu culpa! ¡Y he tenido que vivir mantenido durante 5 AÑOS!

Con el corazón en la garganta, leí el titular del periódico: 'Preso maniático escapa de Kriptarium', no tuve que leer mas para saber que se trataba de Zane, sin embargo, en medio de la noticia había una era sobre marcada 'El presidente ha dado la orden de usar medios brutales en cuanto se identifique al individuo, "Lo quiero muerto" dice ante toda la prensa'. Levanté la vista hacia Kai, el cual ya había dejado escurrir una lágrima por la cara.

-Ah-ora...- dijo costandole no llorar en cada palabra -Lee la sig-uiente pág-ina.

Hice caso o miso y le di la vuelta. Era una noticia internacional titulada 'Asesinato en aeropuerto', aun sin ganas de querer leer, continúe "Aun se siguen buscando a los dos sospechosos que irrumpieron en el aeropuerto de California hace dos semanas. Los testigos afirman que venían en ropa totalmente negra de cuero y que eran tan pálidos que parecían vampiros. Los dos sujetos no iban armados, pero inexplicablemente asesinaron a cinco personas que tomarían un vuelo a la ciudad de San Francisco.

Bajé el periódico para rebelar el rostro de Kai, toda esa firmeza de hace un momento había quedado olvidado. Ya le habían escurrido mas lágrimas por las mejillas. Estaba acabado.

-Kai...- trate de dirigirme a él de la manera mas suave posible -yo no tenía idea...yo...

-¿Cuándo fue la última vez que viste a Breshtin y Scar?- preguntó recobrando la firmeza.

-Esta mañana...desaparecieron antes de que pudiera hacer algo.

-Bueno.- dijo y repentinamente parecía mas firme y fuerte que nunca -¿Vamos a atrapar al que está detrás de todo esto?

Sonreí al verlo recobrarse.

-Defitivamente. Por ellos.- declaré.

Nos quedamos un rato mirándonos, sonriendo. Era el tipo de momento que los dos no habíamos tenido desde hace cinco años.

-No se preocupen, yo los ayudo.- dijo Oliver entusiasmado haciéndose saber su presciencia -Y estoy seguro, que Xander también querrá ayudarnos.

En ese momento una puerta se abrió del lado derecho, se abrió tan bruscamente que creí que caería, pero del interior de la habitación salió un chico pelinegro, estaba pálido y le costaba respirar; tenía una cubeta roja entre ambas manos. Al salir de la puerta, Xander cayó de rodillas y vomitó un liquido rojo dentro del balde.

Volteó a verme con los ojos desorbitados, se impresionó de mala gana y luego dirigió la vista a Kai y Oliver, se quedó mirando a este último como si reclamara una respuesta obligatoria.

-¿Qué hace él...aquí?- preguntó volviéndose a erigir sobre la cubeta.

-Se han llevado a Cole y Jannet también. Vamos a ayudarle a...- pero apenas empezó a hablar Oliver emocionadamente cuando Xander le interrumpió lanzándole una mirada amenazadora.

-¿Quién?- preguntó escupiendo las palabras -Estarás bromeando primo, estarás bromeando.- volvió a vomitar dentro del balde -Todos ustedes están locos si quieren detener a Dylan, sobretodo después de lo que les hizo a sus amigos...¡Yo prefiero quedarme aquí!, ¡Donde estoy seguro!

La emoción de Oliver cambió severamente.

-El mundo está en peligro...¡¿y actúas como tonto?!- le gritó.

-La supervivencia.- Xander le dirigió una mirada a Kai -Es la primera regla de la vida.- volteó a ver de nuevo a Oliver -Deberías saberlo.

-Por favor, Xander.- Oliver bajó la voz -Ayudanos, eres muy bueno en estas cosas.

Xander volteó a ver a Kai y luego a mí.

-Bien.- volvió a vomitar un hilo de liquido rojo en el balde -Pero tendré que llevarme mi bote.

KAI'S POV

En la tarde del siguiente día, ya habíamos vuelto a la ciudad de San Francisco. Al llegar al departamento de Lloyd, él nos contó todo lo que nos habíamos perdido hasta ahora. Personalmente me impresionó mucho lo de los diez Candidatos y que él saltó desde el piso cincuenta para alcanzar un camión, aunque hubiera resultado una mera trampa por parte de Scar y Breshtin, quienes se siguen desapareciendo sin ningún rastro.

Pero concluido todo esto la verdadera pregunta es: ¿Quién es el Candidato 10?

