⚪9. Cuestión de tiempo⚪

Zane's POV.

Caminamos detrás de Griffin Turner, por el extenso pasillo de color canela. Toco la pared, mientras camino. La frialdad de mis manos contrasta con la calidez de las rocas. Futuro y pasado. Tecnología y leyendas. Me detengo al notar una variable en el muro. La piedra arenisca está tallada con líneas oscuras que no absorben la luz ámbar de las llamas.

Doy pasos simultáneos, hacia atrás, con la intención de ampliar mi panorama visual. Toda una historia se desenvuelve frente a mis ojos, con personajes sepia y paisajes color caoba.

—¿Qué sucede, Zane? —pregunta Mei, y su voz suave choca y hace eco a lo largo del pasillo, perdiéndose en el recorrido.

Tanto ella, como Jay y Lloyd, sé detienen —ellos son los que iban detrás de mí.

Dejo que se acerquen para que el Templo mismo responda sus preguntas. Sus ojos siguen el mismo recorrido que los míos, cuando avanzo diagonalmente, ellos me imitan, incluso se detienen en seco, cuando lo que ocurre en los muros me paraliza.

Las rocas adquieren un tono más oscuro, mostrando una parte distinta de la historia. Más adelante, la arenisca recupera su tono natural.

—¿Ése es...? —la voz de Lloyd me hace fijar la atención en la parte oscura del Templo. La primer imagen es de un dragón oscuro, soplando una bruma grisácea que, en otra imagen, sé transforma en lo que parece ser una persona.

—Nightmare y... el Gran Tirano —respondo, en voz queda—. Aquí narra cuando el Primer Maestro creó a los maestros elementales para hacerle frente al ejército de piedra, sin embargo, el Gran Tirano solía jugar sucio. Él creó a su propio maestro,o al menos, a alguien que se asemejaba a uno: Nightmare.

—Usó sus fortalezas en su contra... —murmura Mei.

Un silencio tenue se asienta entre nosotros.

-¡Ha-hay que seguir! —exclama Jay, empujándonos para que dejemos de ver el muro.

Realmente me hubiese gustado quedarme y analizar un poco más sobre la historia y, quizá, mi propósito al ser parte de ella. Aunque, por otro lado, agradezco que Jay me haya sacado del trance. El Gran Tirano creó a Nightmare para tener un único efecto en todos los maestros elementales: ponernos a temblar con sólo pensar en él.

Finalmente, tras estar un rato avanzando, el pasillo se abre a una amplia sala de forma circular. A penas ponemos un pie dentro, la única salida se sella a nuestra espaldas. El ruido de las rocas desplomándose nos distrae, pero sin duda no le es difícil a un ruido burbujeante robarse nuestra atención.

—¿Qué son éstas cosas? —pregunta Griffin.

Me fijo en nuestro alrededor, donde enormes burbujas tornasol flotan con lentitud. Trato de analizar los compuestos, pero no se parecen a nada que haya visto antes. Cuando me acerco a una, noto un extraño reflejo, o más bien, algo dentro de ellas. Es una escena de los anacondrai invadiendo una aldea, quemando casas, separando familias... asesinando. Es una visión horrible.

—¡Zane! —parpadeo, saliendo de ésa época oscura—. ¡Zane, diles que no las toquen!

La imagen de Pixal ocupa mi visión, pero desaparece para que pueda ver lo que está ocurriendo. Mis amigos estiran una mano, curiosos, queriendo traspasar las burbujas.

—Mamá... papá... —murmura Mei. Sus ojos lucen como espejos, de manera literal. Estira la mano, lentamente.

—¡NO! —exclamo, y todos se detienen—. No lo hagan...

Veo como los ojos de mis amigos vuelven a la normalidad, cuando comienzan a alejarse de las burbujas.

—¡No puede ser! —exclama Rune, incrédula.

