Four Little Locks

Scarlett se sentía inquieta tras haberse bajado en su parada habitual. Discretamente le había enviado un mensaje en el HuntChat a Missy diciéndole lo que iba a hacer, solo en caso que sucediera algo malo. Por supuesto, su prima nunca le respondió. Al menos, en caso que desapareciera, alguien sabría que Danrocks era la última persona con la cual se había visto. Quería creer que no había problema alguno en confiar en él, el chico no lucía peligroso y era también un cazador, pero seguía siendo un completo desconocido que había conocido en la red. Nunca estaba de más un poco de precaución. Y sabía que Missy callaría su secreto, no era como si pudiera decirles algo así a sus padres.

Seguía sintiéndose incómoda en su presencia, demasiado pequeña en comparación. Él ya había pegado el estirón claramente, mientras que ella seguía siendo una niña. Lucía como una hermana pequeña a su lado, algo que la irritaba enormemente. Quería ser alta. Quería ser mayor. Seguía en esa inocente época, donde los niños querían crecer más que nada. Además, a Scarlett siempre le había resultado problemático y algo demente el tiempo. Su padre le llevaba cinco años a su madre, y no se notaba para nada. ¿Pero entre ella y el chico a su lado? Era como si hubiera una eternidad entre ambos.

—Entonces... —comenzó él.

Era tan extraño estar a su lado, escuchar su voz. Al momento de hablar con extraños en la red, ella jamás imaginó que podría llegar a conocer a uno en persona. Había imaginado a Danrocks como un chico más de su ciudad, pero al verlo ahora podía notar que sus ojos eran ligeramente rasgados por lo que seguro tuviera ascendencia japonesa y era mucho más delgado de lo que había creído. Su voz también tenía aquel extraño acento oriental al arrastrar sus palabras como si tuviera que pensar en la pronunciación antes de hablar. Era tan raro e inusual, que captaba completamente su atención.

—Entonces... —repitió Scarlett con timidez.

No sabía cómo comportarse en presencia de un chico más grande que ella, y seguro más experimentado en su entrenamiento. Este era un cazador tras una presa, usando palabras como yurei y pasándose el día recolectando rastros. Scarlett había estado segura de sus conocimientos antes, pero ahora comprendía que el chico debía saber más en cuanto a criaturas orientales. Eso y que seguía sin confiar del todo en el extraño desconocido, la inquietaba el hecho que usara guantes y él no tardó en notarlo.

—No soy un brujo —dijo Danrocks sonriendo de un modo burlón.

Scarlett tragó en seco. Los brujos lucían como humanos normales. La primera pista para reconocerlos, era el hecho que siempre utilizaban guantes sin importar dónde estuvieran o el clima y jamás, bajo ningún concepto, se los sacaban. Era lo único que Scarlett sabía al respecto. Había escuchado a sus padres hablar sobre otras cosas, como la postura o el comportamiento de esos seres, su modo de vestir o su belleza sobrehumana. Pero ella era muy joven para diferenciar los tipos de belleza, y aun más para notar esos detalles que los cazadores adultos conocían. Incluso esos a veces tenían problemas para identificar brujos.

—Pruébalo —susurró Scarlett intentando que su voz sonara desafiante y no mostrara su miedo.

—Preferiría no hacerlo —respondió él con una mueca.

—Estamos en otoño. No hace frío como para usar guantes. ¿Entonces por qué los usas?

—Motivos estéticos —dijo Danrocks y ella se detuvo, su mano dentro de su pequeño bolso sujetando la navaja que siempre cargaba consigo.

—Soy pequeña, no tonta. Pruébame que no mientes.

—Red-chan...

Ella se mantuvo firme en su lugar. El chico no parecía malo, pero Scarlett tampoco era tan ingenua como para confiar enseguida en él. Podría haberle robado su móvil a un cazador, podría estar intentando aprovecharse, podría ser un mestizo... Él dudó un momento pero la mirada de la niña no cedió. Suspiró antes de lanzarle su móvil para que pudiera comprobar su identificación, su fotografía e información completa en su perfil de la red, y luego levantó sus manos para poder despojarse de sus guantes.

—Está bien, pero recuerda que tú lo pediste.