-Muy bien- dijo Lloyd reuniéndonos en la mesa -Lo que sabemos es que el día ciento veinticuatro del año se pondrá en marcha el arma La Imperial. Pero, no funcionará al menos que tengan toda la sangre de los Candidatos.

-¿Día ciento veinticuatro?- repitió Oliver y volteó a ver a Xander, quien se encontraba en la esquina de la mesa aun con su balde en las manos -¿Cuánto falta para eso? Tú eres bueno en esas cosas.

Xander dio un suspiro y sacó una calculadora.

-El día ciento veinticuatro del año...es el cuarto día de mayo- dijo con un tono de preocupación -Tenemos cuatro días contando éste.

Se hizo un silencio.

-El problema es simple- declaró Oliver-. Sólo funcionará el arma si tienen la sangre de todos los Candidatos, podemos suponer que le quitaron a Zane la sangre (¿tiene sangre?) mientras estaba en la cárcel. Lo que sólo dejaría a Kai y al sexto Candidato ya que tienen a Cole y Jannet.

-¿Qué propones?- Lloyd se apresuró a preguntar.

-Como no tenemos la menor idea de quién es el Candidato seis, sólo hay que asegurarnos de que Kai no pierda una gota de sangre en los próximos cinco días. El arma ya no funcionará después, ¿no?

-Parece simple...- musitó Xander.

-¡Esperen! ¿Me van a tener encerrado los próximos cinco días?- Kai pregunté alarmado -Yo no soporto estar encerrado.

-Sólo te cuidaremos como a un lindo bebé, no te preocupes.- Oliver me guiñó el ojo, pero mi preocupación no cambió.

-¿Y qué hay de la computadora?- preguntó Xander.

-Tiene razón, si la última vez les avisó que Dylan estaría en el edificio, ¿qué tal si también avisa sobre cuándo irán tras el sexto Candidato?- preguntó Oliver -Si averiguamos quién es tendremos el doble de posibilidades protegiéndolo.

Lloyd encendió la computadora, pero no había nada fuera de lo normal.

-¿Un mensaje, notificación, algo?- pregunté.

-Nada de nada- dice Lloyd abriendo cada archivo -Todo está tal y como lo dejamos.

-¡Agh!- Oliver golpeó los puños contra la mesa -Si no sabemos quién es, ¿cómo lo protegeremos? En estos momentos ya podrían haberle...

Un beep beep proveniente de la computadora lo interrumpió. Había llegado un mensaje.

-¡Abrelo! ¡Abrelo!- me apresure a decirle a Lloyd.

-¡Allá voy, allá voy!- le hizo click en 'abrir' y se mostró en la pantalla un mensaje corto, pero enviando por V7.

»Habrá un intercambio, lo justo por lo justo. Hoy a las 7:00 pm en el parque central. Uno por los otros dos. V2 sólo tiene que cruzar la línea y el cambio se realizará.
Si no viene, nunca mas se podrá realizar otro trato.

V7. «

Se me hizo un nudo en la garganta. Los tres voltearon a verme apenas leyeron el mensaje. Los conocía, y sé que nunca dejarían que fuera.

-Yo no entendí- admitió Oliver confuso -¿qué es lo que quieren?

Me levanté del asiento.

-A mí- volteé a ver a Lloyd -. Soy yo ó la vida de Cole y Jannet.

Se hizo el silencio.

-Es sencillo, no vayas.- Xander se cruzó de brazos.

-Es la vida de mis amigos lo que está en juego- objeté.

-¿Cómo puedes creerles?- Xander se levantó de la mesa -No es necesario ser un genio para darse cuenta que es una trampa.

-Estoy desacuerdo contigo, Xander.- Oliver también se levantó, y al compás Lloyd -Si podemos recuperar a más de los nuestros, aunque sean dos, creo que vale la pena.- volteó a verme -Pero, definitivamente no dejaremos que te lleven.

-Exacto. Hay que idear un plan para salir de ahí con los tres.- dice Lloyd.

-Tengo una idea: Iré solo al parque. Ustedes se quedarán cerca, cuando aseguremos a Cole y Jannet nos enfrentamos a Dylan.- propongo.

-¿A qué se refirió con que sólo tienes que cruzar la línea?- preguntó Lloyd.

-El parque central está dividido por una línea, justo en la mitad. Me parece que quieren hacer el cambio en la fuente, es donde ambas partes se unen.- explica Oliver.

