⚫Venta de garaje⚫

Éste Oneshot ocurre cuando Lloyd aún era un niño, ¡Espero que lo disfruten n.n!

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Era una tarde calurosa en las afueras de Ciudad Ninjago. El sensei Wu contemplaba lo que para él era una escena enternecedora: Kai y Nya se peleaban por ocupar la misma mesa, Cole acomodaba viejos libros en forma de torre una que, segundos más tarde, se derrumbó sobre Jay, mientras Zane ponía toda clase de objetos en su mesa; desde rocas, tuercas y hasta hojas. Entonces, Wu encontró a su sobrino. Lloyd había extendido una cobija en el suelo rocoso y miraba con tristeza todas sus historietas y figuras de acción.

-Muy bien, alumnos -dijo Wu, al fin, para llamar la atención de todos-. La gente ya está llegando, así que ¡Prepárense!

-¿De verdad tenemos que vender nuestras cosas, sensei? -preguntó Jay, una vez dejó de pelear con Cole.

-De algún lugar hay que sacar el dinero.

-Aiñ ¡Pero yo no quiero vender ésto! -se quejó Lloyd, haciendo un puchero-. Algunos de estos son edición especial.

-Puede que te paguen uno o dos centavos más -bromeó Cole, encogiéndose de hombros, a lo que el menor le dirigió una mirada asesina.

-Además, ya estás grande para jugar con muñecas -le dijo Kai, con una media sonrisa.

-¡Son figuras de acción!

-Bueno, es suficiente. Llamaré a la gente -anunció Wu, pero se detuvo frente a la mesa de Zane.

Su barba blanca de sensei trazó un arco sobre su boca, al ver las cosas que el nindroide había escogido para vender: unas cuantas hojas secas y piedras de distintos tamaños y colores, unas tuercas y plumas de aves.

-Zane, ¿Estás seguro de que quieres vender ésto? -le preguntó Wu con delicadeza.

-Claro, ustedes me dijeron que escogiera cosas que a la gente le gustaría.

-¿Y realmente crees que las personas los vayan a comprar? -le preguntó Cole, a su derecha.

-A mí me gustan.

-Hummm... Mejor... encárgate de la caja -le pidió Wu, para después retomar su camino hacia los tres vehículos estacionados más allá.

-Sí, sensei -resoplo Zane, con el ceño fruncido.

Wu acarreo a la gente hacia el Bounty. En realidad, no habían atraído a una gran multitud. Aunque el sensei le había pedido a Dareth que repartiera volantes por toda la ciudad, sólo una familia había decidido ir, además estaban Ed y Edna, pero Wu estaba seguro de que ésos dos habían llegado por petición de Jay. Y el último vehículo... era un tanto extraño: se trataba de un autobús color lima que parecía tener escamas; de él se bajaron dos hombres también extraños. El primero tenia un cuello sumamente largo y piel casi púrpura, y el segundo era de piel azul turquesa, además, llevaban puestas unas horribles barbas castañas que se veían falsas. Wu no hizo preguntas, pues en verdad necesitaban el dinero y él no quería ahuyentar a los clientes.

Ed y Edna fueron los primeros en ir a curiosear. La mujer se acercó al puesto de Jay y el hombre a la mesa de Cole. Ed en realidad, no leía muchos libros, sólo quería las hojas para reciclaje, pero hacia como si le interesara lo que Cole le contaba de cada uno.

La familia de desconocidos se dividió: los papás fueron a las mesas de Nya y Kai, mientras el niño se acercaba con Lloyd. Debía tener unos siete años, era menor que el pequeño rubio. A Lloyd le molestó la forma en la que él niño hojeaba sus cómics, de manera despreocupada.

<<-Éste bobo no tiene idea de lo que tiene en sus manos...>>, pensó Lloyd, enojado, sólo para después recibir el susto de su vida.

El niño en frente de él estaba torciendo el brazo de una de sus figuras coleccionables. ¡Le estaba torciendo el brazo a Fritz Doneghan! ¡Éso era imperdonable!

-¡Aaaah! ¿¡Qué estás haciendo!? ¡Lo vas a romper! -graznó Lloyd, con la cara pálida.

-Meh, ya no sirve... -masculló el niño, aventando la figura de Fritz, de regreso, sólo que le faltaba un brazo.

-Fritz... -dejó escapar Lloyd, con una lágrima escapando por sus cachetes.

Mientras tanto, Kai veía con sospechas a los dos sujetos de las barbas falsas, que parecían estar buscando algo entre sus cosas y las de Nya.

-¿No tendrán algo que se parezca... no sé... a un colmillo grande y plateado?

-Cogh, fangblade, cogh... -tosió falsamente el de piel azul.

-Un momento -musitó Kai, entonando los ojos-. ¡Son Pythor y Scales!

-¡No! Yo me llamo... er... Rodrigo y el es mi amigo... Juan.

-¡Ahora verán! -exclamó Nya, al tiempo que saltaba sobre Scales como si le hiciera una plancha de lucha libre.

Kai sonrió é imitó a su hermana, atacando a Pythor.

-¡Los juguetes lo ven todo! ¿Sabías? ¿¡Qué no has visto Toy Story!? -le gritó Lloyd al niño-. ¡Fritz se va a vengar de tí!

El niño comenzó a llorar y se refugió con su mamá, que se veía realmente molesta.

El sensei Wu veía todo desde lejos: veía a Kai y Nya peleándose con Pythor y Scales, a Cole y Jay defendiendo a Lloyd de la mamá y su bolso... y a Zane, casual aburriéndose en la "caja".

-Creo que ésto fué una mala idea -murmuró el sensei Wu, para sí mismo-. No volveremos a tener una venta de garaje. Nunca.





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