Aunque ya había salido del trance, vuelve a sumergirse, al ver algo dentro de una burbuja que se roba por completo su atención.

—¡Rune, espera! —grito, mientras corro hacia ella. Sin embargo, es tarde.

A penas alcanzo a sostenerla en mis brazos, cuando se desploma un instante después de tocar la burbuja. Su piel está fría, sus ojos son una visión luminosa, como un par de cometas. Como la devastación y la soledad. Todos de fuego y calor al rojo vivo, sin embargo, no luce cálida, sino... congelada.

—Rune... —deja escapar Mei. Ella y los demás se acercan y quedan horrorizados. La ninja morada se lleva las manos a la boca, mientras cae de rodillas, delante de mí.

—Está bien —aseguro—. Tenemos que encontrar el prisma para que ella deje de estar... paralizada.

—Ay, Rune... —Lloyd va a acercarse a ella, cuando el grito de alerta de Jay lo hace reincorporarse enseguida.

—¡Chicos, miren!

Sólo tengo que levantar un poco la cabeza para ver a las burbujas temporales que han comenzado a cerrarnos el paso. Cargo a Rune sobre mí hombro y busco una posible salida. Las burbujas nos han encerrado en un círculo, donde a penas nos podemos mover, veo como las burbujas se juntan, formando un solo cuerpo gelatinoso, mostrando una inquietante visión de la Ciudad Nueva Ninjago... destrozada. Miro los muros, con desesperación, é incluso, me fijo en el techo. No hay vías de escape.

—¡El suelo, Zane! —sugiere Pixal, alterada.

Hago lo que me dice. ¡Claro, el suelo! Mis sensores detectan al instante las trampas ocultas del suelo. Le hago una seña a mis amigos, apuntando a una única piedra grande y circular.

—¡Tienen que quitarla! —les digo, porque yo estoy protegiendo a Rune.

Kai, Jay, Lloyd y Griffin se agachan y hacen uso de todas sus fuerzas para retirar la piedra. Mei y Nya hacen lo posible por detener a la gran masa gelatinosa que nos rodea.

—¡Salten! —ordena Kai.

Me vuelvo hacia el pasaje oculto que ahora está a la vista. Doy un salto al interior, cuidando a Rune para que no se golpee con el techo. Una vez que estamos todos, sello el hueco en lo que ahora es el techo, con una gruesa capa de hielo.

—Ay, odio éste templo —farfulla Mei, dejándose caer en el suelo cubierto de arena.

—Imagínate yo —bromea Lloyd, con ironía.

—Gracias por llevarnos a ésa trampa —le reclama Kai a Griffin, que no puede más que cruzarse de brazos.

Nya gruñe y comienza a adelantarse. No la notó muy conforme con el carácter explosivo de su hermano. Jay la sigue, y muy pronto también lo hacen Mei, Kai y Lloyd. Griffin, por su parte, luce dudoso. No puedo ver sus ojos debido a los cristales oscuros de sus lentes, pero sí sus gestos. Su cabeza gacha amerita que no se siente tan confiado como aparenta. Pasa con nerviosismo una mano por su cabello terracota, imposible de despeinar.

—¿Y tú qué ves? —grazna, de forma socarrona, al darse cuenta de que lo analizo.

Lanzo un suspiro.

—No te preocupes, Rune —le digo a la peligris, sobre mi hombro—. Yo haré que vuelvas a la normalidad.

Kai's POV.

No tardamos mucho en llegar a una parte nueva de las ruinas. Mientras camino miro a Rune, de soslayo  y sus ojos de espejo me regresan una visión de mí mismo... con Nya a un lado mío. Desvío la mirada.

Ya me disculpé con mu hermana, no sé qué más espera que haga. Siempre se ha mostrado preocupada cuando me peleo con alguien, siempre ha estado ahí, con una sonrisa alentadora... y un botiquín de primeros auxilios. Pero la Nya que me cuidaba parece haber sido reemplazada por una Nya ruda y desinteresada. No sé qué es lo que hice para perder a mi hermanita.