-Aborresco esta idea.- dice Xander -¿Qué tal si sale mal y terminamos perdiéndolos a los tres? Sin la identificación del sexto Candidato Kai es lo único que nos queda.

-Según las reglas del ajedrez, no puedes ganar sin arriesgar a las piezas.- dice Oliver.

-¿Cuánto falta para las siete?- pregunté.

-Mm...- Lloyd volteó al reloj de la pared -Trece minutos.

• • • • •

Las seis cincuenta y nueve, apenas se estaba poniendo el sol, pero aun así había aun mucha gente en el parque. Especialmente alrededor de la fuente.

Hubiéramos pedido ayuda a las autoridades para evacuar a las personas, pero desde que tenemos confirmado que el alcalde es parte del equipo del Candidato 10, preferimos dejar que pasara lo que tuviera que pasar. Además, este ambiente me hacía sentir mas tranquilo: con tantas personas al rededor, un sabotaje seria imprudente por parte de Dylan.

Aun así, aunque llegará a pasar algo no estaba solo: Xander era el mas próximo, se encontraba escondido detrás de un árbol a unos metros de distancia con un walkie y su balde rojo, ubicado al lado contrario, estaba Lloyd vigilando con binoculares y walkie desde el tejado del edificio mas cercano, y del lado oeste, en la entrada al parque se encontraba Oliver con su walkie, atento a cualquier aparición de algún sospechoso. Yo, me encontraba en una banca cercana a la fuente, observando cualquier indicio de Cole, Jannet ó Dylan.

-Ve-uno a Ve-dos, Kai, ¿me copias?- la conocida voz de Lloyd salió de mi walkie.

-Sí, te copio.- respondí.

-Desde el cielo no puedo ver nada sospechoso, pero un oficial de policía se acerca a Bomba-de-chocolate, creo que van a cerrar el parque.- explica.

-Aquí Bomba-de-chocolate- habla Oliver desde el walkie -, veo al oficial, pero aun faltan mas personas por salir, no creo que vaya a cerrar.

-Oliver, primero cierran el paso para que nadie mas entre, después los sacan a todos.- explicó Xander desde el walkie.

-¡Cabeza-de-balde! ¡Llamame Bomba-de-chocolate! Si están interfiriendo nuestras señales van a saber que somos nosotros.- se quejó Oliver por el walkie.

-¿Si? Dicelo a los que se llaman ve-uno y ve-dos.- respondió éste de mala gana.

-¡Kai! Han dado las siete en punto, es hora del intercambio.- advirtió Lloyd.

-Estoy en eso, pero no logro ver nada.- dije levantandome de la banca y caminando hacia la fuente.

-Pues yo sí que lo veo ve-dos.- advierte Xander -Se acercan tres personas por el otro lado de la fuente, y todos sabemos muy bien quién son. Cambio y corto.

Las personas ya se habían empezado a dispersar, se iban a sus casas, lo cual era mejor para todos. Para mi propia suerte, Dylan también venía solo, pero estaba seguro que en alguna parte, habría mas personas de su bando escondidas como lo hacían Lloyd, Oliver y Xander.

Dylan se acercó con paso decidido a la fuente, de ambas manos sostenía mis sujetos de las esposas a Jannet y Cole, ambos amordazados con un pañuelo azul oscuro. Cole, estaba lleno de moretones y tenía un leve corte en el labio, en cambio Jannet, sólo tenía un vendaje en el brazo izquierdo cerca del hombro.

Lo único que nos separaba ahora, era la fuente del parque, en la cual el sistema se apagó y el agua dejó de brotar de la punta.

-¡Liberalos!- le exigí en voz alta.

-Mis instrucciones fueron claras.

Observé la línea en suelo, al lado de la fuente. Esa línea separaba el parque. Dylan volvió a hablar:

-Ven aquí por el lado izquierdo de la fuente, al mismo tiempo éstos dos irán por el derecho. Es muy simple. Pero tú decides.

Incline un poco la cabeza para ver a Lloyd en el tejado del edifico de enfrente, observaba todo con los binoculares.

-Que así sea.- dije dirigiendome a Dylan y comencé a caminar hacia él rodeando por el lado izquierdo la fuente. Al mismo tiempo lo hicieron Cole y Jannet, pero por el lado derecho.

Llegué a paso decidido con Dylan, quien no dejaba de darme una mirada gloriosa.

Cole y Jannet me miraban desde el otro lado de la fuente, confusos y preocupados. Cole no dejaba de negar con la cabeza.

