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Renuncia de derechos, los personajes que salgan aqui son de sus respectivos autores.

"¡Papá despierta!"

"Papa debes ir a trabajar"

"¡Papá ya es hora!"

Gohan sacudió el cuerpo de su padre, quien estaba durmiendo plácidamente en la cama.

No era una cama demasiado enorme, como Gohan era pequeño no tenían problemas de espacio.

Cuando los dos llegaron a este mundo un señor anciano les acogió en esta casa, antes de que este emigrase a la ciudad más cercana.

Y desde entonces vivieron aquí, como estaban en una zona rural tenían frutas, animales y un río para pescar bastante cerca.

Así que no tenían problemas.

Al menos no problemas en ese sentido.

Tras un tiempo Goku supo que este lugar se llamaba inframundo, y al parecer era habitado por demonios.

Honestamente pensó que los demonios serían como aquellos que vio en sus aventuras pero parecían personas normales.

Tenía ganas de saber si eran fuertes pero hasta ahora no tuvo tiempo para pelear contra uno.

Cuanto menos seguía sus entrenamientos individuales para no perder su forma física.

-U-uh ya voy -murmuró Goku todavía entre sueños y entonces se levantó bostezando- Buenos días Gohan, vamos a bañarnos.

-¡Sí! -Gohan saltó de alegría al escucharle.

Tras unos minutos, donde estuvieron en el río, Goku se vistió su gi naranja mientras Gohan tenía un atuendo amarillo y verde.

-¡Nube voladora! -vociferó Goku mirando el cielo- Con esto sin duda llegaremos mucho más rápido, ¿verdad que sí, Gohan?

-¡Claro! -el pequeño asintió enérgicamente y vio cómo una nube amarilla se posaba delante de ellos- ¡Hola nube voladora!

-Estoy seguro de que algún día será tuya -confesó Goku acariciando el cabello de su hijo y de un salto se subió con él a la nube.

En seguida despegaron a una velocidad increíble, surcando los cielos violáceos del inframundo.

-Papá, ¿por qué el cielo es morado y no azul? -preguntó Gohan observando el firmamento.

-Oh, quizá porque no hay sol aquí -contestó Goku con la mano posada sobre su barbilla.

-¡Es verdad no hay sol! -exclamó Gohan percatándose de ello- ¿Y por qué no hay sol?

"....."

Su hijo a veces hacía demasiadas preguntas.

Con Serafall.

"Otro día más"

La diablesa había terminado de vestirse hace rato, dentro de poco iniciaría su jornada como Maou.

Estaba sentada en el recibidor con Levi al lado en su andador, dándola el primer biberón de la mañana.

Serafall estaba esperando a que llegase Goku para que se quedase a cargo de ella mientras se iba a hacer sus labores de Maou.

Sin que ella lo supiera, Goku estaba en la nube voladora sobrevolando la mansión, acababa de llegar.

"¿Debería ir con Gohan?"- se preguntó Goku mirando a su hijo, quien le miraba curioso, con los ojos parpadeando.

Era su primer día, tendría que estudiar primero la situación, pero tampoco podía dejar solo a Gohan.

-Espera ahí un rato, ¿sí? -habló Goku con una sonrisa y su hijo asintió, viendo cómo su padre saltaba.

Goku aterrizó cómodamente en el suelo, y tras sacudir su ropa, tocó el timbre de la puerta.

Entonces, el guerrero fue recibido por Serafall, quien nada más verle esbozó una tierna sonrisa sobre sus facciones.

-Buenos días Goku-san, ¡puedes pasar! -habló la Maou dejándole espacio para entrar y Goku asintió sonriendo.

Goku se percató de la presencia de Levi en su andador y le sacó la lengua sonriendo, haciendo reír a la niña.

Serafall se percató de esto y sonrió, pareciera que aquel chico tenía un don natural, un tipo de carisma inexplicable.

Serafall se agachó y tomó a Levi en brazos, y le indicó a Goku que le siguiese los pasos.

Subieron unas escaleras que daban a un gran pasillo, y entraron a un cuarto que parecía ser un almacén con utensilios de niño.

-Le toca el biberón dentro de dos horas, aquí tienes pañales, polvo de talco, colonia y todo lo necesario -comentó Serafall señalando.