—¡Viejo, no puede ser! —escuchamos el grito enfadado de Turner, más adelante. Corremos enseguida, dispuestos a ver qué pasa.

Juro que pienso lo mismo que él, en cuanto veo que estamos en una habitación completamente igual a la anterior en la que nos encontrábamos. La misma forma, el mismo tamaño... lo único diferente es que ésas horribles burbujas que le hicieron éso a Rune ya no están.

—No puede ser —masculla Turner, sujetando con fuerza algunos mechones de su cabello.

—Enserio, ¿Tienes idea de a dónde vamos? —cuestiono, cruzando los brazos.

—¡CÁLLATE!

Se nota que está alterado, pero cuando se lanza hacia mí con los puños en alto, realmente me toma por sorpresa.

—¡No! —un rayo púrpura se planta frente a mí. Mei se interpone, consiguiendo que Turner detenga su ataque, justo a tiempo.

Doy un paso hacia atrás, al sentir el suelo temblar. Gruesas paredes de cristal se materializan entorno a Mei y Turner, formando un cilindro, un reloj de arena. Levanto mu espada enseguida y golpeo el cristal con todas mis fuerzas. La hoja de mi espada no le hace ni un rasguño al cristal. Veo que algo pequeño cae del techo, hasta tocar el cabello de Mei. Un grano de arena.

Frunzo las cejas y continúo golpeando, hasta que alguien tira de mi traje, por detrás.

—¡Kai, detente! —me ordena Nya—. ¡Lo vas a empeorar!

Y tiene razón. Con cada golpe que doy cae más y más arena, al interior del reloj. Miro a Nya a los ojos, que están ardiendo, es como dirigirle una mirada al interior de un volcán. El suelo vuelve a temblar. Rodeo a Nya con mis brazos, para protegerla, pero no sirve de nada. Ambos terminamos atrapados en otro reloj.

Lar's POV.

Al fin llegamos a la cámara del prisma. El techo es muy alto y las paredes dos círculos conectados, como un reloj de arena gigante. Todos quedamos sorprendidos ante la majestuosidad de éste lugar. Siento que no merecemos estar aquí, que es uno de ésos lugares que necesitan estar ocultos y permanecer así para siempre, preservarse tal y como es sin que los humanos lo arruinemos. Los humanos somos muy celosos y cuando vemos algo así de hermoso sentimos la necesidad de poseerlo. Pero éste lugar no le pertenece a nadie más que al tiempo mismo, o al menos así es como debe de ser.

-Cole -la voz de Cybermad rebota en las paredes con forma de orbes y se extiende por todo el lugar, como el té en el agua-. Trae el prisma.

Vuelvo mi vista hacia el fondo de la estancia, donde reluce un prisma color blanco. Ni siquiera había reparado en él.

-No -responde el pelinegro, con firmeza.

Cybermad se vuelve hecho una furia hacía él.

-¿Qué fue lo que dijiste?

-...está muerto... -me murmura Benzin al oído.

-Me preocuparía, si no fuese ya un fantasma -comento, cruzándome de brazos.

-No lo voy a hacer -le dice Cole, con voz retadora, mirándolo directamente a los ojos-. Una cosa es que siga tus órdenes cuando mis amigos están presentes pero una muy diferente es continuar con el papel aún cuando no lo están. Ése no era el trato.

Cybermad lanza una carcajada atronadora.

-No me digas, ¿sabes algo? Yo mando aqui y cambio las reglas cuando me plazca. Ve por el prisma, no lo repetiré.

Cole permanece firme en su sitio. Se inclina hacia Cybermad.

-No.

Las venas en las sienes de Cybermad se marcan. Sin quitarle los ojos de encima a Cole llama a su lacayo paliducho del mal.

-Nightmare.