-¿Nos vamos?- preguntó Dylan amablemente.

Era hora.

-¡Cole, Jannet! ¡Corran! ¡Hacia el árbol!- grité señalando el árbol en el que se encontrarían con Xander.

Ambos hicieron caso omiso con un pequeño sentimiento de confusión, pero aun así llegaron y se ocultaron detrás del árbol con Xander.

-¿Y bien?- preguntó Dylan aún con aire de confianza -¿Podemos retirarnos ya?

-Me gustaría ir contigo, enserio - le dije lo mas sarcástico posible -Pero yo, prefiero ir a otra parte.

Dicho esto, giré sobre la pierna izquierda adquiriendo vuelo y le di una patada en a Dylan en el pecho con la derecha. Cuando cayó al suelo, supe que era hora de escapar, pero apenas me di la vuelta hacia el árbol, mi corazón dio un gran tumbo. Una voz chillona me hablaba por detrás:

-Disculpe señor ninja, ¿ya va a salvarnos a mí y a mis papis?- preguntó la inocente voz.

Un escalofrío recorrió mi espalda, e imágenes se proyectaban una y otra vez en cámara rápida dentro de mi mente. Me comenzaron a sudar las manos, me costaba trabajo respirar: ya no respiraba el aire fresco del parque, estaba respirando aire intoxicado por el humo. Podía sentir el calor abrasador de las paredes quemándose, la estructura del edificio cayendo bajo mis pies. Los gritos de las personas atrapadas. Yo conocía esa voz.

Con el corazón cayendo a un oscuro abismo, giré sobre mis pies temiendo encontrarme con lo peor. Y ahí estaba.

Mi corazón dio un brinco: un niño de ocho años, castaño, con la ropa quemada y el cabello lleno de ceniza, tenía la mitad de la cara quemada en diagonal, la iris de los ojos era verde intenso y la mandíbula le caía de una forma sobrenatural y estirada. Casi toda su ropa estaba llena de sangre.

-Cristoff Weasly- dice Dylan levantándose detrás del niño -, murió en un incendio el día de navidad, cuando todo el edificio se vino abajo.- sonrió con malicia -Me parece que, esta atrapado él y su familia en una habitación, cuando escucharon al ninja rojo detrás de la puerta diciéndoles que los sacaría. ¿Pero adivina qué? No fue así.

Di dos pasos cauteloso hacia atrás, sin dejar de observar al niño.

-Dejame decirte, te agradezco que hayas decidido enfrentarme. Revivir a los muertos no es nada sencillo.- río -Pero, ¿a cuántos fueron? ¿Treinta y cinco? Sí, creo que sí. ¿Te haz preguntado alguna vez lo que pensaron? Los que murieron dormidos en sus camas, abajo de puros escombros en la madrugada de navidad, ¿alguna vez te lo preguntaste? Bueno, ¡estás de suerte Kai! Ya puedes preguntarselo.

De pronto, me percaté de lo que pasaba al rededor: como tres docenas de personas con rasgos parecidos a los del niño se acercaban en todas direcciones, a varias les escurría la sangre por la boca, a la mayoría le salían huesos por los costados, y otras arrastraban sus incinerados cuerpos por el suelo. Pero todas decían lo mismo: »Es tu culpa«.

La mente no me dejaba pensar, los recuerdos de hace cinco años llegaban y rebotaban en mi mente como disparos. Me dolía, me dolía la cabeza, la frente, los dientes, los ojos, la piel, me ardía como si aún estuviera en el edificio en llamas. Podía escuchar el techo caerse, las personas gritando, todo y absolutamente todo volvía a pasar por mi cabeza.

Sin darme cuenta, había comenzado a llorar, mientras las treinta y cinco personas, en su mayoría niños con la carne quemada, me acorralaban en un circulo mientras gritaban »Es tu culpa« reventandome los oídos. Los gritos de Lloyd, Oliver y Xander llenaban el walkie, pero yo, los escuchaba lejanos, cada vez mas lejanos mientras eran opacados por el sonido del edificio quemándose. Podía oírlo, podía sentirlo. Y entonces, las personas muertas de mi alrededor comenzaron a gritar por socorro, por ayuda, empezaban a gritar por el ninja rojo, el que había comenzando toda esta devastación.

Cuando la estructura del edificio cayó, los gritos de socorro fueron callados con la velocidad de un disparo, y tal y como había pasado, reviviendo los hechos en mi mente, me dejé llevar y todo se volvió negro antes de caer contra el suelo.


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