-Uh, de acuerdo -habló Goku mirando la sala, y recordó una anécdota de hace unos años.

"¡Cuando nazca Gohan le pediremos a papá que nos traiga cosas de bebé y las pondremos en esta habitación, ¿qué te parece esta idea Goku?"

"Ah no sé, tengo mucha hambre haha"

"¡Tú siempre igual! ¿Cuándo cambiarás?"

-Goku-san, ¿estás bien? -preguntó Serafall con bastante curiosidad, parecía absorto.

-Sí, sólo recordé algo hehe -respondió Goku rascando su nuca y Serafall asintió, no muy segura.

-¿Puedes tomarla por favor? -Serafall le extendió a Levi y Goku la cargó en sus brazos.

Serafall se percató de que sus brazos estaban bastante fornidos y se ruborizó por alguna razón, el chico al decir verdad se veía atractivo.

-¡Aquí te pondré todo para que no tengas que subir! -habló la diablesa poniendo algunas cosas en un neceser.

-¡Genial! -exclamó Goku y de repente Levi le agarró un mechón de cabello- ¡Huy eso duele!

Serafall ocultó su risa ante esta situación y tomó el neceser. Saliendo de la sala volvieron a la planta baja.

-Aquí tienes la cocina, si en algún momento tienes hambre no dudes en comer -le señaló Serafall.

Sin saber que había cometido un error al darle a Goku el total albedrío sobre su cocina.

-¡No te preocupes no dudaré! -habló Goku guiñándole un ojo mientras le extendía el pulgar.

Serafall sonrió, este chico era extraño. Luego le fue a enseñar los baños, habían múltiples distribuidos alrededor de la mansión.

-Creo que eso sería todo, ¡ahora tengo que irme a trabajar! -exclamó Serafall tomando su bolso- ¡Luego te veo Levi-chan!

Serafall le dio un beso en la mejilla a su hija y se despidió de Goku alzando la mano. Ahora la casa estaba sola.

Goku, con la niña en brazos, salió al patio. Ahí arriba estaba la nube voladora flotando, a la que llamó para que bajase.

-¡Papá! -exclamó Gohan yendo hacia su padre y se percató de la niña que estaba con él- ¿Este es el bebé?

-Así es, y se llama Levi -respondió Goku con una sonrisa- Creo que vamos a divertirnos bastante.

-¡Eso me gusta! -exclamó el niño contento.

-¿Te parece su exploramos la casa? Es bastante grande -preguntó Goku sonriendo y su pequeño asintió sin parar.

Iba a ser una mañana divertida.

Más tarde.

Serafall estaba tomándose un café en los pasillos de la cámara del inframundo, justo acababan de tener un pleno.

Aunque hubiesen Maou al final parte de las decisiones debían ser aprobadas por patriarcas de los clanes y el senado de los ancianos.

Estos últimos complicaban las cosas, al ser ancianos eran muy tradicionales y se oponían a muchas normas y reglas revolucionarias.

Por eso Serafall tenía dolores de cabeza, y por eso estaba cansada. Al menos, desde que adoptó a Levi estaba menos desestresada.

"¿Qué hay de nuevo?"

Serafall se giró y sonrió al ver a un hombre joven pelirrojo vestido con una gabardina y un traje.

-Sirzechs-chan si nos hemos visto hace nada en la sala -habló Serafall con una sonrisa.

-¿Oh? No recordaba -Sirzechs se rascó la mejilla- Hay algo que te quiero preguntar Serafall.

-¿Hmm? -preguntó la Maou de la gran serpiente del mar dándole un último sorbo a su café.

-¿Es cierto que ya tienes una hija? -inquirió el Maou Lucifer con una sonrisa de mera curiosidad.

-¡Pffff!- Serafall escupió su bebida y le miró con ojos llenos de incredulidad- ¡¿Cómo lo sabes?!

-Me lo acabas de confirmar tú misma -Sirzechs se rió, su amiga siempre caía en ese viejo truco- Así que es verdad.

Serafall debió suponer que pasaría.

Al final Sirzechs era el líder supremo del inframundo, esos rumores no tardarían en llegar a sus oídos.

-Así es, tengo una hija -afirmó Serafall cruzándose de brazos- ¿Pero cómo lo supiste?

-Grayfia vio un anuncio por internet, algo de que buscabas una niñera -comentó Sirzechs sonriendo- ¿Al final encontraste una?