El maestro de las pesadillas aparece de entre las sombras, a un lado mío. Ya estoy acostumbrado a que haga éso, por lo que no me sobresalto.

-¿Sí?

-Me parece que a... Cole se le está olvidando quién está al mando... ¿Te gustaría darle un pequeño... recordatorio?

Se le dibuja una sonrisa en el rostro.

-Con gusto.

Cole abre mucho los ojos, alarmado. Ya fue suficiente. Doy un paso decidido al frente, antes de que Nightmare entre en acción.

-Espere -Cybermad se vuelve hacia mí, dispuesto a escuchar mi opinión-. Creo que "ésto" va en contra de los estándares del plan.

-Si me permite -Cryptor se cuela a la discusión-. Los estándares implican que todo aquel que interfiera recibirá un castigo.

Frunzo el ceño. Sé que si la clase de nindroides como él tuviesen expresiones sin duda estaría sonriendo. Pero no me voy a dejar vencer por un montón de chatarra reciclada {A/n »¡Woaaah! Turn down for what!«}

-Pero los castigos no se extienden a un nivel tan alto.

-Hm... -Cybermad enarca una ceja, interesado.

-Pero siempre se pueden hacer... excepciones -Cryptor clava la mirada en Cole, quien se estremece.

-¿Y es necesario? ¿Qué hay del lema del equipo? "justicia ante todo", ésto no tiene nada de justo -miro a Benzin en busca de apoyo, pero el aerobrai simplemente se oculta tras unos Cyborg. Pongo los ojos en blanco. Nunca le ha gustado meterse en discusiones.

Miro a mi líder a los ojos. Si se trata de mi maestro sé que aquello basta para que abandone su idea de permitirle a Nightmare meterse en la mente de Cole y hacer "vívidos" sus temores. Pero no basta. Noto una ligera pizca de malicia y sed de venganza en sus ojos. Algo que no había visto antes. Ni siquiera se molesta en mirar a Nightmare.

-Hazlo -hasta su voz suena diferente.

-¡NO ESPER-! -Cole agita los brazos bruscamente, pero.Nightmare es muy veloz, y desaparece en el interior de su mente. Sus pupilas son más pequeñas que la punta de un alfiler, a penas visibles en sus ojos café oscuro. Una expresión de temor queda congelada en su rostro. Nightmare está provocando que Cole tenga pesadillas despierto.

-¿Por qué lo hace? -gruño. Cybermad sonríe-. Cole estaba por seguir sus órdenes.

-Puede ser -chasquea sus dedos para indicarle a los Cyborg que lo sigan-, pero, ¿De qué habría servido hacerme caso tan solo una vez? Si no le demuestro quién está a cargo volverá a desafiarme. Sabes, Lar, la gente es como un cachorro en entrenamiento; si no le enseñas a hacer sus necesidades afuera jamás te hará caso.

-No -mascullo-. Ni Cole ni ningún maestro es un "algo". Son personas y no merecen algo así. Maestro, usted me enseñó que todos merecemos el mismo trato... Creo que desde que Nightmare se ha vuelto su socio ha puesto algo sobre ésa creencia.

-¿Y qué sería ese "algo"? -Cybermad se vuelve hacia mí con una pizca de interés.

-Temor. Creo que le tiene miedo a Nightmare, creo que siente que si no se vuelve lo suficientemente "fuerte" dejará de seguir sus órdenes. Tiene miedo a perder el control, por éso está cambiando su visión de las cosas por completo. Nuestra causa comenzó siendo crear un Ninjago de igualdad...

-Y la causa no ha cambiado -la sonrisa de Cybermad se transforma en una mueca de fastidio.

-No, pero la manera de conseguir el objetivo sí -insisto.

Cybermad lanza un gruñido y me fulmina con la mirada. Una gota de sudor recorre mi frente, pero no me muevo.

-Nightmare -lo llama, sin quitarme los ojos de encima-. Suficiente.