Scarlett comprobó su credencial de la red junto con todos sus datos. Danno Nishizawa. Quince años. Cazador activo. Ella descartó el resto de lo que decía su perfil al no comprender la mitad de atribuciones que se le daban por ser palabras japonesas. En su lugar se fijo mejor en el chico, solo para comprender al instante en que se quitó un guante por qué había preferido no hacerlo. Sintió su sangre abandonar su rostro al ver las feas marcas en la mano de Danrocks, las cicatrices de cortes cubrían su palma por completo y él rápidamente volvió a cubrirlas con su guante al comprender que había asustado a la niña a pesar que ella intentara no demostrarlo.

—Te dije que era por motivos estéticos —dijo Dan simplemente.

—¿Qué te pasó? —preguntó Scarlett y enseguida se cubrió su boca, no era una pregunta cortés pero el joven tampoco se mostró ofendido.

—¿Alguna vez te preguntas a la noche si las protecciones de tu casa son suficientes para evitar que entren tus pesadillas? —inquirió Dan y ella casi se estremeció al recordar el incidente de esa mañana—. No lo son. Y cuando te das cuenta eres el único que queda con vida. Algunos seres no tienen piedad, ni siquiera por una familia inocente.

—Lo siento —susurró la niña.

—Está bien, Red-chan —respondió él y le sonrió antes de darse vuelta para continuar—. Nunca entendí por qué las personas dicen eso. Pasó hace mucho. Estas marcas son lo que me quedan de mi familia.

—Este espíritu que tanto quieres cazar...

—Está relacionado con las personas que mataron a mis padres, hermanos y hermanas. Es por eso que quiero atraparlo.

—¿Necesitas ayuda con eso?

—No quiero meterte en problemas.

—No lo haces. Dices que no es peligroso, y tampoco he escuchado que haya atacado a alguien. ¿Qué tan difícil puede ser capturarlo?

—¿Y tus padres?

—Fuera de la ciudad por trabajo —respondió Scarlett y contuvo una mueca—. Además... Me sentiría mejor si atrapas a ese espíritu cuanto antes.

—Haré mi mejor intento —dijo Dan sonriendo con entusiasmo—. ¿Quieres que te mantenga al tanto?

—Por favor.

Ella quería saber más, pero la conversación se sentía incómoda luego de lo que su desconfianza inicial había causado. Intentaba no juzgarse por eso, solo había sido una niña buena siguiendo las instrucciones de sus padres al ser cuidadosa, pero ciertamente no era un modo de entablar una amistad recordarle a un chico la vez que toda su familia había sido asesinada y las cicatrices que eso le había dejado. Dan hablaba sobre música y juegos de la red, pero ella difícilmente podía seguirlo. Seguía sintiéndose mal por lo que había hecho.

Se despidieron al cabo de unos minutos, prometiendo mantenerse en contacto. Aún faltaban unos días para que el señor y la señora Reed regresaran a la ciudad, pero Scarlett no quería esperar. Al menos ahora sabía que había otro cazador, uno en el cual podía confiar, haciéndose cargo del espíritu. Cuando regresó a su casa, chequeó tres veces que cada puerta y ventana estuviera bien cerrada y que las protecciones estuvieran activadas. Comprobó el HuntChat mientras preparaba su cena, Robb y AnnMod estaban discutiendo sobre el mejor modo de atraer a un brownie. Missy le había respondido, finalmente.

Missssy: Sigues viva?

Redxoxo: Si

Redxoxo: Un poco tarde para preguntar, se nota cuanto te preocupas...

Missssy: Sabes que te amo :)

Redxoxo: Y yo a ti :)

Missssy: Era lindo?

Redxoxo: ...

Missssy: Lo era o no?

Redxoxo: NO

Redxoxo: Los chicos son desagradables!

Missssy: No Luke Hemmings

Redxoxo: Tu mama?

Missssy: Fuera

Missssy: Al parecer hay un cambiaformas causando problemas de los grandes

Redxoxo: Suerte con eso

Missssy: Suerte a ti con tu espiritu come cupcakes

Internamente deseó lo mismo al momento de irse a dormir, incluso luego de hablar con sus padres se sintió insegura pero sabía que había revisado todo correctamente. Las palabras de Dan la torturan sobre cómo algunas veces las protecciones no eran suficientes. Cuando se despertó al día siguiente rogó porque todo estuviera igual a como lo había dejado, pero su corazón se detuvo en cuanto se dio vuelta para ver su ventana. Junto al cupcake del día anterior, ahora había dibujado otro a medio comer con un "¡Yum!".

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