-Con suerte pude hacerlo, ahora mismo está en mi casa -habló Serafall con una sonrisa.

-¿Y cuándo me presentas a tu hija, Serafall? -preguntó el pelirrojo- O más bien, ¿por qué nos lo has ocultado?

-Quería que esto fuera algo privado hasta que, bueno, me adaptase a esto de ser madre -confesó Serafall bajando la mirada.

Sirzechs entendió a su amiga, pues su esposa Grayfia pasó por algo similar en su tiempo. Las mujeres y sus inseguridades.

-¿Y cómo lo llevas? -Sirzechs se interesó más.

-Casi no tengo tiempo para Levi, por eso misma busque un canguro -respondió la diablesa.

-¿Levi? Viniendo de ti me esperaba un nombre algo más original -habló Sirzechs con un tono burlesco.

-Otro -Serafall rodó sus ojos ya que Sona había dicho lo mismo en su momento- Pero sí, intento sobrellevarlo lo mejor que puedo.

-No es fácil, ser padre requiere muchos sacrificios -habló Sirzechs soltando un suspiro pesado.

Grandes recuerdos surcaron su mente en ese instante, la vasta experiencia de la vida brillaba a través de sus ojos azules llenos de nostalgia.

Él era padre de un chico llamado Milicas, cuando éste era bebé tuvo que ausentarse varias veces en su puesto para cuidarlo.

Por suerte Ajuuka le cubrió las espaldas, el Maou Beelzebub supo hacer de Lucifer durante ese tiempo.

Así que si Serafall lo necesitaba en algún momento, él también le cubriría las espaldas a su amiga.

-Aprovecha estos momentos con tu hija, que se conviertan en recuerdos inolvidables para ti y para ella -comentó el hombre.

-Gracias por el consejo Sirzechs-chan, te lo agradezco -Serafall tomó las manos de su amigo con bastante alegría- Intentaré que así sea.

-De nada, Grayfia está ansiosa por conocer a tu hija, a ver cuándo nos invitas -declaró Sirzechs y volvió a la sala.

Serafall asintió, ahora más que nunca tenía ganas de volver a casa para estar con Levi.

Con Levi.

"Uuuuh"

Gohan estaba medio adormilado, Levi había agarrado su cola, que parecía ser un punto débil.

-Tengo que enseñarte ya a fortalecer tu cola Gohan, yo lo hice entrenando para mi penúltimo torneo -declaró Goku de brazos cruzados.

Goku cargó a Levi y la puso en su andador. Entonces, tomó el neceser y sacó un biberón de ahí.

-Hmm creo que ya pasaron dos horas, ¿tú crees Gohan? -preguntó Goku mirando a su hijo, quien estaba parpadeando.

Entonces Goku se agachó y le dio el biberón a Levi, que parecía bastante ansiosa por tomárselo.

"¡Goku, así no se da un biberón! Tienes que acomodar la cabeza del bebé para que pueda tragar bien!"

Goku recordó estas palabras y esbozó una sonrisa, sin duda la madre de Gohan estaría orgullosa de él en estos momentos.

-Creo que tú ya dejaste de tomar esto, ¿no? -preguntó Goku señalándole el biberón a Gohan.

-Papá, ¡ya soy mayor para eso! -respondió Gohan con una gota de sudor, haciendo que Goku se rascara la nuca.

-Bien, bien, ¿te parece si vamos a la cocina a comer algo? -indicó Goku mientras Gohan movía el andador de Levi.

-¡Sí, tengo mucha hambre! -exclamó Gohan después de oír el gran rugido de su estómago.

Goku abrió la gran nevera, que estaba hasta arriba de comida. El guerrero sentía que había tocado el paraíso.

-¿Por dónde empiezo? -se preguntó Goku rascándose la mejilla con una gran sonrisa- ¿Tú que quieres Gohan?

Gohan estaba igual que su padre, hacía muchísimo tiempo que ninguno de los dos veía tanta comida reunida en un solo lugar.

Al cabo de un tiempo, la puerta principal fue abierta. Se trataba de Sona, que venía con una chica con lentes y un portafolios.

-Hmpf, no les veo por ningún lado -comentó Sona quitándose los lentes y acercándose a inspeccionar- Tsubaki, ve por ahí.