Un resplandor gris aparece a mi lado, de reojo percibo cómo las pupilas de Cole regresan a la normalidad. El maestro de las pesadillas se cruza de brazos y vuelve a desaparecer, fundiéndose con las sombras.

Cybermad se da media vuelta y se aleja a revisar el taladro.

-Sssé que eresss sssu alumno -dice Benzin, apareciendo nuevamente a un lado mío-, pero éssso no ssignifica que te sssalvarasss de losss casstigoss de Nightmare por ssiempre... ¿Por qué no te dijo nada?

Avanzo a ayudar a Cole.

-Porque sabe que tengo razón.

Mei's POV.

Frunzo el ceño al ver a Kai y Nya atrapados, como nosotros.

—Zane, ¿Qué hacemos? —le pregunto, porque él es quien suele averiguar las respuestas.

Veo su silueta distorsionada del otro lado del cristal.

—Encontraremos un modo de sacarlos —responde.

Lanzo un bufido, no me gusta ésto de no hacer nada... Miro a Turner de reojo. Tiene una sonrisa pícara en la cara, lo que provoca que le de un zape para borrársela.

—¡Ay, oye! —reclama, frotando el chipote que le ha quedado en la cabeza.

Frunzo el ceño al principio, pero mi expresión se suaviza al notar rastros de tristeza en él. Es fácil percibirlo, por sus ojos, que han quedado a la vista debido a que mi golpe le tiró los lentes. Creo que se da cuenta de lo que su expresión revela, porque enseguida vuelve a colocarse sus lentes de cristal rojo.

—Ésto no es tú culpa —le digo, lentamente.

Turner sorbe su nariz. No me mira, la posición de su cabeza i dice que tiene su atención puesta en los tres ninjas, al otro lado del cristal, que escalan la montaña de arena al centro de la habitación. Jay se resbala, provocando que Lloyd también caiga. Zane a penas y consigue saltarlos, al parecer le cuesta algo de trabajo moverse, con Rune en sus hombros.

—Ya hemos caído en cientos de trampas —continúo—. Somos todos unos expertos.

—¿Y por qué me dices éso ahora? —pregunta, con su clásico Toño de voz, de niño mimado.

Ladeo la cabeza, con una sonrisa, y éso lo toma desprevenido.

—Okay, está bien —rezonga, cruzando los brazos—. Es la primera vez que las cosas no salen como quiero, ¿Estás contenta?

—Tratar de hacer las cosas por ti mismo no es fácil, pero... —me lanza una mirada furiosa, intentando leer entre líneas lo que acabo de decir. Su ceño se frunce aún más cuando un chorro de arena le cae en la cabeza.

—Sólo digo que nunca había estado en una misión con alguien más —aclara Turner—. En un... equipo.

—Sé lo que es estar solo —le digo, con sinceridad—. Antes de conocerlos yo me sentía como tú. El ver a otros divirtiéndose, con sus amigos, y tú te sientes tan ajeno a todo éso... —mis puños se cierran.

—Sí, cuando eres parte de una "clase alta" crees que otros sólo están contigo por interés. Aunque otras personas piensen que ser rico es lo mejor... no tienen idea de lo solo que se siente... estar arriba...

Sonrío, y él también esboza una sonrisa, ésta vez, una auténtica. Lanzo un respingo al sentir arena cayendo en mis ojos.

—Ten, Uds ésto —me dice Griffin, y me extiende sus lentes.

Me los pongo, tras agradecerle. No puedo evitar reírme con lo raro que se ve todo, tras éstos cristales color carmín. Griffin también se ríe, y cuando se detiene, noto un brillo nuevo en sus ojos.

—Gracias, Mei —dejo de reír y arqueo las cejas—. Nunca había tenido una amiga.

Nya's POV.

