Extra 1:Paseo y malestar

Una semana después de la pelea contra Sherezade y del día después de presentar a Satoshi a la Agencia y a la Port Mafia, Dazai propuso dar un paseo por la ciudad en familia y con Atsushi y Kyōka.

Así pues, en ese momento se encontraban Kyōka y Satoshi ordenando unos crepes para los cinco y Dazai, Chūya y Atsushi sentados en un banco.

Papi, ¿de qué quieres tu postre?—gritó Satoshi desde la otra punta del parque.

De lo que más te guste a ti, cielo—contestó de igual forma el pelirrojo.

Satoshi asintió mientras Kyōka lo aupaba para que viera los sabores. Chūya sonrió y miró al cielo mientras se llevaba una mano a la cabeza.

¿Te encuentras bien, Nakahara-san?—preguntó Atsushi al ver cómo el pelirrojo hacía una mueca de malestar.

Sí, estoy bien, Atsushi—respondió Chūya mientras miraba al joven con una sonrisa—. Es sólo algo de dolor de cabeza, pero estoy bien.

—Sí, Chūya es fuerte como una roca—dijo Dazai golpeando con toquecitos suavecitos la espalda del pelirrojo.

Satoshi llegó corriendo con los crepes de sus padres y el suyo.

Para papá un crepe con nata y sirope de chocolate blanco, para papá un crepe con sirope de caramelo y para mí uno con una bola de dulce de leche y sirope de chocolate rubio—el niño entregó los dulces a sus padres y después, se sentó en el banco para hincarle el diente a su postre.

Kyōka se sentó al lado de Atsushi y le extendió su postre mientras se acomodaba en el hombro del chico. Éste sonrió y pasó su brazo por los hombros de Kyōka, atrayéndola un poco más a él.

Gracias, Kyōka-chan—dijo el joven. Ella sonrió y asintió.

Mientras todos comían, una pregunta pasó por la mente de Atsushi, quien tragó la comida antes de decir:

Dazai-san, ¿quién es Dunyazad?

¿Quién?—el castaño alzó una ceja y miró a Atsushi.

Mientras estuve preso junto a Satoshi-kun, Sherezade mencionó un par de veces a una tal Dunyazad, pero no mencionó la relación que tenía con ella—explicó el chico tigre.

Oh, esa era su hermana—dijo Chūya mientras terminaba su postre.

¡Ya recuerdo! Era la chica enemiga de la Port Mafia y la Agencia que nuestros jefes nos dijeron que debíamos vencer—Dazai chasqueó los dedos y sonrió—. Y la razón por la que estamos aquí hoy, a decir verdad.

El detective acarició los cabellos de su hijo, quien sonrió. Dazai miró de nuevo a Atsushi y prosiguió:

Cuando la vencimos, no la matamos por orden de Mori-san, por lo que la llevamos al edificio de la Port Mafia y Mori-san se la llevó a una de las prisiones del edificio. Sherezade pensó que la habíamos matado debido a la fama de las muertes de la Port Mafia, por lo que buscó venganza, pero al final, terminó en el mismo sitio que su adorada hermana—Dazai se levantó para tirar el envoltorio de su crepe a una papelera mientras explicaba.

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De vuelta al ático de Chūya, el pelirrojo se quitó el abrigo, los guantes y el sombrero, los dejó sobre la primera superficie lisa que pilló y se tiró encima del sofá con el rostro en dirección al respaldo; estaba cansado.

¡Papi, vamos a jugar a algo!—Satoshi se dirigió a donde su padre y tiró de su chaleco para que le hiciera caso.

El adulto se giró para mirar a su hijo y suspiró. Dazai se adelantó y dijo:

Chibi, tu papi parece no encontrarse bien. ¿Qué tal si juegas a algo conmigo, la tía Kyōka y Atsushi mientras papi descansa? Pero sin hacer mucho ruido para no molestarlo—el castaño se posicionó a la altura del infante y lo miró con ternura.

El niño hizo un puchero, pero asintió y besó la mejilla de Chūya antes de irse con Kyōka y Atsushi a su dormitorio para buscar algún juego.

Gracias—Chūya esbozó una sonrisa débil.

Dazai sonrió y miró a su marido.

Tienes cara de muerto, Babosa—dijo el castaño mientras se acuclillaba al lado del pelirrojo.

Éste rodó los ojos antes de recibir un beso en la frente por parte del detective castaño.

Descansa un rato. Voy a jugar con Chibi mientras, ¿de acuerdo?—preguntó Dazai. Chūya asintió antes de cerrar los ojos y tratar de dormir un poco.

Dazai sonrió y se dirigió a la habitación de su hijo.

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¡No puede ser!—Atsushi se llevó las manos a la cabeza.

Jaque Mate, Atsushi—Satoshi sonrió mientras movía su torre, acorralando al rey del mencionado.

Éste frunció el ceño y suspiró. Cuatro años tenía el niño y ya era mejor jugando al ajedrez que él. El chico tigre levantó las manos, dándose por vencido.

Me toca—Kyōka se sentó al lado de su pareja y colocó las piezas de nuevo en su sitio para empezar una nueva partida con el niño.

Satoshi la ayudó mientras seguía regocijándose de su logro.

Cuando gane a la tía Kyōka, prepárate, papá, porque te pienso machacar—dijo el niño mirando a su padre de forma amenazante y una sonrisa de superioridad.

Ay, Chibi, no me hagas reír—respondió el castaño mientras crujía sus nudillos.

Dazai escuchó unos pasos apresurados desde el pasillo que se dirigían a su dormitorio. Se puso en pie para dirigirse a esa habitación tras excusarse con el resto y salió del dormitorio de Satoshi.

La puerta del dormitorio que él y Chūya compartían estaba abierta de par en par. Se asomó y vio la luz filtrarse por debajo de la puerta del baño.

Toc, toc—susurró el castaño mientras abría la puerta con delicadeza, sólo para ver a su marido con el codo apoyado en la taza del inodoro.

Dazai se sentó a su lado y se apresuró a hacerle una coleta para recogerle el cabello y evitar que lo ensuciara.

¿Todo bien, Chūya?—preguntó el castaño con preocupación.

Creo que ese crepe no me ha sentado bien—dijo el pelirrojo débilmente mientras miraba a Dazai.

Éste frunció el ceño y suspiró antes de darle a la cisterna.

Pues no le digas eso a Chibi o pensará que es culpa suya, ¿eh?—el detective sonrió mientras trataba de animar al pelirrojo con esa frase.

Chūya sonrió, antes de llevarse una mano a la garganta, notando un sabor ácido en ésta.

Cielos, esto me recuerda a cuando te emborrachaste cuando cumpliste los dieciocho años y tuve que estar toda la noche evitando que te pringaras—habló Dazai con un tono cantarín.

Cállate—dijo Chūya antes de devolver de nuevo.

Dazai suspiró y puso sus manos a ambos lados de la cabeza del pelirrojo para evitar que cualquier mechón suelto se manchase.

Se dijo a sí mismo que al día siguiente, cuando fuer a la Agencia a trabajar, él y Yosano tendrían unas palabritas sobre cualquier cosa que le hubiera ocultado sobre el estado de su marido.

Dedicado a SoMoon1

Primer extra, hoy jueves <3

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