Tsubaki asintió y se fue por el camino de la cocina. Al llegar, se sobresaltó bastante al ver a tres figuras.

-Kaichou, creo que les he encontrado -la chica de lentes se relajó- Usted debe ser Son Goku-san, ¿verdad?

-Ujum -comentó Goku con la boca llena mientras se tragaba una pata de pollo- ¿Tú quien eres?

-Tsubaki Shinra, la reina de Sona Kaichou-sama -respondió la chica dejando confundido a Goku, quien vio llegar a Sona.

-¡Tú eres la chica de ayer! -exclamó Goku reconociéndola- No entiendo, ¿qué hacen aquí?

-Soy la hermana de Serafall, en otras palabras, la tía de la niña -comentó Sona de brazos cruzados.

-Veníamos a ver cómo iba todo -agregó Tsubaki mirando a Goku, y vio al niño que se ocultaba detrás de él.

-¿Y quién es ese niño? -Sona preguntó señalando a Gohan, quien se escondió todavía más.

-Oh, es mi hijo Gohan, es un poco tímido -respondió Goku acariciando la cabeza del niño- ¡Vamos Gohan, sal y saluda!

Gohan, con la cabeza agachada, obedeció e hizo una pequeña reverencia. Tsubaki se moría de ternura, y Sona igual, aunque lo ocultara.

-¿Cuántos años tienes, Gohan? -preguntó Tsubaki agachándose, y el pequeño enseñó sus cinco dedos.

"¿Uh?"- Sona vio que el niño tenía una cola retorciéndose por su espalda, esto era demasiado extraño.

Sona no recordaba ningún clan que tuviese una cola, ¿quizá un error genético? Sona comenzó a indagar.

-¿Dónde está tu mamá, Gohan? -preguntó Tsubaki con curiosidad, ya que el niño parecía bien educado.

-Lejos, muy lejos -respondió en su lugar Goku con un tono serio, pero a su vez con dejes de tristeza.

Tsubaki pudo percibirlo y dejó ese tema de lado, incluso notó cierta tristeza en el pequeño Gohan.

-¿Y de qué clan son? ¿O a qué familia pertenecen? -preguntó Sona cambiando el sentido de la conversación rápidamente.

-No sabría qué decir la verdad, venimos de las montañas -contestó Goku rascándose la cabeza.

En el inframundo había bastante gente sin clan, la mayoría campesinos así que no era extraño de oír.

-¿Y cómo llegan hasta aquí tan rápido? -preguntó Sona con bastante curiosidad al respecto.

Las montañas más próximas estaban a cien kilómetros, y el inframundo era tan grande como la Tierra, las distancias eran muy abismales.

-Venimos en la nube voladora -contestó Gohan dejando a Sona con una ceja arqueada ante eso.

"¡Ya estoy en casa!"

La voz de Serafall hizo eco por la mansión. La Maou fue corriendo a abrazar a Levi.

-¿Qué tal te has portado, Levi-chan? -preguntó Serafall llenándola de besos- ¡Espero que bien!

-Bastante bien, nos hemos divertido mucho -comentó Goku cargando en sus hombros a Gohan.

-¿Quién es? -preguntó Serafall al ver al niño.

-Mi hijo Gohan -respondió, dejando sorprendida a Serafall- Entonces, si vas a estar aquí en casa, supongo que puedo irme.

-Nos vemos mañana Goku-san -comentó Serafall con una sonrisa- ¡Un placer conocerte, Gohan-chan!

-Vamos Gohan, despídete -habló Goku mirando a su hijo.

-¡Adiós! -el niño alzó la mano, y tanto Serafall como Tsubaki se despidieron con el mismo gesto.

-Me ha caído bien, ¿y a ti, Kaichou? -preguntó Tsubaki mirando a su presidenta.

-Es una persona misteriosa, no cabe duda -respondió Sona ajustando sus lentes- Pero al menos ha cuidado bien de Levi, eso es bueno.

-¡Sí So-tan, él es bueno! -exclamó Serafall ganándose miradas de las dos, y se sonrojó.

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Fin del capítulo.

¿Qué les pareció? Tengo que avisar que esta historia no será larga, pues no abarcaré el canon de la obra. Sólo será romance y poquito más.

Sin más se despide Destroit-san.

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