Dejo escapar un sonoro suspiro. Veo como Mei y Turner hablan, y se ríen, como si de pronto se hubiesen hecho amigos. Incluso noto al maestro de la velocidad un poco más... real. Ojalá las cosas fuesen tan fáciles de solucionar entre Kai y yo. Lo siento a mi lado, y honestamente, no sé si sigue enfadado. Ha estado tan molesto e inestable desde ayer que ya me he acostumbrado, como si éste versión de Kai fuese la única que siempre ha existido. Tal vez es por cómo me hace sentir cuando está así, las cosas que me hace recordar.

—Nya, ya dije que lo siento...

Me sobresalto al escuchar la voz de mi hermano. Aún le doy la espalda, de hecho, él tampoco está mirándome, lo sé por su reflejo. La visión de la parte trasera de su traje, con su kanji dorado grabado en la tela, es todo lo que ocupa el cristal.

—No puedes sólo decir que lo lamentas para después seguir haciendo lo mismo —le reprocho, dándome la vuelta para encararlo.

Kai sigue mirando el suelo. Los mechones afilados de su cabello me impiden ver su expresión, así que bajo la mirada, y noto que tiene las manos cerradas en firmes puños.

—Lo siento —repite, con fuerza, como si ésta vez de verdad estuviera dispuesto a cambiar—. Es sólo que... he estado tan confundido los últimos días... con todo lo que ha pasado... ya no sé qué es real y qué no lo es.

Lo escucho atentamente. Sus dedos se oprimen con más fuerza, coloreando la punta de rojo, y los nudillos de blanco.

—Si tan sólo pudiese encontrar la forma de sentirme como antes... —murmura, con la voz quebrada por desesperación—. Pero cada vez que lo intento... no puedo. Todo lo pasado luce borroso, como si la única realidad fuese ésta y yo...

Lo abrazo por la espalda. Kai deja de hablar, su respiración es lo único que escucho. Apoyo mi cabeza en su espalda, permitiéndome sentir su calidez tan característica.

—Lo sé —murmuro, enderezándome—. Me siento exactamente igual.

Lloyd's POV.

No sé cuánto llevamos intentando escalar esta pila de arena. Zane asegura que el prisma de la velocidad está en la cima. Miro de reojo a mis amigos atrapados dentro de aquellos gigantescos relojes de arena. Aunque aún les falta bastante para llenarse, sé que no es correcto jugar con el tiempo, además... también hay que salvar a Rune.

Me sobresalto al ver a Jay resbalándose de panza sobre la arena, como si estuviese en una resbaladilla. Doy un respingo, pero el pelirrojo ni siquiera toca mis piernas, no me tira como las cientos de veces anteriores.

—Es inútil —asegura Jay, dejando caer su frente en la arena—. Ésa montaña es infinita.

—Lo sé —farfullo, dejando caer los brazos a los costados.

Levanto la cabeza para ver a Zane, que lo analiza todo desde un punto alto alejado, buscando soluciones. Mis ojos se posan en la chica peligris sobre sus hombros, y en la mirada congelada que muestra su rostro de porcelana. No luce asustada, de hecho... se ve feliz. Me pregunto qué habrá visto dentro de aquella burbuja que le provocó tanta alegría. Sus ojos no me dan tristeza, o miedo, me da gusto verla así. Se ve... linda cuando está feliz, justo como cuando volamos en mi dragón, para salir del templo de la magia.

—Vamos, levántate —le pido a Jay, jalando sus brazos—. No podemos rendirnos.

No tengo que jalar mucho. El ninja azul se endereza, de un salto, para enseguida parase de manera caballerosa.

—Tienes razón —dice, agravando su voz—. Hay tres damas que nos necesitan.

No me volteo para asegurarme, pero estoy seguro de que mira a Nya, por encima de mi hombro. Me llevo una mano a la frente y sonrío, divertido. Enseguida, se me ocurre una idea.

—Jay, deja que me pare en tus hombros.

—¿¡Pero qué!? —exclama, indignado. Argh, como si pesara cien kilos...—. ¿¡Enloqueciste, enano!?

—¡Sólo hazlo!

—Aiñ...

Jay se pone de cuclillas, a regañadientes. Me encaramo sobre sus hombros. Lo escucho quejarse por que mis botas lo lastiman, pero aún así lo ignoro y me izo con dificultad. Doblo a penas mis rodillas y salto lo más alto que puedo. Antes de sentir que el impulso se termina, junto mis manos y creo mi Airjitzu alrededor. Escucho los vítores de mis amigos, pero en lugar de darme ánimos me ponen más nervioso. La energía comienza a desgastarse, cuanto más me elevo en el aire.

Justo cuando mi Airjitzu está por desaparecer, encuentro el prisma amarillento, colgando del techo. Estiro mi brazo tanto como puedo, para alcanzarlo. Mis dedos rozan la superficie, a mí alrededor, la energía se desvanece. A penas alcanzo a tirar del prisma antes de caer sobre la arena. Reprimo un gemido de dolor y consigo ponerme de pie con precaución. Siento un dolor atroz en la rabadilla, pero mas allá de éso creo que estoy intacto... sin mencionar que tengo el prisma en mis manos.

Frente a mí, escucho el ruido de cristal quebrándose. Tanto Nya y Kai, como Griffin y Mei, salen ilesos de sus prisiones. La ninja morada empieza a cantar una versión parodia de "Libre soy" mientras se acerca con el resto, para estar todos juntos.

Zane sienta a Rune en el suelo. La chica no tarda en parpadear y moverse por sí misma, al principio con algo de rigidez, pero después sus movimientos se hacen más naturales. Mei, Zane, Jay y Nya la abrazan, tomando a Rune por sorpresa. Yo me mantengo al margen, porque la idea de abrazarla me incomoda un poco, además, conociéndola seguramente me golpearía después del abrazo. Creo que a Kai y Griffin también les da miedo intentar, pero por sus expresiones puedo ver que están felices de ver a Rune sana y salva.

Nos damos la vuelta al sentir que las ruinas se sacuden como gelatina de rompope. La pared del fondo comienza a colapsar. Lo que parecía roca sólida se hace añicos junto con algo que la destruye del otro lado. Siento algo escalar por mis piernas. Cuando bajo la mirada, me doy cuenta de que, la pila de arena que antes sostenía el prisma comienza a colapsar, cubriendo con un mar dorado y espeso todo el suelo. La arena movediza trepa por nuestras piernas, como un ser viviente que quiere devorarnos.

Entrecierro los ojos para poder ver más allá de la nube de arena y, entonces, lo veo. Un taladro gigante. Cybermad y sus Cyborg están con él, ¿Quiénes más?

Un aire helado me recorre al ver a un fantasma encadenado detrás de un grupo de Cyborg. Cybermad no sólo se lo llevó a su bando, sino que también no para de restregárnoslo en la cara.

-Cole, ve por el prisma -ordena Cybermad.

Intento moverme, pero mis piernas están enterradas en la arena.

-¡Cole! -Cybermad realmente disfruta dándole órdenes.

El fantasma desvía la mirada hacia nosotros. Puedo notar un destello de arrepentimiento en sus ojos. Camina como si nada sobre la arena y flota hasta donde nos encontramos. En un segundo lo tengo frente a mí. Si antes era evidente la sombra de tristeza en él, ahora es mil veces más obvia. Es imposible no negarlo.

—Lo siento —me dice, en un tono de voz tan bajo que no sé si me lo he imaginado.

Cole se inclina y toma el prisma de mis manos. Mis dedos se abren con facilidad y sin rendir batalla, creo que el resto de mí está enteramente paralizado, como se encontraba Rune hace un momento, excepto porque de quedarme congelado, mi expresión no sería de felicidad. Sería una expresión vacía, en blanco. Me quedo mirando como mi amigo se aleja, y lo único que distrae mi atención es otra sacudida por parte del Templo.

-¡Nos hundimos! -grita Jay.

-¡No sobre actúes! -le advierte Nya.

Jay agita los brazos y comienza a arrojarse arena a la cabeza, como si cavara su propia tumba.

-¡No lo hago!

-¡Dejen de moverse, éso sólo los hundirá más! -dice Zane.

-¿Y quedarnos como estatuas sirve de algo? -pregunta Rune, con nerviosismo-. La arena me atrapó los brazos, no puedo usar mis poderes.

-¡COLE! -la temible voz de Cybermad me recorre la nuca como una corriente eléctrica. No había notado que Cole sigue de pie en medio camino de arena movediza, mirándonos lleno de temor-. ¡Trae el prisma AHORA!

Puede que nadie más lo notara, pero Cole y yo sí. Nightmare aparece de entre la sombra del monumental taladro y sonríe con malicia. Nos apunta a todos y luego se lleva las manos a los ojos como diciéndole:

-Míralos sufrir, puede ser peor.

Y yo sé que sí. Puede. Y es entonces cuando lo entiendo.

Cole nunca nos traicionó, sólo estaba protegiéndonos de ése monstruo. La Vidente, mi tío, el padre de Mei... todos tenían razón. Juzgamos mal a Cole.

Miro a Mei por instinto. La arena ya casi llega a su cuello, ni siquiera está luchando por salir. Lo veo en sus ojos.

-Yo confío en él, ¿Y tú?

Miro a Cole. Yo también.

-Cole -lo llamo y él me mira. Sonrío-. Confiamos en ti.

Kai, Jay, Zane, Rune, Nya y Turner me miran con los ojos como platos, pero al notar lo calmado que estoy sonríen también. Miro a Mei, se le ilumina el rostro. Cole parece caer en la cuenta de que ya sabemos la verdad.

-¿Quieres el prisma? -se dirige a Cybermad-. ¡Tómalo! -lo avienta hacía él y un chico de uniforme celeste lo atrapa al vuelo, sin dificultad. Noto su postura recta y me sobresalto, es el mismo sujeto contra el que peleé en el hogar de los serpentin-. Yo tengo algo más valioso y éso bien sabes que no me lo puedes quitar.

Cole salta a la arena y se funde con ella, literalmente. La arena movediza escala hasta mi cara y la cubre por completo. Un último pensamiento surca mi mente antes de que se funda en oscuridad total. Confío en mi amigo.






Un destello verde y luego el aire llena mis pulmones nuevamente. Un gigante de arena nos sujeta en su mano enorme, sin herirnos. Cole nos pone suavemente en el suelo y desposee la arena.

-Lamento no haber pensado en éso antes -me disculpo, avergonzado.

-Ya no importa —dice mi amigo, con una sonrisa de agradecimiento.

-¿Éso crees? -escuchamos la voz de Nightmare a nuestras espaldas. Me quedo paralizado al sentir una energía oscura a milímetros de mi espalda. El cetro de materia oscura-. Qué bonito. Los amigos que se perdonan sin importar que... Qué lástima que las mejores amistades... duren tan poco.


...

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Uf! ¿Ya querían a pastelito de regreso?

Lo sé, lo sé, entiendo ✋

"Tú qué vas a entender Watrgirl!? ¡Tú lo escribiste!"

*Le avientan chanclas*

👡💨
😵

Tranquilos, es todo parte de la...
✨magia de Watrgirl

Sé que duele pero wueno, ¿Si no qué clase de historia tendríamos? ¿Sin suspenso :3? ¿Y la bomba del final?

Bueno mis queridos lectores ¡Los quiero mucho!

No pierdan la máscara!

(Ñu mi odien .... ;-;)

¡Watrgirl se va!

*da un salto mortal hacía atrás*

🏃

🏃

🏃

💥

(Deberían de inventar emojis haciendo saltos mortales u.u)

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